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63 HERTZ Ansel y NILS LOOSE Helmuth. Dominique et les dominicains. Paris: Éditions du Cerf, 1987, pág. 80.

64 MEDINA Miguel Ángel. Los dominicos... Op. cit., págs. 24-25.

65 MEIER Johannes. “Las órdenes…”. Op. cit., pág. 585.

66 ESPARZA Manuel. Santo Domingo Grande: hechura y reflejo de nuestra sociedad. Oaxaca: Patronato Prodefensa y Conservación del Patrimonio Cultural y Natural de Oaxaca, 1996, pág. 227.

67 Cifras de Paulino Castañeda y Juan Marchena, citadas en BORGES Pedro. Religiosos... Op. cit., pág. 266. En contravía de los dominicos, los jesuitas –estos especialmente– y los capuchinos carecieron prácticamente de obispos, a pesar de su respectiva implantación e influencia social, religiosa y hasta económica. Por otra parte, los franciscanos fueron más del doble de los dominicos y, aunque tuvieron muchos obispos (116), la cifra no iguala a la de los frailes predicadores.

68 En total se registran siete órdenes religiosas establecidas en el Nuevo Reino de Granada. La primera, en orden de llegada, fue la de San Francisco (primer intento en 1510-24, establecimiento definitivo en 1549), seguida de los dominicos (1528), los mercedarios (1530), los agustinos (1575 y 1604 para el caso de la rama de los recoletos), los jesuitas (1604), los hermanos de san Juan de Dios (1635) y los capuchinos (1694). Vale aclarar que no todas hicieron una presencia continua durante el periodo colonial, ni alcanzaron a organizarse como provincias; tal fue el caso de los capuchinos y los mercedarios. MANTILLA Luis Carlos, O. F. M. Fuentes para la historia demográfica de la vida religiosa masculina en el Nuevo Reino de Granada. Santafé de Bogotá: Archivo General de la Nación de Colombia, 1997, pág. 9. ISBN: 9789589298695.

69 ARIZA Alberto. Los dominicos en Colombia. Op. cit., t. 1, pág. 94.

70 Archivo General de Indias (Sevilla). Patronato 27, 16. Citado en Ibid., pág. 120.

71 ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 94.

72 Ibid., págs. 108-118.

73 Ibid., pág. 239.

74 MEDINA Miguel Ángel. Los dominicos... Op. cit., pág. 172.

75 Las doctrinas eran centros en los que se reunía a la población indígena para ser evangelizada. Estaban a cargo de un religioso o cura ‘doctrinero’. En un principio, a los blancos y los mestizos les estaba prohibido asentarse en ellas. Sin embargo, a través del tiempo, dada la constante reducción de los indígenas y el mestizaje de la población, muchas de ellas se convirtieron en parroquias de “vecinos”. Estas corresponden a muchos de los actuales municipios colombianos. Otras doctrinas sencillamente desaparecieron.

76 ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 226.

77 DE LAS CASAS Bartolomé. Apologética histórica, pág. 39. Citado en ARIZA Alberto. Los dominicos..., Op. cit., t. 1, pág. 105.

78 La ciudad fue fundada con doce chozas y una iglesia pajiza, en honor a los doce apóstoles. Se cree que el sitio original de fundación fue en el actual parque Santander, llamada plaza del Humilladero durante la Colonia, porque existía allí una capilla dedicada a Cristo crucificado. Al parecer, el primer nombre que recibió el poblado fue Nuestra Señora de la Esperanza. Sin embargo, en 1539, durante la fundación jurídica de la ciudad, el nombre se cambió por el de Santafé o Santa Fe, pues ambos se utilizaron durante la época colonial. La palabra ‘Bogotá’ se articuló al nombre de «Santa Fe y se volvió común por la necesidad de distinguir esta Santafé de otras ciudades con el mismo nombre, por lo que era ‘Bogotá’ el nombre chibcha de la región». DE OVIEDO Basilio Vicente. Cualidades y riquezas del Nuevo Reino de Granada. Málaga: Imprenta del departamento de Santander, 1990, pág. 127. Colección Memoria Regional. ISBN: 9684513968.

79 Ibid., pág. 575.

80 Infomación del estado de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada en Indias. Santafé, 1615. En Archivo General de la Orden de Predicadores (Roma). XIV, libro A, 1 parte, t. 305a, fol. 331. En este año, por ejemplo, el provincial le decía al maestro de la orden que se necesitaban, por lo menos, cuarenta religiosos más para poder atender las obligaciones adquiridas, que la manutención no era problema, pues «y a todos ellos puede (la provincia) acudir y sustentarlos».

81 GALÁN GARCÍA Agustín. “Dominicos a Indias...”. Op. cit., págs. 87, 89-118.

82 MACÍAS DOMÍNGUEZ Isabelo. “Procedencia conventual...”. Op. cit., pág. 248.

83 En 1615, el provincial Fr. Gabriel Jiménez calculaba en más de 146 los religiosos de la provincia, número no despreciable, aunque él mismo dijera que faltaban más de 40 indidivuos para poder atender todos las responsabilidades adquiridas. Infomación del estado de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada en Indias. Santafé, 1615. En Archivo General de la Orden de Predicadores (Roma). XIV, libro A, 1 parte, t. 305, fol. 331.

84 Según María Milagros Ciudad Suárez, más de la mitad de los frailes que vivieron en esa región centroamericana durante los siglos XVI y XVII habrían sido españoles que llegaron en unas 32 expediciones: 18 en el siglo XVI y 14 en el siglo XVII. CIUDAD SUÁREZ María Milagros. Los dominicos... Op. cit., pág. 34.

85 En un documento reseñado por Mesanza, el provincial de la Nueva Granada informa al arzobispo de Santafé la necesidad de tales migraciones, y menciona la necesidad urgente de, por lo menos, 25 o 30 sujetos. MESANZA Andrés, O. P. Apuntes y documentos sobre la orden dominicana en Colombia (de 1680 a 1930). Caracas: Editorial Sur América, 1936, pág. 21; BÁEZ Enrique, O. P. La orden dominicana en Colombia. Tomo II: Provincia (s. l.) ¿1950? En Archivo de la Provincia de Colombia de la Orden de Predicadores (Bogotá), San Antonino, personajes, Baeza II, pág. 260.

86 MESANZA Andrés. Apuntes y documentos… Op. cit., pág. 21.

87 ESPARZA Manuel. Santo Domingo... Op. cit., pág. 221.

88 Aún itinerantes, los religiosos estaban sometidos a obligaciones precisas, tanto litúrgicas como espirituales, y estas no podían ser cumplidas en albergues inadaptados. Por ello, se construyeron hospicios destinados a frailes mendicantes en cada praedicatio, de preferencia en pequeñas poblaciones. VOLTI Panayota. Les couvents des ordres mendiants et leur environnement à la fin du Moyen Âge. Paris: CNRS Editions, 2003, pág. 46. ISBN: 9782271061638.

89 CIUDAD SUÁREZ María Milagros. Los dominicos… Op. cit., pp. XVI-XVII.

90 Ibid., pág. XVII.

91 ESPONERA Alfonso y LASSEGUE Juan Bautista. El corte sobre la roca. Memorias de los dominicos en América (siglos XVI-XX). Cusco: Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de las Casas, 1990, pág. 38. Serie Cuadernos para la Historia de la Evangelización en América Latina, n.° 7.

92 Véase el anexo 1 sobre los conventos dominicos fundados en la época colonial.

93 Este fue el caso de los conventos de Muzo y de Pueblo Nuevo. El primero tuvo auge mientras se vivió una “fiebre” esmeraldífera. El segundo se estancó y entró en declive cuando el pueblo se vació luego de finalizar una bonanza aurífera en la zona: MEDINA Miguel Ángel. Los dominicos en América... Op. cit., pág. 184 y s.

94 DE ZAMORA Alonso, O. P. Historia de la Provincia de San Antonino del Nuevo Reino de Granada. Caracas: Parra León Hermanos, Editorial Sur América, 1930 (original: 1701), libro III, cap. IV, pág. 162.

95 El Convento de Nuestra Señora del Rosario comenzó a enseñar gramática en 1563 y hacia 1570 implementó las facultades de arte y teología. En 1580 el estudio general de la provincia, que residía en el convento, recibió la categoría de Universidad Pontificia. El Convento de Santo Domingo, en Tunja, fue erigido casa de estudios formal, en el año de 1608, y el de San José, en Cartagena, en 1644. Plan del establecimiento de esta Provincia de San Antonino del Nuevo Reyno de Granada. Santafé, 19 de febrero de 1793. En Archivo General de la Orden de Predicadores (Roma), XIII, n.° 017025, fol. 10r.

96 Representación dirigida al maestro general de la Orden de Predicadores. Santafé, ¿1809? En Archivo General de la Orden de Predicadores (Roma), XIII, n.° 017025, fol. 7r.

97 MOYA René Rafael. “Las autoridades supremas de la orden y la evangelización de América”. En Actas del I Congreso… Op. cit., pág. 858.

98 ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 2, págs. 1036-1037.

99 DE ZAMORA Alonso. Historia de la Provincia... Op. cit., libro IV, cap. I, pág. 261.

100 Carta de Fr. Bartolomé de las Casas al Consejo de Indias. Valladolid: marzo de 1551. Citado en ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 2, pág. 1040.

101 El nombre de la provincia se tomó de San Antonino de Florencia (+1459), fundador del famoso Convento de San Marcos, y quien encomendó a fray Angélico la realización de sus célebres pinturas en las paredes del claustro. Después fue nombrado arzobispo de Florencia, pues era muy popular en su época entre los fieles y autoridades por su caridad y su don de consejo. En tiempos de la organización de la provincia dominicana en la Nueva Granada, Antonino era el fraile dominico más recientemente canonizado (1523).

102 ARIZA Alberto. Los dominicos… Op. cit., t. 2, págs. 1043-1044.

103 Ibid., pág. 1072.

104 Ibid., pág. 1139.

105 DE ZAMORA Alonso. Historia de la Provincia… Op. cit., cap. IV, pág. 157.

106 La Sabana de Bogotá es una gran explanada ubicada a más de 2.600 metros sobre el nivel del mar, con temperaturas entre los 5 y 20 grados centígrados. Como todo territorio situado en inmediaciones al Ecuador posee dos estaciones: una de lluvias y otra de tiempo seco, con una duración de tres meses cada una. Próxima a los páramos, en tiempos coloniales la Sabana de Bogotá poseía gran cantidad de humedales, lagunas, pequeños ríos y arroyos. Esto hizo que la región tuviera reputación de ser muy húmeda.

107 DÍAZ DÍAZ Rafael Antonio. Esclavitud, región y ciudad. El sistema esclavista urbano-regional en Santafé de Bogotá. 1700-1750. Bogotá: Universidad Javeriana, 2001, pág. 29. ISBN: 9789586833301.

108 El título de ciudad fue otorgado por el rey en 1548. Ese mismo año le concedió escudo de armas para ella y su provincia, la famosa águila negra, con granadas en las patas. En 1550 fue la sede de la Real Audiencia y Obispado, y en 1567, Arzobispado. El rápido sometimiento de la numerosa población indígena fue clave en la decisión de hacer de Santafé la capital de la Audiencia: LEÓN-PORTILLA Miguel et al. América Latina en la época colonial 1. España y América de 1492 a 1808. Barcelona: Crítica, 2003, pág. 138. ISBN: 9788484324072.

109 BORGES Pedro. Historia de la Iglesia en hispanoamérica y Filipinas (siglos XV-XIX). Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1992, vol. 1, pág. 341. ISBN: 978-84-7914-054-0.

110 DÍAZ DÍAZ Rafael Antonio. Esclavitud, región… Op. cit., pág. 49.

111 Frank Safford dice que esta región, «conformada por los actuales deparamentos de Cundinamarca y Boyacá, ha estado integrada, cultural y políticamente desde los tiempos precolombinos hasta el presente». PALACIOS Marco y SAFFORD Frank. Colombia. País fragmentado, sociedad dividida. Su historia. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2002, pág. 19. ISBN: 9789580465096.

112 VARGAS LESMES Julián. La sociedad de Santa Fe colonial. Bogotá: Cinep, 1990, pág. 4. ISBN: 9789586440028.

113 PALACIOS Marco y SAFFORD Frank. Colombia… Op. cit., pág. 21.

114 ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 376.

115 La tradición bajomedieval mandaba que los conventos de las órdenes mendicantes se establecieran en las periferias de las ciudades, donde la demanda espiritual no podía ser cubierta por las escasas parroquias existentes en esas zonas. También se ubicaron allí por la presión de las autoridades locales, que no habían aceptado de buena gana la fundación de los conventos mendicantes (IZQUIERDO MARTÍN Jesús y LÓPEZ GARCÍA José Miguel. Así en la Corte como en el cielo. Patronato y clientelismo en las comunidades conventuales madrileñas. Siglos XVI-XVIII. Hispania: Revista Española de Historia, 1999, vol. 59, n.° 201, pág. 158. ISSN: 0018-2141). Esta tradición se rompió en América en muchas ocasiones, y lo hicieron especialmente los dominicos, los franciscanos y los agustinos. A diferencia de Europa, donde los conventos urbanos llegaron cuando ya las ciudades estaban creadas y tenían su dinámica propia, en América muchos conventos (masculinos especialmente) nacieron junto con las ciudades, en condiciones de protagonismo, y, por ende, tenían la oportunidad de convertirse (y así lo hicieron) en reguladores de estas.

116 DE ZAMORA Alonso. Historia de la Provincia... Op. cit., pág. 158.

117 Ibid., pág. 158.

118 ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, págs. 371-372.

119 RUEDA Jorge. “La ciudad en la Colonia”. En SALVAT Manuel, MARTÍN Ricardo y FERNÁNDEZ Amancio (Eds.). Historia del arte colombiano. Vol. III. Barcelona: Salvat Editores, 1986, pág. 858.

120 Ibid., págs. 860-871.

121 LORETO LÓPEZ Rosalva. Los conventos femeninos y el mundo urbano de la Puebla de los Ángeles del siglo XVIII. México: Colegio de México, Centro de Estudios Históricos, 2000. pág. 33. ISBN: 9789681208790.

122 VARGAS LESMES Julián. La sociedad de Santafé... Op. cit., pág. 3.

123 ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 370.

124 DE ZAMORA Alonso. Historia de la Provincia... Op.cit., libro II, cap. VII, pág. 176.

125 VARGAS LESMES Julián. La sociedad de Santafé... Op. cit., pág. 3.

126 ORTEGA RICAURTE Daniel. Cosas de Santafé de Bogotá. Bogotá: Academia de Historia de Bogotá - Tercer Mundo Editores, 1990 (versión facsimilar tomada de la edición publicada por la Academia de Historia de Colombia, 1959), pág. 23.

127 VOLTI Panayota. Les couvents… Op. cit., pág. 90.

128 Francisco de Tordehumos fue uno de los grandes benefactores del convento dominicano de Santa Fe, en sus primeros años de vida. Participó en la expedición de Gonzalo Jiménez de Quesada, recibió como recompensa varias encomiendas entre las que se encontraba la de Cota. Era muy devoto a la Virgen del Rosario, por lo que al morir dejó parte de sus bienes para la construcción del convento del mismo nombre en Santafé. Fue alcalde de la ciudad en 1575. ACOSTA DE SAMPER Soledad. Biografías de hombres ilustres o notables, relativas a la época del Descubrimiento, Conquista y Colonización de la parte de América denominada actualmente EE. UU. de Colombia [en línea]. Bogotá: Imprenta La Luz, 1883, 446 págs. [consultado en enero de 2006]. Disponible en http://babel.banrepcultural.org/cdm/ref/collection/p17054coll10/id/3168

129 Razón general de las donaciones, fundos de capellanías y demás obras pías que han entrado en este Convento de Nuestra Señora del Rosario... Santafé: 1806. En Archivo de la Provincia de Colombia de la Orden de Predicadores (Bogotá), San Antonino, Conventos - Bogotá, carpeta 1, folio 1r.

130 DE ZAMORA Alonso. Historia... Op. cit., libro II, cap. VII, págs. 176-177; ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 377.

131 Ibid., pág. 377.

132 LORETO LÓPEZ Rosalva. Los conventos femeninos… Op. cit., pág. 15.

133 El 22 de marzo de 1564, la Diócesis de Santa Fe del Nuevo Reino de Granada fue ascendida al rango de Arquidiócesis, lo que la convirtió en la cuarta sede metropolitana de América, en orden cronológico, después de Santo Domingo, México y Lima. ARQUIDIÓCESIS DE BOGOTÁ. Historia de la arquidiócesis de Bogotá. En arquidiócesis de Bogotá [en línea] [consultado en marzo de 2018]. Disponible en http://arquibogota.org.co/es/quienes-somos?

134 Los conventos de las órdenes religiosas establecidas en América se fundaron en la práctica solo con autorización real, si bien poco antes de mediados del siglo XVI se llegaron a fijar disposiciones para que estos conventos se establecieran con la aprobación de los diocesanos. Esto duró poco tiempo, pues los obispos empezaron a demorar la concesión de licencias de fundación y construcción. Por eso, las órdenes mendicantes acudieron al rey de España y obtuvieron en 1557 la confirmación de que, sin previa licencia del ordinario, con la sola de su virrey o presidente de audiencia se podían edificar monasterios y conventos «en los lugares que parecieran más convenientes a la enseñanza de los indios». Previamente, los religiosos habían comunicado al rey que si la construcción de los conventos dependiera de la voluntad de los obispos, «nunca se haría ninguno». Tal era el secular recelo que los prelados diocesanos mantenían frente a las órdenes mendicantes, a quienes veían simple y llanamente como usurpadoras de su autoridad. ESPARZA Manuel. Santo Domingo Grande... Op. cit., pág. 228.

135 LORETO LÓPEZ Rosalva. Los conventos femeninos... Op. cit., pág. 41.

136 ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 374.

137 Ibid., pág. 383.

138 DE ZAMORA Alonso. Historia de la Provincia... Op. cit., cap. VIII, pág. 160.

139 Ibid., cap. VIII, pág. 177.

140 Citado en ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 289 y en ARAÚJO VÉLEZ Angelina. Las órdenes mendicantes en el Nuevo Reino de Granada y Felipe II. Peticiones y mercedes según documentos inéditos del Archivo General de Indias. Trabajo de grado en Filosofía y Letras. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Filosofía y Letras, Departamento de Historia y Geografía, enero de 1980, pág. 65.

141 Ibid., pág. 65.

142 ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 390. A propósito, el informe presentado por la Real Audiencia sobre la construcción del Convento decía que «con 6.000 pesos se podría hacer una buena (iglesia), pero el provincial (fray Alberto Pedrero) da de cabeza, y ha de acabar conforme a la traza». Citado en MESANZA Andrés. El Convento dominicano de Nuestra Señora del Rosario en Santa Fe y su Universidad tomística. Chiquinquirá: Imprenta La Rotativa, 1938, pág. 5.

143 DE ZAMORA Alonso. Historia de la Provincia... Op. cit., libro IV, cap. XVIII, pág. 360.

144 Esto puede considerarse una generalidad para el continente. Todos los autores consultados que han trabajado casos similares en México y Perú coinciden en tal afirmación. GARCÍA HERNÁNDEZ Marcela. “Las capellanías fundadas en los conventos de religiosos de la Orden del Carmen Descalzo. Siglos XVII y XVIII”. En MARTÍNEZ LÓPEZ-CANO María del Pilar, VON WOBESER Gisela y MUÑOZ CORREA Juan Guillermo (coords.). Cofradías, capellanías y obras pías en la América colonial. México: UNAM, 1998, pág. 214. ISBN: 968-36-6537-3.

145 DE ZAMORA Alonso. Historia de la Provincia... Op. cit., cap. XVIII, pág. 358.

146 ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 378.

147 ESPARZA Manuel. Santo Domingo Grande... Op. cit., pág. 161.

148 Ibid., pág. 179.

149 En las décadas de 1640 y 1650 se destaca Fr. Antonio Zambrano: ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 426.

150 Los repartimientos consistían en el trabajo rotativo y obligatorio del indígena en proyectos de obras públicas o trabajos agrícolas considerados vitales para el bienestar de la comunidad. Esta modalidad de trabajo se basaba en reclutamientos laborales preexistentes antes de la llegada de los españoles, como fueron el coatequitl mexicano y la mita peruana, que los españoles aplicaron con un sentido diferente al que tenía en las sociedades nativas.

151 GROOT José Manuel. Historia eclesiástica y civil del Nuevo Reino de Granada. Tomo I. Bogotá: Editorial Cosmos, 1956, pág. 469

152 Cédula del 29 de julio de 1560. Citada en ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 381.

153 Carta del Maestro de la Orden de Predicadores a las provincias de Indias. Roma, 21 de febrero de 1598. Citada en Ibid., págs. 189-190.

154 ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 410.

155 VARGAS LESMES Julián. La sociedad... Op. cit., pág. 5.

156 TÉLLEZ Germán. “Las órdenes religiosas y el arte”. En SALVAT Manuel, MARTÍN Ricardo y FERNÁNDEZ Amancio (eds.). Historia del arte colombiano. Op. cit., pág. 752.

157 CHOCANO MENA Magdalena. La América colonial (1492-1763). Cultura y vida cotidiana. Madrid: Editorial Síntesis, 2000, pág. 246.

158 TÉLLEZ Germán. “Las órdenes religiosas...”. Op. cit., pág. 747.

159 Ibid., pág. 748.

160 Ibid., pág. 746.

161 TÉLLEZ Germán. Las órdenes religiosas… Op. cit., pág. 748.

162 ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 426.

163 Ibid., pág. 436.

164 FLÓREZ DE OCÁRIZ Juan. Genealogías del Nuevo Reino de Granada. Bogotá: Prensas de la Biblioteca Nacional, 1944 [original: 1674], pág. 224.

165 ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 422.

166 FLÓREZ DE OCÁRIZ Juan. Genealogías… Op. cit., pág. 224.

167 ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 436.

168 DE OVIEDO BASILIO Vicente. Cualidades y riquezas... Op. cit., pág. 130.

169 VOLTI Panayota. Les couvents... Op. cit., págs. 23-49.

170 DE ZAMORA Alonso. Historia... Op. cit., cap. XVIII, pág. 361.

171 Ibid., pág. 361.

172 VOLTI Panayota. Les couvents... Op. cit., pág. 37.

173 DE ZAMORA Alonso. Historia... Op. cit., libro IV, cap. XVIII.

174 Ibid.

175 VOLTI Panayota. Les couvents… Op. cit., pág. 40.

176 DE ZAMORA Alonso. Historia... Op. cit., libro IV, cap. XVIII, pág. 361.

177 Citado en ARIZA Alberto. Los dominicos… Op. cit., t. 2, págs. 1436-1437.

178 Ibid., t. 2, pág. 1432.

179 ARIZA Alberto. Los dominicos… Op. cit., t. 1, págs. 120-129.

180 VOLTI Panayota. Les couvents... Op. cit., págs. 25-26.

181 TERÁN NAJAS Rosemarie. Arte, espacio y religiosidad en el Convento de Santo Domingo. Quito: Ediciones Libri-Mundi, 1994, pág. 40. ISBN: 9978570128.

182 DE ZAMORA Alonso. Historia... Op. cit., libro IV, cap. XVIII, pág. 360.

183 FLÓREZ DE OCÁRIZ Juan. Genealogías... Op. cit., pág. 223.

184 Ibid., pág. 223.

185 DE ZAMORA Alonso. Historia… Op. cit., libro IV, cap. XVIII, pág. 358.

186 Ibid., pág. 360.

187 Ibid., pág. 359.

188 PANAYOTA Volti. Les couvents... Op. cit., pág. 47.

189 DE ZAMORA Alonso. Historia de la Provincia... Op. cit., pág. 360.

190 TÉLLEZ Germán. “Las órdenes religiosas...”. Op. cit., pág. 752.

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