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2.1.3.1 Método del gasto

El primer método consiste en aproximarse al cálculo del PBI por medio del gasto total en bienes y servicios finales producidos en el país durante un período dado. El sustento microeconómico de este procedimiento es simple: el valor de la compra de un producto equivale al ingreso del vendedor, pero, para poder vender, primero es necesario producir: no puede haber sido comprado un producto que no haya sido producido previamente. Luego de extender esta idea a una escala macroeconómica, es decir, un nivel agregado, es posible afirmar que el valor de las compras totales (el gasto total de la economía) equivale al valor de la producción total de la economía. Este gasto total de la economía está representado por la demanda total que realiza cada uno de los agentes económicos.

De las explicaciones del flujo circular de la figura 2.1, es posible desprender que los agentes o sectores económicos que realizan compras de bienes y servicios finales son las familias, las empresas, el sector público (el Gobierno) y el sector externo (las transacciones con el exterior). Precisamente, según el método del gasto, el cálculo del PBI representa la demanda de bienes y servicios finales de todos estos agentes; es decir, la suma de los gastos realizados por cada uno de los agentes económicos. A continuación, son definidos y explicados los cuatro componentes del PBI asociados a dichos gastos.

(i) Consumo (C): es el gasto que realizan las familias en bienes (duraderos y perecederos) y en servicios. Los televisores y las computadoras personales adquiridas por las familias son ejemplos típicos de bienes duraderos, mientras que las frutas y las verduras compradas para la alimentación del hogar son ejemplos de bienes perecederos también llamados «no duraderos». Por su parte, los servicios son intangibles, como los servicios de médicos o de transportistas contratados por las familias. Conviene mencionar que el consumo también es denominado «consumo privado» (Cpriv), para diferenciarlo del consumo que puede realizar el sector público. Conviene señalar que no son incluidas dentro del consumo las compras y/o construcciones de viviendas que efectúan las familias, ni las compras de activos financieros (como bonos o acciones) realizadas por las familias.

(ii) Inversión (I): es posible definir la inversión como un gasto presente que genera ingresos a futuro. El ejemplo típico sucede cuando una empresa compra una máquina, la cual debería contribuir a que dicha empresa fabrique y venda bienes por varios años. Estas ventas representan ingresos a futuro. La asociación que existe entre la inversión y los denominados bienes de capital (bienes que sirven para producir otros bienes) ha llevado a definiciones de inversión que enfatizan la idea de producción y venta a futuro más que ingresos a futuro. Así, según De Gregorio (2007, p. 17), «La diferencia clave entre inversión y consumo es que la inversión consiste en bienes que se mantienen para el futuro y, por lo tanto, no son consumidos. Los bienes se mantienen, ya sea para la producción de bienes –como es el caso de las maquinarias y los edificios–, o como productos finales para ser vendidos en el futuro, en cuyo caso corresponden a inventarios». En ese sentido, es importante no confundir los bienes de capital adquiridos por las empresas con los bienes de consumo duradero comprados por las familias. Ejemplos de bienes de capital son las maquinarias y los equipos, mientras que los televisores y las computadoras personales comprados por las familias constituyen ejemplos de bienes de consumo duraderos. Evidentemente, si una empresa compra computadoras que serán usadas por sus trabajadores en las actividades de la empresa, dichas computadoras constituyen bienes de capital.

También existen definiciones que presentan a la inversión como un gasto que aumenta la capacidad productiva de la economía (aumenta el stock de capital físico de la economía). Al amparo de estas definiciones, al igual que con aquellas que entienden a la inversión como un gasto presente que genera ingresos a futuro, los gastos en educación deberían ser considerados inversión en vez de gasto de consumo. Al respecto, Dornbusch, Fischer y Startz (2009, p. 29) plantean que «Si pensamos en la inversión de forma más general como cualquier actividad que aumente la capacidad de la economía para producir en el futuro, incluiremos no sólo la inversión física, sino también lo que se conoce como inversión en capital humano. El capital humano es el conocimiento y la capacidad para producir que posee la fuerza laboral. La inversión en educación puede verse como inversión en capital humano, pero en las cuentas oficiales se tratan los gastos en educación personal como consumo, y los de educación pública, como gasto gubernamental».

Wonnacott y Wonnacott (1994) recuerdan que la inversión incluye tres categorías de compras: planta y equipo, construcción de viviendas y variaciones en los inventarios de existencias. La primera categoría, planta y equipo, incluye la construcción de tiendas, fábricas, almacenes y otras edificaciones (no destinadas a vivienda de uso familiar); así como las adquisiciones de maquinaria y otros equipos que realizan las empresas. En esta categoría, el término «construcción» abarca las edificaciones compradas a un tercero y aquellas «construidas» por su usuario final. Este último es el caso de una empresa que construye su propia planta (local industrial) y no la compra de una empresa constructora o inmobiliaria.

La segunda categoría del gasto de inversión abarca la compra y/o construcción de viviendas nuevas que realizan las familias. La compra de nuevas viviendas es considerada en el cálculo del PBI independientemente del propósito del comprador, el cual puede ser alquilarla a otras familias o habitarla. Ciertamente, una vivienda alquilada genera ingresos a futuro al propietario de la vivienda: el alquiler; pero si el comprador de la vivienda la habita, el sistema de contabilidad nacional asume que decide alquilarla a sí mismo (Wonnacott y Wonnacott 1994), luego de lo cual asigna un monto de alquiler basado en los precios del mercado de alquileres de viviendas.

Luego de distinguir los conceptos de consumo e inversión, debe quedar claro que la compra de viviendas corresponde a un gasto de inversión y no a uno de consumo, pues las viviendas son bienes que serán mantenidos para el futuro. No solo ello, la compra de viviendas calza con la definición más pura de inversión: gasto presente que genera ingresos a futuro, debido a que una vivienda nueva puede ser alquilada por muchos años, durante los cuales generará una renta o ingreso: el alquiler. Por tal motivo, las compras de viviendas nuevas son consideradas dentro del componente de inversión del PBI.

La tercera categoría del gasto de inversión son las variaciones en los inventarios de existencias. Al respecto, conviene detallar que los inventarios de existencias corresponden a los bienes terminados de producir pero no vendidos. Por lo tanto, sí son parte del PBI, ya que constituyen producción realizada en el interior del territorio económico nacional. Además, calzan con la definición habitual de inversión: gasto presente que genera ingresos a futuro. En efecto, los inventarios de existencias no han sido vendidos en el período en el que fue calculado el PBI, sino los empresarios esperan venderlos en un período posterior (futuro); recién entonces generarán ingresos por ventas. También ingresan a la categoría de inventarios de existencias los productos intermedios almacenados por las empresas (por ejemplo, las telas para producir polos de algodón). Finalmente, es importante destacar que los productos intermedios importados también son incluidos en los inventarios de existencias11.

Un punto importante que destacar es que los inventarios de existencias (también denominados simplemente «inventarios» o «existencias») son una variable stock. Para entender ello, conviene reconocer que las empresas mantienen un nivel deseado de inventarios con el objetivo de afrontar, rápida y óptimamente, cambios en la demanda del producto que ofrecen. En efecto, frente a un escenario de alta demanda (y mayor precio) por su producto, la empresa típica querrá aumentar su cantidad ofertada de dicho producto. Sin embargo, conseguir los productos intermedios y producir el bien puede demorar, y llevar a que, cuando culmine el proceso de producción, ya haya concluido el auge de demanda que motivó el aumento de la cantidad ofertada. Este último caso podría generar una pérdida económica a la empresa. Para evitar ello, las empresas consideran óptimo guardar ciertas cantidades de productos intermedios y de bienes terminados de producir para poder atender de manera rápida aumentos en la demanda. Estas cantidades almacenadas corresponden a la denominada «acumulación deseada de inventarios».

Evidentemente, en ciertos períodos, pueden acumularse o desacumularse involuntariamente inventarios de existencias. Por ejemplo, siguiendo la situación propuesta de un aumento inesperado en la demanda, la empresa responderá, en primera instancia, usando sus inventarios de bienes terminados, por lo que se producirá una caída no deseada (también denominada «desacumulación involuntaria de inventarios»). Cuando esto sucede, en el siguiente período, la empresa producirá más para reestablecer su nivel deseado de inventarios y, por ende, se generará una acumulación de inventarios. En consecuencia, «la variación de inventarios debería estar relacionada positivamente con las expectativas de demanda por parte de las empresas y, negativamente con el costo de almacenaje y el costo de oportunidad de utilizar los recursos en acumulación de inventarios de existencias. Sin embargo, en la práctica se puede decir que la variación de inventarios es una variable residual por cuanto capta las diferencias que pudieran existir entre la demanda esperada y la efectiva» (Da Costa & Juan-Ramón, 2011, p. 19). En efecto, la variación de inventarios, en la vida real, se obtiene como un residuo y, por lo tanto, representa la forma de asegurar que el valor de la producción (concepto puro de PBI) sea igual al gasto. El supuesto implícito de dicha igualdad es que las empresas se compran a sí mismas los productos que no han podido vender.

Debido a que los inventarios de existencias son una variable stock, lo que debe ser considerado como parte de la inversión es su variación, la cual, al igual que el PBI, es una variable flujo; es decir, debe ser considerada la acumulación o desacumulación de inventarios. Como recuerdan Wonnacott y Wonnacott (1994), las primeras son de signo positivo, por lo cual son sumadas al PBI, mientras que las segundas son de signo negativo, por lo cual son restadas del PBI. En ese sentido, si en un año determinado entran a los almacenes de las fábricas de confecciones más metros cuadrados de tela que los que salen, las variaciones en los inventarios de existencias deben ser sumadas al PBI. En cambio, si en un año los retiros de tela de los almacenes superan a las entradas, las variaciones en los inventarios de existencias son negativas y deben ser restadas del PBI.

Para terminar la descripción de las tres categorías de compras que incluye la inversión, conviene mencionar que, en el gasto de inversión, no son incluidas las compras de activos financieros (bonos o acciones, por ejemplo) que realizan las empresas o las familias. Tampoco es incluido el gasto en educación ni el gasto en salud que realizan las familias, los cuales son considerados por la contabilidad nacional como gasto de consumo. Sin embargo, la educación y la salud calzan con la idea de la inversión, pues generan ingresos a futuro. En efecto, una persona con mayor nivel educativo y con buena salud es más productiva. Dicha productividad tiende a ser premiada por el mercado laboral con mayores ingresos remunerativos.

Dado que las empresas y las familias realizan el gasto de inversión (las empresas en planta, equipo y existencias; mientras que las familias gastan en viviendas), dicho gasto también es denominado «inversión privada» (Ipriv), para así diferenciarlo de la inversión que puede realizar el sector público. La inversión privada también es conocida como «formación bruta de capital privado». A su vez, el gasto en planta y equipo recibe el nombre de «inversión no residencial», mientras que el componente de gasto en nuevas viviendas es llamado «inversión residencial». La suma de ambos conceptos es denominada «inversión privada fija» o «formación bruta de capital fijo privado»12. Por lo tanto, la inversión privada corresponde a la suma de la inversión privada fija (formación bruta de capital fijo privado) y la variación de inventarios.


Donde13:

Inventariost: nivel (stock) de inventarios al final del período «t».

Inventariost-1: nivel (stock) de inventarios al final del período «t-1».

La inversión constituye un flujo14 y es la que permite aumentar el stock de capital (físico) de una economía. En efecto, cuando las empresas invierten, están acumulando capital (K). Este proceso de inversión es conocido como «inversión bruta». Sin embargo, el capital presenta un desgaste natural por su uso y se vuelve obsoleto con el tiempo. Ambos fenómenos generan una pérdida de valor al capital, denominada «consumo de capital fijo»15, más comúnmente conocida como «depreciación» (DEP). Por lo tanto, el stock de capital al final de un período (por ejemplo, al final del año) recogerá el efecto de cualquier inversión realizada por las empresas durante ese período, así como el efecto de la depreciación generada durante el mismo período. De este modo, el stock de capital al final del período (Kt) será mayor, es decir, habrá aumentado, si es que la inversión neta (inversión bruta menos depreciación) es positiva; es decir, si la inversión bruta supera la pérdida de valor por el uso o la obsolescencia del capital16. Alternativamente, el stock de capital al final del período será menor, es decir, habrá disminuido, si es que la inversión neta es negativa; es decir, si la inversión bruta no supera la pérdida de valor por el uso o la obsolescencia del capital17. Lo afirmado puede ser resumido mediante las siguientes expresiones:

∆Kt = Inversión netat = Inversión brutat – DEPt

Kt = Kt-1 + ∆Kt = Kt-1 + Inversión netat = Kt-1 + Inversión brutat – DEPt

Donde «∆Kt» es la variación del capital en el período «t», es decir, cuánto varía el capital entre el inicio del período «t» y el final del período «t»; «Kt» representa el stock de capital al final del período «t» (que es equivalente al de inicios del período «t+1») y «Kt-1» es el stock de capital al final del período «t-1» (alternativamente, representa el stock de capital con el cual se comienza el período «t»).

Asimismo, si es asumido que la depreciación representa un porcentaje «δ» (expresado en decimales18) del stock de capital con el cual comienza el período, es posible plantear que DEP = δKt-1. Entonces, «Kt» puede ser expresada como:

Kt = Kt-1 + Inversión brutat – δKt-1

Kt = Kt-1– δKt-1+ Inversión brutat

Kt = (1 – δ) Kt-1 + Inversión brutat

La última igualdad indica que «Kt» (el stock de capital al final del período «t») recoge las adiciones realizadas por medio de la inversión bruta sobre el stock de capital neto de la depreciación. Finalmente, es importante destacar que la depreciación no constituye producción de ningún bien o servicio, ni valor agregado alguno, por lo tanto, no debe ser considerada como parte del PBI. En este sentido, el concepto de inversión considerado para el cálculo del PBI es el de inversión bruta. Esta es la razón por la cual el PBI incluye en su denominación la palabra «bruto» y la razón por la cual la inversión fija es asociada con la formación «bruta» de capital fijo.

(iii) Gasto público (G): es el gasto generado por las compras de bienes y servicios finales que realiza el Gobierno (sector público) en sus tres niveles (el nacional, el regional y el local). Dicho gasto abarca tanto el consumo del Gobierno (Cgob) como la inversión del Gobierno (Igob). Partiendo de un criterio similar al usado para el caso de la inversión privada, la inversión del Gobierno también es denominada «inversión pública fija» o «formación bruta de capital fijo público». Es importante notar que, desde el punto de vista del Gobierno, no existe acumulación o desacumulación de inventarios. Por lo tanto, la «formación bruta de capital público» (inversión pública) equivale a la «formación bruta de capital fijo público» (inversión pública fija).

Conviene destacar que el gasto público no incluye las transferencias que el Gobierno otorga a las familias, por ejemplo, los pagos que realiza el Gobierno por concepto de seguro de desempleo19 (Abel & Bernanke, 2004). Dichos conceptos, a pesar de representar un «gasto» que realiza el Gobierno, no constituyen un desembolso destinado a la compra de bienes o servicios, por lo tanto, no son contabilizadas dentro del PBI. Sin embargo, las transferencias del Gobierno, de alguna forma, se reflejarán en el consumo que realicen las familias. En efecto, las transferencias incrementan el ingreso (renta personal) de las familias, lo cual aumenta sus posibilidades de consumo (en términos microeconómicos, un mayor ingreso expande la restricción presupuestaria y aumenta el área de posibilidades de consumo). El gasto público relevante para el cálculo del PBI tampoco incluye el pago de deuda pública (ni la amortización ni los intereses de la deuda) ni el gasto que pueda realizar el Gobierno en activos financieros.

(iv) Exportaciones netas (XN): son la diferencia entre las exportaciones y las importaciones, donde20:

• Exportaciones (X): representan el gasto que realiza el resto del mundo (agentes foráneos) en bienes y servicios no financieros21 producidos en el territorio nacional. Ello significa que comprende las ventas de bienes y servicios no financieros que realiza el país al extranjero. Es importante entender las maneras en que son exportados los bienes y los servicios. En el caso de los bienes, como los polos de algodón, es bastante obvio: son embarcados y luego son enviados al extranjero (cerca del 90% del comercio internacional de bienes de todo el mundo es realizado por vía marítima).

Para entender la manera en que son exportados los servicios, conviene adaptar los ejemplos que plantean Wonnacott y Wonnacott (1994) al contexto peruano: un turista japonés que visita el Cusco realiza diversos gastos (guías de turismo, alojamiento en un hotel, servicios de transporte en taxi, etc.). Como estos servicios han sido producidos por peruanos, deben ser contabilizados como parte del PBI peruano. A su vez, ya que han sido pagados por extranjeros, son considerados exportaciones de servicios, aunque el guía turístico, el hotel y el taxi estén ubicados (residan) en

el Perú.

Más aún, existen servicios que son considerados exportaciones sin que el agente foráneo que los adquiere ingrese físicamente al territorio económico nacional. Por ejemplo, algunas empresas peruanas son contratadas por empresas extranjeras para brindarles servicios informáticos, de telemarketing o de call center. En estos casos, el Perú exporta servicios.

Finalmente, es importante destacar que las exportaciones representan producción (ya sea de bienes o servicios) generada en el país. Justamente por ello es que forman parte del PBI. Tal como reconoce el Bureau of Economic Analysis de los EE. UU., las exportaciones a residentes extranjeros representan el destino final de la producción nacional. Estas incluyen bienes y servicios que son producción final o cuyo destino es la producción intermedia22. Cualquier otro proceso que ocurra fuera de la economía es producción extranjera y, por lo tanto, no debe ser incluido en el PBI de la economía doméstica (BEA, 2016).

• Importaciones (M): representan el gasto que realiza la economía como un todo (familias, empresas y Gobierno) en bienes y servicios no financieros23 producidos en el extranjero. Conviene mencionar que, análogamente al caso de las exportaciones de servicios, las importaciones de servicios que no requieren que el agente doméstico que adquiere los servicios extranjeros salga físicamente del territorio económico nacional. Por ejemplo, muchas compañías locales contratan estudios contables de otros países para recibir apoyo en la elaboración o en la auditoría de estados financieros. En este caso, se produce una importación de servicios.

En suma, bajo el método del gasto, el PBI en un período cualquiera («t», por ejemplo24) es obtenido través de la suma de las demandas o gastos realizados por cada uno de los agentes económicos en dicho período, es decir, es la agregación de los cuatro componentes:

PBIt = Ct + It + Gt + XNt

La expresión previa constituye una identidad contable25 debido a que, por construcción, siempre debe cumplirse. Para entender dicha identidad, es necesario explicar el rol de las exportaciones netas en el cálculo del PBI. En ese sentido, conviene recordar que esta variable de flujo (el PBI) solo considera los bienes y servicios producidos «internamente» por una economía. A pesar de ello, la fórmula de cálculo del método del gasto incluye las exportaciones netas y, por lo tanto, las importaciones. A primera vista, considerar los bienes y servicios producidos en el exterior representaría una incongruencia con el concepto mismo del PBI. No obstante, existe una razón que se desprende de la forma como han sido definidas las variables «C», «I» y «G», es decir, los gastos en consumo e inversión tanto privados como públicos. En efecto, las definiciones para «C», «I» y «G» no especifican que el gasto corresponde únicamente al efectuado en bienes y servicios producidos internamente (productos nacionales, también denominados «domésticos»); por lo tanto, también incluyen compras de bienes importados.

Para el cálculo del PBI de un país, únicamente debe ser considerada la producción interna (doméstica) de dicho país; es decir, los bienes y servicios generados dentro de su territorio económico. Sin embargo, en la vida real, es muy complicado identificar, correctamente y con precisión, si las compras que realizan los agentes económicos (y, por lo tanto, «C», «I» y «G») corresponden exclusivamente a bienes nacionales (domésticos) o no26. En cambio, las estadísticas de comercio exterior (en particular, las de bienes) son mucho más fáciles de recopilar y de seguir, porque los sistemas de aduanas de cada país registran cada bien que entra y sale del territorio nacional. Por ende, la fórmula de cálculo del PBI bajo el método del gasto propone sumar el consumo, la inversión y el gasto público de todos los bienes y servicios (tanto nacionales como importados), para luego ajustar («limpiar») dicha suma restando el valor total de los bienes y servicios importados. Una vez aplicado dicho ajuste, el resultado final solo recogerá el valor total de los bienes y servicios producidos internamente, lo cual resulta coherente con el concepto de PBI. Por lo tanto, las importaciones (M) deben entenderse (interpretarse) como una variable o componente de ajuste en el cálculo del PBI27.

A modo de resumen, y luego de adaptar una explicación del Bureau of Economic Analysis, es posible afirmar que las importaciones son incorporadas en el cálculo del PBI como un contrarregistro que compensa la producción no doméstica que es incluida en los componentes de gasto final: el consumo, la inversión y el gasto público. En efecto, las importaciones representan producción que ha ocurrido fuera del Perú y, por lo tanto, no debe ser incluida en el PBI peruano. Por ejemplo, un consumidor peruano puede comprar un polo (bien final) producido internamente (en Gamarra, por ejemplo) o uno fabricado en China. En cualquier caso, la compra se registra dentro del consumo privado; sin embargo, si la compra corresponde al caso del polo chino, dicha compra es compensada con un registro en las importaciones. De manera similar, un fabricante local de automóviles puede comprar acero (bien intermedio) a una empresa doméstica o a una extranjera; el acero es usado en el proceso de producción e incluido en el valor del producto final y, por ende, en el PBI de ese período, o es agregado al inventario de existencias del productor local (una entrada positiva en el cálculo del PBI). El acero producido domésticamente representa el valor agregado que contribuye al PBI; por el contrario, el acero producido en el exterior representa valor agregado que no refleja producción local y es descontado registrándolo como parte de las importaciones (BEA, 2016).

En síntesis, según el método del gasto, el cálculo del PBI implica sumar el valor de las compras totales (el gasto total) de la economía, bajo el supuesto de que todo producto comprado previamente ha sido producido (de este modo, el valor de las compras permite estimar el valor de la producción). De allí que sean sumadas las compras de bienes y servicios realizadas por las familias, las empresas, el Gobierno y los extranjeros (C+I+G+X). Sin embargo, dichas compras incluyen productos importados; por ello, a la suma C+I+G+X le son restadas las compras de bienes y servicios producidos en el extranjero realizadas por las familias, las empresas o el Gobierno; es decir, son restadas las importaciones (M)28. De allí que la identidad contable del PBI quede como la agregación de cinco componentes:

PBIt = Ct + It + Gt + Xt – Mt

La identidad anterior es la fórmula más general del PBI, por lo menos en el nivel de los libros de texto. No obstante, diversos países, como el Perú, consideran mucho más relevante plantear explícitamente que el gasto de Gobierno abarca un componente de consumo y uno de inversión29. En ese caso, la fórmula del PBI por el método del gasto queda definida por:

PBIt = Ctpriv + Itpriv + Ctgob+ Itgob + Xt – Mt

A continuación, la suma de Cpriv y Cgob será denotada como consumo interno (Cinterno). A su vez, la inversión privada será descompuesta en inversión bruta30 privada fija (Ipriv_bruta_fija) más la variación de inventarios (∆inventarios). Por su parte, la inversión pública corresponde en su totalidad a inversión bruta pública fija (Igob_bruta_fija). A la suma de la Ipriv_bruta_fija y la Igob_bruta_fija se le conoce como inversión bruta fija (Ibruta_fija). Si a esta última variable se le agrega la variación de los inventarios, se obtiene la inversión bruta interna (Ibruta_interna). Por lo tanto, el PBI puede ser expresado como:


Es importante notar que la demanda por consumo e inversión, tanto privada como pública, corresponde a la realizada por agentes internos de la economía (familias, empresas y Gobierno). Por lo tanto, se le denomina «demanda interna» (DI), mientras que a la diferencia entre las exportaciones e importaciones de bienes y servicios se le denomina «demanda externa neta» (DEneta)31.

En la figura 2.2, son presentadas las participaciones de cada componente del PBI por el método del gasto, para el Perú, durante el año 2016. Como puede ser observado, el consumo, ya sea de bienes nacionales o importados, fue el componente más importante del PBI peruano en 2016; seguido por la inversión, el gasto público y las exportaciones netas. El peso del consumo no es atípico, pues, a lo largo de los últimos años, este componente ha sido el más importante del PBI peruano.

Figura 2.2

Participación de los componentes del PBI por el método del gasto en el Perú, 2016


Aplicaciones de la identidad del PBI por el método del gasto

Antes de finalizar la presentación del cálculo del PBI por el método del gasto, es importante introducir dos aplicaciones (dos manejos analíticos) de la fórmula más general:

PBIt = Ct + It + Gt + Xt - Mt . La primera aplicación de dicha identidad contable permite llegar a una relación de igualdad entre oferta y demanda para toda la economía bajo análisis. En efecto, la fórmula más general del PBI puede ser reexpresada como32:

PBIt + Mt = Ct + It + Gt + Xt

El lado de la izquierda de la igualdad anterior es la suma del PBI y las importaciones, la cual es conocida como «oferta global», pues representa la «oferta total» de productos para la economía bajo análisis. Esta oferta total está compuesta por todos los bienes y servicios finales33 que son ofrecidos a la economía independientemente de su procedencia. En consecuencia, incluye la oferta interna (bienes y servicios producidos dentro de la misma economía; es decir, el PBI) y la oferta externa (bienes y servicios producidos en el exterior; es decir, las importaciones). La oferta total es destinada a satisfacer las demandas tanto de los agentes internos (Ct + It + Gt) como de los agentes externos (Xt), las cuales, en conjunto, corresponden a la «demanda global»34. Por lo tanto, desde el punto de vista contable, la oferta global es siempre igual a la demanda global, tal como deja en claro la siguiente expresión:


Sobre la base de la identidad anterior, es posible concluir que el PBI menos la demanda interna equivale a las exportaciones netas:

PBIt – DIt = Xt – Mt = XNt

Por lo tanto, las exportaciones netas tendrán un saldo positivo (superávit) si PBIt > DIt. Ello significa que la producción interna excede a la demanda interna (al gasto interno) por dichos productos. En ese caso, ceteris paribus, el exceso de producción es destinado al mercado externo; es decir, es exportado. Por ende, la economía le venderá al exterior más de lo que le compra, y ello genera que XNt > 0. Por otro lado, las exportaciones netas tendrán un saldo negativo (déficit) si PBIt < DIt. Ello significa que la demanda interna (el gasto interno) excede a la producción interna. En ese caso, ceteris paribus, el exceso de demanda es atendido con una oferta proveniente del extranjero (del resto del mundo); es decir, la economía recurre a las importaciones para cerrar la brecha existente entre la demanda interna y la producción interna. Por ende, la economía le comprará al exterior más de lo que vende y ello genera que XNt < 035.

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9789972574375
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