Читать книгу: «DICCIONARIO DE ECUATORIANISMOS CON CITAS», страница 5

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bividí. m. Prenda interior que cubre el torso, sin mangas y con gran escote. «El autor de la balacera sería un tipo de mediana estatura y contextura gruesa, tez blanca, que vestía un bividí y gorra de color blanco, el cual llegó por la calle Puyo caminando hasta acercarse donde estaban ellos», Acribillados en portal de su casa/Extra, 12.06.2009. «Lo que recuerdo es que después corría por la Amazonas. Tenía mi buzo y mi bividí rasgados», Los pillos bordean la zona rosa/Últimas Noticias, 06.08.2008.

body. m. Compañero. (mil) «Escogimos un ‘body’ quien sería nuestro compañero de refugio e iniciamos la construcción», Un día como soldados Iwias/El Comercio, 07.05.2014. «Entre los militares, a cada soldado se le asigna un body, un soldado igual que él por el que tiene que velar y, si la cosa se pone fea, dar la vida», Álvaro Samaniego, Las reglas del circo, 2005.

boca.

▪ a boca chica. loc. adv. Secretamente. «Criticarles a boca chica, empequeñeciendo el corazón, reduciendo el horizonte y mirando el cielo con ojos liliputienses, son posturas incorrectas, negativas, no construyen», Via Crucis/El Comercio, 05.04.2004. «La fanesqueada se extiende a otros días que no son el Viernes Santo con las consiguientes críticas a boca chica de los defectos de tal o cual cocinera», Claudio Malo González, Mote pillo/Hoy, 28.03.2002.

▪ poner bocas. loc. v. Divulgar o pedir que se divulgue una necesidad. (coloq) «Yo siempre soñé en que alguna vez la encontraría y me dediqué a buscarla en esta ciudad. Puse bocas hasta que alguien me dijo dónde hallarla», Nicolás Kingman, Dioses, semidioses y astronautas, 1982. «Ando solo, ponerán bocas, dijo él al despedirse. Fue como si ella lo hubiera oído, pues, al siguiente día, le cayó del cielo», Iván Égüez, Tragedias portátiles, 2004.

bocadito. m. Pequeña porción de comida que se toma como aperitivo. «Las exposiciones plásticas son nuestras favoritas -hablo, específicamente, de las inauguraciones de éstas-, ya que en ellas se prodigan, en abundancia, licores de poca monta alternados con bocaditos de blandísima textura», Sonia Manzano, Y no abras la ventana todavía, 1994. «Ignacio Veintemilla da soga al que paladea un bocadito delicado, tiene por flojos a los que gustan de la leche, se ríe su risa de caballo cuando ve a uno saborear un albérchigo de entrañas encendidas», Juan Montalvo, Las Catilinarias, 1880.

bocón, -cona. adj. Mentiroso. (pop) «Es una promesa que es muy probable que deba encarar: si cumple será una muestra elocuente de que carece de la mínima estatura que, en esa materia, se espera de un mandatario; si no lo hace, y no rompe como dijo, quedará como un ‘bocón’», Danilo Arbilla, Dos puntas tiene el camino/El Comercio, 28.05.2006. «Es medio bocón, según me han contado; y había estado hablando mal de mí, diciendo que soy una veterana marimacho y entrometida», Ángel Felicísimo Rojas, El éxodo de Yangana, 1949.

bodega. f. Local en el que se guardan diferentes géneros. «-No entiendo nada -murmuró el flamante fiscalizador olfateando en el aire un tufillo a bodega», Jorge Icaza, El chulla Romero y Flores, 1958. «Los libró del látigo sufrido con más tormentos de la barra o del cepo Vargas, en las bodegas o en los galpones de las haciendas y sin más música que el respirar jadeante del capataz», José de la Cuadra, Horno, 1932.

bodegaje. m. Acción y efecto de guardar en una *bodega. «El modelo de negocio, originado en la década de los sesenta en EE.UU., llega a la urbe para comercializarse con pequeñas áreas de bodegaje que se dirigen a clientes del sector residencial, comercial y oficinas», El espacio de bodegaje se incrementa en urbe/El Universo, 11.03.2008. «El acuerdo fue firmado el 8 de marzo del 2006, para el bodegaje de varios implementos en la Base», Defensa destituyó a dos jefes militares en Baltra/El Comercio, 06.04.2007.

bola.

▪ correr la bola. loc. v. Difundir rumores. (coloq) «Además de que a Fernando y a mí nos negaron matrícula y se corrió la bola de que éramos comunistas», Raúl Vallejo, Manía de contar, 1990. «Pero les venía contando, hermanitos, que empezó a correr la bola de que un pelotón de peones armados venía de la hacienda de Gurumendi a cebarse en el pueblo», Ángel Felicísimo Rojas, El éxodo de Yangana, 1949.

▪ dar bola [a alguien]. loc. v. Prestar oído a las pretensiones [de alguien]. «A Figuretti Pesántez le fue mal en Zumbahua, pues los indios no le dieron bola y casi lo secuestran», Un poco de azúcar para endulzar la sal/El Comercio, 20.05.2010. «Tal vez ese muchacho que me anda carreteando y a quien nunca le di bola. Puede que sí, por despecho», Gustavo Alfredo Jácome, Los Pucho Remache, 1984.

boletería. f. Mostrador donde se despachan billetes o boletos de espectáculos, transportes, etc. «Iba a preguntarle a la señora de la boletería “¿No ha visto por casualidad entrar a un señor con una barba?”», Jorge Enrique Adoum, Ciudad sin ángel, 1995. «Llegué ar treato; pedí razón y me ijeron que mercara un boleto en la boletería», José Antonio Campos, Linterna mágica, 1944.

boletero, -ra. m. y f. Persona que vende boletos. «Desde esa hora fatal dejó de ser el Hombre de Goma, para convertirse en Chueco, el vendedor de boletos, o, boletero de gorra roja/dónde está tu sombrero/ dónde tu desconsuelo/ boletero de pata coja», Raúl Vallejo, Máscaras para un concierto, 1986. «Me salió caro, pedí rebaja diciéndole al boletero que seríamos siempre caseros; piro el mardito hombre de Dios había sido más peor que el mesmo lagarto, mala la comparación, pa tragarse vivo ar cristiano», José Antonio Campos, Linterna mágica, 1944.

bolillo. m. Utensilio de forma cilíndrica, por lo general hecho de madera, que se usa para estirar la masa. ¶ Sinónimo: rodillo «Sacar del refrigerador y laminar con un bolillo la masa a 3 mm de espesor, cortar con un molde redondo de galletas de 7 cm de diámetro», Todas las recetas anteriores de La Cocina de mi Tierra/El Comercio, 23.12.2004. «Que estaba severamente prohibido formar triángulos de ninguna clase porque nadie tenía el derecho de afectar a los seres de su propio sexo sean como fueren, aunque los clientes argumentaran que tenían a su cargo esposas gruñonas que manejaban el bolillo a diestra y siniestra», Alicia Yánez Cossío, La casa del sano placer, 1989.

bolivarense. adj.-n. De la provincia de Bolívar. «En su presentación, el dúo Remache-Guapulema, de la comuna San Sebastián de los Tetetes, usó un traje tradicional de los carnavales bolivarenses y sirvió guarapo», 19 grupos de coplas actuaron en sucumbíos/El Comercio, 20.02.2007. «En esta fiesta a la que acuden visitantes de otras provincias y turistas extranjeros, los bolivarenses se reúnen y se encuentran a sí mismos», Claudio Mena, Aquí, Ecuador, 1990.

bolón. m. →bolón de verde. «En eso llegó el café con bolón; yo sentía como si tuviera atravesado en la garganta un trozo de verde y, como nunca, no me puse bravo», Raúl Vallejo, Fiesta de solitarios, 1992. «Mientras hervía el agua machacó con una piedra unos plátanos verdes asados. Buscó un trozo de queso. Lo mezcló en el plátano con manteca, formando una bola. Don Ciro, con los ojos, seguía curioso sus afanes. -¿Te gusta a vos el bolón? -preguntóle Tomasa. -Si me gusta. -Con café es más rico», Alfredo Pareja Diezcanseco, La Beldaca, 1935.

▪ bolón de verde. m. Bola de plátano verde cocinado y frito al que previamente se ha rellenado con queso o chicharrón de carne de cerdo. «Nos quedaríamos todos juntos en el centro de desplazados durante un tiempo, hasta formalizar nuestros papeles de emigrantes. Cuando nos sirvieron el café con bolón de verde miramos atentamente a mamá y a papá», Edna Iturralde, Las islas donde nace la luna, 2007. «Pues nada. Que desde que te vi me gustaste. ¿Te acuerdas? Aquí, en el Cerrito de los Morreños. Cuando yo vine a vender pescado y tú me brindaste café con bolón de verde», Demetrio Aguilera Malta, Don Goyo, 1933.

bolsiquear. tr. Revisar los bolsillos. (coloq) «-¿Y ya sabe tu mamá? -Esa Luci me había estado bolsiqueando; se halló en el bolsillo unos tres tabacos que me sobraban y le fue a chismear a mamita», Leonidas Proaño, Rupito, 1950. «-¿Y qué milagro todavía no me has venido a bolsiquear? Toma, Trini. Sólo con una peseta para el zambo y un sucre para una Pílsener me quedo», Joaquín Gallegos Lara, Las cruces sobre el agua, 1946.

bolsón. adj.-n. Tonto. (pop) «Y yo que no les oía cuando me decían: “Te vas a morir de hambre, bolsón”, “aquí un artista se jode”», Galo Galarza, El turno del Anacle, 2001. «Tú sabes que yo lo conocí desde muchacho, desde que era un cagado, cuando jugaba a la vuelta, en el callejón, en el pasaje, claro pues, bolsón, ¿no te acuerdas?, y me cuesta trabajo hablar de él», Miguel Donoso Pareja, Nunca más el mar, 1981.

bombazo. m. (Fút) Remate muy fuerte dirigido a la portería. «El bombazo de Gaibor le dio tres puntos a Emelec que provisionalmente se ubica en la primera posición con 13 puntos», Emelec doblegó 1-0 a Delfín con un bombazo de Fernando Gaibor/El Universo, 12.03.2016. «Especialmente, cuando el portero, ilegalmente, se sale del arco: ese rato, ya te achicó un par de metros y, seguro, desvía el bombazo», Esteban Michelena, Pase al vacío, 2010.

botadero. m. Sitio donde se arrojan desperdicios. «El drama que vivió cuando envió a la basura, por error, el ejemplar de “Araña Voladora” y jamás pudo recuperarlo, a pesar de que fue al botadero municipal y pasó cuatro días hurgando en los desperdicios», Alejandro Ribadeneira, Las traigo muertas, 2005. «Fue más bien suerte, piensa que un asunto por demás banal le restó muchos votos: encontraron en el botadero público quintales de certificados de propiedad de las casas que había ofrecido para ganarse adeptos», Olivia Casares, La casa de Don Eloy está cerrada, 2007.

botarate. adj.-n. Derrochador. (coloq) «Lo de siempre: que el costeño es agresivo, audaz, inconstante, botarate, alegre, desorganizado, separatista, antiserrano, mandón, tonto, etcétera», Miguel Donoso Pareja, Ecuador: identidad o esquizofrenia, 1998. «¿Cómo sucede que estos ricos, estos botarates que echan por la ventana veinte mil duros en una noche de luminarias, ó en un festín de quinientos platos […]?»Juan Montalvo, Siete tratados – II, 1882.

botar. tr. Despedir [a alguien] de un empleo. «¿Te acuerdas, churón Ocampo, de cuando me botaron porque el gringo Mac Gregor me encontró prendiendo la dinamita con mi cigarro, y tú sacaste la cara por mí... y me restablecieron en mi trabajo?», Ángel Felicísimo Rojas, El éxodo de Yangana, 1949. «Como él se emborracha todas las noches. Por eso le botaron del empleo», Jorge Icaza, Cuentos completos, 1933-1952.

box. m. Boxeo. «Hacia 1950, estos improvisados rings de box se ubicaban en varias esquinas, pero la más conocida era la de la calle León y Chile», La Tola, el barrio de “los duros”/Hoy, 05.05.2007. «Y silbó un aire, triste y alegre, movido y llorón, que le recordaba su época de campeón de box en el campamento minero de Curipamba», Ángel Felicísimo Rojas, El éxodo de Yangana, 1949.

bramadero. m. Madero alargado al que se atan los animales con el fin de domarlos o matarlos. «Se erguía un bramadero, macheteado de betas, que parecía hecho de la majada pisoteada del suelo», Joaquín Gallegos Lara, Las cruces sobre el agua, 1946. «Se lo dijo cuando él quería golpearla, cuando la rabia se le ajustaba violenta como beta al bramadero», Enrique Gil Gilbert, Yunga y relatos de Emmanuel, 1933.

brilloso, -sa. adj. Brillante. «Su pelo estaba más brilloso y esponjado», Huilo Ruales, Maldeojo, 1998. «Ramón Piedrahita miraba a su hijo amorosamente con sus ojos profundos, brillosos, afiebrados», José de la Cuadra, Horno y repisas, 1932-1931.

bronca. f. Enfado, rabia. (pop) «Me estaba aferrando a los bordes del abismo y no quería sentir bronca y rencor contra la vida», Santiago Córdova, Historias de mujeres valientes, 2009. «Desde entonces, contra él fue creciendo un oscuro rencor, bronca silenciosa que lo volvía incapaz de entender el favor del charolero que no se inmutó con los golpes y chalaquitas del furioso huérfano», Jorge Velasco Mackenzie, El rincón de los justos, 1983.

▪ tener bronca [a algo o a alguien]. loc. v. Aborrecer [a algo o a alguien]. (pop) «El jefe, bastante cabreado, no había avisado todavía de las faltas a sus propios jefes inmediatos y mantenía la presión ante los otros, y aunque ninguno le tuviera bronca al Peguche, a partir de la ausencia del segundo día, sopesaban que iba a perder el trabajo», Sebastián Oña, Chop Suey, 2017. «Es una artista del circo que saca a pasear a su caballo, el caballo le tiene bronca al mar, no sé por qué», Jorge Velasco Mackenzie, Clown y otros encierros, 2014.

brusquero. m. Matorral. «Deambulaba por los rastrojales, ricos en pájaros e insectos, cuando de un brusquero salió un hombre gateando, con una lagartija moteada, bloqueando aprisionada entre los dedos»; Adalberto Ortiz, Juyungo, 1943. «Distinguía entre los brusqueros de las ñangas, camarones brujos y sin bocas, conchaprietas y cangrejos, que parecían seguirlo. Y los mangles -cada vez más aterrorizantes- parecían divertirse en crujir sus ramas formidables sobre los oídos de don Goyo», Demetrio Aguilera Malta, Don Goyo, 1933.

bulla. f. pl. Protesta violenta contra la autoridad, generalmente protagonizada por estudiantes. (coloq) «Ya estaba cansado de poner hombros y coraje para todas las bullas, y sólo por principio militar de disciplina», Fernando Tinajero, El desencuentro, 1976. «-¿Qué hay de bullas? ¿Ya cayó el Gobierno?», Jorge Icaza, Huasipungo, 1934.

bullado, -da. adj. [Suceso] que ha provocado escándalo en la opinión pública. (lit) «Entonces me dijo: “para ésto, lo único que tienes que hacer es comenzar a contarme todo lo que tú sabes, ya que desde hace mucho tiempo se te anda buscando y, como sabrás, yo también investigué algo de este bullado caso”», Hugo España, El Testigo, 1996. «Como pintor y escultor tuvo sólida fama continental. En un bullado proceso del tiempo se lo pinta como “oficial público bien acreditado en las artes liberales de la pintura y la escultura; está a cargo de varias obras que debe entregar y remitir a Santa Fe, a Lima, a Guayaquil y otras partes”», Hernán Rodríguez Castelo, Panorama del arte ecuatoriano, 1993.

bulluco. m. Envoltorio, atadijo. (coloq) «Manuel se adelantó y, al tomarlos el P. Mera, las monedas rodaron desesperadas por el suelo y los billetes cayeron hechos bulluco», Raúl Vallejo, Manía de contar, 1990. «Fue a deshacerle el bulluco de pañales», Enrique Gil Gilbert, El malo (Eugenia Viteri, Antología básica del cuento ecuatoriano, 1988).

burro.

▪ del burro. loc. adj. [Edad] de transición de la niñez a la adultez en que los individuos pueden presentar una conducta difícil. (pop, desp/irón) «De todas maneras debo reconocer que, paradójicamente, actitudes represivas de esos “maestros” (con su complejo de gendarme s de campo de concentración nazi) solo consiguieron sembrar en mí, desde la edad del burro, las semillas de la rebeldía», Jaime Guevara, Lo que escribí en las paredes, 2004. «Las dos mujeres, viéndole hablar y descomponerse por su fracaso comunicativo, lo tomaron por uno de esos muchachos raros que, en la edad del burro, andan con ganas de desvirgar ballenas», Juan Manuel Rodríguez, El pulso de la nada, 1996.

buscapleitos. m. y f. Abogado. (desp o hum) «Así como a los abogados se les aplica, sin gota de cariño, el calificativo de buscapleitos, a los médicos que se queman las pestañas en las universidades para poder defender la salud de sus semejantes, previo el juramento hipocrático, se los conoce irónicamente con la palabreja esa de “matasanos”», Fernando Cazón Vera, Galenos temerosos/Expreso, 06.08.2014. «-No soy doctor, a Dios gracias. -¿Y no viene a ser lo mismo? -No, mister Clark. Ni matasanos, ni buscapleitos. Más bien, si Ud. permite, me gustaría ser evangelista», Sergio Núñez, Tierra de lobos, 1934. ♦ 2. Pendenciero. ¶ Sinónimo: picapleitos «Razones para que teman por su vida no faltan debido a que su temperamento de “buscapleitos” le han abierto muchos frentes», Lauro López Bustamante, Por miedo/El Mercurio, 22.02.2012. «El Bulldog tomó el periódico de la barra, lo abrió y se puso a leer, con lo que dejó a Leopoldo en evidencia como un buscapleitos o un idiota al que no se debe dirigir la palabra», Adolfo Macías Huerta, El grito del hada, 2010.

buseta. f. Vehículo automóvil para transporte público con capacidad para pocos pasajeros. «Y así comenzó el negocio que nos permitió, seis años después, emprender el recorrido de dos meses en una buseta por Alemania, Austria, Italia, Francia y España, más Nueva York y Miami que fueron forzosas escalas a la ida y al regreso», Rodrigo Borja, Recovecos de la historia, 2003. «Ahora piensa en tus rodeos por el centro de la ciudad que sólo significan smog, ruidos, busetas, camiones, taxis, mugredad, limosneros», Marco Antonio Rodríguez, Jaula, 1991.

C

caballo.

▪ caballo chupa. m. Cola de caballo, planta medicinal. ¶ (Equisetum spp) «Carlos Coba cree que algunos canutos vegetales como el caballo chupa, zambo y taxo, fueron utilizados en la confección de un tipo de rondador o flauta de pan primitivo», Mario Godoy, Breve historia de la música en el Ecuador, 2005. «La valeriana para los nervios, el caballo chupa para las escaldaduras», Iván Égüez, La Linares, 1975.

cabaret. m. Lugar donde se brindan espectáculos eróticos y se ejerce la prostitución. «Pretendieron instalar un cabaret a la entrada de Cayambe pero un grupo de bizcocheras, beatas, con taita cura y agua bendita sacaron en quema a las señoritas y quemaron el local», Las espinas de nuestras rosas/Vistazo, 1997. «Los cabarets de la ciudad permanecían abiertos de par en par con mujeres de todo tipo, dispuestas a satisfacer distintas clases de exigencias», Raúl Vallejo, Máscaras para un concierto, 1986.

cabello.

▪ cabello de ángel. loc. n. Fideo delgado y largo. «Allá los pasteles de tres pisos, la sopa de cabello de ángel con gotas de salsa gringa, las novias blancas con la cola de raso», Alfredo Pareja Diezcanseco, La Manticora, 1974. «Pelo como el fideo “cabello de ángel” que venden en las pulperías, amigo», José de la Cuadra, Doce relatos/Los Sangurimas, 1932-1931.

cabeza.

▪ cabeza de mate. m. Mamífero carnívoro que habita tanto la Costa como la Amazonía y las estribaciones andinas; su cuerpo alargado puede medir hasta 140 cm. incluida la cola; está cubierto por un pelaje espeso y suave de color café claro, café oscuro o negro; el cuello y la cabeza pueden ser amarillentos. ¶ (Eira barbara) «En el bosque de Las Américas […] se registraron 13 especies de mamíferos diferentes. Entre estos se encuentran: el Cabeza de mate, el Tigrillo chico manchado, el Chucurillo», 22 especies se registran tras un año de monitoreo/El Mercurio, 06.02.2014. «En el ciclo selvático de la propagación de la rabia, participan diferentes especies silvestres de carnívoros como perro de monte, cabeza de mate, zorros, etcétera, y diferentes especies de murciélagos», Julio César Bruno Moggia, Nota de la Redacción/El Universo, 21.12.2011.

▪ rompedero de cabeza. m. Problema de difícil solución. «El asunto de Julián Assange continúa como un rompedero de cabeza para Gran Bretaña, Suecia y también del Ecuador», El ‘encierro’ de Julián Assange/El Comercio, 10.02.2016. «La inclusión de zonas de refugio multiétnicas ayudaría también a explicar la heterogeneidad de estilos y artefactos no relacionados entre sí -pero ubicados en un mismo estrato-, que se encuentra en diversas áreas de la amazonía y que constituye un ‘rompedero de cabeza’ para los arqueólogos», Fernando Santos Granero, Opresión colonial y resistencia indígena en la Alta Amazonía, 1992.

cabildante. m. Miembro del cabildo. «-No te hagas, ya te quisiera ver quitado tu casa. ¿Y qué bien esperan para Imbaquí los cabildantes que se proponen hacer ese regalito?», Gustavo Alfredo Jácome, Por qué se fueron las garzas, 1979. «Como órdenes, eran buenas; pero no había plata y los cabildantes tuvieron que hacer las obras a su costa», Modesto Chávez, Crónicas del Guayaquil antiguo, 1931.

cabrón. m. Hombre que vive a costa de una prostituta o que negocia los servicios sexuales de ella. (pop) «Las mujeres que la frecuentan suelen estar reunidas en tríos y conversan acerca del cabrón de la María que el otro sábado lo mandaron cana por andar vendiendo base», Raúl Vallejo, Máscaras para un concierto, 1986. «No jodas, cabrón de putas pobres», Marco Antonio Rodríguez, Un delfín y la luna, 1985.

cabuyo. m. Pita. ¶ (Agave americana) «Cuando lo creí oportuno, en lo más sabroso del coloquio, apostado tras un ancho cerco de cabuyos, grité otra vez la palabra maldita», Ángel Felicísimo Rojas, Un idilio bobo, 1946. «Ella soltó la leña que había recogido y se acurrucó bajo unos cabuyos como gallina que espera al gallo», Jorge Icaza, Huasipungo, 1934.

caca.

▪ caca de perro. loc. n. Maíz tostado y endulzado con panela. «Otras opciones son maracuyá con ají; norteño, rosero quiteño, chochos, morocho, maracuyá con tapioca, caca de perro», Desde los frutales hasta exóticos helados de morocho y caca de perro se puede saborear en Quito/El Comercio, 23.01.2015. «Para esto se necesitan los músculos de un hombre; las chicas mejor que ni entren acá porque ellas hacer la caca de perro no mismo pueden. Buenamente que se dediquen nomás a cerrar las bolsitas», Francisco Febres Cordero, Al descubrimiento de un país distinto/HOY, 17.02.1995.

cachar. tr. Entender. (pop) «¿Cachas? Esa es la alianza entre la Chucky y el Rector: ella va a Brasil y él gana su trofeo para darse lija», Alejandro Ribadeneira, La frutilla mecánica, 2009. «Hay una convención del partido de gobierno y debe ser publicitada como dios manda, ¿cacharon la onda?», Raúl Vallejo, Máscaras para un concierto, 1986. ♦ 2. Sorprender [a alguien]. (juv) «Sentí que traicioné su amistad por no haberle dicho que estaba saliendo con su hermana y un día me cachó», Mauricio Bayas, Néicer Reasco: ‘Escuchar a Arjona me relaja’/El Comercio, 03.06.2014. «Si me cachan aquí mañana me botan, se escuchó comentar a dos reporteras», El MBS no mide fondos para agasajo a la prensa/Hoy, 10.01.2005.

cachetear. tr. Golpear [a alguien] en la cara con la palma de la mano. «Me dijo que la vida era fregada y que la literatura la fregaba más porque nos cacheteaba », Raúl Vallejo, Manía de contar, 1990. «“Ya la cachetea”, decía Servio. Y en efecto: sonaba, brutal, la bofetada y tras ella la gritería de la bicha puerca llenaba la casa», Alejandro Carrión, La espina, 1959.

cachetón, -tona. adj. Mofletudo. ¶ Sinónimos: carrilludo, cachetudo. «Por eso, la cachetona pudo burlar, no solo a la Tercer Ojo, sino a todas las que se le interponían, para hacer centros a nuestra área», Alejandro Ribadeneira, La frutilla mecánica, 2009. «¡Pobre bobo, ¿sólo por eso es lo que quieres matarme? Yo pensaba que era por algo más. Aunque lo hagas, quedarás siempre de cachudo y cachetón!», Iván Égüez, Tragedias portátiles, 2004.

cachina. f. Ropa. «Como te vistes, te tratan. Por eso, mi cachina siempre es bien legal», Esteban Michelena, Pase al vacío, 2010. «Tempranito le caigo al pana por la office. Cachina decente y alegría de pobre», Juan Montaño Escobar, Jamilis Jala Jala/Hoy, 04/05/1999.

cachinería. f. Lugar en el que se comercian artículos robados. «El sector de la antigua “cachinería” de Guayaquil se conmocionó ayer cuando el motel “Mi segunda casa”, ubicado en Pedro Pablo Gómez y avenida Quito, se derrumbó producto de excavaciones en un terreno contiguo», Un motel céntrico se desplomó en el Puerto Principal/El Comercio, 03.01.2004. «Junto a la botica y el cine, todo lleno de gente que bebe y fuma, que camina por los patios, entre las carretas rumbo a las fondas y las cachinerías», Jorge Velasco Mackenzie, El rincón de los justos, 1983.

cachinero, -ra. m. y f. Persona que comercia con cosas robadas. «Cruzaba el portón 212, que para esos días ya estaba marcado con la cruz del fuego y el despido, doblaba la esquina de los cachineros mirando cómo, las mujeres de la vida airada salían de sus cuartos lentos y presagiosos», Jorge Velasco Mackenzie, El rincón de los justos, 1983. «también está la calle de la Ronda, los baños públicos, los hoteluchos de mala muerte, los cuchitriles subiéndose a los cerros, hacia el sur, el Arco de la Reina, los cachineros en la 24 de Mayo», Miguel Donoso Pareja, Nunca más el mar, 1981.

cacho1. m. Chiste, relato que busca provocar risa. (pop) «Los fines de semana engrosábamos grupos de estudiantes en excursiones a los balnearios, todas las cuales terminaban en divertidas jaranas con aluviones de bromas y de cachos de elevada temperatura», José María Jaramillo, Historia, tradiciones y leyendas de Quito, 2000. «En lo amical, era un estupendo contador de cachos, al decir de Alejandro Carrión Aguirre», Rodolfo Pérez Pimentel, Diccionario biográfico del Ecuador – XI, 1987.

cacho2. m. Cuerno. «De los cachos no dije nada, porque ya sabía, (al fin y al cabo mi experiencia taurina databa de algunos años a esa parte) que se llamaban pitones», Francisco Febres Cordero, Alpiste para el recuerdo, 1986. «Sentada a la puerta de su cuarto, se sacaba los piojos con un peine de cacho», Joaquín Gallegos Lara, Las cruces sobre el agua, 1946.

▪ poner los cachos. loc. v. Ser infiel [al cónyuge o pareja sentimental]. (pop) «¡Cómo saber si le ponen los cachos!», ¡Cómo saber si le ponen los cachos!/Extra, 09.12.2011. «Ojalá el mío me haya perdonado haberte seguido sabiendo que vivías con otra para que me ayuden a ver al pelado y yo pueda ir tranquila al trabajo para nunca dejar de ser honrada y no anden diciendo después que cuando se le murió el negro la Carmen se dedicó a la putería ni nada de eso porque ahí sí que es como si te pusiera los cachos después de muerto y una mujer tiene que ser fiel siempre porque por eso es mujer», Raúl Vallejo, Máscaras para un concierto, 1986.

cachuelo. m. (Guay) →chaucha. (pop) «El lagartero Humberto, de la misma parroquia, con la guitarra sobre su pierna derecha, esperaba algún cachuelo a las 17:00 dentro del parque Centenario», Contrastes en la elección local/Expreso, 21.03.2010. «Desde pequeño realizo cachuelos (trabajos) porque siempre me ha gustado estar en actividad», Un esfuerzo extra y tu alcancía te pagarán la ‘U’/El Comercio, 22.04.2007.

cachullapi. m. Ritmo musical andino, de carácter alegre y bailable, compuesto en tonalidad menor y compás de 6/8 o 3/4. «Le hubieran incluido una hora de sostenido cachullapi tocado por una beoda y altisonante banda de pueblo», Sonia Manzano, Y no abras la ventana todavía, 1994. «Cómo cotorrean pasándose del quichua al castellano, todo el santo día. Los radios y las radiolas a todo volumen. Con los mismos cachullapis que repiten hasta la desesperación», Gustavo Jácome, Por qué se fueron las garzas, 1979.

cade. m. →tagua1 (palmera). ¶ (Phytelephas aequatorialis) «Cuando ya esté trabajando haré empajar esta casa, porque el cade está ya bien picao», Adalberto Ortiz, Juyungo, 1943. «Las cabañas de caña picada y cubiertas de cade, tenían más o menos el mismo aspecto», Luis A. Martínez, A la Costa, 1904.

caer.

▪ caída. f. (Cuar.) Acción de lanzar una carta del mismo valor que un contrincante ha presentado en el turno inmediato anterior, por la que se obtienen dos puntos. «Hay que repartir cinco cartas por participante, empezando por el lado derecho. El primero en iniciar es el más propenso a soportar una caída, sin embargo allí se nota la experiencia», El 40, plato fuerte de las caídas/La Hora, 25.11.2011. «-¡Dos de caída! -gritó el cura, arrojando un siete de copas. -Las copas le traen suerte a taita curita -embromó el teniente político», Jorge Icaza, Cuentos completos, 1933-1952.

▪ caída y limpia. f. →cuarenta. «Algunos se dedican al juego de baraja española, en la veintiuna, o la caída y limpia; al briscón, a la quina», Ángel Felicísimo Rojas, El éxodo de Yangana, 1949. «En otros días, a esa hora, jugaban a la caída y limpia o a la veintiuna, hacían competencias de fuerza al dedo, a la mano o a la lucha», Adalberto Ortiz, Juyungo, 1943.

cagar. tr.-prnl. Causar [a alguien] daño moral o físico. (vulg) «De haberlo hecho, habría tenido que cagarte, decir la verdad de las cosas», Miguel Donoso Pareja, Nunca más el mar, 1981. «Ja, el día en que se canse de ti, te cagaste. No entiendo por qué las mujeres siempre se estupidizan por los hombres», Viviana Cordero, El teatro de los monstruos, 2000.

cajón. m. Ataúd. «El cuerpo está completo, solo tuvieron que quebrarle algunos huesos para que entrara en el cajón», Tania Roura, Mariana Carcelén, 2007. «Su figura patética, en un plano general que incluía el cajón de madera con los restos de su mujer, tampoco me dieron lástima», Carolina Andrade, De luto, 1999.

calaguala. f. Especie de helecho. ¶ (Polypodium levigatum) «Tratando entonces de pensar en los remedios para el cansancio, en los remedios que en nuestro pueblo se encuentran en las quebradas, la calaguala, el chugchuguaso, la guayusa, el chontaduro, el palo santo», Raúl Pérez Torres, Cuentos escogidos, 1991. «Las viejas arremetían a las orejas del corderillo, quien se puso a cantar el kirieleisón o pedir calaguala, como dicen, con unos gritazos de tonto que llenaran los ámbitos del pueblo», Juan Montalvo, Las Catilinarias, 1880.

calcetense. adj.-n. De la ciudad de Calceta (provincia de Manabí). «Entre los participantes estuvo el calcetense Eumeny Álava quien exhibió productos como la mistela, rompope de cacao, chocolatines de la abuela, tambores de yuca, bollos de maduro y artesanías hechas con zapán», Los artesanos exponen sus obras en zapán y cacao/El Telégrafo, 23.08.2015. «Ayer en la tarde fue sepultado el calcetense José Luis Solórzano Andrade de 35 años de edad», Sepultaron a calcetense que murió en accidente/La Hora, 09.09.2011.

caldo.

▪ caldo de patas. m. Potaje compuesto principalmente de patas de res y *mote. «Una vez instalado, Roldán pedía siempre lo mismo: un caldo de patas, cerveza y café tinto para ahogar el frío», Javier Vásconez, Ciudad lejana, 1982. «La Camilita ha preparado caldo de patas para el chuchaqui», Jorge Icaza, El chulla Romero y Flores, 1958.

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