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Febrero 27
Yo y mi casa

“escogeos hoy a quien sirváis… pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (Josué 24:15)

Al final del libro de Josué, después de haber peleado cantidad de batallas para poseer la tierra prometida, después de que ellos habían contemplado la mano de Dios tumbando los muros de la gran ciudad de Jericó, y habían visto detenerse el sol y la luna para ellos vencer, y una y otra vez fueron testigos del poder y del favor de Dios, Josué se da cuenta de algo que lo desalienta. Muchos seguían solo mirando atrás. Muchos seguían pensando en lo que habían vivido anteriormente pero no en lo que estaban recibiendo en aquel lugar de parte de Dios.

Muchos no podían aceptar las bendiciones presentes y solo contemplaban lo que habían sido sus vidas en el pasado.

Así que él se planta delante de todo el pueblo para decirles: Decídanse a quién van a servir: si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis. Decídanse si se van a quedar añorando las tradiciones antiguas, la religiosidad de quienes no pueden avanzar en su vida espiritual.

Decídanse si van a seguir en lo pasado, lo que significó para muchos su muerte espiritual. Decídanse porque yo ya hice mi decisión: Yo y mi casa serviremos al Rey de reyes, yo y mi casa serviremos a Jehová.

Con toda seguridad durante este día, lo quieras o no, vas a servir a uno o varios señores.

Pero puede ser el señor del materialismo o del egoísmo o el señor del placer, de la vida fácil, quizás el del orgullo o el de la ira, el desconsuelo, el desaliento, la tristeza o cualquier otra condición que se quiera enseñorear de tu vida hoy.

Pero la vida es de decisiones fuertes y radicales.

Si continúas entregando tu vida a esos señores, pronto te darás cuenta de que no valían la pena, porque jamás podrán satisfacer los anhelos más profundos de tu corazón y de tu espíritu.

¿A quién vas a servir hoy?

El Señor te invita a tomar una decisión más apropiada para tu vida.

¿No estás cansado/a de una vida vacía y sin sentido? ¿No te agotas por tratar de satisfacer tus anhelos que cada vez parecen más lejanos? ¿No te parece que cada vez que sirves a alguno de estos señores, al final de todo, tu vida queda más vacía?

Por eso, El Señor de señores te invita hoy a quitar de en medio tanta idolatría. Este es un día para vivirlo en plenitud y la única manera de hacerlo es cuando te entregas en las manos de Jesús, quien llena tu vida completamente.

Sí, la vida es de decisiones grandes y este es el día para hacer la decisión más importante de tu vida. Sirve a Jesús. Él ha sido declarado Señor y Rey y la creación entera se inclina ante Su majestad.

Sírvele a Él y todo lo demás serán solo añadiduras.

Oración:

Gracias Jesús por ensenarme la verdadera adoración. No quiero servir a nadie más sino a ti. No quiero perder mi tiempo en adoración a ídolos o al materialismo. Quiero usar este día para tu gloria y honra. Sé que solo tú la mereces y no hay nadie más que pueda reemplazarte en mi corazón y en mi adoración. Hoy quiero vivir para alabar tu nombre. Amén.

Febrero 28
El Rey de Gloria

“Alzad oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas y entrará el Rey de Gloria. ¿Quién es este Rey de Gloria? Jehová el fuerte y valiente. Jehová el poderoso en batalla”

(Salmo 24:7-8)

La revista Forbes publica anualmente un listado con los hombres más poderosos del planeta.

Políticos, millonarios hombres de negocios, personas con gran influencia en los gobiernos o en la sociedad.

Sin embargo con todo su poder, con todo su dinero, con toda su influencia, no pueden cambiar un corazón humano. No pueden sanar un alma herida. No pueden transformar el odio en amor. No pueden traer arrepentimiento, perdón, reconciliación ni paz.

Los hombres de negocios pueden ofrecer trabajos muy necesarios.

Los educadores sabios pueden ofrecer conocimientos acerca del mundo.

Las técnicas sicológicas avanzadas pueden ayudar a la comprensión propia.

Todo eso es bueno. Pero ¿puede alguna de estas opciones transformar verdaderamente el corazón humano?

Solo existe un poder en este difícil mundo en el que habitamos que consigue hacerlo.

Es el poder del amor de Jesucristo, el amor que conquista el pecado, limpia la vergüenza, sana las heridas, reconcilia a los enemigos, remienda los sueños rotos y finalmente cambia al mundo, vida por vida.

Él puede ofrecernos la paz que sobrepasa todo entendimiento, el amor que rompe barreras entre los seres humanos y el poder que vence en todas las batallas.

El Señor puede transformar este mundo y tú puedes ser parte de esa obra monumental.

Ponte de su lado. Hoy Él está consolando al afligido, sanando a los quebrantados de corazón, construyendo puentes para quienes desean la verdad, levantando al que el mundo desprecia, rompiendo cadenas de adicciones y vicios destructivos, dando un lugar a los marginados y olvidados de este mundo.

Él no se ha detenido en su obra, hasta ahora trabaja y hoy te invita a trabajar con Él.

Sí, vamos levántate. El Rey de Gloria está entrando y la batalla de este día nos conducirá con Él de nuevo a la victoria. Él nunca ha perdido una batalla y hoy está conquistando tu corazón.

Ahora El poderoso de Israel habita en ti. Estás destinado a la gloria eterna.

Oración:

Señor amado, que gran privilegio que tengo en este día de vivirlo en tu compañía. Tú sigues obrando en medio de este mundo de maldad, de desconcierto, de desilusiones, de angustias. Pero tú estás trayendo consuelo, paz y armonía. Hoy quiero ser un instrumento en tus manos para realizar esa tarea. Ayúdame a usar los dones que me has dado para bendecir otras vidas, y al final del día cuando me recueste para descansar, sabré con toda certeza que ha sido un día productivo porque tú estuviste conmigo en cada instante. Amén.

MARZO

Marzo 1
Alguien toca tu puerta

“he aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20)

¿Has recibido en alguna ocasión una visita sorpresa?

Quizás estás en tu casa un día sin esperar a nadie, tu casa en desorden, nadie te ha anunciado una visita, pero de repente suena la puerta. No tienes ni idea de quién puede estar al otro lado.

Es más, ni siquiera estás preparado/a para recibir a nadie, por el contrario no deseas que nadie te moleste. Pero abres la puerta y te encuentras a una persona que no esperabas.

¿Cómo será tu reacción? ¿Qué le dirás? ¿Le cerrarás la puerta en la cara?

Podemos tener diferentes reacciones, especialmente dependiendo de quién encontremos del otro lado de la puerta.

¿Y si es El Señor quien viene hoy a visitarte? ¿Cómo lo recibirás? ¿Lo despedirás simplemente como a alguien más?

Por alguna razón la tradición nos ha hecho creer que nosotros somos los que siempre tenemos que buscar a Dios, ya que Él es evasivo y difícil de encontrar. Pero la Biblia nos dice lo contrario y nos presenta a un Dios que no se cansa de buscarnos.

Dios buscó a Adán en el Edén, salió al encuentro de Gedeón, de Moisés, de Elías y muchos más. Así mismo, Dios te busca a ti, y lo único que tienes que hacer es estar atento y responder cuando Él golpea a tu puerta; tener el corazón abierto para dejarlo entrar.

Día tras día va pasando y Dios sigue mirando, mirando, mirando… ¿no hay nadie que quiera invocar su bendición? ¿Sobre quién puede derramar su gracia? ¿Hay alguno que esté interesado? ¿Hay alguien que desee abrir la puerta de su corazón para que Él entre en toda su plenitud y la gracia maravillosa inunde una nueva vida?

En este día, El Señor te invita a estar atento a su venida. Él quiere entrar en tu casa para que puedas disfrutar de las bendiciones eternas y se puedan cumplir los anhelos más profundos de tu corazón.

Él está llegando a tu vecindario y recorre lugar por lugar trayendo el gozo de la salvación.

¿Estás listo/a para recibirlo?

A propósito: ¿Escuchaste que alguien está tocando a tu puerta?

Oración:

Señor Jesús, hoy quiero estar atento/a a tu llamado. Sé que tus ojos buscan por aquellos que te anhelan y deseas compartir tu tiempo con cada uno. Tú estás a la puerta y no quiero hacerte esperar. No solo abro mi puerta, también abro mi corazón para que tú entres en él, lo examines y mires si hay en mí un camino equivocado y me guíes en el camino eterno. Amén.

Marzo 2
Fueron oídas tus palabras

“……no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras……” (Daniel 10:12)

¿En cuántas ocasiones has orado y parece que Dios no te escucha? ¿Has experimentado el vacío del silencio del Señor y piensas que tus oraciones no han llegado hasta el trono de gloria?

Si te has sentido así, no eres la única persona que lo ha experimentado.

Todos pasamos por momentos de una terrible sensación en los que creemos que nuestras oraciones no tienen respuesta y nos culpamos por nuestra falta de fe, o nuestra falta de consagración en las cosas del Señor, o pensamos que nuestras necesidades no son tan importantes como para que Dios les ponga atención.

Pero no es así. Dios escucha las oraciones de sus hijos.

Como un padre amoroso Él siempre tiene atento su oído al clamor de quienes se acercan a Él con sincero corazón. Y como Él conoce todo de nosotros, Él sabe muy bien cuál es la respuesta adecuada.

En ocasiones el silencio es la mejor respuesta. En otros momentos verás cómo de una forma inmediata viene lo que estabas esperando, y te llenas de regocijo, y en otras debes guardar paciencia ante la negativa del Señor, pues es indudable que tiene un propósito mayor para ti en cada situación.

Al empezar este nuevo día puedes tener la seguridad de tu conexión divina.

Él escucha y te invita a confiar en sus respuestas. Llegará para ti el tiempo en que entenderás más claramente por qué has tenido que pasar por las situaciones que has pasado, por qué se te detuvo cuando lo que querías era seguir adelante, por qué conociste personas que no sabías que iban a influir tanto en ti pero eran mensajeros enviados del Señor con palabras de aliento y de consuelo, y también sabrás por qué a veces la respuesta a tus peticiones no fue la que esperabas, porque había mejores cosas que Dios estaba preparando para ti y aún no las podías ver.

Y entonces todo cobrará sentido, las situaciones se te aclararán, tu visión se ampliará y podrás avanzar, y podrás responder a los propósitos eternos.

Sí, Él habita en las alturas, en el trono de gloria desde donde gobierna, pero también habita en el corazón de quienes le buscan con sinceridad y confianza.

No dudes. En este mismo instante, Dios está haciendo algo para ti y pronto lo sabrás.

Tus palabras han sido oídas. No temas, no desmayes, Él te levantará con la diestra de Su justicia y nuevas fuerzas llegarán a tu vida.

Oración:

Sé que tengo una esperanza sólida cuando creo en ti Señor Jesucristo. Sé que si diste tu vida por mí, ¿Cómo no escucharás también mis oraciones, mis suplicas, mis ruegos? Hoy tengo esta certeza. Tú no solo me escuchas, sino también intercedes por mí ante el trono de la gracia. Qué maravillosa bendición que tengo al saber que mis oraciones son escuchadas, han subido hasta los cielos y han sido colocadas en las mejores manos. Gracias Señor Jesús. Amén.

Marzo 3
Derrotando a los gigantes

“tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, El Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado” (1 Samuel 17:45)

La victoria de los hijos de Dios dependerá siempre de la fuerza de quien los envía.

A medida que el mundo avanza, se presentan nuevos desafíos difíciles de enfrentar. Situaciones tan complejas que se asemejan a los gigantes imposibles de vencer.

Sin embargo, Dios está levantando hombres y mujeres valientes con corazón de guerreros que enfrentan las batallas con las armas de Dios y siempre salen vencedores.

David venció a Goliat de la manera en que ningún ser humano sobre la tierra lo hubiera pensado.

Tan solo este valeroso jovencito que no resistió que el nombre del Señor fuera blasfemado y que se levantó con furor sobre el enemigo que amedrentaba al pueblo de Israel, logró lo que muchos otros hombres de guerra no habían alcanzado.

Mientras todos se escondían por miedo al Gigante, David acabó para siempre con ese enemigo y engrandeció el nombre de su Señor.

¿Eres tú uno de estos miembros de las nuevas generaciones victoriosas? ¿Estás listo para enfrentar esos gigantes y vencerlos en su propio terreno pero con las armas de Dios?

En este día, El Señor quiere llevarte a un terreno de victoria en donde puedas levantar el nombre de Dios en alto, y al derribar esos gigantes proclamarle al mundo que hay un Dios poderoso que vence en todas las batallas.

Lo importante no es lo que dice el enemigo. Goliat vociferaba todo tipo de maldiciones, pero David había entendido la grandeza de su Dios.

Si en este día tienes que enfrentar a uno de estos gigantes, mira primero hacia los cielos. Reconoce la grandeza de Aquel que ha creado todas las cosas. Observa la majestad sublime del que puso cada estrella y cada astro, cada planeta del universo. Imagina los poderosos ejércitos que acompañan tu caminar de cada día y entonces mira a ese gigante y dile con voz que retumba: ¿Quién es este intruso en mi vida que se atreve a desafiar a un hijo de Dios? y ve con seguridad, porque Dios ya te ha otorgado la victoria.

Oración:

Este es un día de victoria para mí. Señor, tú peleas por mí y siempre sales victorioso. Por eso mi oración en este día es para que me ayudes a descansar en Tu poder, en Tu majestad, en Tu autoridad. Quiero vivir con la seguridad que tú me das al ir delante de mí en cada batalla que tengo que enfrentar. Soy un/a guerrero/a de tu poderoso ejército. Tú eres el comandante en jefe. La victoria está asegurada en ti. Amén.

Marzo 4
Un amor sin igual

“porque de tal manera amó Dios al mundo………………” (Juan 3:16)

La afirmación del amor de Dios recorre toda la Biblia en múltiples formas. Amando a la humanidad perdida y preservándola a través de Noé. Amando a Abraham y dándole promesas de bendición eterna. Amando a David y concibiéndolo como un hombre de acuerdo a su corazón. Amando a su pueblo y liberándolo de la esclavitud, llevándolo por el desierto hacia la tierra prometida. Amando a sus discípulos, a la mujer adúltera, al centurión que le aceptaba, a la viuda que lloraba, al leproso que se quejaba, a la mujer enferma que buscaba tocar su manto, a las multitudes hambrientas de comida y de palabra, a los pecadores arrepintiéndose, a los que lo golpeaban y escupían, a quienes lo clavaron a una cruz y a quienes contemplaron su muerte y su resurrección.

En todo esto, estabas también tú. En la mente de Dios estabas contemplado tú desde el principio, desde la creación del mundo y en este día el amor de Dios sigue siendo el mismo para ti.

El mismo amor que tuvo por su madre María. El mismo amor que tuvo por sus amigos, por sus cercanos, por Lázaro a quien levantó de la tumba, es el mismo amor que desea que tú experimentes y te está llamando solamente a que lo aceptes.

Eso es todo lo que tienes que hacer. Aceptarlo. Recibir su amor.

¿Estás dispuesto a recibir hoy ese amor divino en toda su dimensión?

Hay muchas cosas que en mi mente finita no puedo entender, pero que debo aceptar por la fe.

Yo no sé cómo funciona la electricidad, pero aun sé que es muy difícil vivir en la oscuridad.

Yo no sé cómo funciona el sistema digestivo, pero sé que aun sin saber cómo funciona, debo comer para seguir adelante.

Yo no puedo entender la dimensión del amor de Dios, pero sé lo que Él me pide, que abra mi corazón y reciba ese amor y que al hacerlo, tendré un destino de eternidad en su compañía.

Por eso no es necesario que lo entiendas en toda su dimensión.

Así que en este día aunque no lo comprendas cabalmente, solo acéptalo como un regalo divino, como el más grande obsequio que viene de un Dios lleno de amor para dar.

¿Quieres recibirlo? Extiende tus manos, Él las llenará.

Oración:

Aunque he buscado el amor en diferentes lugares, hoy entiendo que no hay una fuente superior que mi Señor. Tú eres la fuente, el dador, el canal, el origen del amor y por lo tanto, no puedes jamás ser superado. Por eso hoy recibo ese amor tuyo manifestado de tantas formas diferentes. No lo puedo comprender en toda su dimensión, pero sé que no hay nada ni nadie que me pueda separar del amor de mi Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Amén.

Marzo 5
En la casa de mi Padre

“Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:3)

Un artista insatisfecho con su trabajo le dijo un día a su esposa, me voy a buscar inspiración para pintar mi obra maestra.

Viajó por muchos países, vio cosas hermosas pero no encontraba lo que andaba buscando.

Un día salió a pasear y vio una novia saliendo de su boda y le preguntó: ¿Qué es para ti lo más hermoso del mundo? Ella sin titubear dijo, por supuesto, el amor. Pero ¿Cómo pintar el amor?

Continuó su camino descorazonado y encontró a un soldado que volvía de la guerra y le preguntó: Para ti ¿Qué es lo más hermoso del mundo? Por supuesto la paz, respondió el soldado. Pero ¿Cómo pintar la paz?

Siguió buscando y encontró a un pastor y le preguntó lo mismo, y él le contestó: Por supuesto que la vida. Pero ¿Cómo pintar la vida?

Desesperado y frustrado volvió a su hogar, cansado de su cuerpo y de su espíritu.

Su esposa lo recibió con mucha ternura y calor. El artista encontró el amor del que le había hablado la novia.

En su hogar todo respiraba tranquilidad y seguridad, era la paz de la que le había hablado el soldado.

De repente, vio a sus hijos que venían corriendo hacia él para abrazarlo y besarlo, y encontró la vida de la que le había hablado el pastor.

Toda la inspiración que necesitaba la había encontrado en su hogar.

No hay un lugar más acogedor que nuestro propio hogar. Podemos visitar hermosos países, caminar por ciudades espectaculares, observar hermosos paisajes, llegar a lugares paradisiacos, pero aun con todo su atractivo, siempre experimentaremos la necesidad de retornar al lugar donde nos esperan nuestros seres queridos.

Por eso Dios está diseñando en el más allá un hogar para sus hijos. Es un hogar en donde reina el amor, la paz y la vida eterna, porque está siendo diseñado perfectamente por el Divino Arquitecto.

Y hoy El Señor nos invita a convertir nuestros hogares en lugares donde Su presencia sea continua como un anticipo de lo que viviremos en la eternidad.

Este es un día hermoso para vivirlo de la mejor manera. ¿Saludaste a los tuyos con un beso? ¿Expresaste palabras de amor y no de reproches? ¿Alegraste la vida de quienes te rodean con un bonito detalle? Vive este día como una expresión perfecta de lo que será tu eternidad. Al fin y al cabo hoy estás más cerca de ella.

Oración:

La seguridad de mi vida no es solamente que tengo un hogar terrenal, sino que al partir de este mundo también tendré un hogar celestial preparado directamente por mi Señor Jesucristo. Te doy gracias Señor por semejante privilegio. Saber que por la eternidad disfrutaré de tu presencia me llena de gozo desde ahora mismo porque sé que nunca me faltará el calor de hogar en la casa de mi Padre celestial. Amén.

Marzo 6
Nunca estás solo/a

“Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo y si por los ríos no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti” (Isaías 43:2)

Es posible que en ocasiones vengan a tu mente situaciones difíciles que has afrontado.

Piensa por un momento lo peor que te llegó a suceder. En ese momento te lamentaste y lloraste, quizás gritaste y dijiste por qué a mí, por qué a mí.

Parecía que no había esperanza y el silencio de Dios era demasiado duro para ti. Y tú decías, dónde está mi Dios, por qué no ha venido, por qué no me escucha, mira mi condición, no puedo estar peor.

Pero Dios no se había ido, ni se había distraído. Él estaba ahí, aunque no te diste cuenta, Él te confortó, aunque no lo notaste, Él te susurró al oído palabras de consuelo, aunque no podías verlo, Él no se apartó de tu lado.

En ese momento de gravedad en el hospital o en aquel momento en que tu familiar se fue para siempre y tú solo tenías lágrimas en tu rostro, en ese momento cuando te dijeron que ya no te necesitaban más en el trabajo, cuando tu hijo se fue de la casa, o cuando caminabas solo y pensabas que no eras importante para nadie, o cuando tu esposa te miró con desprecio y te dijo: me voy para siempre.

Pero Él nunca te abandonó.

Ese es el verdadero milagro de este mundo. Un Dios tan grande y majestuoso que colocó con sus manos las estrellas, los astros, los planetas y que tiene el poder sobre todas las cosas, es el mismo que camina de tu lado, te cuida, te protege y te libra de tu condición perdida y te lleva hacia el camino de salvación eterna.

En medio de una generación maligna, perversa, fría, egoísta e individualista somos cuidados por las manos de nuestro Señor.

El enemigo acecha pero no tiene nada que hacer con los hijos de Dios.

Por eso en este día tú caminas con seguridad. Tus pasos son firmes, estás siempre protegido/a por la diestra del Señor.

Por eso puedes reafirmar hoy con total certeza: yo sé que aunque pase por aguas profundas no voy a perecer, yo sé que aunque los tiempos sean malos, Él no me soltará de su mano, yo sé que aunque la tristeza me domine, Él enjugará toda lagrima de sus hijos, yo sé que aunque pase por el fuego, no me voy a quemar, porque Él lo dijo y eso me basta.

Nunca estás solo/a, Dios está contigo todos los días hasta el fin.

Oración:

La seguridad de tu presencia me reconforta todos los días de mi vida. Hoy elevo mi mirada al cielo dándole la gloria a mi Dios por darme el regalo maravilloso de su compañía. Aunque el mundo entero me abandone, no hay manera alguna que El Señor lo haga porque Él lo ha prometido. Camino con seguridad porque tú me has repetido una y otra vez que no tema, que no estoy a la deriva en medio de este mundo, por el contrario, la verdad más grande de mi vida es que tú estás conmigo. Amén.

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9781953540300
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