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Febrero 19
La familia de Jesús

“Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano y hermana y madre.” (Mateo 12:50)

La familia se define como una comunidad de amor y de solidaridad en la que se resaltan los vínculos de consanguinidad o de afinidad.

Es decir, personas unidas por lazos en los que debería siempre primar la colaboración mutua, el entendimiento, la comprensión, la ayuda y por supuesto por encima de todo esto, el amor de unos con otros.

Pero los familiares de Jesús no se definen por consanguinidad, ni por raza, pueblo, nación, lengua, color o sexo. No. Los familiares de Jesús se definen por una sola condición: Los que hacen la voluntad del Padre.

Esos son los verdaderos familiares del Señor. Los que se han unido a la familia real de Dios que se identifica por su obediencia incondicional, por el amor entre unos y otros sin envidias, ni celos, ni contiendas, ni engaños.

Son los que abren su corazón a diario para decirle al Señor: Heme aquí. Estoy listo para hacer tu voluntad. Envíame donde me quieres enviar, dirígeme por tus sendas donde hay seguridad, aclárame los caminos por los cuales quieres que transite y lléname de tus fuerzas para cumplir con tus propósitos de gloria en este mundo.

El Señor quiere invitarte en este día a ser parte de la gran familia de los que caminan con Jesús.

Pero debes entender lo que esto significa: Vivir en humildad y no en soberbia. Amar en lugar de odiar. Obedecer en lugar de estar en rebeldía. Creer en lugar de dudar. Vivir en la libertad de la esclavitud del pecado. Atreverte a confiar en lo sobrenatural de Dios. Mostrar en este mundo un poder que no es tuyo sino que viene de los cielos. Misericordia en lugar de sacrificios. Ayuda en lugar de antipatía. Consuelo en lugar de quejas. Paciencia en lugar de desespero. Gozo en lugar de melancolía y derrota. Bondad en lugar de frialdad. Templanza en lugar de debilidad y paz en lugar de guerra.

¿Estás dispuesto/a a ser parte de esta familia en este día?

Puede ser muy desafiante. Cuesta sacrificar los deseos de la carne y andar en el Espíritu. Pero no estás solo/a en esta lucha, tienes toda una familia que te apoya y un hermano mayor que te da el respaldo de los cielos.

A ti también en este día, Jesús quiere llamarte hermano/a. ¿Estás dispuesto/a a hacer la voluntad del Padre?

Oración:

Dios de los cielos, hoy levanto mi mirada a ti para pedirte que seas mi sustento mientras intento cumplir con tu voluntad. Sé que tu estas allí para ayudarme, darme soporte cuando lo necesite, alejándome de las tentaciones que me invitan a seguir mi propio caminar, y acompañándome a través del Espíritu Santo para hacer de este día, un día especial en compañía de la familia de Jesús. Amén.

Febrero 20
“En esto pensad”

“por lo demás hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” ( Filipenses 4: 8)

Lo que ocupa el pensamiento de cada ser humano, determina su acción.

Continuamente llegan a nuestra mente diferentes cosas, ideas creativas, imágenes novedosas, figuras que no pueden concebirse, sino en la mente.

Así mismo nuevos retos, aspiraciones, deseos de mejorar, planes para el futuro, sueños por cumplir. También llegan recuerdos, memorias que nos llevan a nuestro pasado para vivirlo de nuevo y por supuesto, también vienen a la mente diferentes tentaciones, malos pensamientos, malos deseos y cosas que no edifican ni construyen, sino que destruyen y causan mal en quien los tiene, llenándolo de rencor, deseos de venganza y malos propósitos.

Esos malos pensamientos son la estrategia más sutil que ha usado Satanás a lo largo de la historia para reducirnos a simples esclavos del pecado, y engañarnos para que no nos levantemos como verdaderos guerreros, hijos de un maravilloso Rey. Su campo de batalla es nuestra mente y si no disciplinamos nuestros pensamientos, seremos derrotados fácilmente.

Por eso Pablo nos alienta a “transformarnos por medio de la renovación de nuestro entendimiento y de esta manera podremos comprobar la buena voluntad de Dios agradable y perfecta para nuestra vida” (Romanos 12:2).

¿Podrías examinar tus pensamientos en este día? ¿Cuánto ocupas de tu tiempo para recordar cosas desagradables que aún te causan daño? ¿Cuánto tiempo empleas en aumentar rencores, en alimentar deseos de venganza, en nutrir esas tentaciones que te alejan de la voluntad divina o en fomentar malos pensamientos que no te ayudaran a crecer más como ser humano y como hijo de Dios?

¿Estás desperdiciando el precioso tesoro que tienes que se llama tiempo, dejando de lado lo que es verdadero, lo que es honesto, lo que es justo, puro y amable o digno de alabanza?

¿Qué tal si este día lo dedicaras a fomentar buenos pensamientos y cosas edificantes que te permitieran afrontar tu vida con mejores argumentos y deseos renovados de ver algo mejor para tu futuro?

Lo que hoy estés pensando puede llegar a ser tu futuro, así que empieza hoy a preparar algo mejor para los días por venir a través de una mente pura, llena de cosas gratas y productivas.

Dios quiere transformarte y tiene que empezar por tu mente. Vale la pena dejarte moldear por Él.

Si así lo crees, “en esto pensad”.

Oración:

En este día Señor, quiero pedirte como lo hizo David: Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno (Salmo 139:23-24). Que mi corazón te pertenezca, que mis pensamientos me conecten siempre contigo y que mi camino me conduzca a tu presencia gloriosa. Amén.

Febrero 21
Perseguidos por el bien

“Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida” (Salmo 23:6)

¿Qué esperas de este día en particular? ¿Tienes ya una agenda llena de actividades por cumplir?

¿Cuáles son las expectativas que tienes al empezar esta nueva jornada? ¿En qué o en quién has puesto tu confianza?

En muchas ocasiones nuestra vida puede parecer como un intento desesperado por mantenernos a flote mientras todo alrededor se consume bajo una lluvia de desaliento, de luchas infructuosas, de fracasos o esfuerzos que no logran lo que necesitamos cumplir.

¿Te has sentido así alguna vez?

Puede ser que estés pasando uno de los momentos más duros de tu vida y la pura realidad es que no sabes ni qué hacer, pero hoy El Señor te dice en el hermoso salmo del buen pastor que no es necesario vivir de esta manera.

Que tu vida no es necesariamente una lucha sin cuartel a la cual debes sobrevivir a diario.

Por el contrario, El Señor te promete que el bien y la misericordia te siguen todos los días y que tu morada permanente es en la casa segura de tu Buen Pastor.

Por eso este no es un día de derrota, ni de desaliento, ni de desánimo. No.

Por el contrario este es un día de victoria en Cristo Jesús.

Así como su misericordia se renueva esta mañana para ti, también hay mucho bien siguiendo tu vida para llenar tus alforjas y prepararte para recibir esas bendiciones que han sido dispuestas para los que le aman.

Que Dios bendiga tu vida con nuevas realizaciones. Que rías llenando temprano tu espíritu de alegría. Envía una flor a alguien que amas, dale un beso a tus seres queridos, envía un mensaje de aliento a tus amigos, cómprale un detalle a quien te espera y llénalo de sorpresas gratas, escribe un poema, compón una canción, inspírate en la belleza de la naturaleza y ante todo levanta tu mirada al cielo y agradece, porque Dios ha puesto a tu disposición toneladas de bendiciones que te seguirán a lo largo de este día.

Oración:

En tu Palabra recibo la seguridad de tu amor, de tu misericordia y de tu anhelo de llenarme de bendiciones. Por eso, hoy Señor, quiero despojarme de temores, de angustias y sentimientos de fracasos, y entrar en la dimensión de tu presencia donde el bien y la misericordia me seguirán todo el tiempo. Recibo ese regalo maravilloso que viene de tus manos benditas y me alisto para vivir un día especial rodeado por tu gracia y tu amor incomparable. Amén.

Febrero 22
En las alas del ángel

“El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende” (Salmo 34:7)

¿Tienes la necesidad en este día de sentirte protegido/a, custodiado/a, de que los peligros sean alejados, de que puedas moverte con seguridad a donde quiera que vayas?

Por supuesto que sí.

Cuando se hizo una encuesta para determinar las necesidades que un ser humano debe satisfacer, se halló que sin duda una de las importantes aparte de la comida, el vestido y el resguardo, es la de sentirse seguros.

Hay personas que se sienten atrapadas en cárceles de incapacidad.

Hay quienes creen que no son importantes para nadie.

Hay quienes no se atreven a salir a la esquina de su casa porque los temores los tienen apabullados. ¿Cuántas veces hemos escuchado quienes nos dicen: nadie se preocupa por mí, estoy luchando solo mis batallas, me siento abandonado/a?

A lo mejor tú mismo/a lo has repetido alguna vez.

Pero hoy El Señor tiene un mensaje para ti: nunca estás solo/a. El ángel del Señor está contigo.

Los guerreros del pueblo de Israel cuando salían a la batalla tenían conciencia de algo muy importante. No les importaba tanto si el ejército enemigo era muy grande, si estaba mejor equipado, o si tenía más armas de ataque. No, en realidad lo más importante para ellos era saber que Dios estaba con su pueblo.

Cuando salgas a tu batalla diaria, antes de cruzar la puerta de tu casa para salir a enfrentar todo lo que viene, ponte en las manos del Señor, no pienses que afuera hay enemigos que te quieren dañar, piensa que tienes contigo a un Dios poderoso que cuida cada uno de tus pasos.

Encomienda hoy tus caminos en sus manos poderosas y ten presente a lo largo del día que no estás solo/a, que Dios está contigo.

Eres propiedad divina, has sido comprado/a por precio. Tu tranquilidad parte de saber que estás todo el tiempo en la mente de Dios. Que ya es Cristo quien vive en ti, y que Él mismo ha enviado hoy a sus ángeles para que te cuiden.

Envuelto/a en el amor divino, eres mantenido/a a salvo y estás seguro/a. Dios siempre está contigo como una presencia protectora y amorosa.

Escucha lo que El Señor te está repitiendo en este nuevo amanecer: Yo soy tu escudo, soy tu amparo y tu fortaleza.

Oración:

Hoy te agradezco porque a través de tus palabras me reafirmas que tienes cuidado de mí. Ya no puedo sentirme solo/a o abandonado/a. Aunque el mundo entero se aparte de mí. Aunque no sienta la compañía de alguna otra persona. Incluso, aunque me desprecien o me ignoren, tengo una certeza en mi corazón: ¡tú estás conmigo! y eso me da la seguridad para vivir este día bajo tu amparo y cuidado. Gracias Señor por mantenerme bajo tu protección constante. Amén.

Febrero 23
Pureza de labios

“el que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal; y sus labios no hablen engaño” (1 de Pedro 3:10)

Durante el transcurso de este día, por tu boca saldrán miles de palabras.

Hoy podrás usar tu boca para levantar oraciones y alabar al Señor, para consolar al afligido, para respaldar a tus hijos en sus actividades, para edificar la vida de alguien, para compartir las verdades de la Palabra de Dios, para traer un mensaje de esperanza a quien está en depresión, para inundar de bendiciones los lugares que visites y las personas con quien hoy te encuentres en tu lugar de trabajo, caminando por las calles, en el salón de clase y por supuesto, también en tu hogar.

Pero también es posible que uses tu boca para maldecir, para quejarte por la economía, el clima, las enfermedades, la soledad, la tristeza o cualquier otra situación por la que atravieses.

Podrás así mismo con tus palabras traer murmuraciones, críticas y calumnias.

¿Te das cuenta del poder que tienes en la boca?

Poder para edificar o para destruir, para bendecir o para maldecir, para traer vida o para traer muerte, para levantar o para derribar.

¿Cómo usarás hoy este poder? ¿Si pudieras hoy contar las palabras que salen por tu boca, podrías afirmar sin temor a equivocarte que estás usando adecuadamente ese poder que Dios puso sobre ti? Jesús afirmó que lo que contamina al hombre no es lo que entra, sino lo que sale de su boca, porque a través de ella se manifiestan intenciones malsanas, blasfemias, falsos testimonios y malos pensamientos.

Muchos no son usados, o son usados sólo de manera muy limitada por Dios, porque de sus bocas salen dos cosas opuestas: lo dulce y lo amargo. Sus bocas pronuncian muchas palabras que no son de Dios, al mismo tiempo que pronuncian la Palabra de Dios.

Por eso en este día, El Señor te llama a usar tus labios con pureza.

Desafíate a ti mismo hoy a hablar solo palabras edificantes, sazonadas con la gracia del Señor, purificadas por tus buenos pensamientos, llenas de gozo y de amor hacia los demás.

No contribuyas a la contaminación del mundo, por el contrario, a través de tus labios, hoy puedes cambiar la vida de alguien, levantar a quien está en tristeza y ayudar a alguien que necesita escuchar palabras de vida que lo llenen de motivaciones nuevas.

Sí, usa tu boca este día de la mejor manera y estarás con ello alabando a Dios, pues al fin y al cabo la alabanza es el “fruto de labios que confiesan su nombre” (Hebreos 13:15).

Oración:

Amado Señor Jesucristo, mi anhelo para este día es usar bien mi boca para proclamar tus maravillas. Ayúdame a ser de bendición para otros a través de las palabras que pronuncio. Permíteme traer edificación y aliento al necesitado; consuelo al afligido; perdón a quien he ofendido; reconciliación a quien se ha alejado; expresiones de amor a los demás, y especialmente concédeme poder hablar palabras que exalten tu grandeza, poder y majestad. Amén.

Febrero 24
La motivación de mi vida

“nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo” (Filipenses 2:3)

¿Cuál es el motor que impulsa tu vida todos los días?

Piensa por un momento. ¿Serán solo tus ambiciones personales? ¿Serán solo deseos de sobresalir o ansias de fama o de dinero? ¿Será únicamente un deseo de demostrarle a alguien que tú puedes lograr grandes cosas?

O tal vez tienes grandes sueños que forjaste desde mucho tiempo atrás y hoy en día te sirven como motivación diaria.

Lo que sea que motive tu vida, determinará en gran manera la forma como vives cada día.

Este mundo necesita personas determinadas a hacer lo mejor por los demás. Personas que no centran su vida en sí mismas, sino que tienen la capacidad de ofrecer una mano amiga, quitarse el abrigo para favorecer a alguien que tiene frío, compartir su propia cena con el hambriento, o entregar parte de su tiempo para ayudar al necesitado, socorrer a las viudas, visitar a los enfermos, orar por los desvalidos y escuchar al que necesita desesperadamente desahogarse de sus temores o tristezas.

De acuerdo con los estudios realizados acerca de lo que camina normalmente una persona cada día, se estima que son diez mil pasos los que da, y que en total puede llegar a caminar unos ciento ochenta y cinco mil kilómetros durante una vida entera, lo que equivale a dar más de cuatro vueltas alrededor de este gran planeta que habitamos.

Pero la pregunta para cada uno es: ¿Estás usando tus pasos con sabiduría? ¿Estás yendo por caminos adecuados en el cumplimiento de los propósitos divinos para tu vida?

Hoy El Señor nos invita a encontrar las verdaderas motivaciones para tener una vida realizada, llena de gozo y de paz. Él quiere que sigamos sus caminos y que el estímulo que tengamos sea el de servicio, entrega, ayuda, solidaridad, paciencia, fe y especialmente el mayor de ellos que es el amor.

No hagas nada guiado por deseos de venganza, por disputas o peleas.

Más bien usa tus pasos adecuadamente en este día. Camina decididamente guiado por la mano de Dios. Piensa en seguir el ejemplo de Jesús, quien no se aferró a su gloria, más se humilló y pensó en nosotros y por lo tanto, hoy podemos disfrutar del gozo de los redimidos, la paz que sobrepasa todo entendimiento y la seguridad de quien mora bajo la sombra del Omnipotente.

Fíjate bien hoy en cada paso que das. Dios está en cada uno de ellos.

Oración:

Te pido Señor, que en este día guíes mis pasos hacia lugares adecuados. Dame oportunidades para servir de la mejor manera, para dar sin reparos, para amar sin desconfianza, para entregar lo mejor de mi vida en tu obra. Permite que el trabajo de mis manos te glorifique y que muchos puedan recibir bendiciones a través de mí, como un instrumento de tu amor y de tu paz. Amén.

Febrero 25
Hechos a la manera de Dios

“porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras…..” (Efesios 2:10)

Mírate hoy por un momento frente al espejo. Lo que ves, no es obra de la casualidad, ni de una explosión, ni de una coincidencia de los elementos del mundo. De ninguna manera.

Lo que ves es nada menos y nada más que una creación divina.

El Señor se inspiró para hacerte y estuviste en las manos del Alfarero, quien planeó y moldeó cada parte de ti.

Pero no es solamente tu aspecto físico lo que responde a un modelo celestial. Es en realidad todo tu ser. La complejidad de un ser que tiene una imagen en los cielos, que tiene el aliento espiritual dado por Dios y que fue creado con un propósito específico.

Eres un milagro verdadero y tienes un camino por recorrer para dejar huellas de bendición sobre los que te rodean.

Pero Dios no ha dejado de crear en ti.

El empezó una buena obra y la va a perfeccionar hasta el día final.

Estás en un constante proceso de perfeccionamiento y hoy avanzarás un poco más en esos deseos celestiales.

Por eso, el día que tienes por delante no es un día cualquiera. No. En realidad es un paso más hacia la eternidad. Es una nueva oportunidad para crecer y convertirte en ese ser humano que El Señor tuvo en mente desde que te envió a este mundo.

Y los pensamientos de Dios para ti son de bien y no de mal para darte el fin que siempre has esperado. Por eso cuida cada paso que des hoy. Camina con la firmeza que pueden tener los que andan con la mirada puesta en el objetivo final.

Este es un día de victoria con Cristo. Día de misericordias que surgieron en los cielos para hacerse evidentes en la tierra. Día de grandes realizaciones que ya estaban en la mente de Dios para que se cumplieran en ti. Día de batallas ganadas y triunfos anhelados.

Eres una obra en construcción. Baja la velocidad, hay un obrero celestial que trabaja dentro de ti.

Oración:

Señor de los cielos, hoy puedo comprender la naturaleza de tu gran amor. Me has tenido en tus manos desde siempre. Te pertenezco y sé que tú estás haciendo lo mejor de mí cada día. Por eso ningún día es en vano. Hoy me acercaré más al objetivo propuesto, avanzaré en los propósitos divinos y seré guiado/a por tu mano para dar un paso más en mi destino eterno. Gracias por regalarme un nuevo día para cumplir con los propósitos por los cuales fui creado/a. Amén.

Febrero 26
Un amor sin igual

“con amor eterno te he amado…………” (Jeremías 31: 3)

Hoy eres receptor/a de un amor sobrenatural.

Eres lo más valioso para Aquel que te creó y que cuida cada paso que das en este mundo, y que luego seguirá extendiendo ese amor para recogerte y llevarte a las alturas en Su divina compañía, para compartir contigo esa eternidad anhelada.

Por eso este es un día de agradecimiento a Aquel que te ama desde siempre y para siempre.

Al empezar esta jornada y al leer este mensaje, levanta tu mirada a los cielos y exprésale al Señor cuán agradecido/a estás por esa manifestación constante de afecto celestial.

Eres amado/a. Tu vida es muy valiosa para El Creador de todas las cosas.

No hay nada en este mundo que se pueda comparar con el amor que Dios pone en ti todos los días.

Alza tu mirada hacia los cielos y únete al coro de ángeles que adoran al Creador.

El universo entero le reconoce, los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos.

Disfruta este día con Aquel que te ama incondicionalmente y ha dispuesto todo para hacer que en cada momento tú puedas experimentar la realidad de un amor que nunca cesa.

Sí, El Señor repite para ti estas palabras hoy: “con amor eterno te he amado”.

Recibe estas palabras y da gracias.

Conéctate hoy a la eternidad de Dios.

Oración:

Señor Jesús, puedo experimentar en este día tu amor incondicional. Sé que viniste desde los cielos mismos para darme tu amor, la salvación y vida eterna. No puede haber un amor más grande. Pero no solo me has dado esos regalos maravillosos. En realidad cada día recibo de tu paz que sobrepasa todo entendimiento. Recibo tu misericordia que se ha renovado esta mañana. Recibo el calor de tu presencia constante. Sé que en este día he recibido todo cuanto necesito para seguir adelante. Cómo no darte la gloria y la honra. Amén.

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ISBN:
9781953540300
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