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La reforma educativa de Peña Nieto

Respecto a la reforma educativa elegimos tres notas de antecedentes, y referentes al periodo sexenal seleccionamos 32. El siguiente cuadro concentra los temas de las notas.


Cuadro 2.1. Temas de las notas cuyas imágenes se analizaron
AñoCantidadTema
Antecedentes / 2008-20123Profesores incompetentes
20126Profesores incompetentesCorrupción en examenControl de sindicatosEvaluación obligatoria
201311Reforma y cnte/sntePadres de familiaProtesta magisterial
20145Protestas violentas
201510Profesores incompetentesEvaluación docenteProtesta magisterialSindicatos

El meollo de estos temas es la incompetencia de los profesores, evaluados a través de exámenes únicos sin considerar otros factores que impactan el logro educativo, como podría ser la formación deficiente en las escuelas normales. En el año 2011, durante el sexenio de Felipe Calderón, ya se hablaba de la evaluación para el ingreso a las plazas que ofrece la SEP, y cuando se aplicó, 70% de los profesores reprobaron. Inmediatamente después se difundieron los temas de la corrupción y la venta de exámenes, además de la baja participación de los profesores, lo que obligó a la SEP a bajar el nivel de exigencia, y aunque el discurso mitigador hablaba de evaluar de manera diagnóstica a los profesores en servicio y cruzar los resultados con el logro educativo escolar, medido a través de la prueba enlace, se empezaron a gestar dos reacciones opuestas: la de los sindicatos, que protestaban, y la del nuevo presidente, Enrique Peña Nieto, quien en diciembre del 2012 propuso la reforma educativa cuyo punto central es la evaluación.

Los años 2013, 2014 y 2015 están plagados de notas que dan cuenta de las protestas magisteriales, caracterizadas por actos violentos y fuertes enfrentamientos con la autoridad y con los policías. Se hacen presentes los padres de familia preocupados por los constantes paros de clases y la afectación en la educación de sus hijos. Ante esta serie de acontecimientos sobran las imágenes de los profesores violentos que participan en actos donde ha habido fallecidos.

Para John Tagg (2005) es importante el contexto de la discursividad de la imagen, de manera que vemos claramente las relaciones de poder implicadas que muestran un significado particular de la educación centrada en la culpabilidad del docente como el único responsable de la baja calidad de los estudiantes de educación básica. Asimismo, se deja ver una reforma como acto voluntarista del presidente, cuando en realidad es una política exterior que viene gestándose desde hace años. Se observan diferentes fuerzas en conflicto: el aparato gubernamental contra los sindicatos, que habían cooptado a la educación, heredaban plazas y concedían otras por relaciones de compadrazgo. Estos poderes en conflicto dan sentido a las fotografías que hemos analizado. La resistencia se entiende como las formas complejas bajo las cuales los sujetos responden (Sánchez y Corte, 2015). Los profesores luchan contra la pérdida de estabilidad laboral, la precariedad salarial y la posible privatización de la educación, en tanto que el Estado lucha por contrarrestar el poder previamente otorgado a los sindicatos y, con ello, la pérdida de autoridad (Del Castillo Alemán, 2013).

La Secretaría de Educación Pública y el profesor de educación básica

Si regresamos a la idea esbozada de la docencia como una profesión de Estado, la reforma trata de deslindar la competencia laboral de los sindicatos, pero estos dieron cierta estabilidad política durante 70 años (Fuentes, 2013). Ahora bien, la disidencia respondió a un sistema fuertemente cerrado y centralista, de manera que la reforma se enfrenta a la fuerza política de una disidencia actualmente estigmatizada por la imagen de protesta violenta.

¿Qué ha hecho la SEP ante este escenario? Las notas que se emiten sobre la política educativa tienen el trasfondo de la imagen que la propia SEP quiere promover. En este sentido, hay una fuerte presencia de la autoridad en turno; es decir, la fotografía que acompaña a las notas es generalmente la del secretario, y con mucho énfasis la del último, Aurelio Nuño. Se ve a un secretario de Educación en una oficina lujosa que contrasta con aulas a la intemperie, sin butacas ni pizarrones y con niños y profesores en condiciones de marginación absoluta. Podemos percatarnos de que el secretario Nuño visita escuelas con niños bien alimentados, pero son escasas las notas que reivindican a los profesores. Surge entonces una duda o acaso sospecha: ¿hay algún interés de la autoridad por ocultar la imagen de los buenos profesores y generar un imaginario colectivo de la necesidad inminente de la reforma laboral promovida por el presidente, dado que lo que se tiene son malos profesores? Y otro cuestionamiento: ¿acaso no es el Estado, por ley, el responsable de la formación de los profesores? Pero empecemos por los asuntos que en este sentido se analizaron.

Ya decíamos que la evaluación a los profesores no se había gestado en el sexenio de Peña Nieto. En el año 2011, en el sexenio de Calderón, se aplicó la prueba universal, la cual estuvo señalada por la corrupción, ya que se fugó información y se vendió el examen. No obstante, la SEP dijo ser la autoridad y la aplicaría aunque hubiera resistencia. Cuando aplicó el Examen de Habilidades y Conocimientos Docentes, reconoció el bajo nivel de los profesores pero afirmó: “Mejor docentes de bajo nivel que aulas vacías”, e incluso señaló que tuvo que bajar el nivel de exigencia porque de lo contrario se quedaría sin maestros pues más de 99,000 profesores deberían regresar a tomar clases, pero no menciona que es precisamente el Estado quien forma a los profesores. En el fin de ese sexenio se deja el campo abierto para la reforma educativa de Peña Nieto, que la anunció inmediatamente después de tomar posesión como presidente de México.

Podemos afirmar que la imagen de los profesores que la SEP dejó mirar es la de incompetencia. En todo caso, su labor se limitó a reformar el plan de estudios en la educación normalista, como si sólo eso bastara para mejorar la preparación y calidad de los futuros profesores.1

En el sexenio de Peña Nieto se ratifica el problema de aspirantes y profesores en servicio que son incompetentes, pero ahora desde un discurso más prescriptivo. La justificación es: acabar con los comisionados, ordenar la nómina magisterial, recuperar la rectoría del Estado, sancionar a maestros faltistas, elevar la calidad y fomentar la autonomía en gestión de recursos. Se observa un discurso como reacción a las manifestaciones de la CNTE; este intenta justificar la implementación de la reforma educativa y generar un imaginario de buenos y malos (autoridades buenas/profesores malos) y otro coercitivo para quienes no se ajusten a la nueva ley. Algunas declaraciones del secretario de Educación van en el sentido de: profesor que falte se le descuenta del salario o se le cesa, según el número de días en que se ausente. Lo que se intenta es derrumbar una estructura de poder construida a partir del clientelismo y el corporativismo; se debe quitar el control a la CNTE. En la escena pública está una imagen oficial de profesores mal preparados y un gobierno dispuesto a recuperar el control laboral. Los profesores luchan por la estabilidad laboral y el Estado, por el control. Ahora bien, las fotografías en la prensa son elocuentes en el sentido de la pugna por el poder y la resistencia. El discurso, como significado social, da cuenta de una crisis educativa que pone en el centro la imagen de un profesor incompetente y preocupado más por conservar privilegios que por la autoformación y la calidad del logro educativo. Es una nueva retórica que se aleja por mucho del tipo ideal y romántico del apostolado magisterial.

Para Aguerrondo (2014), el normalismo, históricamente, dejó marcada una imagen del profesor eficaz, pero ahora se enfrenta a discursos opuestos entre los actores, a los que se suma el discurso de los intelectuales que permean la opinión pública. Lo que sin duda tenemos es la transformación en un contexto laboral complejo y quizá una imagen homogénea y estigmatizada del profesor, que opaca la enorme diversidad de profesores que hay en un país donde persiste una constante inequidad en materia educativa.

Finalmente, el problema docente se va concentrando en algunos estados como Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, sin que por ello se pueda decir que el resto de los estados ha aceptado la reforma con beneplácito. Incluso, el conflicto llegará hasta los profesores en formación, quienes ven amenazado el acceso automático a plazas docentes de manera tal que ya desde la escuela normal se hacen presentes imágenes de estudiantes, futuros docentes, realizando actos vandálicos, bloqueando carreteras, robando y quemando camiones, tomando instalaciones y enfrentándose a la autoridad para conseguir lo que consideran un derecho heredado: estudiar en una normal pública y tener pase directo a una plaza estatal vitalicia.

En este contexto analizamos las fotografías, de las cuales, para esta publicación, elegimos sólo algunas por razones de espacio.

La fotografía de prensa

Entre todas las posibilidades analíticas que ofrece la fotografía, tomamos la perspectiva comunicativa; es decir, la que entiende a la fotografía como un discurso puesto en marcha en un medio de comunicación con características propias, como el periódico.

Seguimos la idea acuñada por Barthes y continuada por otros autores como Eco y Vilches de que la fotografía se puede entender como un texto y por tanto se lee, pues contiene signos que se estructuran ordenadamente en un plano de la expresión, formados por las elecciones del fotógrafo para realizar la imagen, y un plano del contenido, en el que se desarrolla el tema abordado (Barthes, 1986; Vilches, 1987). La imagen se presenta como un conjunto de proposiciones implícitas, y cuando el observador la enfrenta, realiza una lectura y al expresarla, ejecuta un acto de comunicación (Vilches, 1987). Más allá de este acto de comunicación nos interesa particularmente la dimensión extradiscursiva de la fotografía (Corona, 2006), fincada en la circulación de estas imágenes en el espacio público. Desde esta perspectiva, las fotografías moldean una “cara” de los individuos o de las situaciones, que describe las formas de interacción social, pues por medio de ellas sabemos cómo se ve algo, cómo se relaciona con el espacio y con nosotros. A través de la fotografía se identifica, se caracteriza, se muestra la “verdadera imagen” de algo, por ello, toda fotografía es política, pues da nombre y define a los individuos (Corona, 2007), forma parte de las políticas públicas que construyen identidades. Bajo la premisa del análogo de la realidad, la fotografía posee las ideas de qué y cómo es lo representado, nos proporciona información de lo que muestra. Al contener esta información, las fotografías son enunciados que pueden ser comprendidos dentro de una cadena de significados que se responde y complementa en el diálogo con otros enunciados visuales (Corona, 2006). En el caso de la fotografía de prensa, enunciados fotográficos mediáticos.

Vilches (1987) encuentra en la fotografía de prensa diversas transformaciones discursivas en las que se relacionan el texto visual con el escrito. Si bien, la imagen es portadora de sentidos en sí misma, es autónoma y no requiere del texto para significar, en el caso de la fotografía de prensa, forma una fuerte mancuerna con el texto, estableciendo una relación que responde a las expectativas explicativas del público lector.

Como ya lo había dicho Barthes (1986) al hablar de la fotografía de prensa y la funciones del mensaje escrito, el texto ancla, ya que entre los significados flotantes de la polisémica imagen, el lector selecciona sólo algunos e ignora otros; con el mensaje lingüístico se guía la interpretación y se anula la visión individual, se le dice al lector qué de la imagen debe observar, ayudando a que el mensaje se comprenda en la manera en que el creador lo ha estructurado.

Para Barthes (1986), el texto es un mensaje parásito que comenta la imagen y otorga significados secundarios, a partir del texto se provoca una amplificación de la imagen, le añade peso y la dota de características específicas. Además de amplificar las connotaciones incluidas en la imagen, “el texto produce —inventa— un significado enteramente nuevo que, en cierto modo, resulta proyectado de forma retroactiva sobre la imagen, hasta el punto de parecer denotado por ella” (Barthes, 1986: 23).

La relación entre el pie de foto y la imagen en la fotografía de prensa responde a las necesidades y expectativas del lector, que siempre quiere saber más y saberlo con certeza, por ello el texto escrito contribuye pragmáticamente en la percepción, lectura y comprensión de la imagen fotográfica que se presenta. Además, la foto de prensa, según Vilches (1987), está determinada por su contexto físico, en el que influye el acomodo dentro de la página ocupada, por los titulares y los textos escritos. Esta idea es vigente en el periódico impreso (y cuando en línea se ofrecen versiones pdf que son la misma edición), pero la lógica es distinta para los medios en línea pues el acomodo de las fotografías poco varía en la estructura web, generalmente aparecen debajo de los títulos ocupando dos tercios de la pantalla, además de aprovechar otras opciones de imágenes como las galerías o el video. En línea, poco importa el texto de la nota al lector, la imagen es la que acapara la atención, y la información es completada con los títulos y pie de foto que se encuentran a su alrededor convirtiéndola en una macroimagen (texto-imagen), pues se agranda enfatizando los detalles que interesan que sean percibidos.

De esta forma, para este análisis resulta indispensable revisar las relaciones entre:

 La fotografía y el pie de foto.

 La fotografía y los textos escritos (títulos, subtítulos, antetítulos).

 La fotografía y la fuente.

El plano de la expresión y el plano del contenido (Vilches, 1987) son entendidos a partir del análisis de elementos que estructuran la imagen (valores espaciales y cromáticos: manejo del color, formato y plano de la imagen) y que nos permiten acercarnos a la manera como se desarrolla el contenido (qué elementos y de qué manera aparecen en fotografía).

En este caso, atenderemos a la dimensión extradiscursiva mediante dos claves que señala Corona (2012): la clave de la verosimilitud y la clave de las acciones, a las que añadimos un segundo nivel de análisis basado en las claves de la repetición y de la circulación: ¿cómo y cuándo se fotografía a los maestros? ¿Qué acciones realizan? ¿Cuál es su posición en el espacio público? ¿Hay variedad o diferencia en las imágenes que se presentan sobre este tema? ¿En dónde circulan estas imágenes? ¿Cuál es el nombre político que otorgan estas imágenes?

Sin ignorar la importancia y relación del texto con la imagen periodística, debemos aclarar que para este trabajo no se ha realizado un análisis de la nota periodística, únicamente del título, subtítulo, antetítulo y pie de foto, porque, como se ha mencionado, corresponde a una nueva dinámica de la lectura contemporánea en línea.2

Finalmente, las fotografías analizadas para este trabajo se seleccionaron de un corpus de 74 imágenes localizadas en publicaciones del 2011 al 2015, en periódicos en línea de circulación nacional, y se agruparon bajo los indicadores de: Profesores, Sindicalismo, Autoridades, Normalistas y Reforma Educativa. Las fotografías corresponden a notas periodísticas de las secciones “Nacional”, “Política” y “Estados”.

La imagen del docente en las fotografías de prensa
Los docentes

La primera de las imágenes que se presentan en este análisis (imagen 2.1) expone un hecho interesante: la fotografía elegida para ilustrar (no para informar por sí misma) es de archivo y por tanto fue seleccionada entre un universo amplio de imágenes, y ha sido elegida en blanco y negro para colocarse en la página de internet. En ambos casos lo que se aprecia es que, sin estar circunscritos al registro de un hecho, la elección de la ilustración evidencia la visión de lo representado, la claridad con la que se han hecho estas elecciones en función de la articulación de los “nombres correctos” (Corona, 2007) para los elementos del conflicto, no porque sea el producto de la orquestación de un plan malévolo por parte de los editores, reporteros y fotógrafos, sino precisamente porque a todos los eslabones de esa cadena de producción noticiosa les resultó natural dicha elección. En este caso, desde la propia perspectiva (descendente o en picada) vemos que el referente (maestra) es puesto en posición de inferioridad respecto del espectador (lector) y que la pose que oculta el rostro y el registro en blanco y negro contribuyen a la despersonalización, abstracción y alejamiento, por falta de reconocimiento y empatía del sujeto retratado. El pie de foto cumple una función de complemento al especificar que se trata de un examen y que pocos maestros son evaluados, como indica “un reporte”, expresión que refuerza la inespecificidad de la imagen. La cabeza y el subtítulo son, en este caso, los elementos significativos más importantes de la macroimagen porque informan que hay “baja calidad docente” y que “persiste el mal desempeño”. La fotografía, como se ha señalado, en este caso es secundaria como portadora de significados concretos, pero no menos importante, porque confiere el tono apropiado para el mensaje transmitido.

coneval : Hay baja calidad docente.

· Persiste el mal desempeño en actualización de nivel básico

· Examen. Pocos maestros son evaluados, indica un reporte (Foto: Archivo El Universal)


Imagen 2.1. El Universal, Nación, 13/02/2012.

La segunda fotografía que presenta a los maestros es de la agencia Cuartoscuro (imagen 2.2). En este caso, la imagen en general muestra una idea de grupo, gremialidad, desorientación y una predominancia femenina en el concepto de las maestras que se evalúan; aquí las maestras están atentas, dispuestas y ordenadas, pese a que los textos presentan información sobre los malos resultados de las evaluaciones. En otras imágenes, como veremos, los docentes aparecen en otras disposiciones compositivas en la fotografía, en otra actitud y hasta la representación sexual varía.


60% de los profesores reprueban

· La sep reveló los resultados de los aspirantes a cargos docentes y técnicos en nivel medio superior de las pruebas aplicadas el 4 y 6 de julio. (Foto: Cuartoscuro)

Imagen 2.2. El Universal, Nación, 03/08/2015.

Si nos concentramos en las dos fotografías anteriores, se entiende que las personas que ahí aparecen están en aulas, probablemente siendo evaluadas;

cuando atendemos a los textos que las rodean sabemos que son profesores,

que los están evaluando y que los resultados no son buenos. Si vemos las

fechas de publicación de las notas (febrero de 2012 y agosto de 2015), podemos pensar que no es un problema nuevo, que cuando se examina a los profesores no obtienen un buen resultado. Puede apreciarse un discurso consistente tanto en las imágenes como en los textos, que apunta en una clara dirección de identificar al magisterio con la desorientación y los bajos rendimientos. Además hay que señalar que las imágenes de este tipo casi siempre presentan mujeres, mientras que, como veremos más adelante, la beligerancia es primordialmente masculina.

Los normalistas

En este apartado revisaremos dos imágenes, una de La Jornada y otra de El Universal. En ambas hay imágenes de normalistas sometidos por autoridades policiales.

La primera de las fotografías que presentamos es también ilustrativa y referida como “de archivo” (imagen 2.3). Lo que puede verse en esta estructura es la imagen de mala calidad y de archivo para ilustrar el sometimiento con una fuerza que hace pensar en la “peligrosidad” de los detenidos, mientras que la parte textual refiere sólo la posición retadora del secretario de Educación respecto a los amagos de fuerza de uno y otro lado en la negociación. Igual que en la anterior foto de archivo usada por el mismo periódico, vemos con claridad que la elección de la imagen (que otra vez no refiere un hecho específico, sino que es empleada como una referencia general e ilustrativa) está asociada con la implicación de los significados que se asocian a “los normalistas” expuestos como violentos, agrupados y dignos de un operativo policiaco como el representado.

SEP advierte que no cederá a chantajes de normalistas

· El Secretario de Educación Pública, José Ángel Córdoba Villalobos, manifiesta la disposición del gobierdo federal de continuar el diálogo; no hay marcha atrás en la reforma curricular, subraya

· VIOLENCIA Córdoba Villalobos se pronunció por resolver las incorformidades de manera pacífica; aclaró que no es con chantajes como las cosas se van a mejorar. (Foto: Archivo El Universal)

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Imagen 2.3. El Universal, Nación, 16/10/2012.

La otra fotografía de este apartado es de Ignacio Juárez (imagen 2.4). En este caso, lo que vemos es la contracara de la imagen anterior, pero en el mismo sentido; es decir, en esta imagen los jóvenes están golpeados, sometidos y ensangrentados pero tienen rostros, e igual son víctimas de un operativo policiaco en el que el Estado emplea su fuerza para someter a los que han tomado la caseta de Zirahuén. Los textos van en el sentido de reforzar lo injustificado de sus acciones y se usa de nuevo la palabra “chantaje” por parte de una autoridad gubernamental. O sea que otra vez se expone a los normalistas como violentos y peligrosos, concepto natural de este grupo para ser presentado tanto en imagen como en texto.


Se enfrentan normalistas y policías en Michoacán; 53 detenidos y 17 heridos

· Recuperan la caseta de peaje de Zirahuén y reabren la autopista a Lázaro Cárdenas. · Las escuelas de docentes, sin clases desde el 20 de octubre. · No se pretende cerrarlas sino “modernizarlas”, dice el gobernador Silvano Aureoles. · Advierte que no tolerará “chantajes”. · Normalistas detenidos después del enfrentamiento con policías de Michoacán, quienes recuperaron la caseta de peaje de Zirahuén, en la autopista Siglo xxi. (Foto: Ignacio Juárez)

Imagen 2.4. La Jornada Michoacán, 08/12/2015.

Enfocándonos únicamente en las imágenes, se encuentra primero una que parece haber sido tomada en una redada contra el crimen organizado,3 es una escena oscura, que indica que es de noche, y por la forma en que están sometidas las personas en el piso, parecerían ser individuos peligrosos a los que la policía ha capturado. Si se observa la fotografía de Juárez, pensamos también en jóvenes delincuentes aprehendidos por las fuerzas policiacas. Cuando se leen los textos que las acompañan, se entiende que son normalistas inconformes que se oponen a la “modernización” de los planes de estudio y del sistema educativo, que actúan en grupo de manera violenta y chantajista y que se enfrentan con las autoridades, pues cierran carreteras y toman casetas de cobro. No tienen control ni responsabilidad social, por lo que las policías deben intervenir para imponer el orden. En el conjunto de textos e imágenes se puede interpretar que los normalistas no asisten a clases por realizar protestas y actos delincuenciales, que no se están preparando para su profesión y, de continuar así, serán docentes con grandes deficiencias, incapaces de realizar correctamente su labor educativa.

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434 стр. 107 иллюстраций
ISBN:
9786077428817
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