Читать книгу: «Del laboratorio al mercado», страница 2

Шрифт:

La falta de una evaluación precisa sobre la comercialización de la tecnología y la carencia de un plan para su implementación conforman otra barrera permanentemente presente. Los centros de I+D y universidades se centran mucho en el avance y la difusión del conocimiento, haciéndolo, por ejemplo, a través de publicaciones científicas, antes que patentar sus hallazgos, lo que colisiona profundamente con las demandas de la industria (Mazurkiewicz & Poteralska, 2017).

Según los autores, otros de los problemas que se generan en el desarrollo tecnológico a través de la vinculación universidad-empresa, tienen relación con quien financia los desarrollos. Por un lado, está el interés de las universidades y centros de I+D de que sean las empresas las que financien el proceso completo, lo que se contrapone con el interés de la industria, que es financiar el resultado final, pero no el proceso de investigación en sí.

Finalmente, otras de las barreras económico-organizacionales corresponden a los problemas relacionados con los derechos de propiedad intelectual. Por lo general, las universidades y centros de investigación buscan mantener para sí la propiedad intelectual, ya que en el centro de su quehacer está la creación de conocimiento; aunque sí están disponibles para que la empresa lo utilice, aun en forma exclusiva y perpetua. Por otro lado, las empresas también quieren tener la propiedad intelectual, debido a que la entienden, erróneamente, como el único mecanismo para garantizar el uso en forma exclusiva y perpetua de la tecnología desarrollada (Mazurkiewicz & Poteralska, 2017).

Barreras del ecosistema

Con respecto a las barreras del ecosistema (Mazurkiewicz & Poteralska, 2017), están en la ausencia de una estrategia nacional de desarrollo tecnológico, el poco financiamiento, la falta de infraestructuras, y la carencia de incentivos para impulsar la transferencia tecnológica tanto en empresas como en centros de I+D y universidades. Son pocos los países que tienen una real y efectiva estrategia de desarrollo tecnológico. Sin una mirada estatal de largo plazo que involucre realmente al sector privado, no es posible desarrollar un sistema robusto de innovación basado en ciencia.

Por otro lado, el financiamiento siempre ha sido una barrera relevante, según los autores, tanto en países desarrollados como en los que no lo son, y el problema no radica solo en los montos a invertir, que por lo general se miden como un porcentaje del PIB de la nación, sino también en quiénes son los que invierten en I+D. Mientras en países desarrollados hay un equilibrio entre los aportes estatales y privados, e, incluso, en algunos casos los aportes privados son mayoritarios, en países de menor desarrollo es el Estado quien financia, con las restricciones presupuestarias imaginables.

Con respecto a la infraestructura, según continúan los autores, para lograr innovación basada en ciencia y tecnología se requieren laboratorios y equipamiento sofisticados. Adicionalmente, no basta solo con la implementación inicial, sino que también es necesario mantenerlos y actualizarlos, por lo que, para generar desarrollos tecnológicos de clase mundial, es imprescindible contar con infraestructura de clase mundial.

Finalmente, para los autores, los incentivos son claves a la hora de impulsar el ecosistema de ciencia y tecnología. En universidades y centros de investigación es necesario incorporar métricas dentro de la evaluación de la carrera profesional y académica, que reconozcan los aportes de los investigadores en estas materias. Para el caso de las empresas, uno de los incentivos interesantes son las rebajas tributarias por invertir en desarrollos tecnológicos, aunque lo importante es que sean poco burocráticos y fáciles de gestionar, para que la industria se interese en acogerse a ellos y resulte más atractivo involucrase en desarrollar ciencia y tecnología.

Para hacer frente a estas barreras, es importarte reconocerlas y trabajar con el fin de poder reducirlas o eliminarlas. Este enfoque debe aplicarse tanto antes de que se tome la decisión de desarrollar la tecnología, como en el curso de su desarrollo. Dependiendo del tipo de barrera, las actividades deben llevarse a cabo individualmente a nivel organizacional o conjuntamente con otras instituciones (Mazurkiewicz & Poteralska, 2017).

Ejemplos de transferencia tecnológica

Gatorade

Lo que se conoce como bebida isotónica es un muy buen ejemplo de transferencia tecnológica. A mediados de los años sesenta, un equipo de investigadores de la Universidad de Florida, en Estados Unidos, creó una bebida que reponía rápidamente el líquido corporal de los jugadores de su equipo de fútbol americano Florida Gators. Consumir este líquido les ayudaba a evitar la deshidratación y pérdida de sales minerales. Este increíble invento fue bautizado como Gatorade, en honor a Florida Gators y al científico Robert Cade, quien comandó la investigación (Gatorade®, La Bebida Deportiva N°1 Del Mundo Cumple 50 Años | PepsiCo, 2015).

La historia relata que el entrenador del equipo Florida Gators le preguntó al doctor Robert Cade, quien aún no cumplía los 40 años, por qué los jugadores de su equipo no podían orinar después de cada juego. El médico nefrólogo, quien además era un excelente científico, comenzó a investigar y descubrió que los jugadores perdían hasta 8 kilogramos de peso después de cada juego, que duraba tres horas en promedio, de los cuales alrededor del 95% era agua, producto del sudor generado por lo exigente de la actividad física.

Robert Cade, junto a Dana Shires, James Free y Alejandro de Quesada, desarrolló una bebida que permitía una rápida rehidratación. Se cuenta que las primeras versiones tenían sabor a químicos desinfectantes, lo que hacía que los jugadores vomitaran. Ante esto, la esposa del doctor Cade recomendó añadir jugo de limón a la bebida.

En 1965 se comenzó a usar Gatorade y, al año siguiente, apariciones en la prensa comenzaron a hacerla popular. En 1967, uno de los estudiantes del doctor Cade conversó con uno de los vicepresidentes de Stokely-Van Camp, Inc., empresa envasadora de frutas y vegetales, quienes finalmente llevaron al mercado el producto.

Con el pasar de los años, los Florida Gators lograron una serie de triunfos, detonando un masivo interés hacia la bebida en 1967 cuando el entrenador de los Yellows Jackets, equipo de Georgia Tech Bud Carson, declaró luego de la derrota 27 a 12 de su equipo frente a Los Gators: “Nosotros no teníamos Gatorade, eso hizo la diferencia” (Gatorade®, La Bebida Deportiva N°1 Del Mundo Cumple 50 Años | PepsiCo, 2015).

La historia no estuvo exenta de problemas. En 1970, en Estados Unidos se prohibió el uso del ciclamato sódico en alimentos y bebidas, uno de los ingredientes de Gatorade, por lo que Rober Cade y su equipo tuvieron que crear una nueva fórmula sin este compuesto. En 1973 se generó una controversia judicial importante por los derechos de propiedad intelectual del desarrollo, que finalmente llegó a acuerdo entre los investigadores y la universidad, determinando que el equipo de investigación se quedaría con un 80% de las regalías, y la universidad con el 20% restante.

Desde entonces, Gatorade se convirtió en la fórmula hidratante para deportistas por excelencia. Actualmente es consumida en más de 55 países, siendo la bebida oficial de diversas organizaciones.

Gatorade además se ha utilizado para manejar la deshidratación producida por algunas enfermedades, por lo que su aporte e impacto en la sociedad es notable y corresponde a un ejemplo icónico de transferencia.

Tomates cherry

El tomate cherry es muy antiguo y no se sabe muy bien de dónde proviene. Algunos dicen que de Grecia, otros de Italia o de América en forma silvestre. Si bien es cierto el tomate cherry existe hace mucho, científicos israelíes encontraron la forma de crear una variedad que fuera fácil de empacar, transportar y vender antes de que se echara a perder. Lo hicieron modificando la semilla de los tomates, para crear una variedad resistente y fácil de cultivar.

La historia cuenta que (Lewis, 2016) durante la década de 1970 el dueño de la tienda inglesa Marks & Spencer se acercó a productores locales, así como a los científicos israelíes, para solicitarles que desarrollaran un tomate que fuera apto para los supermercados y tuviera un sabor más dulce. El agricultor inglés Bernard Sparkes empezó a experimentar con una variedad de tomates cherry llamados Gardener’s Delight, al tiempo que dos científicos israelíes de la Universidad Hebrea de Jerusalén empezaron a producir semillas de tomates cherry que crecían en filas uniformes y podían durar más tiempo en los estantes. Lo que hicieron fue mejorar su sabor, volviéndolo más dulce y jugoso, además de lograr que durara más. Después, esa universidad se lo entregó a los agricultores de Israel para que lo cultivaran. Hoy es un éxito y es consumido en muchos países del mundo. Actualmente, Israel es un líder mundial en la industria de las semillas de tomate y se estima que el 10% del mercado mundial de semillas de tomate le pertenece.

Dispositivos antiterremotos

La noche del terremoto del 27 de febrero de 2010 en Chile, conocido como el 27-F, fue la mejor prueba para una de las torres más altas de la ciudad de Santiago. La torre Titanium, con 55 pisos y más de 190 metros de altura, solo sufrió daños menores, sin deterioros estructurales. Era el edificio más alto del país, que pasó la prueba al quinto terremoto de mayor intensidad en la historia del mundo. Esta torre contaba con un sistema antisísmico basado en disipadores de energía.

En 1995 volvía de su doctorado en la Universidad de Berkeley –ubicada en la falla de San Andrés, otro punto altamente sísmico– el profesor Juan Carlos de la Llera, ingeniero civil de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Durante su estadía en Estados Unidos había comenzado a investigar tecnologías asociadas al riesgo sísmico en diferentes estructuras. Se decidió a impulsar en Chile una línea de ingeniería sísmica distinta a la vigente hasta ese entonces en el país, enfocándose en dos aspectos fundamentales: el aislamiento sísmico, que con grandes rodillos de gomas y disipadores de energía, especie de amortiguadores que disipan la vibración, separa las estructuras del suelo.

A mediados de los años noventa, el investigador obtuvo fondos concursables del Estado para comenzar su investigación, lo que llevó a desarrollar más de treinta patentes de invención y a constituir la empresa en el año 2003.

Hoy se puede ver aplicado el resultado de años de investigación. Estos amortiguadores se han implementado con éxito en importantes hospitales y edificios en Chile, e incluso han comenzado a exportarse a otros países, como Perú y Nueva Zelanda.

Esta tecnología cambió la vida de miles de personas, la tornó más segura, y ahora se está en la búsqueda de hacerla más económica para llegar a todos los rincones del mundo donde se necesite aislación sísmica. Esta, sin duda, es ciencia que cambia vidas para siempre (J. de la Llera, comunicación personal, 2020).

Síndrome de Morquio

Las enfermedades huérfanas son un gran problema para pacientes, sus familias y la sociedad en general, ya que suelen llevar a condiciones físicas y emocionales que afectan completamente la calidad de vida de las personas que las padecen. Estas enfermedades normalmente no son de interés por parte de los gobiernos o las grandes farmacéuticas, porque el tamaño de la población afectada por cada condición no es significativa en comparación a otras enfermedades, lo que las hace económicamente inviables o de bajo interés.

A pesar de esto, investigadores agrupados en el Instituto de Errores Innatos del Metabolismo de la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia, tienen como foco principal el desarrollo de terapias y diagnósticos para un grupo específico de enfermedades raras, los errores innatos del metabolismo.

Uno de los investigadores líderes es Carlos Javier Almeciga, quien con su trayectoría investigativa se ha convertido en uno de los líderes en este campo por lograr innovaciones relevantes en errores innatos del metabolismo. Carlos Javier es químico farmacéutico y doctor en ciencias biológicas, cuenta con experiencia en biotecnología aplicada al área de salud, tecnologías relacionadas con ADN y proteínas para estrategia terapéutica para terapia génica, especialmente para errores innatos del metabolismo.

El doctor Almeciga, durante la etapa final de su formación doctoral, participó en una investigación en St. Louis University en Estados Unidos, que lo llevó a desarrollar una terapia alternativa para el síndrome de Morquio A, también conocido como la mucopolisacaridosis tipo IV A. El síndrome de Morquio toma su nombre del pediatra uruguayo Luis Morquio, quien en 1929 describió a una familia con cuatro niños afectados por la misma enfermedad (Sawamoto et al., 2018). Dicha patología es una afección rara que genera un daño en la información genética del paciente, que lleva a la producción deficiente de una proteína necesaria para descomponer unas moléculas de azúcares complejos denominados glicosaminoglicanos (Khan et al., 2017). Esta deficiencia genera malformaciones físicas, como poca estatura y alteraciones esqueléticas.

Junto al grupo de investigaciones de St. Louis University, el doctor Alméciga desarrolló un método basado en terapia génica, que permite llevar de manera más eficiente a hueso el material genético empleado para corregir la enfermedad. Lo más interesante de esta tecnología es que podría ser empleada para corregir la alteración genética en otras enfermedades con alteraciones esqueléticas. Esta tecnología fue protegida por patente inscrita a nombre de la universidad colombiana y de Estados Unidos, y unos años después una empresa de base tecnológica en los Estados Unidos licenció la tecnología para emplearla en el desarrollo de terapias para enfermedades raras.

Adicionalmente, el Instituto de Errores Innatos del Metabolismo desarrolló y transfirió al Hospital Universitario San Ignacio, en Colombia, una seríe de metodologías empleadas en el diagnóstico de errores innatos del metabolismo, en el año 2009. Esto se logró haciendo una adaptación de pruebas que existían a nivel internacional a la población y condiciones tecnológicas colombianas. Con los créditos generados por estas transferencias, el Instituto de Errores Innatos ha generado un modelo de negocio sostenible que ha dado pie a un circulo virtuoso que le permite continuar desarrollando investigaciones e innovaciones con tecnologías de punta en la región (C. Alméciga, S Cuellar, D. Díaz, comunicación personal, 2020).

Sistema de desalinización de agua de mar

Uno de los estragos que ha causado el cambio climático, sumado al aumento significativo de la población mundial, es la escasez hídrica. Tanto es el problema, que ya se está hablando del agua como el oro azul.

En este contexto, en Chile, luego del terremoto del 27 de febrero de 2010, se comenzó a gestar un proyecto para poder obtener agua potable a partir de agua de mar. La tecnología había sido patentada en 2016, y basaba su principio en un proceso destinado a la obtención de agua para consumo humano e industrial, y para regadío, a partir de agua de mar, aguas salobres o con alto contenido de hierro, magnesio y metales pesados. El proyecto fue liderado por Rodrigo Bórquez, ingeniero civil químico y doctor en Ciencias de la Ingeniería de la Universität Karlsruhe de Alemania y académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción.

El sistema destaca por requerir condiciones operativas a presiones más bajas que las que se utilizan en las plantas convencionales de osmosis inversa, lo que reduce significativamente los costos en las etapas de inversión y operación, representando una alternativa viable para abastecer de agua potable a zonas costeras, y cumpliendo con las normas chilenas de calidad del agua.

Tras los resultados de las experiencias piloto, la tecnología se implementó en la comuna de Arauco en abril de 2019, gracias al financiamiento del gobierno local, complementando así el abastecimiento de agua potable de las 375 familias de esa localidad.

La tecnología se ha implementado en diferentes localidades del país, facilitando el acceso a este vital elemento a cientos de chilenos (S. Araya, comunicación personal, 2020).

Mallas de fotoselectividad combinada

El “golpe de sol” en la fruta, debido al exceso de radiación solar y altas temperaturas, causa importantes pérdidas económicas a la industria frutícola. Para resolver este problema, Richard Bastías, ingeniero agrónomo y doctor en Fruit Trees & AgroEcosystem de Alma Mater Studiorum – Universita Di Bologna, y académico de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, desarrolló la tecnología “Mallas de Fotoselectividad Combinada”, que otorga mayor efectividad en el control de daño en frutas ocasionado por el sol.

Esta malla fue diseñada utilizando como base un modelo matemático que se desarrolló como resultado de la investigación, y que permitió definir una configuración específica desde el punto de vista de color y trenzado de la malla. Esta logra modificar el espectro de la radiación y transmitirla selectivamente, generando beneficios en las plantaciones que se cubren con estas mallas, principalmente frutícolas. Lo anterior, sin sacrificar el rendimiento del huerto ni la coloración de la fruta; por el contrario, el mejor uso de la luz favorece el desarrollo del color y el crecimiento floral y del fruto. La efectividad de la malla, observada en distintas variedades de manzana, se aprecia en la diferencia entre el porcentaje de frutas con daño en campos con y sin malla, notando una disminución de entre el 61% y el 95%, con lo que los productores pueden evitar millonarias pérdidas por factores climáticos, obteniendo al mismo tiempo productos de un mayor valor comercial. El desarrollo solicitó una patente de invención en 2016 y posteriormente se transfirió a la empresa chilena Delsantek, que introdujo este producto en el mercado chileno en el año 2017. En 2019 se transfirió la tecnología a la empresa mexicana Giddings, expandiendo su uso en más de 200 hectáreas de berries ubicadas en campos del estado de Michoacán, en México, y con plan de aplicación en otros cultivos.

La tecnología se ha implementado en diferentes países de la región y busca su expansión a nivel mundial (S. Araya, comunicación personal, 2020).

Fertilidad asistida

La infertilidad afecta aproximadamente al 15% de las parejas a nivel mundial, lo que equivale a 48,5 millones de ellas, alcanzando en el hombre el 50%. Sin embargo, es difícil precisar esto, por falta de datos específicos por país (Agarwal et al., 2012). La evidencia muestra que la tasa de infertilidad mundial va en aumento, estimándose sobre el 17% de la población mundial. El 40% de los casos se debe a causas en el hombre, 40% en la mujer y otro 20% a razones desconocidas.

Raúl Sánchez Gutiérrez, médico ginecólogo doctorado en andrología y especialista en medicina reproductiva, por su experiencia atendiendo a parejas con dificultades para convertirse en padres, entendiendo la desesperanza y tristeza al no conseguirlo y muchas veces no contando con altos recursos económicos para probar otras técnicas, se propuso modificar las técnicas disponibles para que fuesen simples y económicas, con el fin de realizarlas en cualquier laboratorio, tanto en Chile como en toda América Latina.

Los métodos desarrollados no asépticos, convencionales, comprenden en su mayoría la vitrificación del semen por contacto directo con nitrógeno líquido. La recuperación de motilidad post-desvitrificación utilizando dichos métodos no asépticos es del orden del 20% al 30%, por lo que se hace compleja la inseminación y por ende el embarazo.

En el año 2006, el doctor Sánchez, con el apoyo de la Universidad de la Frontera de Chile, postuló a fondos gubernamentales para la investigación. Sin embargo, las agencias estatales decidieron no concederlos, por considerar que era un proyecto que requería más desarrollo y que era muy simple para un problema a nivel mundial, y por parecer que requería más investigación que desarrollo.

Aun así, el proyecto siguió adelante y se logró la vitrificación aséptica de pajuelas (VAP), que permite seleccionar espermatozoides que conserven su función, pudiendo almacenarlos y obtener un número suficiente para hacer inseminaciones intrauterinas, con lo cual se alcanzaba una alternativa viable para parejas con infertilidad. El resultado fue desarrollado por el doctor Raúl Sánchez Gutiérrez, la doctora Mabel Schulz, la investigadora Jennie Risopatrón, junto a los investigadores internacionales, que eran colaboradores independientes: el doctor Vladimir Isachenko y la doctora Eugenia Isachenko, quienes probaron la metodología y comprobaron que se lograba sobrevida y funcionalidad espermática, postdesvitrificación.

La metodología VITRISPERM® o VAP es mejor que las alternativas convencionales de preservación en cuanto a la forma de vitrificar. Proporciona una efectividad sobre el 80% de la supervivencia del esperma humano, protege el material genético y reemplaza el uso del nitrógeno para el almacenamiento, lo que la hace una metodología que puede implementarse en cualquier banco de espermatozoides o de fertilidad. Esta metodología fue probada y en 2011 nació el primer niño en Temuco, a través la alianza con el doctor Juan Álvarez, de la empresa ANDROGEN de España. La tecnología fue licenciada por la oficina de transferencia tecnológica de la Universidad de la Frontera a BIOKIBANK en España.

Esta metodología funciona y da esperanza a miles de parejas que desean hacer realidad su sueño de convertirse en madres y padres, aun cuando hayan decidido postergarlo a edades por sobre los 40 años. Se espera que también se disponga de esta metodología en Alemania, Dinamarca, España, Francia, Italia y Reino Unido, así como en EE.UU. y el resto del mundo que lo necesite (F. Vásquez, comunicación personal, 2020).

Purificador de agua

El investigador Roland Vetter, doctor en Botánica Forestal, investigador jefe del Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonía (INPA), desarrolló una tecnología denominada “Secador solar”, que es un dispositivo para secar la madera utilizando energía solar. La idea surgió para atender las necesidades de diversas comunidades, que no contaban con electricidad y, por otra parte, buscaba reemplazar los secadores de madera convencionales que consumían mucha energía. En 2005, al visitar una comunidad indígena en el município de Itamarati, con el objetivo de presentar la tecnología, se sorprendió al ver la necesidad de la comunidad por mejorar la calidad del agua, ya que muchos niños y ancianos estaban experimentando problemas de salud como diarrea y cólera, debido a contaminación del agua de los arroyos y ríos utilizados por la comunidad. A partir de esta demanda, el investigador y su equipo buscaron alternativas para desinfectar el agua, utilizando la tecnología del “secador solar”. El resultado fue el diseño de un purificador de agua basado en energía solar.

En 2009, esta tecnología fue finalizada y denominada “Água Box”, protegida por patente de modelo de utilidad, cuyo titular es el INPA y el inventor Dr. Roland Vetter. El depurador de agua es una caja metálica de 13 kilos, que funciona con una bomba de agua y dos paneles solares de 90 Watts cada uno, que bombea el agua del río a un depósito de agua. El agua contaminada pasa por un filtro y luego por un tubo de acero inoxidable con una lámpara ultravioleta tipo C, que elimina el ADN (ácido desoxirribonucleico) de los microorganismos, causantes de enfermedades intestinales. Después de estos procesos, el agua es potable, libre de gérmenes y lista para el consumo. La lámpara y la batería duran unas 10.000 horas, es decir, de tres a cuatro años. El depurador elimina el 99,5% de bacterias, hongos y coliformes fecales del agua del río mediante una lámpara ultravioleta C, los rayos más peligrosos de la radiación ultravioleta. Unido a un panel solar y al tanque de agua de las comunidades, el depurador filtra 400 litros por hora, es decir, 5.000 litros por día, suficiente para proporcionar agua limpia para beber y cocinar a 300 personas. El precio del sistema es de alrededor de US$450, incluido el panel solar y el filtro de entrada.

La “Caja de Água” se implementó en comunidades ribereñas de la Amazonía, en los pueblos indígenas Deni y Yanomamis, y en Nampula, una región de Mozambique, en África.

Entre 2012 y 2017, el INPA licenció la tecnología a la empresa de Manaus, Q’Luz EcoEnergia, y pasó a denominarse “Ecolágua”, siendo la primera tecnología de la Institución en traer regalías al investigador del Instituto Nacional de Investigaciones en la Amazonía.

En 2015, INPA se asoció con el Ejército para desarrollar un proyecto llamado “Hombre Água”, que consistía en crear un modelo más compacto del purificador de agua que cabía en una mochila. La versión adaptada pesa aproximadamente ocho kilos y tiene la capacidad de depurar hasta 300 litros por hora. Lo que mejora la salubridad de los militares, al evitar el uso de una pastilla de cloro para depurar el líquido y aumentar la disponibilidad de agua para los militares, que antes utilizaban solo una cantimplora con capacidad de 1,5 litros de agua.

En 2017, la patente fue concedida y en 2020, la tecnología fue licenciada a una nueva empresa.

Diagnóstico de tuberculosis en bovinos

La industria de carnes y lácteos cuenta con altos estándares de manejo y reglamentaciones sanitarias, la cual busca certificar tanto la calidad de los productos como el manejo sanitario de los animales. A la vez, la tuberculosis bovina es una de las principales afecciones a las que está expuesto el ganado, causando un gran daño económico al reducir la eficiencia en la producción.

En Chile, es obligatoria la certificación de ausencia de la enfermedad mediante la observación de lesiones sospechosas encontradas en plantas que faenan la carne. Además, se requiere contar con un diagnóstico acelerado confirmatorio, con la finalidad de trazar los rebaños infectados e iniciar acciones de saneamiento oportunas. Con esta oportunidad a la vista, la doctora en bioquímica y biologia molecular, Ana María Zárraga, académica de la Facultad de Ciencias, y el investigador, bioquímico y doctor en Ciencias y postdoctorado, Germán Rehren, ambos de la Universidad Austral de Chile (UACh), desarrollaron un kit de reacción en cadena de la polimerasa –conocida como PCR por sus siglas en inglés– en tiempo real para Mycobacterium bovis, patógeno que causa tuberculosis en bovinos, animales domésticos y silvestres, y en humanos, llamado Boviman.

La detección mediante el uso de Boviman demora solo 3 horas, comparado con la detección mediante cultivo, que toma 60 días. Además, confirma la presencia de tuberculosis con 95% de sensibilidad y 97% de especificidad.

La investigación se desarrolló gracias al financiamiento del Estado de Chile y contó con el apoyo de la empresa Biosonda, la Asociación Gremial de Leche de Biobío, mataderos Frigosor Ñuble y profesionales veterinarios del Programa de Tuberculosis del Servicio Agrícola Ganadero (SAG), entidad estatal encargada del desarrollo de la agricultura, los bosques y la ganadería mediante la protección y mejoramiento de la salud de los animales y vegetales. Consiguió, además de la generación del kit PCR en tiempo real, la generación de un mapa de distribución nacional de las variantes genéticas del patógeno para trazar rutas de diseminación de la enfermedad, lo que ha contribuido a validar el kit entre estas variantes.

El kit se transformó en la prueba oficial para la vigilancia de tuberculosis en Chile, validado por el SAG, y ha permitido contar con un diagnóstico acelerado confirmatorio de BTB en lesiones sospechosas encontradas en plantas faenadoras de carne y certificar rebaños libres de BTB, requisito exigido por el mercado internacional de lácteos y carnes. Su uso ha sido clave en programas de erradicación, ya que permite trazar los rebaños infectados e iniciar acciones de saneamiento oportunas para así reducir el daño económico y disminuir los problemas que la tuberculosis bovina causa en la producción.

Boviman® obtuvo el Premio Nacional a la Innovación Avonni en Categoría Salud el año 2012. La tecnología tiene marca registrada y cuenta con patentes de invención concedidas en Chile, México y Argentina.

El kit inició su comercialización el año 2006, en una primera etapa, directamente desde la Universidad Austral de Chile al SAG hasta que, el año 2008, la Universidad firmó un acuerdo con la empresa Roche Chile Limitada para que se hicieran cargo de la venta. Luego de cinco años, la Universidad decidió dar término al contrato con Roche para entregar la comercialización a la spin off que formaron los inventores del kit, dicho spin off no llegó tener actividad comercial, por lo que la Universidad Austral siguió vendiendo el kit directamente, principalmente al SAG.

Luego de esto, y liderado por la oficina de transferencia tecnológica de la misma universidad, en marzo del 2019 se firmó un contrato de licencia con la empresa Biotecom SpA, la que desde ese entonces ha comercializado la tecnología en todo el país (G. Rehren, comunicación personal, 2020).

Medicina de precisión en diagnóstico de nódulos de la tiroides

Según datos del Ministerio de Salud de Chile, uno de cada cuatro chilenos sufre de alguna alteración de la función tiroidea, siendo la formación de nódulos una de las principales afecciones. Los nódulos en la glándula tiroidea pueden detectarse en hasta el 50% de la población adulta y bajo ciertos criterios clínicos, requiriéndose la evaluación de la naturaleza del nódulo para determinar si es patología benigna o maligna.

1 722,70 ₽
Жанры и теги
Возрастное ограничение:
0+
Объем:
292 стр. 21 иллюстрация
ISBN:
9789561428423
Издатель:
Правообладатель:
Bookwire
Формат скачивания:
epub, fb2, fb3, ios.epub, mobi, pdf, txt, zip

С этой книгой читают