promo_banner

Реклама

Читать книгу: «Meteoros», страница 3

Шрифт:

PÉRDIDAS O GANANCIAS

Eres dueño y responsable del resultado de tu cajita,

y por tanto de tus riquezas

“Todo cuadra en la vida cuando los activos que están a tu lado te ayudan a vencer los pasivos que puedas tener”.

Enamorado de esos números y de esa Contabilidad que me ha acompañado siempre, tengo una tendencia a valorar y hacer siempre mis cuentas bajo una perspectiva de llegar hasta el resultado final, beneficio o pérdida. Esto puede ser bueno, o en ocasiones algo perverso, ya que te puede conducir a conclusiones que pueden ser erróneas, pues no todo pueden ser números y valores.

Cuando al famoso matemático Luca Pacioli creador de la Contabilidad moderna le preguntaron lo que era ganar o perder, respondió de una manera muy simple; “ganar es cuando después de un negocio abres tu caja donde guardas las monedas, y hay monedas; y perder es cuando no las hay”. Así se mide todo, tu trabajo, tu familia, tus relaciones, tus amigos, tu propia vida. Si abres tu cajita y observas lo que hay, descubrirás si has ganado o perdido. Tu propia valoración te ayudará, y en ese punto no te valen los engaños. ¡Hay o no hay!

Esto es igual al hombre del chiste que va al Banco a preguntar cuánto dinero tiene, se dirige a la ventanilla y pregunta al cajero; éste de forma mecánica e inconsciente dice ¡Debe...Haber! entonces el hombre se enfada y dice ¿cómo que Debe/Haber? ¡Hay!

Todos tus actos están llenos de causalidades pues las casualidades son difíciles de encontrar y más en los temas económicos. Dejar las cosas en manos del destino o de la suerte es algo sencillo, pero eso sirve de poco y no es nada más que una pobre auto justificación y no ganarás nada con ello.

Todo queda registrado y valorado bajo una perspectiva de balance contable en donde los activos (derechos) deben ser iguales a los pasivos (obligaciones). Todo nace de un equilibrio “todo el que recibe debe a la persona que da o entrega”, así lo expresa Pacioli en su obra “De divina proportione” en 1498. Hay que fijarse en las palabras que he manejado hasta ahora: equilibrio, cuadrar, activos, pasivos, ganancias o pérdidas. Hay que pararse a pensar la traslación que es necesario hacer de todos estos términos para poder explicar, o valorar nuestros actos o incluso casi todos los hechos que nos suceden en el día a día.

El equilibrio y valor debe estar siempre en la cabeza, en tu cabeza. Cuadrar nos supondría calcular e igualar, poner en una balanza nuestros derechos y obligaciones hasta nivelarlos. Activo y Pasivo sigue diciendo lo mismo, lo que tienes es lo mismo que debes, pues alguien te lo ha dado. Pérdidas o Ganancias, ahí es distinto pues constituye el resumen de todo, sumas y restas y es lo que al final te queda como resultado. Hay que intentar hacerse estas preguntas y después contestarlas de alguna manera, así encajan los términos que he definido anteriormente aplicados a tu persona: ¿Cómo te sientes en tu vida y te valoras? ¿Crees que eres bueno o malo? ¿Estás satisfecho y contento? ¿Cómo afrontas el tiempo ya vivido y el que te quede por vivir? ¿Eres optimista o pesimista? Y así nos podríamos seguir haciendo de forma continua muchas más.

Miro hacia adentro, y en mi silencio y soledad respondo a todas ellas; y así puedo descubrir el contenido de mi cajita, y si tengo monedas o no. En este punto ya no hay mentiras. ¡No dudes ni tengas miedo! ¿Tienes o no tienes? ¡Ábrela y sabrás si has ganado o perdido!

Un día hablando con uno de mis hijos me dijo que yo era un hombre de éxito; hoy, muchos años después, todavía le sigo dando vueltas a esa afirmación, y aún me resulta difícil responder a ella de forma clara y contundente. Es posible que necesite acudir como ayuda a hacer inventario de mis valores: sentimientos, pensamientos e ilusiones; e intentar cuantificarlos, pues será esto lo que me permita ver el contenido de mi cajita real, y poner al descubierto mi ganancia o pérdida. Tú luchas por llenar esa cajita, y lo que queda en ella lo desconoces hasta el final y obtienes el balance que todo lo mide.

Pero soy un buen gestor, hasta ahora no me ha ido tan mal, sé como emplear mis talentos con sabiduría y sentido común, hacer balance y valorar mis actos y efectos, y aplicarlos; y con eso no puedo perder, la ganancia como resultado está garantizada, y eso sí sería mi triunfo y mi verdadero éxito.

anclado en tierra

Nuevos horizontes, mares y rumbos en tu vida

al abandonar tus rutinas de trabajo

“El ideal del español de buena parte de la clase media es jubilarse tras breves años de trabajo, y si es posible, antes de trabajar” Santiago Ramón y Cajal.

Terminé la faena y después de surcar muchos mares y amaneceres, regresé a casa, y me incorporé a ella como elefante en cacharrería. Acepté, no sin muchas dudas esta nueva situación aunque no sabía muy bien cómo respondería a ella. Empecé a disfrutar de ese bien que nunca había tenido: tiempo, y efectivamente me costó adaptarme a su dimensión y espacio. Iba todas las mañanas al puerto para ver entrar y salir los barcos en los que siempre viajé; añoranza tal vez, o una nueva vida. Me juntaba con otros amigos y compañeros que al igual que yo miraban con tristeza el bullicio de los marineros.

¿Te acuerdas de lo mal que lo pasamos en aquella tormenta? ¿Y de aquel capitán que se emborrachaba por la noche? ¿Y cómo eran las mujeres de aquel puerto? Batallas y batallitas que ahora en tierra solo alimentaban el recuerdo.

¿Cómo estás de salud? Yo esta semana estoy de médicos dijiste frente a un café y copita de anís. ¿Y la familia qué tal? La verdad es que a mis hijos les va muy bien, pero los nietos… ¡como han cambiado los tiempos! Son un poco rebeldes... El otro día uno me preguntó, ¿abuelo, cuando tú eras pequeño había Donuts? y yo le contesté muy ufano ¡pues claro! Él con su mirada inocente respondió sin pensárselo ¡pues sí que son antiguos los Donuts! Reconozco que aquello añadió, arrugas a mi rostro.

Las cosas habían evolucionado mucho desde que empecé a trabajar en el mar, ya que la seguridad había eliminado peligros, amparada en mayores medios y tecnología; aunque eso sí, se mantenía como elemento común la vocación y esfuerzo solidario entre todos.

Te preguntabas, considerabas injusto y no comprendías para lo que habías quedado, tú que habías sido y todavía lo eras fuerte y vigoroso. Te hicieron poner el pie a tierra, no lo entendiste y jamás lo aceptaste; cuando estabas en lo más alto del mástil, tuviste que bajarte.

¡Qué desatino! No hay quien lo entienda, y ¡perdonadme amigos que tengo prisa, yo ya me voy a casa, que a la parienta no la gusta que llegue tarde porque se le enfría la comida!

Y así empezó mi nueva vida, mirando al mar y cambiando de sueños y de vientos, reorientando mis velas para seguir surcando las nuevas olas que mecían mi vida. Es difícil romper con las costumbres, pues hay un halo de ímpetu desbocado que no se controla lo suficiente, principalmente si no se entiende bien.

Pero no debo quejarme del aire, hay que esperar que cambie y ajustar las velas, y así podré seguir navegando, porque no existe un viento favorable para un barco sin rumbo y sin capitán. Debo buscar y encontrar los nuevos faros que iluminen y alumbren mi camino y me dirijan a puerto, y no permitir que nadie lleve el timón de mi barco.

No me detengo, tengo que evitar con destreza los arrecifes y los huracanes, y dejarme mecer por las olas, aferrándome al timón y ayudado con el vigor y pericia de mis tripulantes.

El viaje es diferente al que fue, pero has adquirido ya la experiencia y habilidad suficiente para dejarte guiar por tu brújula y tu cielo. No hay que equivocarse, tu ruta ya está marcada y no debes luchar contra los elementos si no saberte conducir en ellos, aprovéchate de los vientos, ellos te conducirán.

No tengo que ser impaciente y desesperarme, pues estoy seguro de que, tanto en el mar como en la tierra puedo encontrar la serenidad que necesito, y pensar que sigo siendo el mismo, y que lo único que ha pasado es que la brisa marina ha curtido mi piel, y que cuando navegue en la oscuridad debo saber y dejar guiarme por nuevas estrellas, pues ellas me darán su luz y junto a mis faros me marcarán el camino hacia nuevos puertos, mares y destinos que todavía desconozco hoy.

ya es navidad

Su significado, nuestras Navidades pasadas,

presentes y futuras

“La Navidad está construida sobre una paradoja hermosa e intencional: que el nacimiento del que no tuvo casa para nacer sea celebrado en todas las casas” G.K. Chesterton

Luces y colores, risas y bullicio; así se encontró el hombre al salir a la calle. La gente se movía con mucha prisa a elegir sus regalos y realizar las últimas compras para las reuniones de Navidad. Parecía que el mundo se había vuelto loco, pues la alegría y algarabía flotaba en el aire y contagiaban el ambiente. ¿Qué había sucedido, qué era lo que se celebraba? Nuestro hombre atemperó su caminar y lentamente empezó a evocar imágenes del pasado. Recordaba perfectamente su infancia y adolescencia, acompañado de aquellos rostros familiares que ya no estaban y los momentos vividos con ellos; sí, realmente recordar es volver a vivir.

Qué importante es pensar en el verdadero significado de estos días, Es cierto que hemos ido destrozando a lo largo del tiempo esa realidad, y la hemos reducido en muchos casos a un momento en el que prima la hipocresía, consumismo y artificio, sustituyendo la verdadera esencia. Pero no debes conformarte, si tu propia cabeza se aísla, enseguida recuperas el sentido, encuentra la verdad, y retomas ya que vuelves a pensar como siempre pensaste, es suficiente.

Empezó a recordar, y acudieron imágenes de cuando iba con sus padres a la Plaza Mayor a comprar alguna figurita para el Belén de casa, que empezó poniendo junto a sus hermanos y más tarde lo hizo con sus hijos y después nietos. ¡Qué hermoso recorrido mantenido en el ciclo de la vida! Tú ibas creciendo y sólo iban cambiando la compañía junto a ti de los más cercanos, el portal y las figuritas eran siempre las mismas, con su mismo significado. Después cuando adornabas ese abeto natural que habías cargado con tanto esfuerzo por la Puerta del Sol, al que después añadías muchas bolas doradas y plateadas, junto a guirnaldas y luces de colores que parpadeaban sin cesar. Eran muchos los que se sentaban alrededor de tu mesa esa Nochebuena y día de Navidad, un instante inolvidable y familiar. Más tarde llegaba la Nochevieja con sus campanadas de Fin de Año y las uvas. Ese día tenías la costumbre y solías quedarte en la tarde de antes sentado con las luces apagadas del salón frente al árbol, fijando tu mirada en él observando sus intermitencias atentamente y dejando que tu cabeza empezara a volar, haciendo balance de todo lo sucedido en el año: alegrías y tristezas, avances y retrocesos, tú verdadera cuenta de resultados. Este momento lo sentías mágico, necesario e imprescindible, era como si no quisieras cerrar el año sin pensar en él. ¡Besos y abrazos y…champan!, brindemos por el nuevo año, gritan todos, sin tener en cuenta lo que nos podría deparar ese futuro incierto y lleno de dudas que se nos abría para los próximos 365 días. Así es el ser humano, a veces inocente y otra culpable de sus propias ingenuidades y necedades.

Hemos abierto nuestra caja de Pandora del recuerdo y llega el Nuevo Año, pleno de buenas intenciones y nuevos propósitos, con la esperanza y deseo de la próxima llegada de los Reyes Magos.

Qué cantidad de sueños e ilusiones en un rostro infantil, que lo único que nos repite incesantemente es lo bueno que había sido el año pasado y así evitar el temido carbón, y cuantas sensaciones se atropellan en la memoria, e imágenes pasadas y vividas recordadas inolvidables, y entonces…siguió pensando y evocando el hombre, no paró de hacerlo; había que estar en casa pronto el día 5 de enero para poner el zapato en un sitio reservado, y preparar comida para los camellos, pues estarían muy cansados y hambrientos después de un viaje tan largo. Al día siguiente nos ponían en fila por edades de menor a mayor y se abría de pronto la puerta y con las luces encendidas, aquello parecía un auténtico bazar, de la cantidad de paquetes y regalos que había, la verdad es que sí, creo que nos habíamos portado bien, no había carbón para nadie. Tradición y tradiciones que todos hemos sabido mantener y adquirir como una hermosa tarea, transmitir cuando a ti se te ha transmitido tanto; disfrutar y tener ilusión, cuando tú lo has vivido; y si no párate y observa ese día la carita y expresión de ese niño que tienes a tu lado, y ya me dirás lo que piensas, seguramente algo que ya sentiste.

El hombre cerró su cajita de la memoria y sonriendo recuperó su paso, él también tenía ya prisa, se había entretenido mucho y se le había hecho tarde; empieza a correr, regresa a casa y sube con rapidez las escaleras de dos en dos, entra de forma acelerada y sin mediar palabra y con una emoción no contenida, abraza a los suyos, para después gritar a los cuatro vientos, ¡Es Navidad!

Fácil o dificil

Buscar la solución y resolución de los problemas,

enfoques y caminos de cada uno

“Lo fácil aburre, lo difícil atrae, lo imposible obsesiona”

“Cuando una pareja de enamorados se sientan juntos en el césped durante una hora les parece un minuto. Pero que se sienten en un horno caliente durante un minuto…les parecerá más de una hora. Esto es la relatividad”. A. Einstein.

A priori, todo es muy difícil antes de ser fácil, y en sí mismo esta valoración es relativa. Para ser capaz de solucionar mis problemas debo analizar la forma y manera de afrontarlos. El nivel de dificultad está más en mi cabeza que en la realidad que vivo. El esfuerzo, concentración y talento te hace afrontar todo con el ánimo suficiente para añadir o quitar hierro a las situaciones que puedes encontrarte. Eres tú el que lo tiene que resolver, ya que este conflicto se presenta en cada momento, y hay que adquirir la habilidad de manejarlo y sortearlo, pues existe el peligro de encontrarte ante muros insalvables o callejones sin salida.“Para hacer surgir lo posible, es preciso intentar una y otra vez lo imposible Hermann Hesse.

Un día un buen amigo mío me dijo algo que creo me ha acompañado durante toda mi vida, y además define mucho de mi carácter:”lo que a ti te gusta es la dificultad”. Aquello me sorprendió, le contesté que no tenía razón, pero el tiempo me ha quitado el argumento, y realmente debo decir que una gran parte de la actitud depende mucho de los cristales que te pongas. Y yo desgraciadamente tengo una cierta tendencia a buscar caminos un poco tortuosos más que simples, soy un poco masoquista, pienso que me gusta introducirme retos, soy amigo de complicar un poco las soluciones.

¡Es fácil juzgar, hablar sin pensar, herir y prometer! y ¡difícil reconocer tus errores, pensar antes de hablar, curar y cumplir! Todo lo fácil se puede convertir en difícil, y viceversa, eres tú quien lo puede hacer posible. Tú diriges el problema y también la solución.

Es evidente que el yo y el tú debe llevarme al nos, pero no como solución, sino como camino. Es muy difícil conocer las propias barreras y limitaciones, pero una vez identificadas es más fácil encontrar las maneras de levantarlas. Apoyarme en mis fortalezas y vencer mis debilidades, esto me ayudará mucho. ¡Lo ves! No es tan difícil, mi propia seguridad y confianza me facilitará encontrar el camino correcto.

Si pienso que yo solo puedo empujar una piedra de una tonelada, es absurdo e imposible; hay que buscar a cien personas más que me ayuden, y comprobaré entre todas qué fácil es conseguirlo.

La mejor manera de definir ambos términos está en aplicar este cuento oriental que lo explica e ilustra muy bien:

“Un Maestro vivía en familia, con su esposa y su hija, y todos ellos eran reconocidos por su inmensa sabiduría. En una ocasión, un peregrino llego ante el Maestro y le preguntó: Dime, el camino a la iluminación, ¿es fácil o difícil?, a lo cual el veterano respondió: Es tan difícil como alcanzar la cima del Everest descalzo. El hombre no quedó del todo conforme e interrogó de la misma forma a la esposa del Maestro y ella le respondió: El camino a la iluminación es tan fácil como armar un avioncito de papel. Antes de retirarse de ese lugar, el viajero no muy convencido por las contestaciones recibidas decidió formular la misma pregunta a la hija, y ella le dijo: Pues depende. Si lo quieres hacer difícil, es difícil. Pero si lo quieres hacer fácil, es fácil…”

Por ello todo me debe llevar a utilizar la razón y decidir, siempre tengo que decidir, nada es fácil o difícil, dependiendo de la fuerza de voluntad y óptica que aplique, y mi forma de afrontar las dudas e incertidumbres para alcanzar respuestas.

Todo tiene solución, soy yo mismo el que elige, tengo que vencer mis propios miedos y conseguir otra vez, una vez más derrotar a mis imposibles, porque éstos, realmente no existen. Los caminos están ahí para encontrarlos si los busco, no es difícil sólo tengo que añadir mi seguridad y confianza, no debo complicarme la existencia buscando salidas absurdas, cuando puedo utilizar en mi ayuda con decisión, mi propia claridad de ideas.

¿Cómo lo ves tú, fácil o difícil?

trozucos en sepia

La cajita de mi memoria llena de cosas

y recuerdos, mis tesoros guardados

“La fotografía ayuda a la persona a ver, sólo puede representar el presente. Una vez fotografiado, el sujeto se convierte en parte del pasado” Berenice Abbot

“La memoria es el diario que llevamos con nosotros a todas partes” Oscar Wilde

Nadie ha descubierto mi tesoro, lo guardo escondido dentro de ese lugar que solo conozco yo. Lo abro, y me encuentro con un montón de fotografías en papel, y muchas cartas y notas escritas, junto a recortes de periódicos. Voy lentamente sacando imágenes y recuerdos amarillentos y ajados por el tiempo.

Ese niño sonriente con traje de marinerito el día de su primera comunión; ese paseo de palmeras que al final recogía una casa de indiano construida por mi bisabuelo en el pueblo en 1884; esa pareja de novios el día de su boda que miran fijamente un tanto asustados al fotógrafo; los galones que tuve puestos en mi uniforme cuando hice la mili. Tantas notas ya un poco difícil de leer algunas con poesías dedicadas acompañadas con la fecha en que fueron escritas, llaves guardadas que abrirán no sé qué puertas, algunas seguro que inexistentes ya. Recuerdos y recuerdos mantenidos en secreto en la cajita de mi cabeza y que son sólo míos.

Hoy me he decidido y los he buscado y sacado nuevamente como con ganas de refrescarlos y vivirlos desde cerca otra vez. Pasa el tiempo para todos, y no puedo olvidar, no quiero olvidar, mi almacén permanece abierto, todavía tiene capacidad. Mi luz encendida se mantendrá, si soy capaz de sentirme seguro y firme. Muchas cosas que me he encontrado, no sé muy bien de cuando son, y en qué momento las incorpore en mi tesoro, y ni tan siquiera si sirven para algo, pero ahí están, y eso seguro que es por algo.

Permanecer en el pensamiento de alguien, y que éste te busque, el que cualquiera invoque tu nombre, son cosas que deben hacerte sentir orgulloso e importante. Pues así me siento en estos momentos, importante y muy grande. Muchas cosas que he guardado, son papel mojado, noticias del periódico de ayer, que hoy ya nadie quiere conocer ni guardar, porque ya forman parte del pasado. Ves rostros que eres capaz de reconocer, pero los que están a tu lado los consideran desconocidos. No recorres el camino sólo, pero llegas a sentirte sólo, ya que en ocasiones, siempre estás un poco sólo.

Relees esa nota del restaurante y te emocionas por lo que entonces escribiste, y hoy sientes, y te sorprende ver la fecha, ¡ha pasado tanto tiempo! Todo ha tenido y tiene un significado para ti, pero seguramente sólo para ti, pues sólo tú conoces su historia.

¡Pero qué veo! ¡Qué maravillosa sorpresa! He hecho muy bien en volver a poner todo encima de la mesa, lo había olvidado completamente, aparecemos los dos en blanco y negro, sentados en un banco, hace…..; qué bonito recuerdo, pensaba que había perdido esa foto en mi memoria; somos tú y yo, los de entonces, de ahora y de siempre; algo cambiados eso sí, pero los mismos.

La verdad es que he sido y soy muy aficionado a la fotografía,; antes con las cámaras analógicas y después con las digitales, cuánto ha aguantado la familia posando de forma paciente hasta conseguir el encuadre perfecto. Conseguir juntar los tres elementos claves: composición, luz y momento necesita paciencia, y lleva su tiempo.

Vuelven a aparecer unas botucas de bebé, una cinta azul, ese reloj heredado de mi padre que no funciona ya, pero que guardo con mucho cariño pues era suyo, unas monedas antiguas, y yo que sé tantas y tantas cosas que ya se me pierden. Pero estoy muy contento, primero porque he tenido el valor de ordenar todo ese caos de recuerdos, en los que cada uno por sí sólo tiene un significado tan relevante para mí, y segundo porque me he dado cuenta de que tengo a buen recaudo mi tesoro.

Esa cajita escondida en el fondo de mi armario, que tiene un pedacito de mi vida, y que sólo se la debo enseñar a aquellos que quieran compartir su contenido conmigo y puedan o quieran entenderme.

Debemos pensar que unas letras quedan eternamente recogidas en un papel, para que alguien las pueda leer en algún momento, como las fotografías que recogen a través de imágenes, instantes congelados que se asocian en el espacio/tiempo en una realidad.

Ambos quedan ahí para siempre, y nunca olvidados, para que un lector u observador, los lea o mire, y le sugiera algo; y pueda pensar en ti si te ha conocido, o en quien sabe qué, si sólo eres un relato o un flash ajeno puesto delante de su vista. Su color sepia que va adquiriendo, le da más valor, no por su deterioro, sino por su permanencia en tu tiempo, porque si está ahí y tu lo has mantenido, es porque has querido que existiera.

Cierro esa cajita y me apresuro a guardarla otra vez con el mismo orden desordenado que tenía. Todo está en su sitio, donde tiene que estar, todavía puedo incorporar más cosas, tengo sitio; me encuentro contento y satisfecho y miro hacia adelante con mi pluma en la mano y mi máquina colgada al cuello, y me enfrento a ese futuro todavía desconocido, buscando nuevas cosas que pueda añadir, y que se incorporen junto a mí, con la pátina del tiempo dentro de mi tesoro en sepia.

701,19 ₽
Возрастное ограничение:
0+
Объем:
271 стр. 2 иллюстрации
ISBN:
9788468560069
Издатель:
Правообладатель:
Bookwire
Формат скачивания:
epub, fb2, fb3, ios.epub, mobi, pdf, txt, zip

С этой книгой читают

Эксклюзив
Черновик
4,8
306