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Tenían sus teléfonos de lujo, ropas, bolsos, todo de lujo, no entendía nada, pero un día ella vino, yo era vidente y me pidió que le hiciera las cartas y al echarle las cartas hice un descubrimiento y le dije que le quería decir una cosa pero que me chocaba mucho y ella me dijo: «usted dígame, no se preocupe». Y le mostré mi descubrimiento aunque yo misma no me lo quería creer. Ella me daba a entender que yo estaba en lo cierto, que tenía un chulo que la quería poner a hacer de puta, y a ella no le sorprendió, es decir, vivía esa vida. Yo le dije a mi marido: «es mejor que dejemos de vernos con esta gente». Ellas nos escribían siempre con papel de calidad, letra dorada, era todo fuera de lo vulgar. Y un año más tarde ella me dijo que habían vendido su casa porque que veía siempre cosas dentro y compró otra en la Marina Grande, ni me dio la dirección, nunca las conseguí ver allí ni las encontré. Ese mismo año ellas nos dijeron que nos encontrásemos en un restaurante, pero le dije que nos quedaba lejos y nos dijeron que no. Por la noche tomamos la dirección y fuimos pero ellas no llegaban, entonces las llamé y le dije que nos íbamos porque había más sitios donde comer, pero ellas insistían pero a su casa no nos invitaron. Pasan más de dos horas y las señoras se presentaron, nosotros les dijimos que sería la última vez, estábamos cansados de gente chic sin dinero, a cuántos sitios fuimos con esta gente y ni pagaron un vaso de agua. Entonces, entre tantas llamadas para que no nos moviésemos, ellas llegaron y dijimos que iríamos a comer donde ellas quisiesen. Ahí fue cuando supimos toda la verdad, primero, ella, la famosa María Elisabeth, que era la hija, era señora, ellas preguntaban lo que hacía falta, yo solo quería un plato porque en Portugal sirven mucha comida por persona y da para comer dos, me obligaron a pedir los dos, ellas comieron la mía y la de ellas. Al final toda la gente salió del restaurante que era enorme y de lujo, ellas nos invitaban siempre pero nunca pagaban. Así que yo le dije a mi marido que esta vez no pagaríamos, llevábamos pagando nosotros muchos años y, además, esperamos horas y horas a que vinieran, ese día pagarían pues estaba harta de tanta modestia. Salió toda la gente y nosotros nos quedamos, la madre le dijo a la hija que el restaurante iba a cerrar y la hija le contestó que esperara un poco más. Mi marido y yo les dijimos que el restaurante estaba cerrando y nos levantamos y fuimos hacia la puerta, ellas se quedaron sentadas pensando que nosotros íbamos a pagar como de costumbre. Entonces vi la riqueza que tenían, ellas buscaron hasta en el fondo de los bolsillos para poder pagar y salimos. Ellas nos dijeron que no nos invitaban a casa porque el fontanero les había arrancado todo del baño y no había ido a ponerlo y le pregunté si es que no le había pagado, me contestó que estaba pagándole a plazos. Nos dijimos «adiós y hasta otro día», pero no hubo otro día, no había más solución que desprendernos de ese tipo de gente, es decir, solo cogían a bobos como nosotros. En diez años fue lo único que nos pagaron y porque ellas fueron las que querían comer en ese lugar porque tal vez si hubiese sido más cerca habríamos pagado, además había muchos restaurantes de ese tipo que nosotros conocíamos, no era necesario hacer ciento veinte kilómetros ida y vuelta ¡qué lujo! ni tan solo nos invitaron a su casa, qué miseria. Llamar rico a quien se pone patas arriba y ni polvo tiene dentro de los bolsillos. Más vale ser pequeños y ponernos cerca de ellos grandes, mi gente, Marinha Grande.

En este momento está la hora fatídica, fue cuando supimos quiénes eran estas señoras chic, fuimos a pedir la cuenta pero nadie más habló, acabamos por saber que solo eran señoras finas en la palabra, en la manera de vestir y en el bolso no había un escudo. Acabamos por levantarnos e ir a pagar la mariscada de las señoras chic y de nosotros dos porque si esperábamos ser pagados por las invitadas hubiésemos quedado avergonzados, salimos y fuimos a pasear en nuestro coche, fuimos a bailar y seguimos para ver Estoril a ver un espectáculo que hacían allí. Cuando llegó la pausa, se bajó del escenario y nosotros dos fuimos a bailar, yo estaba vestida con un body blanco con puntillas en los brazos y una falda de flamenco. Hoy no la habría vestido, en ese momento bajó un señor y nos pregunta si éramos artistas y yo, como siempre, me hice la pequeñita como soy, respondí que no. El hombre me dijo: «qué bien bailan, ¿serían capaces de hacernos aquí un cartel?». Yo respondí: «no, porque nosotros necesitamos a una tercera persona para presentar en el escenario mientras nosotros nos cambiamos de ropa». Pero las mujeres querían que nosotros lo hiciésemos porque acabé por saber que la hija era DJ, yo dije que iba a irme a París y que pensaba encontrar a alguien para hacerme la función que necesitaba, se trataba de un artista que era cantante, lo hacía de maravilla. Pero, finalmente, tenía una maravilla de garganta pero era un mentiroso y cuando le dije de hacer la foto para presentar el espectáculo de los quince días en el casino de Estoril, me dijo que no podía ir que su mujer no quería que él fuese. Me quedé muerta y tuve que decir que no.

Tuve que abandonar el espectáculo, por eso prefiero contar conmigo que con ciertas personas; unos mentirosos, otros que se quieren poner en grandes tacones a costa de saber sobre los demás, mientras acompañé a estas personas siempre fui robada hasta el punto de que tenía que ir a la televisión CIC portuguesa y lo rechacé porque querían estar con nosotros para aprovecharse.

Las personas cambiamos por dos razones o aprendemos demasiado o sufrimos demasiado.

TRIPEIROS

Día 4 de septiembre de 2014. Primera parada, Vila Nova de Gaia, vamos a visitar a los tripeiros (traducción es callos, es el nombre que se le da a los portuenses). Atravesamos el Ponte de Arábia, posada, un pipí la dueña y otro la mascota, Pinky, ahora vamos de aquí a visitar, Porto terminó. Casa Bajuca te dejo ahora, nada es para ti, solo quedó el suelo de mi amiga, nada para ti. Ahora es para los tripeiros, hice la comida en medio del campo, dos escritos tímidamente, la primera vez que robé dos espigas de maíz verde en Porto, a las 13.25 horas quería visitar los instrumentos de tortura de los tiempos de Salazar. Pero comenzó a hacerse tarde y tuvimos que tomar el camino y con solo ver algunas de las piezas en foto ya me daba frío en la espalda. Partimos para el norte de Portugal, bueno, Porto ya está en el norte. Paré mi escritura para tomar reposo y poner mis cosas en el sitio, pero la tristeza no me dejaba.

Entonces, dejé Bajuca, abandoné a mi compañera, a mi amiga, que hasta en el último momento me dio las flores para poner en el centro de mi nueva habitación, en Praia de Âncora, llegamos temprano al puerto y fuimos a pasear, yo quería visitar la exposición de tortura. Pero terminaba tarde y ya estaba bastante cansada, entonces decidimos comer alguna cosa cerca de un campo de maíz para no olvidar mi juventud. Cogí tres espigas de maíz verde para ofrecer a nuestro amigo que nos recibía en su casa, yo sabía que le gustaban porque ya había tenido ocasión de ver que a él le gustaban.

Llegamos a las 15.30 horas y me dice su esposa: «su habitación está alquilada a otra persona hasta las 19.00 horas, solo si usted fuese para allí arriba…». Yo respondí que tenía que irme enseguida y que no podía subir las escaleras, ella me respondió: «Manuel está haciendo la siesta». Y le dije: «no hace mal, déjelo dormir», ella me dijo: «¡ustedes no se vayan!», y me preguntó: «¿dónde está su marido?». Le contesté que estaba durmiendo en el coche y la señora, que era mi amiga, me dijo: «ahora solo pondrán dormir arriba, ¿no quieren ir a dormir allí?, pero después tendrán que bajar el domingo cuando los otros se vayan». El marido dijo: «no, porque les voy a dar la casa de arriba» y ella respondió: «pero ahí debería ir una persona» y él le contestó: «eso era ayer, hoy es para ellos». Ahora bien, nosotros estábamos encantados como en casa de mi amiga Olivia, veía la media luna con nuestra señora que decía que ella me debía proteger para todo el daño que me andaban haciendo y me hicieron. Salí de la casa de mi amiga Olivia porque tenía cosas que contar, pero ahora voy a contar lo que aquí tengo, no hay gallinas, ni conejos, tampoco tengo patos, ni perros, solo el mío. Pero tengo un jardín con coles como hojas de nabo, ensalada, pimientos y un lavadero para lavar como en mis tiempos. Es un regalo como canta mi amiga y como dice la canción, un regalo en la vida, al pie del agua morar, quien tiene sed va a beber y quien tiene calor va a nadar, así estoy yo ahora cerca del monte y el mar enfrente, qué hay mejor, mi gente. Pero me falta la compañía de mi Olivia que a esta hora no duerme pero hoy ya son las 23.30 horas, estoy cansada, por las noches de trasnochar que pasé contigo, lloré, me reí y nuestras angustias contamos. Pero ahora aquí nada puedo contar, mi marido no entiende el portugués, la televisión no le interesa, se acuesta a la hora de las gallinas y yo me encuentro solita, la casita es graciosita pero tiene la humedad y el clima es triste y llueve.

Yo paso mis noches de trasnochar escribiendo para contarles y continuar las vueltas que doy en el día y recordar los tiempos y los momentos de mi juventud porque ahora no es como dice la canción. Que se solía decir: las horas para mí son días y los días para mí son años, yo ahora solo sabría decir: el tiempo vuelve para atrás, tráeme todo lo que yo perdí. Pero realmente yo no perdí nada, solo el tiempo de llorar y a nada llegar. Ahora me quedaron los ojos mal, para admirar los paisajes que en el tiempo nunca pude ver por solo tener gente alrededor que me robaba moralmente y físicamente y ahora mi mente está cansada y ahora me siento cansada que me dé lo necesario para contar los años que fueron estropeados, porque fui privada de hacer lo que yo quería y me viene a la cabeza y me dan migrañas y ganas de llorar. Yo pienso que es porque hoy fui al final de la ciudad para ver el mar y a las aves que volaban con toda libertad ¿por qué siempre fui privada de todo en la vida? Me decían siempre no hagas eso, no hagas aquello, no vayas a la escuela, fue la mayor tontería porque se me había metido en la cabeza que aprendía y que algún día más tarde podría saber muchas cosas, era una cuestión de vida y de tiempo y de no faltar al respeto a mis padres. Perdónenme, padres, pero yo quería escribir, ¿y entonces?

Día 5 de septiembre de 2014. Correr y más correr para las compras hacer, porque me encuentro en una casa particular y esta noche quiero bailar y no tengo tiempo que perder porque tengo que hacer de comer y ni a mi amiga podré ir a ver, Pureza, qué tristeza, no estoy cerca de usted, no puedo hablar con usted. Pero dejé allí a mi amiga porque yo he de ver si encuentro un momento, ya somos amigas desde hace quince años, en épocas como esta me reciben en su casa sin conocerme, desde 1998. Hay diferencia entre decir que se ama y de hecho amar, incomodarse con las circunstancias y hacer algo para cambiar y proclamar nostalgia y sentirlas sinceramente. Tal y como hay diferencia entre abrir los ojos y realmente despertar, decir que se va y salir de su lugar porque entre el hablar y el sentir, siempre estará la lógica bivalente.

De manera que el año 1998 fui a Portugal con una caravana, estábamos buscando dónde dormir por la noche y apareció un hombre y nos dijo que la pusiéramos en tal sitio, nosotros le respondimos que le molestaría pero él insistió y dijo que si queríamos podíamos dormir en su casa. Era de noche, pero nosotros dijimos que no, que teníamos nuestra casa. Y le preguntamos dónde podríamos ir a bailar por la zona y nos dijo que en su local había al día siguiente por la noche. Así que todos contentos, acampamos con la autocaravana debajo del puente y todo fue muy bien, ¡muchas gracias!

Mis raíces son débiles porque son de los tiempos de la dictadura, pero la lengua de mi familia era peor porque decían que parecíamos gitanos. Todo esto porque el sujeto es ambivalente en sus afirmaciones por temor a mostrar sus emociones dejando al otro en la duda de su sentimiento verdadero. En esa noche comenzamos, los gitanos, a hacer nuestro primer espectáculo en Portugal, nosotros contentos hicimos nuestras danzas y después hicimos cierta amistad y ellos vinieron a vernos a nuestra casa a Villajoyosa y además como vivíamos en la autocaravana, era una casa preparada, tres camas, una cocina pequeña, cuarto de baño, comedor, televisión, frigorífico, etc. Así íbamos a todas partes y mi marido que es muy habilidoso hizo un armario para poner mis vestidos de baile en el garaje que era para poner la moto y todos los años comenzamos a ir allí. ¡Si cuando yo tenía cuatro años hubiese sabido dónde iba a llegar! Era agradable, unos días doña Pureza hacía la comida, otro día la hacía yo o íbamos al restaurante, era una amistad muy bonita. La gitana de la familia que vivía en medio de la tierra, dentro de la autocaravana, era como una casa de muñecas, tenía de todo, pero las malas lenguas tienen siempre que hablar. Yo iba a hacer mis torneos a Palencia y volvía a la casa de esas personas y me cuidaban mi perrito. Además, también estuvimos en el sur de Portugal donde nos hacían contratos en discotecas y en las fiestas, era chica sin bragas, en los tiempos de Salazar me moría de hambre, hoy voy a Portugal y tengo amigos que me abren la puerta y la familia todavía están a la espera de que vaya a buscarlos. Ya hacía tiempo que no iba a Portugal, fui en el año 2014 y no volví hasta el año 2017, este último año nos quedamos en su casa, era doña Pureza quien me hacía de comer.

Día 6 de septiembre de 2014. Por la mañana me levanto, ya tarde, voy a la fiesta, no se puede bailar, trabajar, arreglar mi casa, después dar una vueltecita, llevarle los regalos a mi amiga Pureza, comprar el pan para comer mis caracoles, hoy quiero reposar, por la noche volveré a ir a bailar, mañana ya veremos, si Dios quiere. El día estuvo entre la lluvia y el sol, metí las plantas en la tierra que mi amiga Olivia me había dado, así pasó el día de calmado. Como dije, fui a bailar para disfrutar y a las personas que les gusta vernos bailar, son las dos de la mañana de Portugal, me encuentro en mi rinconcito desde hace quince años que vengo aquí de vacaciones y a hacer mi churrasco en Vila Praia de Âncora, ahora voy a ver si duermo, por lo visto tenemos agua en el cielo el domingo, ya se verá. La aventura de la vida cotidiana renovada es una loca carrera sin meta determinada, pero para seguir adelante hay que estar bien estructurado en el recorrido diligente sin temer lo inesperado.

Día 7 de septiembre de 2014. El día es triste y está lloviendo, verdad que hace falta para nuestras agriculturas, pero como no sabemos lo que queremos, lluvia en el campo y sol en la era y yo estoy igual porque me encuentro de vacaciones y quería sol porque la humedad me destruye los huesos y la moral. Pero es Dios quien manda, aunque les digo que estoy en un rincón muy bonito en una casita a ras del suelo y en el ático, el monte por detrás, campos alrededor y veo el mar a diez minutos de distancia. Pero hoy de buena mañana vino el pícaro de un mirlo y me despertó escarbando toda la tierra para comerse los bichitos, pero él tiene derecho a vivir en la naturaleza, yo estoy encantada porque tengo mi pequeña huerta, son estas mis raíces. Porque este es el país en el que nací, no muy lejos de aquí, entre el pueblo de Praia de Âncora y Ponte de Lima que está un poco más arriba, aquí hay un pequeño rincón de las aves de Portugal y el norte es florido y verde en la que vive una artista que tanto adoré y bailé al son de sus canciones. Hoy a ella no la he visto, la veo por Facebook, por internet, no sé dónde estás, desapareciste en Portugal, yo vivo en España, pero yo danzaba al son de tu voz, «ya lo decía mi abuela», mi Linda de Sousa. Admiro, hoy, un poquito de esta cuna, hoy porque pienso que no volveré aquí probablemente por mi salud, pero tengo amigos muy queridos que me aplaudieron en mis bailes y comedias montadas a propósito para hacer reír. Nunca quise una casa aquí por el tiempo, porque el mar es frío, pero mis ojos siempre adorarán estos campos verdes que viví labrándolos, cavándolos y vendimiándolos en los tiempos de mi juventud que trabajé la tierra, por eso, adoro el contacto con esta, donde quiero pongo un trocito de rama y de ahí sale una raíz, en poco tiempo tendré una flor, con trocitos de plantas hice jardines, tengo una mano verde, será por el amor y el respeto, adoro a las flores y a los animales.

Cada segundo vivir y con buen sentido mantener ante tanta insensatez, en una tarea sin gloria que para que sea meritoria debe asentarse en la lucidez. Decimos que a quien le gustan las flores y los animales le gusta la gente. Voy a hacer un intervalo, como las flores y animales como el bien que vamos a hacer un breve descanso, nos dirigimos a una barbacoa a aprovechar el día libre y estar cerca de la tierra en Portugal. La casa en la que estoy durmiendo se llama Vista Alegre y la calle se llama la travessa de Queirós, puede ser vista alegre pues yo no he visto a ninguna alegre, la encuentro triste, luces, sombras, nada para divertirse, quitando el baile del viernes, del sábado y del domingo, el resto está muerto porque estamos en lo alto y tenemos vista al monte, a los campos y al mar pero ni las gaviotas se oyen gritar, está silencioso, muerto, triste y ni se oye a un gato maullar, es una casita bonita con huerta y se puede hacer jardín pero con mis gustos de hoy me siento angustiada. Todo esto es muy triste, muy silencioso, incluso mi marido se fue a dormir, no entiende el portugués pero enciende la televisión para ver si veía gente moviéndose, pero la televisión no se enciende y le digo que revise si está conectada porque puede ser que esté desconectada, al final son las pilas que están estropeadas. Tenemos ganas de irnos ya, pero tal vez mañana mejore. Que jamás se extingan los valores y el amor verdadero olvidado que en la tierra ya no haya más esos disgustos que nos lleven a preguntar por qué y para qué haber nacido.

Cambia el sol y las pilas para que vea la televisión, para mí no es ninguna pérdida porque la televisión no es mi pasión. Y cuando no podamos creer más en las palabras, el corazón se quede mudo por perder la confianza, volveremos a dar valor a las cosas y a soñar para que en nosotros vuelva a reinar la seguridad. Porque entonces también estábamos mal arreglados, a veces, parece que hemos nacido en la época equivocada donde las cosas importantes no valen nada y lo venerable dejó de ser sagrado. Yo, por las noches, solo escribo las letras de mis libros, la verdad es que me gusta más el aire libre, tenemos más ideas porque vemos las cosas moverse, a la gente hablar, música, viento, los árboles se mueven, los pájaros cantan y todos los sonidos de la naturaleza, ahí vivo y ahora digo que me gusta el silencio cuando estoy concentrada, pero no puedo contar nada si el día no lo puedo ver. Es la primera vez que vengo aquí arriba, no volveré aquí, pero si vuelvo quiero que me den mi rinconcito desde hace quince años. Aquí oigo las olas del mar, pero bajito, Las oigo más fuertes cómo golpean contra las rocas, oigo que el tren pasa y los coches en la calle y puedo admirar todos los movimientos de la vida, aquí es un sitio que está dormido, solo podré meter la cabeza en la tierra para llorar porque mis vacaciones se arruinaron antes de salir de mi casa, pasé un buen momento en la Boca de Ca, el resto sigue su movimiento, voy haciendo conforme me da tiempo, en el día a día no hago proyectos, me siento adormecida en mi vida, me cortaron las alas poco a poco, estoy como el árbol que le cortan las ramas, yo me voy yendo poco a poco con tanto entusiasmo que tenía en mi vida, ¡por eso me puse a escribir libros! Porque ya no se escriben cartas, que valían más que el dinero y ciertas modernidades te lapidan el sentido común entero quedando lo más importante puesto de lado para matar la tristeza porque no tengo a quién hablar ni contar mis miedos. Les cuento en este papel que acepta lo que le digo. Y entonces, tal vez, él va a decirle a alguien que cuando soñamos nuevos sueños son errados y como si fuesen pesadillas, tenía tanta ilusión que vine a visitar Portugal y también porque fui falseada en la vida y me digo que será la última vez que aquí vendré para despedirme de lo que yo amaba, mis padres, que ni cerca de su sepultura se puede pasar. ¿Para qué existen los secretos? En teoría, para no ser contados, para ser guardados, lejos de miradas y oídos menos discretos. Puedo ir para despedirme de ellos, de mi padre adorado y de mi madre querida, que se me fueron enseguida y ellos ni querían terminar en una sepultura, la pagaron obligados y ni sus nombres tiene para que sus hijos puedan ir a velarles, a llevarles dos flores y poder contarles la pena que tengo. Existen para ser mantenidos, escondidos en una sombra que los cubra, que los llene de penumbra por no ser siempre aquello mejor que se puede revelar de alguien, o, meramente, para pertenecer a la esfera privada de quien comete algún acto que no quiera hacer público. No me quisieron escuchar y no vinieron a vivir conmigo, ¿qué voy a tener yo?, ¿qué va a ser de mí? Se quedó solo como las malas hierbas que crecen en todo el terreno y solo quieren el dinero, los padres aquí no cuentan nada, yo quiero flores en vida, cuando esté muerta no necesito a nadie pues ya no veré a nadie, solo a mis padres que tanto les adoré y les di todo mientras vivían, pidan por mí, sálvenme de esta tristeza y pidan por mí y que mi Dios salve mi alma. ¿Y si los secretos fueran, a su vez, pecados que se quieren camuflar, reprimir o hasta, si es posible, borrar como si nunca hubieran existido? Como si fueran una vergüenza escondida de falsas vidas vividas que nadie más piensa que otra persona pueda tener.

La verdad que yo vine a al país en el que nací pero no era para contar tristezas, pero la angustia me llegó y mi corazón habló. Queijada, pueblo de la ciudad de Ponte de Lima, ciudad pequeñita y muy bonita, allí fui niña, pobre y triste pero vivía en medio de los carrascos y los eucaliptos, lloré, canté pero era donde yo puse mis pies en el suelo y descalza, por la pobreza pero para mí hoy es una nobleza, era la casa de mis padres. Y ahora no hay ni un recuerdo, ni la sepultura tiene su nombre puesto, ¿dónde se ve esto? ¿Será posible? De aquí no me llevo nada, solamente tristeza, pierdo el secreto, es tan humano como simple el hecho de existir, de vivir, de ser, o querer ser algo que no se es, que solo existe cuando, en secreto, se peca o se va pecando secretamente… Voy a ver si me agarro a nuestras tradiciones tan hermosas, a nuestros campos, a nuestros animales típicos del país, nuestras fiestas tradicionales, nuestros monumentos, canciones y bailes folclóricos, fiestas y tradiciones de nuestros pueblecitos, provincias y comunidades que son los más bellos de mi corazón por los años que aquí viví y luego emigré a otro país. Fui a París, me quedé y me casé con un hombre del país, tantas lágrimas lloré y, al final, sin nada me quedé hasta a sus propias hijas las malas hierbas las contaminaron y a su madre abandonaron, tanto sufrí para mi vida ganarme para poder darles de comer. Pero cuando eran adultas no cambió nada porque ellas piensan no sé el qué pero yo nunca lo imaginé.

Si el secreto es pecar en la sombra, estas no son más que las puertas abiertas a los secretos que esconden vicios, tentaciones, formas reprimidas de ser, que se prefieren esconder. Que la hierba muriera y que las plantas vinieran a su raíz pero, al final, todo termina mal, Dios es grande y no hay nada que no se pague, Dios no duerme ni es vengador, yo me callo y sufro mi dolor, el tiempo pasa y los años por encima y nadie sabe cómo termina. Os sentís encima de la escalera, pero vendrá un día en que bajaréis los escalones y veréis el dolor, cuando vuestra puerta llegue ahí será. Ahora es tarde, ¡quién me diera a mi madre! Tantas lágrimas lloré por vosotras, esperad vuestro momento y después iréis a contar a vuestras amigas y vecinas, qué tristeza, que la madre solamente servía para guardar a tus hijos, es decir, mis nietos, cuando yo iba a verte y cuidaba de tu casa, pero cuando la madre ya no podía ya no interesaba nada. Y verás un día lo que te decía. ¡Por ahora sois jóvenes! La gran tontería que estás haciendo en tu vida. Son las doce de la noche, estamos llegando al lunes, pues ahora poco les voy a contar porque tomé mis medicamentos y dentro de poco me voy a acostar, el silencio es total ni una hoja se mueve ni una mosca se ve y, por lo tanto, este es el país de las moscas. Yo les digo con todo el amor lectores, espero que mi libro les vaya a gustar por la belleza de lo que les estoy contando.

La vida es como una ruleta de la fortuna, algunos sacan el número bueno y otros se quedan esperando y nunca ganan nada, esta es la vida del artista. Quien no juega no se arriesga, se queda siempre en la pobreza y en la tristeza otros se aventuran, les surge la suerte: vida, alegría y riqueza y otras cosas, yo nunca pensé ser escritora ni poeta, lucharé siempre hasta que Dios me dé un respiro. Y otros son todo al contrario, tristeza, pobreza, mala suerte, infelicidad y en el fondo de su corazón ¡qué angustia! Porque no es la riqueza la que esperaba, solo aquello que me pertenecía y por lo que tanto luché y todo acabó saltando por los aires y, al final, nada pude coger, y aquí dejé de escribir, estoy fuera y son las dos de la mañana, si Dios me quiere, tendré otras novedades, nuevas cosas más agradables para contarles, aquí paro, buenas noches, sean felices todos sobre la Tierra, que nos amemos los unos a los otros, es la mayor felicidad.

Bello día caliente en Vila Praia de Âncora, me encuentro pasando por debajo del puente para ir hacia Caminha a ver a una amiga mía para saludarla y hablar porque hace dos años que no venía por aquí y no había vuelto, le dije adiós y me fui a visitar los rincones bonitos de Caminha. Con sus pequeños barquitos alrededor del mar, admirar ciertos monumentos de la ciudad, grabé para recordarlo mejor porque ahora la memoria se va y todo pasa, entonces para recordar prefiero escribir y resistir para no olvidar lo que ya está quedando atrás, estos montes con estos verdes árboles que es el encanto del norte, todo florecido y tantas verduras, es el trocito de mi raíz en la tierra, en la familia no hay nada. Y el sur es más seco, no es tan refrescante por lo que el norte es mi amante, por eso, mientras pueda lo visitaré, para tener recuerdos, bailes y canciones, campos florecidos, música y fiesta, momentos de mi juventud, quién me diera poder aprender cuando era joven lo que hoy sé, pues con las tristezas y el trabajo me maté. La noche es pesada, fría y entera, el corazón arde en llantos, intento cerrar mi alma con hilos de nostalgia dibujados en el silencio, el viento barrió mis sueños en gritos guardados, en la desesperación me visto de sombras.

Mi salud y mis nostalgias que todo voy a abandonar porque no voy a poder volver aquí, mi bonito Minho, de donde son mis raíces, pero por la pobreza huí a otro país para ganarme mi vida pensando en quedarme por allí y al final ni en mi país ni en Francia, poco a poco, como los pájaros emigran, los dolores se posan aquí y allí, caminos y kilómetros recorrí y al final ¿qué hice? Perdida en las rutas del tiempo mi cuerpo se convirtió en polvo de alma, sin rumbo, deambulo en el frío de la vida, me desvisto de la identidad y me separo de todo en la inquietud del silencio de las calles imaginarias de mi memoria. Vine con mi marido a Portugal para ver si se quería quedar, dijo que el agua era muy fría, tiene mar, hay nueces y castañas, ¡yo prefiero ir a vivir a España! Y perdida en esta senda se asombran las lágrimas que me lavan los recuerdos, la vida se transforma en una paleta incolora donde cada día me embarco y poco a poco me hunde. Miren, mi gente, podemos recorrer el mundo entero pero nunca sabremos dónde vamos a gastar nuestro dinero y proyectar, quien pueda, que la vida es un trocito de camino que pasamos aquí y la muerte nos acecha allí, vivan de fe y alegría, rían, hagan romerías que si Dios quiere todo terminará con alegría.

SEÑORA DA BONANÇA

Día 8 de septiembre de 2014. Yo estoy aquí para llevarme mis recuerdos de las fiestas de nuestra Señora da Bonança, las fiestas de Ponte de Lima, están más arriba, en el rincón donde nací. Cuando era joven lo adoraba pero ahora, solamente, el silencio estoy buscando, cuando era joven quería comer y no tenía, quería ir a las fiestas y no podía porque me lo prohibían, quería bailar y no me dejaron, quería ser artista y ni pensarlo, quería estudiar y no se podía porque no había dinero para pagar. Hoy podría comer, bailar, estudiar, ser artista y todo, pero ahora son las fuerzas las que se van y ya no hay nada para nadie, por eso digo ¡jóvenes, con respeto, tomad cuenta de vuestra vida! Tenéis vuestras cosas todas bien hechas pero proyectad si podéis porque un día querréis y no podréis. Pero la verdad es que hay mucha pena y miseria en el mundo porque unos tienen todo y otros no tienen nada y es siempre el pobre el que paga todas las miserias del mundo, las guerras, pobres inocentes, niños que no hicieron daño a nadie y mueren a causa de las armas y sus pobres padres lloran lágrimas de tristeza, pierden a sus hijos y viven en la pobreza a causa de algunos que gastan sin contar, pagan por una noche de hotel lo que le daría a un pobre para vivir no sé cuántos años ¿y se sienten bien?

Decidí ir a la ciudad a hacer mis compras para mi almuerzo pero yo ni siquiera había visto que la Vila Praia de Âncora es un encanto, todas las calles están preparadas y toda la diversión para sus fiestas maravillosas, quién viera este rincón hace quince años, hoy han hecho un inmenso trabajo hecho en los puertos, nuevos paseos, asientos para que la gente y los turistas se sienten. Comienza la música y los gaiteros su fiesta para que el jueves haya orquestas, grupos folclóricos y grupos musicales que están preparando sus escenarios porque el pueblo admira, también, bailar. Esperamos buen tiempo para que no se estropee la fiesta y sus diversiones, sus negocios y festejos de iglesia para que la gente dé alabanzas a la santa patrona de los pescadores para protegerlos en la tapa del mar para devolverlos a la tierra y que tengan una buena pesca, también para que ganen su vida. Marinero que vas a la marina, ten cautela y no caigas al mar, mira que la vida aquí en la tierra dura es corta y tu familia te espera y si no vuelves llorarán, yo tengo pasión por este rincón, pero en invierno es triste, no se ve nada solo las olas del mar golpeando alto contra las rocas y las gaviotas gritando. Los peces que salen fuera hasta la ribera, es hermoso porque los veo desde Vieira, pero el viento es frío y me dan ganas de huir a mi país que me recibió con sus brazos y me da el sol todo el año. Y el sol es la mitad de mi alegría, me levanté por la mañana y al no ver el sol mi corazón se pone triste, mis dolores persisten, pero cuando veo el sol salgo fuera, a mi terraza y miro el mar y la tierra, a la gente alegre y el sol calienta el corazón de la gente. Yo sé que es el país de mis raíces pero yo ya he elegido y ya decidí que soy feliz y voy a quedarme hasta el día que Dios venga a buscarme y, si cumplen su deber, el sol veré todo el día, ¿no es bella la vida? Y la muerte ya lo sabemos ya que nacemos para sufrir y al final morir y después otros se quedan llorando.

399
573,60 ₽
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412 стр. 5 иллюстраций
ISBN:
9788411142663
Издатель:
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