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3. Tipos de juego

A continuación, se exponen los diferentes tipos de juego, según el orden cronológico de aparición en el desarrollo infantil, tomando como referencia la teoría de Piaget.

3.1. Juegos motores y de interacción social

En la primera infancia, se desarrollan principalmente los juegos motores y de interacción social. El juego comienza a ser una actividad importante en los niños pequeños desde los primeros meses de vida. A medida que el niño logra el control de su propio cuerpo, van apareciendo los primeros juegos: agarrar, chupar, golpear, etc. Estos juegos propios de los dos primeros años de vida son los llamados juegos funcionales o juegos motores.


Sabía que...

Permitir que un bebé chupe los juguetes, sus manos, sus pies, etc. es un buen ejercicio que preparará todo su aparato fono-articulatorio.

Un juego típico de un niño o niña de pocos meses es soltar y recuperar el chupete repetidamente. Más tarde, llegando ya al final de este periodo, este juego motor simple dará lugar a otros más complejos, como abrir y cerrar la puerta o subir y bajar escaleras.

La evolución de este tipo de juegos viene determinada por la propia evolución del comportamiento infantil.

Entre los primeros objetos por los que se interesa el niño podemos destacar a la propia madre o cuidador principal. Los pequeños exploran el contexto e interaccionan con otros seres humanos. Aparecen los llamados juegos de interacción social (dar palmadas, esconderse, reaparecer...), que también experimentan una curiosa evolución. Al principio, es el adulto quien le lleva las manos al niño, lo oculta, le hace reaparecer..., pero en pocos meses el pequeño invertirá los papeles, tomando la iniciativa.


El juego es una herramienta para que el niño interactúe con las personas que le rodea, su primer contacto social va a ser su madre/padre y familiares.

Por otra parte, la estructura de diálogo, de intercambio verbal, que aparecerá con las primeras conversaciones, tiene aquí un curioso precedente de cambios de turno, respecto al correspondiente interlocutor.

El ser humano desarrolla objetos que estimulan y facilitan las primeras exploraciones del mundo físico (sonajeros, móviles, etc.), además de tener instrumentos cotidianos adaptados a sus cuerpos pequeños y aún poco hábiles (andadores, tronas, cubiertos, etc.).


Sabía que...

Si se le ofrece al bebé objetos que suenen al golpearlos entre sí, se divertirá mientas aprende que sus acciones tienen consecuencias en su entorno.

El juego, desde el placer que proporciona, pone a prueba todas las posibilidades de la función motora. Mediante el juego motor, los niños se exploran a sí mismos y conocen lo que son capaces de hacer, examinan su entorno, descubren a los demás... los juegos motores ayudan a desarrollar la lateralidad, el equilibrio, la relajación, la organización espacial, el ajuste corporal y el control tónico. Además, sirven para que los niños tomen conciencia de todas las partes de su cuerpo y les ayudan al desarrollo de los sentidos.


Los primeros juegos del bebé, le sirven para tener conciencia de su propio cuerpo, del entorno más cercano, y obtener respuestas de sus actos.

3.2. Juegos de ficción o simbólicos

Hacia los dos años, el juego experimenta un cambio profundo, aparecen los juegos de ficción o juegos simbólicos. Los niños empiezan a representar aquello que no está presente. Los objetos se transforman para simbolizar otros que no están (un palo hace de caballo, un dedo extendido es una varita mágica, una muñeca es una niña...).

A partir de ahora, lo fundamental no son las acciones sobre los objetos, sino estos en sí y lo que representan. El lenguaje se inicia en esta edad y será favorable a esta nueva capacidad de representación.

Entre los dos y los siete años, los juegos de ficción alcanzarán su apogeo, y pasarán a ser complejos guiones interpretados en colaboración con otros niños.

Hay diferentes tipos de juego, pero se suele considerar el de ficción o simbólico como el más típico de la infancia y el que reúne sus características más importantes. Muchos de los objetos a los que llamamos juguetes se fabrican para apoyar y potenciar este tipo de actividades. Jugar a fingir, en solitario o en compañía, abre a los niños un nuevo modo de relacionarse con la realidad.

El juego de ficción o simbólico se trata del juego por excelencia y ha constituido un terreno especialmente abonado para importantes debates teóricos.

Con independencia de si las fantasías ocupan con anterioridad un lugar o no en la mente infantil, lo cierto es que hasta el segundo año de vida no aparecen las primeras manifestaciones de fingir (comer de un plato vacío, aparentar dormir...). Generalmente, es la propia sonrisa del niño la que expresa el carácter ficticio de la acción.

La mayoría de estos juegos de ficción son individuales y, aunque se realicen en presencia de otros niños, el juego se caracteriza por sucederse en paralelo, es decir, cada jugador desarrolla su propia ficción con esporádicas alusiones al compañero.

Esta ausencia de cooperación entre jugadores es el motivo por el que Piaget caracteriza al juego simbólico como egocéntrico.


Nota

Desde las épocas más antiguas, el juego en muchos casos ha tenido el objetivo de preparar y familiarizar a los/as pequeños/as con las tareas que deberían desempeñar en un futuro, preparándolos así para la vida como, por ejemplo se emplean pequeñas miniaturas de casas, armas y muñecas.


Se podrían establecer dos grandes categorías respecto a los temas o contenidos de los juegos de ficción: una sería la formada por una versión simplificada de la realidad vivida o experimentada (jugar a las casitas, a las tiendas, a los médicos, al colegio...), y la otra sería la formada por un mundo de ficción (jugar a los superhéroes, a los vaqueros, a los extraterrestres...).

Este mundo imaginario del juego de ficción va integrando la participación de otros compañeros. Los requisitos para coordinar la acción lúdica con la de otros niños son más exigentes que los que se necesitan en el juego de ficción solitario. Por ejemplo, guardar silencio para que no se despierte la muñeca dormida tiene un carácter de mayor dificultad si lo realizan varios niños a la vez.

Una aportación fundamental de este tipo de juegos es la de descubrir que los objetos no sirven solo para lo que fueron hechos, sino que pueden utilizarse para otras actividades más interesantes. Para el niño pequeño, lo importante no es el objeto, sino la acción que se realiza con él. Por ello, se consideran juguetes inadecuados aquellos ideados por los alumnos que reducen la actividad del niño a la mera contemplación pasiva.

Se ha de valorar el juguete por la adecuación de este al desarrollo del niño y por su valor sobre el aprendizaje. No siempre un juguete atractivo, realizado con buenos materiales y caro, es un buen juguete.

3.3. Juegos sociales tradicionales: los juegos de reglas

El juego de reglas aparece en los últimos años de la educación infantil (3-6 años), y tiene también una enorme importancia en el desarrollo psicológico.

La edad a la que los niños comienzan a jugar a este tipo de juego depende en gran medida del medio en el que se mueven y de los posibles modelos que tengan a su disposición. Tener hermanos mayores y asistir a los centros de Educación Infantil facilita la sensibilización del niño hacia este tipo de juegos.

Si en los juegos simbólicos cada jugador podía inventar nuevos personajes, introducir otros temas, etc., en los juegos de reglas se sabe con antelación lo que se tiene que hacer, son obligaciones aceptadas voluntariamente. La competición tiene lugar dentro de un acuerdo, que es la definición de las propias reglas.

La obligatoriedad de estas reglas no aparece en el niño menor de seis años como derivada del acuerdo entre jugadores, sino que tiene un carácter de verdad absoluta. Creen quesolo existe una forma de jugar cada juego, la que conocen.

Son necesarios años de práctica para llegar a descubrir que en otros lugares se puede jugar de un modo diferente y que, por ello, una modalidad de juego no es más verdadera que otra. En muchos juegos de reglas tradicionales los propios jugadores constituyen el elemento fundamental del juego. Solo es necesario un mínimo de espacio físico para poder desarrollarlo. Todos estos juegos tienen un componente motor fundamental, aunque subordinado a la regla. En cambio, en los llamados juegos de mesa, la acción motora queda reducida al mínimo para dejar paso a factores de azar y estrategia.

3.4. Juegos de construcción

Los juegos de construcción no son característicos de una edad determinada, varían en función de los intereses lúdicos predominantes a lo largo del desarrollo del niño.

Las primeras construcciones están sujetas a los juegos motores: derribar torres, insertar piezas, meter y sacar objetos. Durante la etapa de los juegos de ficción, el niño también juega a las construcciones, ya que hará castillos, casitas, granjas, etc., dependiendo del escenario fingido.

Los juegos de construcción y manipulativos estimulan el desarrollo del pensamiento abstracto, fomentan la concentración y promueven la capacidad creadora, todo ello debido a su gran flexibilidad.


Nota

Los juegos de reglas o normas en la infancia van apareciendo progresivamente, teniendo estos muchos beneficios: los infantes van descubriendo poco a poco las normas sociales, les ayuda a la socialización en sus relaciones personales y con sus iguales, en sus relaciones interpersonales, en el sentido de la responsabilidad. Intervienen en su proceso psicoevolutivo, reforzando distintas capacidades y competencias, además ayudarán a detectar algunas dificultades como por ejemplo los trastornos de neurodesarrollo, problemas de conducta, del lenguaje, antisociales...


Ejercicio práctico

A continuación, se presenta una serie de juguetes. Determine a qué tipo de juego pertenecen y la edad de la que son característicos.


SOLUCIÓN

1 Tipo de juego: juego de reglas. Edad: 3-6 años.

2 Tipo de juego: juego funcional o motor. Edad: 0-2 años.

3 Tipo de juego: juego de construcción. Edad: este tipo de juego no es característico de ninguna edad determinada, sino que estará presente en cada una, adaptado al desarrollo del niño.

4 Tipo de juego: juego de ficción o juego simbólico. Edad: 2-7 años.

4. Clasificación de los juegos según distintos criterios

Los juegos se pueden clasificar atendiendo a diferentes criterios. Por tanto, no podemos hablar de una única clasificación. Las distintas clasificaciones de juegos se elaboran para orientar y ayudar a los educadores. Es una guía en el desarrollo de las funciones de estos, pero nunca se debe utilizar de forma rígida y exigir una actividad lúdica adecuada a lo prefijado, según la clasificación que se esté utilizando.

El deber de los educadores es observar al niño cuando juega, de forma libre o espontánea, cuando elige un juguete o se lo da un compañero, ya que esto determina sus necesidades, sus gustos y sus preocupaciones.

Dicha observación, al compararla con la clasificación elegida, puede ayudar a conocer la etapa de desarrollo en la que se encuentra el niño. Es decir, mediante el juego, el niño muestra su momento evolutivo de forma espontánea y sincera, sin sentirse estudiado.

La clasificación que presentamos a continuación está realizada según los siguientes criterios:

1 El espacio en el que se realiza el juego.

2 El número de participantes.

3 El papel que desempeña el adulto.

4 La actividad que realiza el niño.

5 El momento en el que se encuentra el grupo.

4.1. Juegos según el espacio en el que se realizan

Según el espacio en el que se realizan, podemos distinguir entre juegos de interior y juegos de exterior.

Hay juegos que son especialmente adecuados para realizarlos en espacios reducidos. estos serían los juegos de interior, que suelen ser juegos que, aunque requieran movimiento, pueden realizar los niños estando sentados.

Los juegos verbales, los de razonamiento lógico y de memoria, los manipulativos y los de imitación, generalmente requieren poco espacio y no provocan mucho ruido, por tanto, son juegos adecuados para realizarlos en espacios interiores.

A partir de los dos años, los niños empiezan a desarrollar los juegos motores, necesitando lugares muy espaciosos para jugar. Los niños requieren espacio suficiente para correr, esconderse, montar en bici, trepar, tirarse por un tobogán... Por ello, todas estas actividades son propias del espacio exterior.


El juego es beneficioso en cualquier espacio donde se realice. Debemos ser conscientes de que el espacio que utilicemos, influirá en el desarrollo y comportamiento del discente.

Otros juegos que necesitan espacios abiertos para su desarrollo, son, por ejemplo, lanzarse un disco, los juegos de comba, los de pelotas, etc. Además de la amplitud, el espacio exterior da la posibilidad de jugar con otros elementos, como la tierra y el agua, por los que tienen predilección los niños a estas edades.

Durante la educación infantil, existen multitud de juegos que pueden realizarse tanto en espacio interior como exterior. Esto dependerá principalmente de la edad de los niños y de la inadecuación de algún juego para realizarlo en otro espacio del aconsejado.


Nota

Jugar en el patio, al aire libre interactuando con la naturaleza, no solo cambia la actitud del infante hacia el juego, también cambia las formas de relacionarse con sus compañeros/as, y con ellos mismos, aportando multitud de beneficios. Todos juegan a juegos más comunes entre ambos géneros, les refuerza la identidad personal, les reafirma la autoestima, la autodisciplina y la autoconfianza..., aprenden a calcular el riesgo de realizar una acción y volver a repetirla para conseguir su objetivo o sorprendiéndose al conseguirlo, existiendo menos conflictos.

El/la educador/a deberá conocer la zona donde se va a realizar el juego, los peligros que pueda encontrar para solventarlos en la medida de lo posible, y enseñarles a respetar el entorno.

4.2. Juegos según el número de participantes

Podemos distinguir entre juego individual, juego de pareja, juego paralelo y juego de grupo.

El niño es capaz de jugar solo. Esto no quiere decir que no le guste sentir la compañía del educador y estar acompañado por otros niños.

El juego individual lo realiza el niño cuando juega sin interactuar con otro niño, aunque esté en compañía. El niño juega individualmente explorando y ejercitando su propio cuerpo. Gran parte de los juegos de razonamiento lógico, algunos juegos simbólicos y muchos juegos motores son juegos en los que, generalmente, el niño juega solo.

Cuando hablamos en la etapa infantil de juegos de pareja nos referimos a los juegos que el niño realiza con el educador.

Estos juegos son principalmente de interacción social, como los juegos de dar y tomar, juegos de regazo...

Denominamos juego paralelo al que realiza el niño individualmente pero en compañía de otros niños. Los niños parecen “estar jugando juntos”, pero si se les observa con atención veremos que, aunque realicen juegos parecidos, no hay interacción entre ellos, juegan unos junto a otros sin compartir el mismo juego.

A partir de los tres años, los niños comienzan a jugar en grupo con algunos compañeros. En los juegos de grupo aparecen tres niveles de relación:

1 En el primer nivel, llamado relación asociativa, los niños se divierten con otros niños o adultos, pero no se establecen relaciones sociales. Por ejemplo, los niños imitan los gestos que hace un educador al cantar una canción, se divierten juntos, pero no interacciones entre ellos mismos.

2 En el segundo nivel, llamado relación competitiva, los niños juegan con los otros niños, pero existe una rivalidad. Por ejemplo, es habitual que los niños jueguen a ver quién llega primero.

3 En el tercer nivel, llamado relación cooperativa, los niños se divierten en grupo de forma organizada y con un objetivo común, como, por ejemplo, al jugar al corro.


Nota

Los/as niños/as deben tener su espacio para jugar. Debemos respetar su decisión de jugar solos, en pareja o en grupo, al igual que sus tiempos y sus ritmos. Elija el tipo de juego que elija, el docente debe observarlo de forma indirecta por si necesitara o tuviera que ir en su ayuda, pero siempre, se debe dejar que el niño o niña (o grupo) intente solventar el problema o la dificultad que se pueda encontrar de manera autónoma, aprendiendo a ser más resolutivos.

4.3. Juegos según el papel que desempeña el adulto

Según este criterio, diferenciamos entre juego libre, juego dirigido y juego presenciado.

El juego es un comportamiento habitual en la vida infantil. Los niños juegan espontáneamente. Siempre que se den las condiciones necesarias para que el niño se exprese y actúe libremente, aparecerá el juego libre.

Cuando el educador toma la iniciativa y dirige el juego, se está realizando el juego dirigido, debido a que existen aprendizajes que se transmiten mejor mediante juegos. En estos, el papel del educador será el de enseñar y dirigir el juego, a través de canciones con gestos, juegos de imitación, juegos tradicionales...

Cuando el niño juega solo, pero necesita que el educador esté presente, aunque no intervenga directamente en el juego, se trata de juego presenciado. El niño necesita confianza y seguridad para poder concentrarse en sus juegos y esto lo recibe del educador.


El/la niño/a, al igual que el adulto, necesitará en momentos puntuales la ayuda de otra persona para poder seguir avanzando y desarrollándose.

4.4. Juegos según la actividad que promueve en el niño

Continuamente, los educadores necesitan emplear juegos para fomentar en los niños determinados conocimientos y aprendizajes concretos. Según la actividad que el juego provoca en el niño, podemos establecer los siguientes tipos de juego: juegos sensoriales, juegos motores, juegos manipulativos, juegos de imitación, juegos simbólicos, juegos verbales, juegos de razonamiento lógico, juegos de relaciones espaciales, juegos de relaciones temporales, juegos de memoria y juegos de fantasía.

Los juegos sensoriales

Aquellos juegos en los que los niños ejercitan los sentidos se denominan juegos sensoriales. Los juegos sensoriales se inician desde los primeros días del nacimiento hasta los dos años de edad, generalmente son juegos de ejercicios específicos del periodo sensoriomotor.

Según el sentido en el que se centre principalmente la actividad del juego, podemos distinguir entre juegos visuales (diferenciar colores, tamaños, formas...), auditivos (reconocer voces, cajas de música...), táctiles (experimentar con diferentes texturas, volúmenes, temperaturas...), olfativos (distinción de frutas olorosas, de plantas aromáticas...) y gustativos (diferenciar sabores, texturas...). Cuando se trabaja más de un sentido en el mismo juego, o se entrena la coordinación sensoriomotriz de sentidos y movimiento, se establecen los juegos audiovisuales (identificar sonidos con sus imágenes...), audiomotores (moverse al ritmo del pandero, el corro...) y visomotores (coordinación óculo-manual).

Cuando promueven una coordinación entre la vista y el movimiento de la mano se denominan juegos visomanuales (recortar, ensartar bolas en un cordón, juegos de puntería...).

En la vida diaria continuamente se promueve el desarrollo de los sentidos de los niños. Además, hay gran cantidad de materiales y juegos en el mercado cuyo objetivo es el ejercicio de los sentidos. Por ejemplo, cuando un niño salta al ritmo de una canción está trabajando la coordinación audiomotriz.


Nota

Con el juego libre el niño se desarrolla, experimenta, aprende y siente de una forma globalizada. Aprende a conocerse a sí mismo (fortalece su autoestima, construye su propia identidad y subjetividad) y a su entorno. Debemos fomentar que este juego aparezca de forma espontánea.

Los juegos motores

Los movimientos y gestos involuntarios que se producen en los niños desde las primeras semanas del nacimiento se pueden considerar juegos motores. estos tienen una gran evolución durante toda la infancia y adolescencia, pero su desarrollo se produce principalmente durante los dos primeros años de vida. En la edad adulta también se desarrollan en forma de juegos y actividades deportivas.

El juego motor desarrolla la percepción y orientación espacial (lejos, cerca, a un lado...) y la percepción de la velocidad (lento, rápido...).

Los juegos de corro, de comba, el escondite y otros muchos juegos tradicionales son juegos motores, pudiendo realizarse en ocasiones combinados con juegos simbólicos (policías y ladrones, indios y vaqueros...).

La pelota, la cuerda, los toboganes, etc., son objetos que favorecen el juego motor.


Los juegos de experimentación son muy beneficiosos, pues generan un pensamiento científico, crítico, reflexivo y analítico en los infantes; desarrollando así la capacidad esencial del pensamiento científico.

Los juegos manipulativos

Estos juegos están relacionados e intervienen directamente en acciones como apretar, sujetar, coger, agarrar, abrochar, picar, ensartar, golpear y enroscar.

Desde los tres o cuatro meses, los niños consiguen sujetar el sonajero cuando se lo colocamos entre las manos. De modo progresivo, irá cogiendo todos los objetos que tiene a su alcance. Más tarde, sujetará cualquier objeto que le demos y se lo llevará directamente a la boca. Y antes de cumplir el año, el niño será capaz de sujetar la cuchara para intentar comer solo. Todas estas acciones del niño se basan en el desarrollo de la manipulación y este lo hace jugando.

El juego manipulativo necesita materiales específicos en relación con las actividades que deseemos realizar con los niños. Por ejemplo, para entrenar las acciones de abrochar, picar, apretar, golpear, modelar o recortar necesitaremos materiales como botones, punzones y herramientas de plástico, moldes, tuercas...

Los juegos de imitación

En los juegos de imitación, como su propio nombre indica, los niños tratan de copiar, imitar los sonidos, los gestos o cualquier acción.

A los siete meses de edad, el bebé produce las primeras imitaciones, para ir ampliando y perfeccionando esta habilidad durante toda la infancia. Los cinco lobitos es un ejemplo claro de juego de imitación: el educador realiza el movimiento con las manos y el niño lo imita tras observarlo.

Para que el niño pueda imitar debe desarrollar antes algunas capacidades, como son las de atender, discriminar y memorizar, para, de esta manera, poder dar respuesta a los gestos del adulto.

En los juegos de imitación se trabajan con los niños acciones que deberán reproducir (como saltar como una rana, nadar como peces, volar como pájaros...), imitar sonidos de la naturaleza y del entorno (como el ruido del tráfico, un trueno, sonidos de animales, la lluvia, el ruido de un cristal al caer...) y, por último, reproducir los sonidos de roles sociales (como imitar a un policía, a mamá o papá...).

Una actividad muy interesante en este sentido es cantar canciones acompañadas por gestos para que ellos los imiten. Los educadores cantan una canción y los niños cantan al mismo tiempo que responden con gestos. Un ejemplo de este tipo de canción es el siguiente:

Yo se palmear, con mis manos palmeo así...

Yo se palmear, en mis piernas yo palmeo así...

Yo se palmear, en la mesa yo palmeo así...

Yo se palmear, en el suelo yo palmeo así...

Con esta pequeña canción, cantada por el educador, los niños van memorizando la letra y los gestos para poder reproducirlos cada vez con más precisión.


Con los juegos de imitación podemos enseñar y ayudar a los niños a entender, comprender, gestionar y reconocer los sentimientos de los demás y los suyos propios.


Nota

El juego heurístico proviene de la palabra griega eurisko, que significa descubrir. Es una actividad que se realiza con niños en edades comprendidas entre 12 y 24 meses de edad, entre sus objetivos están: descubrir, investigar, experimentar nuevas sensaciones, explorar, reforzar, afianzar la libertad de movimiento, etc. Su propósito es despertar los sentidos, texturas, formas, tamaños y aspectos, por lo que el niño o niña se desplaza hacia los distintos puntos donde están colocados los objetos y los manipulan libremente. El material puede ser muy diverso, como, por ejemplo: objetos naturales, materiales de la naturaleza, madera, metálicos, papel y cartón, tela, piel, goma y fieltro, esponjas...

El juego simbólico

El juego simbólico es un claro ejemplo de juego de ficción. En este, los niños dan nuevos y variados significados a los objetos que se presentan en el entorno, por ejemplo, dos niños que juegan a celebrar una corrida de toros en donde uno es el torero y el otro, el toro, o un palo de escoba transformado en un caballo, o cuando juegan a los médicos y un niño pone inyecciones a otro, etc.

Este tipo de juegos se inicia aproximadamente hacia los dos años.

Gracias al juego simbólico, el niño desarrolla conocimientos sobre los roles sociales y aprende a controlar sus emociones.

En el juego simbólico, los niños pueden jugar solos y en grupo. Para que esto ocurra, el niño anteriormente ha debido tener experiencias similares a las que representa mediante el juego. Es decir, para poder imitar, antes ha tenido que poder observar la conducta en un modelo.


Ejemplo

Cuando los niños juegan a las casitas, cada uno tiene su rol (padre, madre, hijo, incluso, a veces, alguno hace de animal de compañía). Otro ejemplo cotidiano puede observarse cuando el niño coge el teléfono de juguete y finge llamar a su madre para que venga a recogerlos a la escuela infantil (control de emociones).

Los juegos verbales

Los juegos verbales estimulan el desarrollo del lenguaje. Se inician desde los pocos meses, cuando los papás hablan a los bebes y, posteriormente, se imitan estos sonidos.

Existen distintos tipos de juegos verbales:

1 Juegos de expresión oral: se inician con los juegos preverbales, como son el balbuceo, los gorjeos, las vocalizaciones..., en los que se imitan y repiten los sonidos reproducidos. Los juegos de preguntas y respuestas o los de vocabulario son ejemplos claros de este tipo de juegos. Un cuento es un buen recurso para este tipo de juegos, ya que, gracias a la lectura de un cuento, se pueden aprender palabras nuevas y podemos hacer preguntas sobre él, favoreciendo la expresión oral del niño.

2 Juegos de comprensión oral: a través de los cuales podemos evaluar el reconocimiento y la diferenciación de las expresiones orales de los niños. Cuando le decimos a un niño que llame a otro estamos utilizando la comprensión oral, ya que es necesario que comprenda nuestra orden para realizarla. Por ejemplo, si le preguntamos a un niño “¿dónde está Marcos?” Esperamos que identifique a Marcos, lo localice y responda el lugar en el que se encuentra. También se consigue entrenar la comprensión oral cuando se cuenta un cuento y se realizan preguntas tras él, que los niños deben contestar.

3 Juegos para la mejora de la pronunciación y la articulación de los sonidos: aquí podemos utilizar como recursos didácticos las poesías, los trabalenguas, las retahílas, las rimas y algunas palabras que inciden en la pronunciación en determinados sonidos.

4 Juegos de onomatopeyas: las onomatopeyas que más les llaman la atención son las referentes a los animales y las que se presentan en su entorno más inmediato.


Los juegos de soplar (pompas de jabón, velas, molinillos de papel, ...) además de ser muy divertidos, son ejercicios recomendados para controlar el soplo, las salidas de aire, la respiración, aprender a modular la boca, y entrenar los músculos bucinadores, ... favoreciendo así la pronunciación.


Sabía que...

Hablarle frecuentemente a un bebé, cantarle, leerle cuentos... estimula su capacidad para hablar.

Juegos de razonamiento lógico

Estos juegos favorecen el conocimiento lógico-matemático. En ellos interviene la capacidad de los niños para relacionar objetos con sus características o con las de otros. Los juegos de asociación, clasificación, numeración, etc. son específicos para trabajar el razonamiento lógico. Pero, es importante tener en cuenta que los niños necesitan estar concentrados y lo más atentos posibles a la actividad realizada.

Estos juegos deben evitar las ambigüedades y utilizar características claras para que no confundan al niño. Si utilizamos dos cualidades en positivo o en negativo, el juego será más complejo y requerirá una mayor concentración del niño.

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9788491984047
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