Читать книгу: «Fundamentos de Macroeconomía: un enfoque didáctico aplicado a la realidad peruana», страница 9

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61 Es importante destacar que algunos autores invierten los superíndices de la notación usada para presentar la tasa marginal de sustitución de «Y» por «X», de modo tal que «TMgSYX» es presentada como «TMgSXY». Frente a esta contradicción en las notaciones, vale mencionar que, en el presente texto, la TMgSYX será UMgX/UMgY; mientras que la TMgSXY será UMgY/UMgX.

62 Los bienes típicos son aquellos relacionados en la CI típica. Su consumo incrementa la utilidad del individuo; es decir, su utilidad marginal es positiva. Además, se asume que su utilidad marginal es decreciente.

63 En todas las CI atípicas que posean tasa marginal de sustitución, la TMgSYX será positiva, salvo el caso de un bien con un desbién. Ello se debe a que el bien posee utilidad marginal positiva, mientras que el desbién presenta utilidad marginal negativa. Por ello, la tasa marginal de sustitución de esta CI será negativa y su pendiente, positiva. En este caso, no existe propiamente una sustitución entre los bienes, sino, más bien, una compensación: si aumenta el consumo del desbién, se reduce la utilidad total del consumidor, por lo cual la única manera de mantener el mismo nivel de utilidad (moverse a lo largo de la misma CI) es que el consumidor sea compensado con un mayor consumo del bien. Por otro lado, en el caso de CI de dos desbienes, la tasa marginal de sustitución será positiva y su pendiente, negativa. Ello se debe a que la TMgSYX de estas funciones proviene de la división de dos utilidades marginales negativas. Finalmente, los bienes perfectamente sustitutos también presentan una TMgSYX, la cual es positiva, pero constante.

64 La relación entre la «tasa marginal de sustitución» y la «pendiente de la curva de indiferencia» es tan estrecha que diversos autores, simplemente, utilizan ambas expresiones como sinónimos. En última instancia, la diferencia entre ambas no es más que el signo.

65 Esta propiedad también se cumplirá para la mayoría de los casos de curvas de indiferencia atípicas. Sin embargo, para el caso de dos desbienes ubicados en el primer cuadrante del plano cartesiano, las curvas de indiferencia más cercanas al origen corresponden a mayores niveles de utilidad. En efecto, en los desbienes o bienes malos, «menos es mejor que más».

66 Este cambio de la utilidad representa perfectamente la esencia del concepto de «bien» desde la perspectiva del «teoría del consumidor», pues el paso del punto «A» al punto «E» aumenta el consumo del bien «X» (de dos a ocho unidades). Por su parte, la cantidad de «Y» permanece constante en siete unidades. Es decir, la utilidad total ha aumentado debido al incremento en el consumo de «X». De allí que «X» sea un «bien». En efecto, un producto es un «bien» si su consumo incrementa la utilidad total del individuo. En términos simples, en el caso de un «bien», «más es mejor que menos».

67 Esta propiedad también se cumple para todos los casos de curvas de indiferencia atípicas.

68 Conviene recordar que es posible asignar un valor numérico a la utilidad. Ello permite aplicar la propiedad de transitividad que se cumple entre los números reales (por ejemplo, como 10 es mayor que 5, y 5 es mayor que 2, entonces 10 es mayor que 2).

69 La rentabilidad puede ser el pago o la tasa de interés que ofrecen los activos financieros, por ejemplo, los bonos o las acciones.

70 Al proyectar el punto «A» hacia la base del gráfico (el plano x0y), aparece el punto «A*».

71 Tal como fue mencionado anteriormente, podría tratarse de elipses concéntricas.

72 El supuesto de gastar todo el ingreso es equivalente a suponer que el consumidor no ahorra. Este supuesto se desprende del modelo con el cual es estudiado el consumo. Dicho modelo es «estático», es decir, para las decisiones de consumo de un individuo, solo existe el presente (hoy). Por lo tanto, no es eficiente ahorrar para poder consumir más en el futuro (mañana), porque el futuro (mañana) no existe. En vista de ello, cualquier monto de ingreso no gastado se pierde, lo cual constituye, en términos económicos, una asignación ineficiente de los recursos, ya que dichos recursos podrían ser usados para consumir más (bajo el supuesto de que los dos bienes que puede adquirir el consumidor son propiamente «bienes»). Dado que el consumidor siempre va a querer alcanzar el mayor consumo que le posibilita su ingreso, no es admisible suponer que dejará recursos (ingresos) sin utilizar (gastar).

73 A su vez, limitar el gasto a dos productos permitirá graficar la restricción presupuestaria en el mismo plano que las curvas de indiferencia.

74 En los ejercicios de «teoría del consumidor», el término «ingreso» se refiere al «ingreso nominal», el cual alude, típicamente, al ingreso monetario del consumidor. Este concepto difiere del «ingreso real» que mide el poder de compra del ingreso nominal. Precisamente, el ingreso real puede ser calculado al dividir el ingreso nominal entre el precio de una canasta de consumo (o un índice de precios): M/P. Por ello, un incremento del ingreso nominal del demandante solo aumenta el poder de compra si el precio de la canasta de consumo no se incrementa o lo hace en un porcentaje menor que el correspondiente al incremento en el ingreso nominal. Por ejemplo, si el ingreso «nominal» aumenta en un 20% y los precios de los productos que consume el demandante también se incrementan en un 20%, es posible afirmar que el ingreso «real» no ha variado; es decir, que el poder de compra de cada unidad monetaria (por ejemplo, de cada billete de S/ 100) se ha mantenido constante. Conviene mencionar que también es posible identificar el poder de compra que permite el ingreso nominal en relación con un producto, por ejemplo, «X». Para ello, basta con dividir el ingreso nominal entre el precio de dicho producto: M/PX.

75 El precio de mercado de un bien (precio de equilibrio) es generado por la interacción de su oferta con su demanda del mercado. Tal como fue comentado anteriormente, en un mercado competitivo, tanto productores como consumidores son precio-aceptantes; es decir, ninguno de ellos es capaz de ejercer influencia sobre el precio por cuenta propia.

76 A pesar de que, en una recta de presupuesto, los precios de los bienes y el ingreso del consumidor son asumidos constantes, dichos parámetros pueden cambiar de valor. Precisamente, las posibles variaciones de los precios y del ingreso nominal explican por qué es usado el concepto de «parámetro» más que el de «constante», pues, si bien un parámetro representa un valor constante, es factible que cambie de valor.

77 Es importante mencionar que la ecuación de la recta de presupuesto (también denominada «restricción presupuestaria») corresponde a una recta y, como tal, su gráfica, debería ser infinita. Sin embargo, en los ejercicios de teoría del consumidor solo es usado el segmento de la recta de presupuesto que se ubica en el primer cuadrante del plano cartesiano (incluidos los interceptos con los ejes de dicho segmento de recta). Es decir, solo serán considerados valores positivos o iguales a cero para «x» e «y».

78 El ratio de precios es un precio relativo, pues relaciona el precio de un producto con el de otro producto.

79 El área de posibilidades de consumo, también llamada en algunos libros de texto el «set de oportunidades de consumo», abarca el área del triángulo rectángulo FOG formado al cruzar la restricción presupuestaria con ambos ejes. De este modo, en la figura 1.33, el segmento de recta FG (restricción presupuestaria) es la hipotenusa de dicho triángulo rectángulo. Matemáticamente, el área de posibilidades de consumo está representada por la inecuación PXx+PYy≤M para valores positivos de «x» e «y».

80 Es interesante notar que, en el caso de CI típicas, canastas como «A» y «B» representan combinaciones extremas de los bienes «X» e «Y»; mientras que la canasta «E» representa una combinación intermedia de ambos bienes. De allí que esta última canasta genere mayor utilidad. En efecto, los individuos suelen preferir las combinaciones intermedias a las extremas. Es decir, prefieren un consumo más diversificado que uno concentrado en un solo producto. Basta con pensar en una consumidora de ropa y calzado, la cual, seguramente, preferirá tener 5 vestidos y 6 pares de zapatos de dama a tener 10 vestidos y un par de zapatos de dama. Ambas combinaciones suman 11 productos y podría gastar todo su ingreso, pero la primera es una combinación más intermedia o equilibrada que la segunda. Esta última puede ser calificada como una combinación «extrema», pues implica acceder a una gran cantidad de un bien y acompañarla de una reducida cantidad del otro. Al respecto, Hirshleifer y Glazer (1992) indican que la preferencia de los consumidores por combinaciones intermedias implica que les gusta la «diversidad del consumo», característica que es reflejada por la convexidad de las CI típicas. No obstante, conviene adelantar que, en el caso de dos bienes que son sustitutos perfectos (que es uno de los que corresponden a CI atípicas), suele ser indiferente acceder a combinaciones intermedias o a combinaciones extremas de ambos bienes. Por ejemplo, puede generar la misma utilidad tener 20 botellas de 250 ml de Coca Cola y ninguna botella de 500 ml de Coca Cola que tener 10 botellas de 500 ml de Coca Cola y ninguna botella de 250 ml de Coca cola. Para el consumidor que solo está interesado en el líquido y no en su presentación, ambas son combinaciones extremas y pueden generar la misma utilidad que una combinación más intermedia, por ejemplo, de 10 botellas de 250 ml de Coca Cola acompañadas por 5 botellas de 500 ml de Coca Cola.

81 Alternativamente, suele ser señalado que, en el punto «E» de la figura 1.34, la recta de presupuesto es tangente a la curva de indiferencia típica más alejada del origen de coordenadas: «U1».

82 Tal como fue explicado previamente, la tasa marginal de sustitución representa el grado de intercambio entre los bienes «X» e «Y» desde la perspectiva del consumidor, mientras que el ratio de precios corresponde a la tasa de intercambio entre los mismos bienes desde la perspectiva del mercado. Por lo tanto, la primera condición de maximización de la utilidad implica que la disposición del consumidor a intercambiar bienes coincide con la que determina el mercado; es decir, que la valorización relativa del consumidor por los bienes «X» e «Y» es igual a la valorización relativa que le ofrece el mercado.

83 Es importante recordar que, cuando cambia la canasta de consumo en una curva de indiferencia típica, cambia la relación de sustitución entre los bienes que conforman dicha canasta.

84 Alternativamente, en el punto «A», la utilidad marginal del gasto en el bien «X» es mayor que la utilidad marginal del gasto en el bien «Y»; por lo tanto, la última unidad monetaria gastada en el bien «X» aumenta más la utilidad que si fuera gastada en el bien «Y». En vista de ello, al consumidor le conviene consumir más de «X» y menos de «Y». De este modo, aumentará su consumo de «X» y reducirá el de «Y» hasta el punto en donde se igualen las utilidades marginales del gasto de los dos bienes (punto «E»).

85 Alternativamente, en el punto «B», la utilidad marginal del gasto en el bien «Y» es mayor que la utilidad marginal del gasto en el bien «X»; por lo tanto, la última unidad monetaria gastada en el bien «Y» aumenta más la utilidad que si se gastase en el bien «X». En vista de ello, al consumidor le conviene consumir más de «Y» y menos de «X». De este modo, aumentará su consumo de «Y» y reducirá el de «X» hasta el punto en donde se igualen las utilidades marginales del gasto de los dos bienes (punto «E»).

86 La harina de pescado es uno de los principales productos de exportación del Perú.

87 Los procedimientos del cuadro de operaciones 1.2 no son exclusivos de las funciones de producción del tipo Cobb-Douglas. Por el contrario, los pasos desarrollados en dicho cuadro pueden ser aplicados a cualquier función de producción para determinar los retornos a escala, siempre y cuando esta sea homogénea.

88 La tecnología no es más que el método (los procesos y los procedimientos) seguido para generar bienes o servicios con los factores productivos. Dichos métodos dependen de los conocimientos científicos y técnicos de la sociedad, así como de la capacidad del productor de agenciarse (conseguir) los factores productivos. La tecnología desempeña un rol muy importante dentro de la función de producción. Pueden existir empresas que produzcan el mismo bien usando los mismos factores de producción, pero algunas de ellas pueden generar mayor cantidad producida con la misma cantidad de insumos que usan otras. Dichas diferencias pueden ser explicadas por la tecnología de la que disponga cada empresa. En términos generales, será supuesto que la tecnología impacta de manera positiva en el nivel de producción; es decir, con un mismo nivel de trabajo y capital, es posible producir más si la tecnología es mayor o mejor.

89 En términos estrictos, es importante enfatizar que «t» no representa propiamente el porcentaje de aumento o disminución de «L» y «K». El parámetro «t», más bien, constituye el coeficiente o multiplicador que genera el nuevo nivel del factor trabajo (L) y capital (K) que es obtenido luego de aplicar el porcentaje de aumento o disminución. Por lo tanto, es posible concluir que t=1+a, donde «a» representa el cambio porcentual de los insumos. Por ejemplo, si «L» y «K» aumentan en un 5%, entonces a=0,05 y t=1,05; mientras que si disminuyesen en un 20%, entonces, a=-0,20 y t=0,80. De lo explicado, es posible concluir que la variación porcentual que sufren los insumos está representada por (t-1)100%. En resumen, si «L» y «K» aumentan, «a» tomará valores positivos y «t» será mayor que uno (t>1). Por otro lado, si los insumos se reducen, entonces, «a» tomará valores negativos y «t» será menor que uno (t<1).

90 El costo de capital sería el costo del alquiler de la maquinaria, que puede ser fijado en unidades monetarias por hora, por mes o por cualquier otra unidad de tiempo. Otras veces, puede ser que la empresa posea maquinaria propia; en este caso, «r» sería el costo de oportunidad que enfrenta la empresa al usar su propio capital, por ejemplo, el precio más alto al cual podría alquilar sus máquinas a otras empresas.

91 Es importante notar que las isocuantas no son la función de producción; sin embargo, existe una relación estrecha entre ambos conceptos, pues las isocuantas son las curvas de nivel de la función de producción de largo plazo.

92 En la teoría de la producción, la relación de sustitución suele ser conocida como la «tasa técnica de sustitución» (TTS). En efecto, suele existir cierto grado de sustitución entre «K» y «L». Por ejemplo, un municipio podría comprar semáforos (K) e instalarlos en las intersecciones viales para que se encarguen de regular el tráfico, pero también podría contratar policías de tránsito (L) para que cumplan dicha función. Precisamente, la TTS determina el grado de sustitución que existe entre «K» y «L».

93 Algunas veces, el objetivo de la empresa será la maximización de la producción. Bajo este enfoque, la empresa dispone de un presupuesto (nivel de ingresos preestablecido para gastar) y se esfuerza por alcanzar el mayor nivel de producción posible que le permiten dichos recursos (la isocuanta más alejada del origen si se trata de isocuantas típicas). En suma, bajo este enfoque, el «CT» es conocido, pero el nivel de producción meta () no lo es. A pesar de ello, es posible demostrar que el punto óptimo bajo ambos enfoques es el mismo y, por ende, se trata de procedimientos equivalentes.

94 La pendiente de la isocuanta es el negativo de la tasa técnica de sustitución. En efecto, el cambio en el nivel de producción proviene del cambio que genera un cambio en «L» o del que ocasiona un cambio en «K». Por lo tanto, ∆Q=(∆Q/∆L)∆L+(∆Q/∆K)∆K. Asimismo, el cambio en el nivel de producción que proviene del cambio en «L» es el producto marginal del trabajo, mientras que el que se produce como consecuencia de la variación en «K» es el producto marginal del capital. De esta manera, ∆Q=(PMgL)∆L+(PMgK)∆K. Por otro lado, dentro de una misma isocuanta se cumple que ∆Q=0. Debido a ello, es posible despejar PMgL/PMgK=-∆K/∆L. Dado que la tasa técnica de sustitución (TTSKL) es el ratio de productos marginales, es posible proponer que TTSKL=-∆K/∆L; es decir, la tasa técnica de sustitución es el negativo de la pendiente de la isocuanta: TTSKL=-misocuanta. De allí que la pendiente de la isocuanta sea el negativo de la tasa técnica de sustitución: misocuanta=-TTSKL.

95 Desde el punto de vista contable, los términos «costo» y «gasto» no son necesariamente equivalentes. Ello está asociado al principio del devengado. Sin embargo, en los ejercicios vinculados a los temas de producción y costos del presente texto, ambos términos serán usados como sinónimos.

96 Algunas veces, los costos explícitos son denominados «costos contables».

97 En la teoría de la producción, los costos fueron presentados por medio de la isocosto, la cual depende del costo del trabajo y del costo del capital. Es decir, los costos dependían de las cantidades de trabajo y de capital adquiridas por la empresa para producir. En la teoría de costos, las funciones de costos analizadas dependen, fundamentalmente, de la cantidad producida por la empresa (q). No obstante, más adelante, será demostrado que las funciones de costos que dependen de la cantidad producida pueden ser construidas a partir de la isocosto.

98 Es posible suponer que el precio del capital (r) es un valor fijo (un parámetro), pues la empresa lo acepta del mercado de factores. Ello, a su vez, asume que dicho mercado es de competencia perfecta.

99 Es posible denominar al costo marginal como el «costo marginal variable», pues, precisamente, los cambios en los costos totales solo pueden ser generados por cambios en los costos variables. En otros términos, las variaciones en los costos totales son generadas por cambios en las cantidades de los factores de producción variables de la empresa.

100 Conviene recordar que existe una relación entre el trabajo (L) y la producción (q). Así, en la zona de rendimientos decrecientes del trabajo, conforme se incremente el trabajo, aumentará la producción. De modo paralelo, caerá el producto marginal del trabajo y aumentará el costo marginal. El primero depende de «L» y el segundo de «q», pero, a su vez, «q» depende de «L».

101 Las curvas presentadas en la figura 1.28 se desprenden de una curva de costo total típica, así como de las funciones de costo variable y costo fijo. Gráficamente, la curva de costo total está relacionada inversamente con la función de producción. En ese sentido, a partir de determinada cantidad producida y a medida que aumenta la producción, la curva de costo total se vuelve más inclinada, mientras que la función de producción pierde inclinación. Esta relación inversa se explica por la existencia de un producto marginal decreciente, el cual guarda relación inversa con el costo marginal.

102 Es importante recordar que el concepto de retornos a escala solo es válido en un análisis de largo plazo, ya que, justamente, en dicho horizonte analítico, es posible modificar tanto el factor trabajo como el factor capital.

103 Los términos «mercado» e «industria» suelen ser usados como sinónimos en los ejercicios de Microeconomía, aunque el segundo tiende a ser más empleado para aludir al conjunto o agregación de las empresas dedicadas a la producción del mismo bien o servicio.

104 Ciertamente, al considerar el precio que toma la empresa del mercado competitivo como un «parámetro», este valor será una constante para cada empresa típica del mercado. Sin embargo, su naturaleza paramétrica no impide que dicho valor pueda cambiar. Esta variación no se debería a la decisión de una empresa del mercado competitivo, sino a los cambios en la oferta o en la demanda del mercado.

105 En otras estructuras de mercado que no son de competencia perfecta, como el monopolio o la competencia monopolística, el ingreso medio (IMe) siempre será igual al precio y a la demanda de la empresa. Sin embargo, solo en mercados de competencia perfecta, se cumplirá que el ingreso marginal (IMg) es igual al precio y, por ende, en competencia perfecta, el ingreso marginal (IMg) también será igual al ingreso medio (IMe).

106 Es importante recordar que, si el mercado es perfectamente competitivo, el precio que acepta la empresa (al cual vende sus productos) es su ingreso marginal.

107 Por ello, si la empresa estuviera produciendo «qC» unidades y decidiera producir una unidad menos, los costos que ahorraría superarían a los ingresos por ventas que perdería; es decir, la empresa aumentaría sus beneficios si redujera su producción.

108 Si una unidad adicional a «qF» es producida, entonces el ingreso marginal de dicha unidad será mayor que su costo marginal y, por ende, el productor debería seguir produciendo. Ello responde a que el objetivo de la empresa es maximizar beneficios; es decir, la empresa no debería dejar de producir todas aquellas unidades cuyo ingreso marginal supera a su costo marginal. Esta es la razón por la cual «qF» no puede representar un punto de maximización de beneficios.

109 En efecto, en el corto plazo existen costos fijos; por ejemplo, el alquiler mensual de una máquina o de un local industrial. Si la empresa deja de producir, no generará costos variables (al igual que no podrá generar ingresos por ventas), pero difícilmente podrá dejar de realizar los pagos que estipulan los contratos de alquiler.

110 Es importante recordar que, si el mercado es perfectamente competitivo, el precio que acepta la empresa (al cual vende sus productos) es su ingreso medio.

111 Obviamente, si la empresa aún no entra al mercado y puede determinar que, si entrara, el precio sería menor que su costo medio, no debería entrar al mercado.

112 Conviene notar que los beneficios de la empresa pueden ser expresados como (P–CMe)q. Dado que el nivel de producción no puede ser negativo (q>0), los beneficios serán positivos si y solo si P > CMe. En el corto plazo, el CMe siempre será mayor que el CVMe; por lo tanto, una situación en la cual CVMe < P < CMe implica necesariamente que la empresa de competencia perfecta genera pérdidas (beneficios económicos negativos). Sin embargo, estas pérdidas son menores que las que obtendría si dejara de producir.

113 Es importante destacar aquí que, si el monopolista baja el precio para colocar una unidad más en el mercado, el menor precio es fijado para todas las unidades que ofrece al mercado, no solo para la última. Igualmente, si sube el precio, el nuevo precio afecta a todas las unidades ofrecidas a los consumidores del mercado. Precisamente, para evitar los efectos que surgen al fijar un precio único, los monopolistas acuden a las estrategias de discriminación de precios, las cuales apuntan a fijar precios diferentes a consumidores diferentes por el mismo producto.

114 No obstante, para las primeras unidades producidas, el precio sí es igual al ingreso marginal.

115 La regla de correspondencia del ingreso marginal presentada solo es válida si la función de demanda es lineal.

116 Es importante destacar que, en el caso de funciones típicas de costos, para seleccionar la cantidad que maximiza beneficios (Q*), el valor del costo marginal para dicha cantidad debe corresponder al tramo creciente de la función de costo marginal.

117 La capacidad del monopolista para cobrar un precio mayor que su costo marginal está sustentada en su poder de mercado. Así, a mayor poder de mercado, mayor será el margen que puede cobrar el monopolista sobre el costo marginal. Evidentemente, cuando la empresa monopólica pueda cobrar un precio alto sin afectar de manera sustantiva la cantidad demandada de su producto, significa que goza de un poder de mercado mucho más grande; es decir, su curva demanda del mercado es más inelástica.

118 Es importante recordar que el gasto del consumidor equivale al ingreso del vendedor.

119 Si nuevos competidores ingresaran al mercado para ofrecer el producto vendido por el monopolista, el precio bajaría, reduciendo así los beneficios extraordinarios de la empresa que, hasta antes del ingreso de otros competidores, había sido monopólica. Por ello, suele ser afirmado que el supuesto de libre entrada de empresas es el que asegura la existencia de beneficios económicos nulos en el largo plazo cuando el mercado es de competencia perfecta.

120 Ciertamente, la elasticidad precio cruzada de la demanda de un producto frente a sus sustitutos (los productos con los cuales rivaliza en competencia monopólica) tiende ser muy elevada, pero no llega a ser infinita.

121 En algunos casos, también es posible observar información imperfecta, pero esta condición no es estrictamente necesaria (Frank, 1992).

122 Propuesto por Edward Chamberlin (1899-1967).

123 La cantidad que corresponde al costo medio mínimo suele ser denominada «escala eficiente».

124 Si las empresas venden productos diferenciados y cobran precios superiores a sus costos marginales, cada firma está incentivada a publicitar su propio producto para atraer a un mayor número de compradores (Mankiw, 2007). Esta es una de las razones por la cual la publicidad cumple un rol tan importante dentro de las empresas de competencia monopolística.

Capítulo 2. Medición de la producción y los precios de la economía

Existen diversos indicadores e índices1 que permiten medir el desempeño de la economía de un país o de una región. Se trata de variables macroeconómicas, las cuales, más allá de ofrecer información de un mercado específico, tienden a unir, sumar, añadir o «agregar» datos e información estadística de múltiples mercados o de diversos sectores de la economía. De allí que estas variables, conocidas como «agregados económicos» o «agregados macroeconómicos», no se concentran en medir los ingresos de una familia o la producción de una corporación, sino los ingresos de todos los hogares del país o la producción de todas las empresas que operan en el país. Igualmente, los agregados económicos no pretenden estimar el tiempo que demoran los egresados de una universidad específica en conseguir empleo desde que terminan sus estudios (al menos, como resultado final del cálculo); más bien, calculan cuánta población en edad y con capacidad de trabajar busca empleo pero no lo consigue. Los agregados macroeconómicos tampoco se concentran en estimar el precio del producto transado en un mercado específico, por ejemplo, el valor de una billetera de cuero o de una carpeta de madera (como sí suele ser suceder cuando se acude a un estudio microeconómico); en lugar de ello, los agregados macroeconómicos se esfuerzan en calcular el costo de vida a través del valor que debe pagar una familia representativa por los diversos bienes y servicios que consume.

Ciertamente, la división entre la Microeconomía y la Macroeconomía (pensando en la primera como el estudio de la conducta de los agentes en mercados específicos y en la segunda como el estudio del conjunto de la economía a través del desempeño de los grandes agregados económicos) puede resultar sutil. Por ejemplo, puede ser asumido que el precio del petróleo es una variable microeconómica, pues se forma en un mercado específico: el mercado del petróleo. Sin embargo, los cambios en el precio del petróleo afectan al conjunto de la economía. En efecto, un aumento significativo en el precio del petróleo tenderá a contraer la producción agregada de la economía y a elevar el promedio de los precios pagados por los consumidores (al menos en el corto plazo, tal como será explicado en el capítulo 6), pues la fabricación y el transporte de muchos bienes dependen del precio del petróleo. En cambio, los efectos sobre el conjunto de la economía que genera un aumento del precio del petróleo difícilmente sucederían como resultado de un aumento del precio de las billeteras de cuero.

Entre los agregados macroeconómicos más importantes, están el producto bruto interno (PBI) y el índice de precios al consumidor (IPC). El primero mide la producción, el gasto y la renta de la economía, mientras que el segundo es usado para medir el nivel de los precios promedio de la economía, y su variación es utilizada para cuantificar la inflación. En las siguientes secciones del presente capítulo, serán explicados en detalle dichos procesos de medición. Antes de ello, conviene destacar que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en coordinación con diversos organismos internacionales (el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), ha generado un «sistema de cuentas nacionales» (Naciones Unidas, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Comisión Europea, & Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, 2010), también conocido como «sistema de contabilidad nacional» o simplemente «contabilidad nacional».

El sistema de cuentas nacionales es un marco contable-estadístico que sirve de referente a las entidades de los diferentes países que se responsabilizan del proceso de estimación de los agregados macroeconómicos. En el Perú, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) es el encargado de estimar oficialmente los indicadores e índices de producción, renta, precios, empleo, entre otros; proceso que desarrolla sobre la base del marco que ofrece el sistema de cuentas nacionales. Por su parte, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) es el responsable oficial de la elaboración de la balanza de pagos y de la estimación de las cuentas monetarias2. Ciertamente, además del INEI, otros organismos autónomos (como el BCRP) o ministerios (como el Ministerio de Economía y Finanzas), así como instituciones privadas, realizan sus propias estimaciones de las cuentas nacionales para atender las necesidades de información propias de sus funciones.

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9789972574375
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