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¿Cuánto valen sus datos personales?

¿Cuál es el valor de su dirección postal, de sus informaciones médicas o de su documento de identidad? Microsoft pretende que cada dato tiene un valor de 2 a 45 euros. ¡Toda una diferencia! Los resultados del estudio de Trend Micro, realizado por el Ponemon Institute8 a consumidores de todo el mundo, podría sorprender a muchos: 17,98 euros es el valor promedio mundial de los datos personales.

• El nombre del usuario/contraseña vale 69,5 euros.

• Las informaciones médicas: 54,87 euros.

• El documento de identidad: 51,10 euros.

• Las informaciones bancarias: 33,03 euros.

• El historial de compras: 18,90 euros.

• La geolocalización: 14,77 euros.

• La dirección postal: 11,84 euros.

• Las fotos y videos: 11,19 euros.

• El estado civil: 7,62 euros9.

Cada vez que una tienda o una empresa le pida alguna de sus informaciones personales, ¡solicite inmediatamente que le paguen! Actualmente, la explotación de los datos sirve especialmente al marketing y al comercio, y mucho menos a la ciencia, la salud o la difusión de conocimientos.

La internet de las cosas: un ejemplo en Montreal de la fiebre del oro de los megadatos10

El escándalo de Facebook echó luz sobre los peligros de responder todo tipo de cuestionarios, en apariencia insignificantes, de Facebook, por ejemplo. Pero recordemos que el banco de datos de Microsoft es aún más imponente que el de Facebook; que Amazon no abandona su lugar, pues sondea los deseos de sus millones de abonados pidiéndoles recomendaciones y apreciaciones sin cesar; y olvidaba que Apple, gracias a iTunes, distribuye música y videos en Instagram, WhatsApp, Twitter, Snapchat, Vimeo, Tumblr y todos los clones similares. Y aún no hemos abordado el problema de los captores que nos espían y nos van a espiar cada vez más en nuestro entorno. Más de cincuenta mil millones de objetos se conectarán a internet desde ahora hasta el 2020. Los megadatos producidos por esos objetos constituyen minas de oro de información para las empresas. Pero todavía nos faltan los instrumentos para filtrarlos y analizarlos. Es lo que propone la empresa montrealesa Mnubo11, pionera de la internet de las cosas. Según Frédéric Bastien, CEO de Mnubo, “el dato bruto es verdaderamente inútil. Está sucio y mal organizado. Nuestro producto limpia, organiza los datos brutos y luego aprende de ellos. Detecta los patrones y las anomalías”.

Gracias a las informaciones extraídas de los megadatos, Mnubo ayuda a las empresas a tomar decisiones estratégicas para mejorar sus productos, sean termostatos inteligentes, aspiradores-robots, bornes de estacionamiento para bicicletas o turbinas hidroeléctricas. Eventualmente, casi todos los instrumentos electrónicos de una casa, de una fábrica o de una empresa serán conectados. Y lo que es aún más maravilloso es la llegada a nuestros hogares de los asistentes vocales personales, que son a la vez altavoces interactivos para hablar con nuestro asistente digital, escuchar los últimos hits de Spotify, conectar en una red domótica todos los sistemas de la casa, consultar la agenda o preguntar en directo en Google. Pero, lamentablemente, se puede convertir en un moscardón instalado en el medio del hogar, que siempre dejamos abierto para comunicarnos con Alexa de Amazon, Google Home u HomePod de Apple (o una docena de otras marcas que se encuentran en el mercado). Ya no necesitamos más utilizar el teclado de la tableta y del smartphone; el asistente está disponible día y noche, 7 días a la semana, para encargar mediante la voz en Amazon, hacer cibercomercio, dirigir nuestra vida y llenar la soledad… Impulsado por la IA, es la interfaz del futuro, capaz de realizar todos los servicios para la familia12 y satisfacer todos sus deseos.

Para almacenar y analizar todos los datos, el equipo de Mnubo utiliza la computación en la nube (cloud computing). El desarrollo de la internet de las cosas está íntimamente ligado a las capacidades de las infraestructuras de la computación en la nube. Hoy es mucho más seguro guardar nuestros datos en una nube que en nuestro propio servidor. Los tres mayores servidores de computación en la nube del mundo (Amazon Web Sources, Microsoft Azure y Google Cloud Platform) invierten decenas de millones de dólares cada año para proteger su nube.

La necesaria regulación estatal

La solución para la protección de datos personales no puede ser solo el resultado de acciones individuales13. Europa está netamente más avanzada que América al respecto, en particular con relación a los Estados Unidos de Donald Trump, que quiere sobre todo recuperar los impuestos y las tasas de las compañías americanas de tecnologías de la información (TI), según su principio de America First14. La Comisión Europea adoptó en abril del 2016 el Reglamento N.o 2016/67915, llamado Reglamento General de la Protección de Datos (RGPD), que constituye el texto de referencia europeo en materia de protección de datos de carácter personal. Ese reglamento refuerza y unifica la protección de los datos para los individuos al interior de la Unión Europea. Sus disposiciones son directamente aplicables al conjunto de los 28 Estados miembros de la Unión Europea a partir del 25 de mayo del 2018. El mismo reemplaza la directiva sobre la protección de los datos personales adoptada en 1995.

Sin ir a los detalles, el nuevo reglamento contiene numerosos cambios fundamentales respecto del antiguo. Veamos los principales:

Un marco armonizado. Ahora hay un único conjunto de reglas relativas a la protección de datos, directamente aplicables en todos los Estados miembros de la Unión Europea. Así se atenúa la actual fragmentación de las leyes nacionales de protección de datos.

Una aplicación extraterritorial. El reglamento se aplica a las empresas establecidas fuera de la Unión Europea que versan sobre los datos relativos a las actividades de los organismos de la Unión Europea.

Un consentimiento “explícito” y “positivo”. Las empresas y los organismos deben ofrecer a los ciudadanos mayor control de sus datos privados, asegurando a todos:

1. El derecho a la desaparición (versión simplificada del derecho al olvido).

2. El derecho a la portabilidad de los datos personales: las personas concernidas tienen el derecho de recibir los datos de carácter personal que les conciernen, datos que han entregado a un responsable del procesamiento (artículo 20).

3. Discriminación por perfil: toda persona tiene el derecho de no ser objeto de una decisión basada exclusivamente en un tratamiento informatizado, incluido el perfil discriminatorio.

4. Principios de “protección de los datos desde la concepción” y de “seguridad por defecto”.

5. Notificaciones en caso de fuga de datos: las empresas y los organismos están obligados a notificar a la autoridad nacional de protección, tan pronto como sea posible, en caso de violaciones graves de datos, a fin de que los usuarios puedan tomar las medidas apropiadas.

6. Nombramiento obligatorio de un delegado para la protección de datos.

7. Sanciones más importantes: el reglamento otorga a los reguladores el poder de infligir sanciones financieras, que van desde el 4 % de la facturación mundial anual de una empresa o de 20 millones de euros en caso de no respetar la norma.

ANEXOS

ANEXO 1. UN EJEMPLO QUE VIGILAR

El proyecto Quayside de Alphabet/Google consiste en la creación de una ciudad inteligente en Toronto, Canadá. Sin embargo, pone en cuestionamiento la utilización de datos personales con fines comerciales.

Señalamos, a título informativo, este gigantesco proyecto de Toronto, que se considera la ciudad del futuro, tal como la presentaron el primer ministro Justin Trudeau; el alcalde de Toronto, John Tory; y el CEO de Alphabet/Google, Eric Schmidt16, en mayo del 2018. Este proyecto permite reflexionar sobre las numerosas cuestiones que puede plantear el uso de datos personales sobre la libertad de los ciudadanos en una ciudad inteligente.

Los hechos

1. Waterfront Toronto, organización paramunicipal relacionada con tres niveles de gobierno, confió a la sociedad matriz de Google la idea de hacer de Quayside, un barrio industrial desgastado, construido sobre antiguos pantanos, un modelo inédito de desarrollo urbano ecológico, abordable y tecnológico. Con vehículos autónomos, alojamientos modulares que permitirían a sus 5000 habitantes aumentar rápida, fácilmente y a menor costo el tamaño de su domicilio, con captores omnipresentes que miden el consumo de energía o la calidad del aire, la recolección robotizada de basura, los semáforos inteligentes, la carpeta presentada por Sidewalk Labs, la filial de Alphabet encargada de ese proyecto, nos pinta una ciudad inteligente única en Occidente.

2. La filial de Alphabet se tomó un año para producir, con el apoyo de una inversión inicial de 50 millones de dólares, un plan que será presentado a los habitantes de Toronto y que deberá ser aprobado por los tres niveles de gobierno que controlan Waterfront Toronto. Según ciertas estimaciones, los primeros residentes podrían establecerse en el año 2022.

3. El proyecto presentado por Sidewalk Labs, una empresa hermana de Google, para la revitalización del barrio de Quayside en Toronto reboza de innovaciones tecnológicas: captores que detectan los lugares de estacionamiento disponibles, ajustan el funcionamiento de los semáforos al desplazamiento de los peatones, miden el deterioro de los edificios o de los contenedores de basura. Con este barrio del futuro, Toronto será, según el presidente de Sidewalk Labs, Dan Doctoroff, “la primera verdadera ciudad inteligente del siglo XXI”. Sidewalk proyecta que Quayside se convierta en la comunidad más medible en el mundo. En ninguna parte del mundo los investigadores en innovación urbana tendrán acceso a una plataforma que ofrezca datos tan confiables y estandarizados.

Las críticas

Los ciudadanos de Toronto plantearon los siguientes cuestionamientos:

1. En la era de los escándalos de Facebook y de Cambridge Analytica referidos a la utilización de los datos personales, este tipo de acuerdo inédito entre una sociedad paramunicipal y una empresa privada ha preocupado bastante a todo el mundo en Toronto.

2. “¿Qué tipo de datos serán recolectados, de qué forma, a quién pertenecen los datos, dónde son alojados, para qué sirven? Esas preguntas son formuladas por todos los proyectos de ciudad inteligente”, afirma Pamela Robinson, docente de planificación urbana en la Universidad Ryerson de Toronto. Según Carl Rodrigues, un activista en el campo de las TIC: “Resulta que ahora nos preparamos para ofrecer un nuevo tipo de información cuando hagamos una simple caminata en el barrio con nuestra familia”.

3. Es particularmente inquietante “que el concejo no electo de Waterfront Toronto haya preferido mantener ese contrato en secreto para que los ciudadanos no se enteraran de cómo una empresa proyecta recoger y utilizar datos con el fin de imponer alquileres y manipular el comportamiento de sus residentes”, escribió Jim Balsillie, cofundador de Research in Motion, en una carta abierta publicada en el Toronto Star en enero del 2019.

4. Los habitantes de Toronto temen particularmente que Alphabet utilice sus datos con fines publicitarios y que los recursos privados invertidos en el proyecto superen los del municipio de Toronto.

ANEXO 2. OTRO EJEMPLO EN FACEBOOK

La empresa de Mark Zuckerberg intenta obtener los datos bancarios de sus clientes, según un reportaje de La Presse (7 de agosto del 2018, sección Actualidad).

Los hechos

La red social mantuvo, hace varios meses, reuniones con la banca minorista JPMorgan, los bancos Chase, Citi, U. S. Bancorps y Wells Fargo, según reveló una fuente anónima a The Wall Street Journal. El grupo de Mark Zuckerberg deseaba obtener informaciones sobre todas las transacciones financieras efectuadas mediante tarjeta bancaria, así como los saldos de las cuentas corrientes de los clientes. Facebook pretendía utilizar esos datos para desarrollar una funcionalidad que permitiera a los usuarios consultar sus informaciones bancarias por intermedio de su cuenta en la red social, afirma The Wall Street Journal. “Como muchas empresas en internet que tienen actividades comerciales, nosotros nos asociamos a bancos para ofrecer servicios como el chat con los clientes y la gestión de la cuenta”, según un portavoz de la empresa. “Pero las informaciones bancarias de sus usuarios no servirían a fines publicitarios”, afirmó. Empero, Steve Waterhouse, experto en seguridad informática, duda de ello en una entrevista telefónica con La Presse. Según él, Facebook busca completar los perfiles de sus usuarios. La casi totalidad de los ingresos de la empresa proviene de las ventas de espacios publicitarios. Esos datos complementarios permitirán segmentar más aún el público.

Las críticas

¿Es ilegal todo esto? “Hay un vacío en relación con lo que es legal o ilegal en esas situaciones”, señala Steve Waterhouse, exoficial de seguridad informática en el Ministerio de Defensa Nacional. Si un dato personal se transmite sin el nombre que le está asociado, la ley no se infringe, “salvo que mediante la banda, con las referencias cruzadas, sea posible ponerle un nombre a esos datos”, precisa Waterhouse. Facebook quiere los nombres, pues es lo que va a rentabilizar su plan estratégico. En síntesis, ¿Facebook podría algún día acceder a los datos bancarios de sus usuarios? “Nada se lo impide”, afirma Waterhouse. La única cosa que verdaderamente podría frenarlo allí donde la población no está protegida por la ley sería un muy gran cuestionamiento de la opinión pública, capaz de convencer a las autoridades políticas. Es lo que sucedió cuando se hizo público el affaire de Cambridge Analytica (véase el capítulo anterior) y Facebook decidió poner en compás de espera su proyecto de recolección de los datos médicos de los americanos, frente a la tormenta que arriesgaba desatarse. Según Facebook, en un sistema capitalista normal, cualquier empresa tiene derecho a aliarse a otra para hacer negocio. Eso se hace todos los días…

A modo de conclusión provisoria

El Congreso americano, desde que los demócratas tienen mayoría, comienza a mostrar sus dientes frente al poder de gigantes como Facebook. Simplemente solicita escindir a la multinacional de las redes sociales en varias unidades distintas. Por ejemplo, sugiere obligar a Facebook a apartarse de WhatsApp e Instagram17. ¿No se podría hacer lo mismo con Google, que posee una buena parte del mercado de la publicidad en línea, y su sistema móvil Android, que equipa la inmensa mayoría de los teléfonos inteligentes del mundo? Así, “el Ministerio Americano de Justicia prepara una investigación antimonopolio contra Google, que ya tiene multas en Europa por prácticas anticompetitivas, y llama al desmantelamiento de la megaempresa”, según The Wall Street Journal. Tal conducta no es inusitada en Estados Unidos; recordemos la escisión obligada de la megaempresa AT&T (American Telephone & Telegraph) en siete operadores independientes, las Regional Bell Operating Companies, también conocidas como Baby Bells, luego del proceso antimonopolio que le inició el Ministerio de Justicia en 1982.

Capítulo 4

La evasión fiscal de las GAFAM

La actitud actual de Google respecto de los paraísos fiscales no es ilegal, es inmoral, cuando no amoral.

La evasión fiscal explicaría en parte (el 40 %, según los especialistas) la riqueza actual de las Big Five1. Las empresas digitales practican la evasión fiscal, y eso no es una novedad, ¡es un secreto a voces! Y así lo hacen todas las multinacionales en la era de la financiarización de la economía… Pero las GAFAM y sus filiales son particularmente privilegiadas, pues, como sus materias primas son de naturaleza virtual, no son precisamente las fronteras materiales las que las detienen; ellas pueden viajar fácilmente a cielo abierto y desviar sus beneficios a los paraísos fiscales. Además, los Estados tienen usualmente regulaciones obsoletas, que datan del tiempo en que el comercio se efectuaba con productos materiales.

Hoy es una banalidad demostrar que la revolución digital solo beneficia a un muy pequeño número de empresarios y de corporaciones, es decir, al 1 % de los más ricos. Los grandes ecosistemas no pagan una proporción justa a la sociedad que les proporcionó ambientes propicios para sus negocios; esa sociedad forma trabajadores competentes y disponibles, desarrolla servicios públicos, asegura a los ciudadanos la justicia, la educación, la salud, el bienestar social y la cultura, las reglas de convivencia en sociedad, etcétera. No obstante, las GAFAM prácticamente no pagan impuestos, y desvían sus actividades financieras hacia Estados más complacientes; además, rehúsan a menudo pagar las tasas sobre los productos y servicios que venden a precios módicos mediante el cibercomercio.

No es nuestro objetivo describir las estratagemas de los contadores de las GAFAM para evitar pagar sus tasas e impuestos. Ello ya ha sido hecho por otros (Lafrance, 2013).

Apple logró pagar solo el 1,9 % de los impuestos sobre sus colosales beneficios obtenidos fuera de Estados Unidos, una linda “optimización” comparada con el 2,5 % pagado el año anterior y con los pagos de Google (2,5 %). Esto permitió a la empresa recoger un botín de guerra de más de 120 000 millones de dólares, cuya mayor parte está bien resguardada en paraísos fiscales. (párr. 30)

A Estados Unidos le gustaría mucho que los fondos de Apple fueran devueltos a Cupertino, en California, la casa matriz del grupo, lo que significaría 30 000 millones de dólares de ingresos fiscales de un golpe, ¡el sueño de cualquier gobierno! Pero los más perjudicados son los europeos, puesto que gran parte de los 232 000 millones de dólares del volumen de negocios de la compañía (de los cuales 215 000 se obtienen en el extranjero) es efectuada en Europa, el tercer mercado en importancia después de Estados Unidos y China. Y con el montaje financiero de Apple y las facilidades fiscales irlandesas, sobre los 36 800 millones de lucro obtenidos fuera de Estados Unidos, Apple solo pagó 713 millones de impuestos, o sea, el 1,9 %. Demos un ejemplo un poco caricaturesco: en la primavera boreal del 2016, todos nos enteramos de que la Comisión Europea reclamaba 13 000 millones a Apple por impuestos no pagados. Esta suma debía ser entregada al tesoro irlandés, y Apple impugnó, como corresponde. ¡Lo increíble es que Apple e Irlanda querían recurrir juntos la decisión! Es bien sabido que Irlanda atrae las grandes empresas TI; como contrapartida, se reducen al mínimo los impuestos sobre el lucro de las empresas como Apple. “Nos encontramos en una posición extraña que nos fuerza a pagar impuestos a un gobierno que no los quiere”, explicó Tim Cook, presidente de Apple.

Cada país protege sus intereses. El presidente Trump redujo drásticamente los impuestos a las sociedades de 35 % a 19 %, para forzar a las empresas a declarar sus beneficios en Estados Unidos. Pero las cosas cambian poco a poco, en Europa y también en Estados Unidos. La prueba de ello es que incluso Trump quiere ahora que Amazon pague sus impuestos en Estados Unidos, como había prometido —según parece— en su campaña electoral (convengamos en que Jeff Bezos de Amazon es un enemigo mortal del presidente, en su calidad de propietario de The Washington Post, muy crítico de Trump). Apple tendrá que pagar 31 000 millones de euros al fisco americano. Conforme a la reforma fiscal votada a fines del 2017 por el Congreso, la empresa de la manzana deberá abonar un impuesto excepcional sobre sus efectivos depositados actualmente en el extranjero. En tal ocasión, debería repatriar una parte de sus activos líquidos a Estados Unidos, en donde promete, además, invertir 30 000 millones de dólares y crear 20 000 empleos en los próximos cinco años.

Canadá acaba de recibir un regalo de 500 millones de dólares de Netflix, como contrapartida de una exención de impuestos, lo que fue denunciado por todo el sector de creación y producción canadiense, que paga tasas e impuestos como es debido. Pero las autoridades políticas de ese país están revisando actualmente sus directrices relativas a los grandes ecosistemas2. Y, por el lado europeo, hay una firme voluntad de gravar el valor procedente de los datos recogidos y utilizados con fines publicitarios, lo que se refiere a los ingresos por publicidad en línea y empleados con esos fines. En Canadá nos encontramos con la situación absurda de que toda publicidad es gravada (sea en los periódicos, televisión, radio o cartelería), salvo la que se realiza en internet, que hoy acapara casi la mitad del total. La provincia de Quebec quiere obligar a las empresas a pagar tasas que provienen del extranjero vía el cibercomercio, pero esa no es la postura, a nivel federal, de Ottawa, capital de Canadá.

Estratagema de Apple para optimizar sus ganancias

Analicemos en detalle cómo procede Apple para ahorrarse el impuesto en Francia. La primera etapa es el “doble irlandés”, es decir que cualquier ingreso internacional de la empresa se factura a la filial del grupo en Irlanda; gracias a un precio específico con el que la empresa puede transferir sus haberes (todos sus bienes tangibles, sus activos intangibles e incluso servicios) de un Estado a otro, puede transferir directamente sus ganancias a paraísos fiscales más amigables, por ejemplo, las Islas Vírgenes Británicas, en el caso de Apple, sin tener que pagar nunca impuestos sobre sus sociedades. Apple goza, igualmente, de la virtualización del dinero y aprovecha el hecho de que las legislaciones fiscales no están adaptadas: cualquier compra realizada en iTunes en Europa va directamente a Luxemburgo sin detenerse en la casilla de impuestos del país en donde se realizó la compra. iTunes S. A. R. L. en Luxemburgo tiene muy pocos empleados, pero genera más de mil millones de dólares por año. Y el gobierno francés no recibe ni un euro por las ganancias obtenidas en su propio territorio. Algunos dirán que esta práctica es el privilegio de la mayoría de las sociedades con vocación internacional... Pero notemos que las empresas digitales son las que se benefician por la naturaleza virtual de sus operaciones. La contabilidad creativa que utiliza los paraísos fiscales es la enfermedad del capitalismo informacional del siglo XXI, porque permite a las empresas de las TIC evadir sus obligaciones sociales. Algunos cínicos pretenden que todas las grandes corporaciones y las grandes fortunas tienen los mismos comportamientos antisociales.

Google: la misma forma de proceder

La estrategia de evasión fiscal de Apple es similar a la de Google, cuyo propietario Eric Schmidt se sentía “muy orgulloso de la estructura que desarrollamos. La hicimos sobre la base de las regulaciones decididas por los gobiernos” (Pontiroli, 31 de octubre del 2012). Y agregaba: “Es lo que se llama el capitalismo. Estamos orgullosos de ser capitalistas. No estoy avergonzado de ello” (Womack, 12 de diciembre del 2012). La actitud actual de Google no es ilegal, es inmoral, cuando no amoral; Google es un mal ciudadano corporativo, puesto que no paga lo que es debido al desarrollo de la sociedad que lo alimenta.

Gravar en forma diferencial a Google3, pero también a Microsoft, Apple y Amazon (las Big Five) que proceden de la misma manera, sobre sus ingresos obtenidos, por ejemplo, en Francia, pero facturados en Irlanda o en Luxemburgo, es lo que intentan hacer Francia, Italia, Gran Bretaña, la Unión Europea y la OCDE. Pero estamos muy lejos de ello, pues se necesita un acuerdo supranacional (o un gobierno mundial) para poner orden en las finanzas internacionales. En un informe publicado con ocasión de un G20 financiero el 16 de marzo del 2018, la OCDE llegó a la conclusión de que por el momento no existe consenso sobre las medidas que podrían tomar los países a largo o a corto plazo, a la espera de un acuerdo mundial. Señalemos que las GAFAM (y las otras plataformas de servicios informatizados como Netflix, Uber, Airbnb, Expedia y otras) enfrentan con cinismo los países unos contra otros, favoreciendo a las islas pequeñas (como la isla de Jersey, la isla de Man o las Bermudas) contra las grandes, prometiéndoles empleo.

Gracias a sus prácticas antisociales, la empresa Apple acumuló tanto dinero que hoy se siente obligada a comenzar a pagar dividendos a sus accionistas, por presión de estos (2500 millones de dólares de dividendos en el último trimestre del 2012 para Apple, que obtuvo un botín de 100 billones). Debemos recordar que las empresas de la web 2.0 no habían pagado prácticamente dividendos a sus accionistas, y estos se contentaban aprovechando la plusvalía de los precios de sus acciones; preferían invertir sus ganancias en investigación y desarrollo o en la adquisición de nuevas empresas, privilegiando su crecimiento. Pero esta situación corre el riesgo de cambiar cuando los pioneros (Eric Schmidt, Steve Jobs, Bill Gates, Travis Kalanick, presidente de UBER) se retiran para administrar una colosal fortuna o su fundación con gran generosidad…

No obstante, no hay que desesperar en lo concerniente a la contabilidad creativa de las personas y las corporaciones ricas y célebres; todas las semanas asistimos a algunos progresos, gracias a la acción de los denunciantes de irregularidades, que nos alertan sobre secretos profundamente enterrados en las cajas fuertes de los bancos (SwissLeaks, Panama Papers, Paradise Papers, Luxleaks): Edward Snowden, Julian Assange, Chelsea Manning, Hervé Falciani, Camille Bauer y muchos otros que denuncian toda clase de fraudes fiscales, de acciones nefastas y de revelaciones escandalosas. Hay que agradecer a esas personas con gran potencial ético, pues han arriesgado su vida y la tranquilidad de su existencia, preocupados por la justicia.

Europa contraataca frente a los avances liberales de los gigantes

Europa es el tercer mercado de las GAFAM para los productos y servicios digitales. Desde el inicio de la existencia de la web, se sabe que las grandes empresas utilizaron toda suerte de estratagemas para hacer dinero: abuso de posiciones de poder para favorecer el grupo, deslocalización de las ganancias para evadir el impuesto sobre los beneficios, ausencia de regulación de las plataformas, ausencia de transparencia en las prácticas, etcétera. Con el trasfondo de la guerra comercial entre Europa y la América de Donald Trump, y cumpliendo con las recomendaciones de las investigaciones de la comisaria de competencia Margrethe Vestager, las llamadas al orden y las multas llueven sobre Google, Apple, Microsoft, Intel y otras. Parodiando las fábulas, no todos pagaron, pero todos fueron objeto de severas reprimendas. Veamos algunos de los mejores ejemplos.

1. Bruselas acentúa su presión sobre Google, que hace la promoción (obligatoria) de su propio servicio de comparación de precios, Google Shopping, y de los productos segmentados por su división de publicidad, AdSense, a aquellos que utilizan su motor de búsqueda. Peores aún son las prácticas de Android, que impone su sistema de explotación, ¡un software libre!, para los teléfonos inteligentes, mientras que domina el 80 % del mercado (Ducourtieux, 11 de noviembre del 2016). El gigante americano se vio condenado a una multa récord, por abuso de posición dominante, de un monto de 2,42 billones de euros, a partir del martes 27 de junio del 2017. Evidentemente, Google recurre la misiva de Bruselas, bajo el pretexto de que ella misma es objeto de prácticas similares por parte de sus competidores. Se aplica así la siguiente lógica: “Como todos lo hacen, yo también tengo el derecho de hacerlo”.

2. La última multa europea récord para ese tipo de pesquisas (1,06 billones de euros) fue anunciada en el 2009 y apuntaba a Intel, el gigante americano de los semiconductores. El peso pesado del sector era acusado de haber abusado de su posición dominante entre los años 2002 y 2007 al implementar una estrategia destinada a excluir del mercado a su único competidor serio: AMD. El abuso consistía particularmente en rebajas otorgadas a los fabricantes de computadoras para que compraran a Intel la casi totalidad de sus procesadores. Posteriormente, la empresa apeló esta multa ante la justicia europea, pero su apelación fue denegada.

3. Microsoft fue declarado culpable de sesgar la competencia, y esta le reprochaba que incorporara sistemáticamente su software Internet Explorer a los sistemas de explotación de sus aparatos. Microsoft es la empresa que ha sido más fuertemente sancionada por la Unión Europea hasta el día de hoy por un monto total de aproximadamente dos billones de euros en menos de una década. En el 2004, había sido condenada a pagar 497 millones de euros por no respetar las reglas de la competencia, y luego 899 millones en el 2008, que se redujeron después a 860 millones.

4. En cuanto a Amazon en Luxemburgo, se sospecha que goza de un régimen fiscal favorable. En concreto, la Comisión tiene la presunción de que el gigante de la distribución en internet se benefició de ganancias indebidas en el territorio luxemburgués. El Gran Ducado (pequeño en términos de superficie) fue o es aún el centro de la evasión fiscal en Europa (recordemos el affaire Lux), y hace poco fue severamente llamado al orden por la Comisión Europea (CE). La ONG Oxfam informa el caso de Amazon en el Gran Ducado, a quien la CE solicita reembolsar 250 millones de euros al fisco luxemburgués por un acomodo fiscal “ilegal”, uno de los famosos tax ruling revelados por el escándalo LuxLeaks.

5. Apple siempre tiene algún expediente de denuncia por “ventajas fiscales” indebidas. El 30 de agosto del 2016, la Comisión Europea estimó que Apple se había beneficiado de “ventajas fiscales” otorgadas por Irlanda a cambio de empleos, y conminó al gigante americano a que reembolsara a Dublín un monto récord de más de 13 billones de euros. Dublín, “en profundo desacuerdo con esta decisión”, y la empresa informática impugnaron inmediatamente esta orden (ver más adelante). Según el presidente de Apple, es extraño que una empresa sea obligada a reembolsar miles de millones a un país que no los quiere.

399
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9789972455254
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