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Enero 17
Escuchando al Señor

"Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado. Hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he elevado mi alma" (Salmo 143:8)

Hace unos años atrás hicimos una excursión al Gran Cañón del Colorado. Fue una experiencia increíble. Tomamos la decisión de bajar hasta lo más profundo del Cañón y regresar el mismo día.

Nuestro guía era mi cuñado, acostumbrado a caminar por las montañas y a salir de excursión a cada rato. Él ya ha viajado por más de medio mundo.

Así que cuando empezamos la travesía el primer aviso que encontramos decía: ni se les ocurra hacer en un solo día la travesía hasta el río y volver, son más de 20 millas y las temperaturas son impresionantes, además de que la subida al regreso es demasiado pronunciada. Mi cuñado dijo: no le pongan atención a esos avisos.

Más adelante encontramos otro que contaba acerca de una mujer que venía de correr la maratón de Boston, que se aventuró a caminar por ese mismo sendero con solo una manzana, dos barras de chocolate y un litro de agua y murió en la travesía, mi cuñado dijo: no le pongan atención a eso.

Después una de las vigilantes del lugar nos preguntó: ¿a dónde van? Le respondimos: vamos a caminar hasta el río. Ella nos indagó de nuevo: ¿y tienen lugar para acampar allá? No, vamos a regresar hoy mismo, le contestamos. No, ni se les ocurra hacer eso, nos repitió varias veces la joven. Apenas se fue ella, mi cuñado dijo: no le pongan atención a ella y seguimos nuestro camino.

Caminamos por 13 horas y media. Nuestros cuerpos estaban agotados y mucho más considerando que ni siquiera teníamos equipo adecuado para realizar esa travesía. Y cuando en la noche regresábamos y mi esposa no daba más, casi que se arrastraba para poder avanzar y otro de los amigos desfallecía, recién empezamos a recordar las advertencias que se nos habían dado en el camino y que habíamos ignorado por seguirle la corriente a mi cuñado.

Pudo haber pasado algo peor. En la noche los animales salvajes empezaron a aparecer. Ya no había nadie en el camino, y la subida parecía muy grande para poder llegar a nuestro destino y estábamos en penumbras. Afortunadamente todo salió bien, pero nos arriesgamos por no escuchar las voces de advertencia y confiar en nuestras propias fuerzas.

Esto me habla claramente de lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas y de la forma como ignoramos a menudo su palabra, nos confiamos en nuestras propias fuerzas, creemos que estamos preparados para hacer frente a todos los problemas de la vida sin ayuda y muchos quedan en el camino, y se desvían de lo que Dios quiere para ellos.

Si en este día El Señor pone un aviso de advertencia en tu vida, no lo ignores. Obedece lo que te dice Dios para que no tengas que lamentar las consecuencias.

Oración:

Tú eres un Dios que conoce todo en mi vida y sé que puedo confiar en que me llevarás por los mejores lugares. Pero reconozco que en ocasiones puedo ser porfiado/a intentando hacer las cosas a mi manera. Hoy quiero pedirte que me ayudes a obedecer las advertencias que tú me envías constantemente para no lamentar las consecuencias por hacer algo que esté fuera de la voluntad divina. Amén.

Enero 18
Una promesa para ti

"Pero recibiréis poder, cuando hay venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra". (Hechos 1:8)

Siete semanas después de la muerte y resurrección del Señor, ocurre el gran evento de pentecostés cuando los discípulos estaban unánimes juntos orando y de repente se aparecieron lenguas de fuego que se posaron sobre sus cabezas, y todos fueron llenos de ese fuego espiritual que los transformó para siempre. El día del gran derramamiento del Espíritu Santo sobre los hijos de Dios. El poder del Señor siendo derramado sobre sus discípulos.

¿Por qué necesitaban ellos de este poder?

Debían tener poder para enfrentarse con un enemigo astuto y hostil.

Debían tener poder para contender por la fe.

Debían tener poder para hacer milagros y predicar resueltamente la Palabra de Dios. Sus propias debilidades y temores interiores podrían convertirse en invencibles obstáculos que debían ser conquistados.

Este poder les había sido otorgado siempre que mantuvieran una vida llena del Espíritu Santo.

Pentecostés es la respuesta final de Dios a la tibieza de los corazones y a la apostasía de estos tiempos. Pentecostés significa corazones encendidos, vidas totalmente dedicadas, motivadas por una ardiente pasión por predicar a Cristo a nuestro mundo antes que Él venga otra vez a establecer su eterno Reino.

El cumplimiento de esa promesa cambió el destino del mundo para siempre. De ahí en adelante todo ser humano que está lleno del poder del Espíritu Santo, cada vez que se para delante de otros a compartir la palabra, o cuando testifica o comparte su fe, o cuando usa sus dones, se convierte en un canal a través del cual Dios obra directamente en los demás. No son sus palabras, son palabras divinas; no es su poder, es poder de los cielos; no son sus habilidades, son dones celestiales y tampoco es su honra, la honra es para Aquel que lo envía con ese poder.

Este toque del Espíritu Santo, esta promesa del Padre, este poder de lo alto, ha sido exactamente lo que Cristo estableció como la condición indispensable para llevar a cabo la obra que está delante de nosotros.

Hemos sido llamados a marcar una diferencia en este mundo. Hemos sido llamados a ser sal y luz en medio de un mundo insípido y en tinieblas.

Pero no lo podemos hacer con argumentos humanos, necesitamos poder desde lo alto.

Pide hoy el Espíritu Santo y “recibirás poder”, y serás testigo de una obra descomunal en este mundo.

Oración:

Mi oración en este día Señor, es que envíes sobre mi vida el poder del Espíritu Santo. Anhelo su llenura, su guía, su presencia. Quiero servirte con la unción que viene de los cielos, para que no sea yo quien haga las cosas, sino que seas tú mismo a través de mí. Sí, quiero ser ese instrumento en tus manos y es por eso que necesito el poder del Espíritu Santo sobre mi vida. Amén.

Enero 19
Un doble pecado

“Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua”. (Jeremías 2:13)

Gran parte de la humanidad en nuestros días se esfuerza desesperadamente por negar a Dios, su poder y su influencia en este mundo. Niegan que exista o simplemente intentan encontrar explicaciones racionales a lo que no lo tiene.

Sin embargo, la queja del Señor no es para los que siempre han pensado así, pues al fin y al cabo no se interesan por las cosas divinas. No. La acusación es para su pueblo, para quienes dicen que son seguidores del Dios vivo.

¿Cuál es la queja de Dios para ellos?

Se han apartado, se han alejado de la fuente del agua viva, se han enfriado, no tienen respuestas en este mundo tan difícil, no tienen argumentos porque no conocen la palabra, no saben por dónde ir porque no tienen iluminación divina, andan errantes, son ciegos guiando a otros ciegos y lo que es peor aún, no solo se han alejado de Dios, la fuente del agua viva, sino que además han hecho sus propias fuentes donde van a beber.

Pero es agua contaminada, no tiene pureza. Son cisternas rotas, pozos agrietados y están buscando allí la sabiduría y la dirección, pues buscan en vano porque ese no es el lugar de la bendición.

Se han olvidado de lo que Dios ha hecho a su favor, han preferido usar sus propios argumentos sin recordar que la mano de Dios una y otra vez se ha levantado para sacarlos de su postración y darles una nueva vida.

A pesar de todo eso El Señor siempre le recuerda a su pueblo: Si se vuelven a mí la encontrarán de nuevo. Si vienen a mí ya no habrá más frialdad ni sequedad, si vienen a mí, dice El Señor, encontrarán lo que necesitan y ya no habrá más aridez ni desolación en sus vidas, la gloria del Señor calmará su sed para siempre.

¿Quieres tú esa gloria sobre tu vida? ¿Quieres tú experimentar el respaldo de Dios en todo lo que haces?

Entonces vuelve a la fuente del agua viva. “Más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para la vida eterna” (Juan 4: 14).

¿Por qué morirse de sed al lado de la fuente del agua viva?

Oración:

Mi anhelo de cada día es beber de esa agua que tú das, Señor. Sé que solo de esa manera seré saciado/a y mi alma encontrará la frescura para seguir adelante. Mi alma está sedienta de tu presencia, de tu amor, de tu misericordia, de tu gracia y de tu poder. Solo en ti encontraré la fuente perfecta que calmará mi sed para siempre. Amén.

Enero 20
¿En quién confías?

“estos confían en carros y aquellos en caballos; mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria” (Salmo 20:7)

David en el salmo 20 hace una declaración de fe maravillosa: “Ahora conozco que Jehová salva a su ungido; lo oirá desde sus santos cielos con la potencia salvadora de su diestra”

La potencia salvadora de su diestra. ¿Te das cuenta dónde está el verdadero poder?

No es en ti, no te desgastes más pensando que tú puedes pelear solo/a, que tú puedes avanzar solo/a. No. Es tiempo de confiar en Dios, en la potencia salvadora de su diestra. El Señor nunca ha perdido ninguna batalla.

Goliat puso su confianza en su estatura, en su armadura, en su lanza y su jabalina, pero estaba perdido, porque ese no es el verdadero poder. Si el ejército de Israel hubiera tenido confianza en Dios, no hubieran experimentado tanto temor. Por el contrario, lo hubieran vencido rápidamente si hubieran escuchado la voz de Dios.

Se necesitó de uno que si escuchó, que si confió, que si respondió y este vino, no confiando en sus fuerzas ni en su armadura, pues ni siquiera tenía una, sino en el poder de la diestra de Dios.

Antes de la batalla David sabía algo: que esa batalla no era suya sino de Dios. Él no iba en su nombre sino en el de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel.

Por lo tanto se plantó con confianza al frente del guerrero gigante y lo venció con el poder de la diestra de Dios que lanzó esa piedra justo en el único lugar donde Goliat era vulnerable.

Ellos confían en carros y aquellos en caballos, ¿pero nosotros? Nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria. Nos acordaremos de Él, cuando estemos sufriendo, nos acordaremos de Él cuando estemos en lo más fuerte de la batalla, nos acordaremos de Él cuando sintamos que nuestras fuerzas desfallecen, pero también nos acordaremos de Él cuando la victoria haya llegado y glorificaremos su Santo Nombre.

Ellos flaquean y caen. Los que han confiado en sus propias fuerzas, los que aún siguen luchando solos y han puesto su confianza en sus carros y caballos, ellos flaquean, sus fuerzas se agotan y se derrumban, pero las fuerzas de nuestro Señor nunca se agotan, por eso dice el salmista, a pesar de que aquellos flaquean y se caen, nosotros nos levantamos y estamos en pie.

Es día de tomar una decisión real que cambiará tu vida para siempre.

Es día de creer en Cristo Jesús y en el poder de su diestra.

Oración:

Señor de los cielos, hoy quiero ponerme enteramente en tus manos benditas con la confianza que me da el saber que en ti está el poder y la fuerza para vencer. Sé que hoy caminarás conmigo, experimentaré tu poder, tu compañía y tu aliento y cuando esta jornada llegue a su fin, te daré de nuevo las gracias porque has tenido cuidado de mí, tu diestra me ha protegido. Amén.

Enero 21
Tu Dios será mi Dios

“Respondió Rut: No me ruegues que te deje y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios” (Rut 1: 16)

Cuando pienso en las personas que nos atraen por la forma en que viven, me pregunto: ¿Qué es lo atractivo de estas vidas que llaman la atención de una manera tan especial a los demás?

Puede ser atractivo ver familias que viven en armonía.

Puede ser atractivo para la mayoría de las personas ver a quienes parecen tener su vida en orden.

Es muy atractivo por ejemplo seguir a alguien que tiene un propósito, una visión clara del futuro y de sus prioridades.

Así mismo nos atraen quienes son sinceros, quienes no viven una doble vida o quienes defienden los valores de vida apropiados.

Sin duda hay quienes constituyen para nosotros ejemplo y a la vez un desafío al contemplar esas vidas que parecen tener un rumbo claro y un propósito específico tras el cual están corriendo.

Bajo esa perspectiva pienso: ¿es nuestra vida cristiana un atractivo para los demás? ¿Nos seguiría alguien solo porque ven en nuestra vida algo tan atrayente que vale la pena ser imitado?

Sin duda Rut después de perder a su esposo tuvo que tomar una decisión trascendental en su vida: ¿A quién seguiré? ¿Con quién viviré el resto de mis días? ¿Quién me servirá como un ejemplo de vida?

Su suegra Noemí, quien también había quedado viuda dejó a sus nueras en libertad para volver a su pueblo. Pero esto solamente sirvió para que Rut se fortaleciera en su decisión.

Ella había analizado cada palabra de su suegra y había notado la forma en que cada una había sido dicha, y había tomado en cuenta todos los riesgos. Así que con palabras de amor y lealtad que son algunas de las más conmovedoras que jamás hayan sido escritas, suplicó: "No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aún me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos."

Esta fue la decisión más importante que Rut jamás hizo en toda su vida. Esta decisión cambió el curso entero de su existencia y en consecuencia, cambió su destino eterno.

No es una cuestión de si eres gentil o judío, hombre o mujer, rico o pobre, hispano o americano, blanco, moreno o mestizo. Lo que importa en realidad es la decisión que tú haces en tu vida con relación a Dios y el compromiso que adquieres. Esta es la gran decisión, no volver atrás, no regresar a una vida alejados del Dios verdadero, no retornar a una existencia vacía y sin sentido.

Así que te pregunto en este día: Si alguien te mira y observa tu testimonio, ¿estará atraído a seguirte? Podrá también repetir como Rut a Noemí: ¿Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios?

Oración:

Amado Dios, sé que no podría hacer ninguna decisión buena si no fuera por tu dirección. Me permitiste conocerte y me trajiste a tus caminos, me has perdonado mis pecados, me has dado vida eterna y ahora camino contigo tomado de tu mano cada día de mi vida. Tú eres mi Dios y te pertenezco. Mi vida tiene ahora sentido y propósito porque soy parte de tu pueblo y nunca quiero apartarme de ti. Gracias por haberme escogido para ser parte de tu redil. Amén.

Enero 22
Un día más

“y añadiré a tus días quince años y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria…”

(2 Reyes 20:6a)

En la película la Lista de Schindler, el alemán que salvó vidas en la medida que pudo hacerlo en el tiempo del holocausto nazi, al final se lamentó por no haber podido salvar una vida más, una más. Él tenía un propósito que estaba cumpliendo y dedicaba sus horas y sus días a pensar en el cumplimiento de ese propósito de salvación de muchos seres humanos de la muerte a manos de los alemanes.

Cada ser humano es importante y cada vida cuenta.

Una ayuda más, un alma más para Cristo, un joven más rescatado de las drogas, un niño más sacado de la prostitución infantil, una mujer más liberada de la esclavitud de la violencia doméstica, un anciano más acompañado en sus últimos días de vida. Uno más, uno más.

Una nueva oportunidad para servir, un nuevo día para ayudar a que este mundo sea menos individualista y esclavo del enemigo.

Sí, un día más pero para servir al que nos lo dio, para levantar nuestra mirada al cielo y exclamar desde el fondo mismo de nuestro ser: Gracias Señor por un día más.

¿Si Dios te da más vida cumplirás con esos propósitos?

Para qué más vidas egoístas que solo piensan en satisfacerse a sí mismas.

Para qué tanto materialismo y búsqueda desesperada de riquezas que solo ocupan a las personas en cuestiones vacías pero que no cumplen con propósitos divinos.

¿Para qué quisieras vivir más años? ¿Solo para vegetar en este mundo? ¿Solo para llenar un espacio o para ir de mes en mes en la misma rutina en una vida que se vuelve quizás aburrida? No creo.

Si pides más años es porque tienes planes para el futuro. Si pides más tiempo es porque quieres alcanzar nuevas metas, porque quieres lograr muchos de los sueños que pensaste en alguna ocasión, porque quieres terminar tus días como una persona realizada.

De la misma manera que Dios agregó años a la vida de Ezequías, Él tiene el poder para agregar vida a tus años. Que sean años llenos de bendición, que sean momentos llenos de satisfacciones, de alegrías, de cumplimiento de metas, de nuevas aventuras de la mano de Dios.

Él puede agregar vida a tus años y también puede agregar años a tu vida. Él es Dios y maneja los tiempos porque Él es El Dios Eterno que no conoce de límites, ni principio ni final, Él es el Dios de cada segundo de tu vida.

Alaba a Dios por este nuevo día que te ha regalado.

Oración:

Reconozco que este nuevo día es un regalo divino. Quiero vivirlo de la mejor manera. Quiero aprovechar cada segundo para honrar a Dios. Quiero seguir las huellas de mi Señor Jesús y hacer su voluntad. Al tomar este día como un regalo divino, entenderé que aún hay propósitos divinos por cumplirse en mi vida y hoy lo tomaré como esa gran oportunidad para lograrlos. Gracias mi Dios por este nuevo día, sin duda es un gran regalo de tu gracia divina. Amén.

Enero 23
Devolviendo bien por mal

“Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mateo 5:44)

Sara era una cristiana maravillosa que tuvo una relación profunda con el Señor.

Pero su hermano George era la oveja negra de la familia. Su vida egoísta era la antítesis de la generosa conducta de su hermana. George tenía un problema severo de alcoholismo.

Tras largos años de abuso, su cuerpo comenzó a rebelarse a causa del consumo continuo y sus riñones empezaron a fallar. Los doctores le dijeron a Sara que sin un trasplante de riñón George moriría pronto y que por su prolongado historial de abuso de alcohol no calificaría para estar en lista de espera.

Ella preguntó a los médicos si podía donar uno de sus riñones a su hermano.

Estos respondieron: “Si tu tipo de sangre es compatible puedes hacerlo. Pero esta es una operación costosa y cuestionamos si es prudente poner tu vida en riesgo por una persona con hábitos tan autodestructivos.”

Resultó que los tipos de sangre eran compatibles, pero George no tenía seguro, así que Sara hipotecó rápidamente su casa y prometió pagar el resto.

Con cierta insistencia, pudo finalmente convencer al hospital de efectuar la operación.

El trasplante fue exitoso para George, pero Sara sufrió algunas complicaciones trágicas. Una severa reacción alérgica a la anestesia la paralizó de la cintura hacia abajo después de la cirugía. Sara pudo tomar con valentía la trágica noticia cuando le dijeron que su hermano se recuperaba muy bien.

Ella dijo, “Si puedo comprar algunos años más de vida a mi hermano para que encuentre al Salvador, habrá valido la pena, aunque yo no pueda volver a caminar.”

¿Cómo crees que Sara se sintió cuando su hermano no fue nunca a agradecerle su costoso sacrificio?

¿Y cómo crees que se sintió Sara al enterarse de que lo primero que hizo su hermano al salir del hospital fue irse a celebrar a una barra?

Si eso te indigna, reflexiona en esto: ¿Cómo piensas tú que Jesús se siente cuando un cristiano profeso se aleja de Su presencia luego de recibir misericordia y vida, y regresa a lo mismo que tanto sufrimiento le costó a Él para salvarlo?

Cuando vemos y entendemos algo sobre lo que nuestros pecados le costaron a Cristo, nunca más desearemos abrazar al monstruo que destrozó a nuestro Señor.

Devolver mal por bien es diabólico. Devolver bien por bien es humano. Pero devolver bien por mal eso es divino.

Mientras el mundo siga aplicando el ojo por ojo y diente por diente, seguirá sumido en la misma muerte que esto sigue produciendo, por eso se necesita romper con estos modelos de vida y entrar en la dinámica del perdón, la reconciliación y la gracia.

Es tiempo de dejar atrás la amargura que nos produce la falta de perdón y los deseos de venganza. La nueva naturaleza del creyente nos permite hacer lo que antes no podíamos hacer: Devolver bien por mal. ¡Qué tremendo desafío!

Oración:

Señor Jesús, reconozco la obra de amor y de misericordia que tú hiciste por mí. Gracias a esa obra hoy puedo vivir en libertad, en el gozo de los redimidos experimentando tu cuidado y tu protección. Por eso te pido que me ayudes a ser igualmente misericordioso y compasivo con los demás. Reconozco que este mundo necesita personas así, y yo quiero ser obediente a este llamado. Amén.

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9781953540300
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