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El kundalinishakti

La palabra kundalini proviene de la raíz del sánscrito kundala, que denota “enroscado”. El kundalinishakti se encuentra a menudo personificado por Devi (la diosa Kundalini) o antropomorfizado como una víbora enroscada y durmiente. El kundalini emerge de dos formas, como un kundalini estructural y como el poder de la serpiente, la cual yace durmiente en la base de la espina dorsal.

El kundalini estructural es una función de organización que le permite a los cuerpos de energía y a los vehículos energéticos funcionar de manera sinérgica con los órganos del sistema humano de energía.

La energía de la serpiente enroscada en la base de la espina dorsal es el gran almacén de la energía descalificada en el sistema humano de energía. En realidad, la activación de esta energía latente es uno de los logros más significativos del trabajo de energía.

Cuando se ha estimulado la energía de la serpiente y ésta comienza a ascender a través del meridiano regulador shushumna (el principal meridiano masculino), se incrementará la conciencia, la energía descalificada recargará el sistema de energía y la conciencia surgirá exclusivamente por medio de las mentes superior e inferior.

Percibir la energía descalificada

La mayoría de las personas no perciben la presencia de la energía descalificada en sus vidas aun cuando la vitalidad, la alegría incondicional y la creatividad son signos de su presencia. Hay ejemplos, sin embargo, en que la presencia

de la energía descalificada es imposible de negar (aunque ésta puede ser mal interpretada); éstos incluyen la intimidad sexual, la catarsis, la profunda meditación y el sueño lúcido. Estas experiencias van acompañadas casi siempre de una profunda sensación de tranquilidad, casi como “la tranquilidad que rebasa todo entendimiento”, descrita por Jesús de Nazaret, y/o la experiencia de intimidad y unión experimentada durante la meditación yogística o tántrica. Desafortunadamente, estas experiencias son poco frecuentes y la mayoría de las personas logran percibir la energía descalificada sólo después de que ésta ha interactuado con el equipaje kármico ya presente en su campo de energía.

Cuando existe una excesiva cantidad de equipaje kármico en nuestro campo de energía, la energía descalificada se reflejará en su superficie y la fricción o frotamiento causado por la interacción ocasionará una sensación de calor. Cuando existe una menor cantidad de energía calificada, o ésta es menos densa, entonces la interacción de la energía descalificada con la energía calificada producirá una sensación de resplandor que puede ser muy agradable. Este tipo de experiencias tiende a ser breve o mal interpretado, lo que explica por qué la energía descalificada rara vez es apreciada por lo que es o se le da la importancia que merece.

Cambiar tu orientación

Para poder vencer al equipaje kármico, es muy importante estar orientado adecuadamente dentro del espacio corporal individual. Estar orientado adecuadamente no significa cambiar tu posición física sino cambiar tu percepción de la mente individual y el ego a las mentes superior e inferior. Al cambiar tu orientación te adentras en un campo de actividad confiable fuera del tiempo líneosecuencial que trasciende funcionalmente (o se mantiene afuera) al universo de la energía calificada (maya) y es, por lo tanto, inmune a la influencia o a los efectos del equipaje kármico.

Existen tres campos de actividad en donde el maya pierde su influencia y donde se puede accesar confiadamente a la energía descalificada. El primero es el punto del tamaño del pulgar que se localiza a la derecha del chakra del corazón, en donde la energía descalificada emerge junto con el atman. La energía descalificada es la más difícil de accesar desde el atman (el tercer corazón) por dos razones: primero, el punto donde emerge el atman se encuentra generalmente cubierto por capas de sedimento kármico y, segundo, el prana que emerge se disemina casi de inmediato a través del sistema humano de energía.

Por fortuna, a la energía descalificada se puede acceder de otras dos maneras. El prana ingresa en el sistema humano de energía con cada inhalación. Al separar la respiración del Yo, es posible separar la conciencia de la mente individual y del ego. Una vez que esto se ha llevado a cabo, es posible centrar la conciencia en la acumulación de prana que ingresa con cada inhalación. Sin embargo, debe hacerse de manera inmediata, antes de que el prana se disipe por medio de los órganos del sistema humano de energía, los chakras, las auras y los meridianos.

Tal como lo han descubierto los estudiantes poco experimentados, el dominar esta técnica puede resultar difícil, pues se requiere de una cierta cantidad de discernimiento (discernimiento es la capacidad de percibir el tono de la energía descalificada y las cualidades de los subcampos calificados). Si no se ha desarrollado el discernimiento, la acumulación de prana se disipará a través del sistema de energía antes de poder centrarse en él.

La tercera técnica, la activación de la parte posterior del chakra del corazón, es la más atractiva para los estudiantes poco experimentados y nuevos en el trabajo de la energía. En esta técnica, simplemente debemos activar la parte posterior del chakra del corazón y permanecer centrados en la energía descalificada que emerge de éste. Aun sin ser muy experimentados, resulta sorprendentemente fácil dominar esta técnica si se siguen las siguientes instrucciones.

Reorientándote a ti mismo

Cada chakra posee dos polos, uno femenino al frente del chakra y uno masculino en la parte posterior. En este ejercicio, activarás el polo masculino del chakra del corazón. Se ha seleccionado el polo masculino porque es más estable que el polo femenino, lo que significa que es menos reactivo a los subcampos calificados y a las proyecciones.

Para reorientarte en el espacio corporal individual comenzarás con el “método estándar”, el cual se utilizará a lo largo de este libro para relajar y equilibrar la actividad mental consciente e inconsciente.

Para comenzar, busca una posición cómoda con tu espalda erguida. Cuando estés cómodo, comienza a respirar yogísticamente. Sigue respirando por aproximadamente cinco minutos y después, lentamente, cuenta hacia atrás del cinco al uno. Mientras cuentas de manera regresiva, repite y visualiza mentalmente cada número tres veces para ti mismo. Tómate tu tiempo y deja que tu mente sea tan creativa como quiera.

Al llegar al número uno, repite para ti mismo esta afirmación: “Ahora me encuentro profundamente relajado y me siento mucho mejor que antes”. Sigue respirando yogísticamente y vuelve a contar hacia atrás, pero esta vez comenzando por el número diez. Exhala mientras repites mentalmente “diez”. Luego inhala de nuevo profundamente y, mientras exhalas, repite mentalmente “nueve”. Continúa de esta manera hasta que llegues al número uno. Luego afirma:“Cada vez que llego a este nivel mental, puedo usar mi mente de una manera más creativa”.

En muchos de los casos, la tensión física que se encuentra almacenada dentro de los músculos evitará el libre flujo del prana a través del sistema humano de energía, particularmente en el chakra del corazón. El concepto taoísta del yin-yang nos explica que cada acción posee una reacción idéntica y opuesta, por lo tanto, para poder relajarte y soltarte, debes tensionar y contraer.

Para liberar la tensión de los músculos, comenzarás por inhalar y contraer los músculos de tus pies lo más que puedas. Aguanta la respiración durante tres segundos; después suéltala y permite que los músculos de tus pies se relajen. Vuelve a inhalar profundamente y repite el proceso con tus tobillos y pantorrillas. Procede de la misma manera con tus muslos, nalgas, pelvis, la parte media y superior de tu abdomen, pecho y hombros, cuello, brazos y manos. Después que hayas aislado y relajado todas estas partes del cuerpo, aprieta los músculos de tu rostro y aguanta la respiración durante tres segundos, enseguida relaja los músculos y exhala. A continuación abre tu boca, saca la lengua y con trae los músculos de tu rostro lo más que puedas. Aguanta la respiración durante tres segundos, después relaja los músculos y exhala.

Para completar el método estándar, contrae los músculos de todo el cuerpo (esta vez apretando los músculos de tu rostro) y aguanta la respiración. Después de tres segundos, suelta el aire por la nariz y relájate.

Ahora que ya estás relajado y que has equilibrado la actividad mental consciente e inconsciente, puedes proceder a activar la parte posterior del chakra del corazón. Se ha elegido al chakra del corazón puesto que éste es el centro de la conciencia humana así como una fuente confiable de energía descalificada.

La parte posterior del chakra del corazón emerge desde una posición que corresponde en el espacio corporal individual a la vértebra superior torácica que se localiza directamente por detrás del centro del esternón. Utilizaremos esta intención para activar la parte posterior del chakra en lugar de cualquier ritual o método menos directo como la visualización pues en el trabajo de energía avanzado (como el que se realiza para eliminar el sedimento kármico y reunir y reintegrar los cuerpos de energía) es necesario trabajar directamente sobre el sistema de energía. De hecho, los métodos indirectos no producirán los efectos deseados, ya que éstos emergen de la mente individual y del ego.

Cabe anotar que se utiliza la intención en vez de la voluntad y/o el deseo propios porque éstos se encuentran generalmente atrapados dentro de la mente individual y del ego. Hasta que te vuelvas consciente de tu unión previa con el Yo, éstos no podrán ser utilizados para activar los órganos del sistema humano de energía.

Cuando estés listo para activar la parte posterior de tu chakra del corazón, afirma: “Es mi intención activar la parte posterior del chakra de mi corazón”. Confirma tu intención en un tono de voz normal, sin dudar ni esforzarte. En unos momentos sentirás que la parte posterior del corazón comenzará a resplandecer o a vibrar mientras aumenta el nivel del prana que emerge de éste. Al resistir el impulso de dejarte llevar, descubrirás que los pensamientos dejan de surgir o que, al menos, dejan de afectarte y que el prana se irradia a través de todo tu sistema de energía.

Una vez que el chakra se ha activado, tómate cinco minutos para disfrutar del cambio en la conciencia. Cuenta del uno al cinco, al llegar al número cinco, abre tus ojos. Te sentirás completamente despierto, perfectamente relajado y mejor que antes.

Concéntrate en la parte posterior del chakra del corazón

Después de que hayas activado la parte posterior del chakra del corazón, el siguiente paso es concentrarte en ese punto. Al concentrarte en la parte posterior del chakra de tu corazón, tu conciencia emergerá desde las mentes superior e inferior y no desde la mente individual y el ego.

Para que logres concentrarte en la parte posterior del chakra de tu corazón, busca una posición cómoda con tu espalda erguida. Después utiliza el método estándar para relajar y equilibrar la actividad mental consciente e inconsciente. Cuando estés listo para proseguir, afirma: “Es mi intención activar la parte posterior del chakra de mi corazón”. A continuación afirma: “Es mi intención concentrarme en la parte posterior del chakra de mi corazón”.

Una vez que te hayas concentrado en la parte posterior del chakra de tu corazón, percibirás que los pensamientos dejan de surgir o que, al menos, dejan de agobiarte. Además, experimentarás una creciente sensación de ligereza acompañada de una elevada sensación de bienestar. Puedes acentuar estos efectos afirmando: “Es mi intención emerger desde la parte posterior del chakra de mi corazón”. Al emerger desde la parte posterior del chakra de tu corazón te harás más consciente del cambio que se ha llevado a cabo ahora que te has concentrado en las mentes superior e inferior.

Mantente concentrado en la parte posterior del chakra de tu corazón durante quince minutos y resiste la tentación de dejarte llevar o de seguir el movimiento de las olas o de los campos energéticos. Sólo la energía kármica se mueve en forma de olas o campos y si te permites distraerte por el movimiento de la energía calificada, tu centro de conciencia regresará a la mente individual y al ego.

Después de quince minutos, puedes regresar a la conciencia normal contando del uno al cinco. Al llegar al número cinco, abre tus ojos. Te sentirás completamente despierto, perfectamente relajado y mejor que antes.

Capítulo cuatro

Hasta los Dioses envidian a los santos, a quienes los sentidos obedecen como bien entrenados caballos y quienes están libres de orgullo. Pacientes como la tierra, se mantienen en pie como el umbral de una puerta y libres del ciclo del nacer y morir.

—Dhammapada, 7:94-5.

Fortalecer tus fronteras

A fin de deshacerte del equipaje kármico y de los apegos que éste genera, es primordial que fortalezcas tus fronteras en los mundos y las dimensiones de las mentes superior e inferior, en el mundo de los chakras y en los niveles esplénicos. Las fronteras juegan un papel decisivo en la eliminación del karma evitando que las proyecciones de energía calificada ingresen en el espacio individual (el espacio ocupado por los cuerpos de energía, los vehículos energéticos y el sistema humano de energía). Además, las poderosas demarcaciones son un prerrequisito en el trabajo de energía avanzado y para poder experimentar el placer, la intimidad, la alegría y la placidez que emergen del Yo a través de las mentes superior e inferior.

Las fronteras existen en todos los mundos y en todas las dimensiones. En el microcosmos existen tres tipos de fronteras que salvaguardan al campo humano de energía y a los órganos, a los cuerpos de energía y a los vehículos energéticos que ahí se encuentran contenidos. Estas fronteras no son arquetipos, ni metáforas o estructuras psicológicas. Son estructuras que existen en el tiempo-espacio. Por lo tanto, realizan actividades esenciales en el campo humano de energía.

Todas las fronteras están compuestas de prana en estado sólido y funcionan de acuerdo con principios determinados (véase herméticos, capítulo seis). Éstas pueden ser influidas por las mentes superior e inferior y por la energía descalificada (prana); sin embargo, no pueden verse directamente influidas por la energía calificada y/o por la mente individual y el ego. Esto significa que las proyecciones de la energía calificada no puede dañarlas, aun cuando su habilidad para funcionar puede verse afectada si existe un excesivo apego hacia la mente individual y el ego o si ha habido una violenta intrusión de la energía calificada en el microcosmos.

Los tres grupos de fronteras que examinaremos son la superficie del espacio corporal individual, la frontera apránica que rodea a las mentes superior e inferior (para saber más acerca del aprana, consulta el capítulo catorce) y las superficies de los campos áuricos.

La superficie del propio espacio corporal

El espacio corporal individual es el espacio, en cada mundo y dimensión, que corresponde al espacio ocupado por el cuerpo físicomaterial. En los mundos de las mentes superior e inferior (sus funciones y aspectos, el mundo de los chakras y los niveles esplénicos), este espacio se encuentra ocupado por un cuerpo de energía o por un vehículo energético.

La superficie del espacio corporal individual en un mundo y dimensión en particular, se mantiene fuerte y firme y resistirá la intrusión de la energía calificada mientras el cuerpo de energía o el vehículo energético correspondiente permanezca fijo en su posición (verticalmente integrado).

Si nos apegamos a la mente individual y al ego, la energía kármica comenzará a acumularse alrededor del espacio corporal individual. Una vez que se ha acumulado una excesiva cantidad de equipaje kármico o que se ha desequilibrado o expulsado el vehículo energético del espacio corporal individual debido al estrés, a una conmoción o un trauma, será necesario recuperar y reintegrar el cuerpo de energía y/o el vehículo energético y eliminar el sedimento kármico que lo ha desplazado.

Si el aprana se encuentra activo, emergerá de la frontera apránica y servirá de apoyo a la superficie del espacio corporal individual al mantener el área que lo rodea libre de una excesiva acumulación de equipaje kármico.

La frontera apránica

La frontera apránica es un campo de actividad que rodea al espacio corporal individual a una distancia de ocho pulgadas (20 centímetros) en los mundos y dimensiones de las mentes superior e inferior. El aprana (una forma de energía descalificada) emerge desde la frontera apránica y posee una polaridad femenina, lo que significa que éste se mueve hacia el espacio corporal individual. Si se encuentra activo y su movimiento no se encuentra obstruido, mantendrá la superficie del espacio corporal individual libre de sedimento kármico y protegerá la integridad del campo humano de energía. Al estar libres de sedimento kármico, los cuerpos de energía permanecerán fijos en su posición y los chakras —particularmente los nueve chakras que se encuentran dentro del espacio corporal individual— irradiarán prana libremente a través del sistema humano de energía y de los campos áuricos que los rodean.

La superficie de los campos áuricos

Las fronteras de la superficie que rodea a los campos áuricos en los mundos y dimensiones de las mentes superior e inferior, al mundo de los chakras, a los niveles esplénicos y a las funciones y aspectos de la mente, se compenetran entre sí y se extienden hacia el exterior desde la superficie del espacio corporal individual en sus respectivos mundos y dimensiones.

Como extensiones del campo humano de energía, las superfi cies de los campos áuricos son la defensa más efectiva del sistema de energía contra las intrusiones de una densa energía calificada prove niente del ambiente externo. Para salvaguardar al campo humano de energía contra las intrusiones (la principal causa del sufrimiento humano), estas fronteras deben permanecer fuertes y firmes. Desafortunadamente, debido a la excesiva acumulación de energía kármica dentro del campo humano de energía, la mayoría de las personas han mantenido enormemente debilitada la superficie de sus campos áuricos.

Para fortalecer las fronteras áuricas, debemos comenzar por responsabilizarnos totalmente de nuestro bienestar y de nuestro desarrollo espiritual a pesar del costo personal. Entonces, debemos integrar nuestra voluntad (que ha sido fragmentada por el apego a la mente individual y al ego) con la voluntad del Yo (atman) en el núcleo de nuestro ser.

En este capítulo se presenta una detallada descripción de la estructura y funcionamiento de los campos áuricos y, en particular, de las fronteras que los rodean. Además, he incluido también una lista de tres compromisos. Si eliges llevar a cabo estos compromisos, y mantenerlos, integrarás tu voluntad con la voluntad del Yo y fortalecerás por siempre tus fronteras áuricas. De hecho, por esta simple acción, aumentarás dramáticamente el flujo de prana a través de tu campo de energía. Esto, a su vez, aumentará tus niveles de placer, de alegría, de poder personal y de paz interior.

En capítulos posteriores aprenderás a fortalecer y proteger la superficie del espacio corporal individual y la frontera apránica activando, en primer lugar, el aprana y recuperando y, después, reintegrando tus cuerpos de energía y tus vehículos energéticos.

Los campos áuricos

En cada dimensión, los campos áuricos funcionan como reservas de energía descalificada (el prana, el aprana y el kundalini-shakti) y como fronteras que separan a tu ambiente interno, en cada mundo y dimensión, del ambiente externo.

Para que el sistema humano de energía funcione dentro de los parámetros saludables, las auras en cada dimensión deben ser fuertes, firmes y estar libres de la excesiva acumulación de sedimento kármico. Además, las cavidades internas que están rodeadas y protegidas por las fronteras de la superficie, deben mantener un adecuado abastecimiento de energía descalificada.

Desde la superficie del espacio corporal individual en cada dimensión, el campo áurico se extiende en todas direcciones, desde aproximadamente dos pulgadas (cinco centímetros) hasta más de 26 pies (ocho metros). Puesto que los campos áuricos son estructuras flexibles, confor me una persona se desarrolla espirtualmente eliminando equipaje kármico, recuperando y reintegrando los cuerpos de energía y los vehículos energéticos y activando el sistema humano de energía, las auras crecerán más y las fronteras que los rodean se ampliarán y se harán más tirantes, como la superficie de un globo completamente inflado. En un ser humano espiritualmente desarrollado los campos áuricos pueden crecer bastante y extenderse más allá del límite normal de 26 pies (ocho metros).

La estructura del campo áurico

El campo áurico en cada mundo y dimensión, está compuesto de una cavidad interna y de una delgada delimitación de la superficie que lo rodea y que le da su característica forma ovoide. La cavidad interior del aura se encuentra definida en su interior por la superficie del espacio corporal individual y, en su exterior, por la superficie del campo áurico. Esta cavidad sellada se mantiene bajo presión, la cual se regula por medio de los esfuerzos conjuntos de las fronteras de la superficie, de los chakras primero y séptimo y de los centros inferiores de energía en las manos y los pies.

Las superficies de las auras poseen una estructura interna que está compuesta de un incontable número de fibras luminiscentes que se entrecruzan en toda dirección imaginable. Esto hace que las fronteras de la superficie sean porosas, lo suficientemente flexibles para expandirse a lo largo de toda su superficie y extremadamente fuertes.

Aunque la frontera áurica separa al ambiente interno del ambiente externo, es posible que la energía calificada se introduzca a través de la superficie del aura hasta el campo áurico, particularmente si el aura es débil. La energía invasora puede entonces acumularse en forma de sedimento kármico y formar parte del equipaje kármico que cargamos de una vida a otra. Puesto que la excesiva acumulación de equipaje kármico puede alterar la salud y el bienestar, es primordial que la superficie de los campos áuricos se mantenga saludable.

La función de los campos áuricos

Los campos áuricos realizan varias funciones importantes que ayudan a mantener la salud, el equilibrio y el bienestar del campo humano de energía.

En su función más importante, las auras, junto con sus cuerpos de energía y sus vehículos energéticos correspondientes, funcionan como vehículos de conciencia y de autoexpresión. Sin las auras, ni el Yo ni las mentes superior e inferior serían capaces de expresarse o de participar plenamente dentro del universo fenoménico.

Las auras sirven también como reservas de energía descalificada que los grupos de cuerpos de energía y los vehículos energéticos pueden utilizar en los momentos de necesidad. Al extender el microcosmos en cada dimensión más allá de las fronteras del espacio corporal individual, los campos áuricos ofrecen también un lugar complementario para que las emociones que emergen de los chakras sean desarrolladas, expresadas y analizadas.

A través de una combinación de estructura y funcionamiento, las fronteras áuricas protegen al campo humano de energía de las intrusiones de energía calificada.Además, éstas funcionan como sensores que nos permiten registrar o percibir el impacto de las energías calificada y descalificada en el sistema humano de energía. Las auras llevan a cabo esta función transfiriendo las impresiones desde la superficie de las auras hasta los núcleos de la conciencia, dentro del espacio corporal individual, en donde pueden ser procesadas. Las impresiones se crean cuando la energía interactúa con la frontera áurica y provoca una resonancia favorable. El proceso se puede comparar con la forma en que la cuerda de un violín, al ser tocada con los dedos, produce una resonancia favorable en otro violín que se encuentra próximo. La difícil relación entre el campo áurico y la energía que interactúa con éste, hace posible que percibamos las sutiles atmósferas que nos rodean y distinguir la cualidad y la cantidad de energía (ya sea calificada o descalificada) que realiza una impresión sobre la superficie de nuestro campo áurico.

En su función concluyente, los campos áuricos juegan un papel primordial en la liberación de toxinas del campo humano de energía. Las auras llevan a cabo esta tarea de manera continua mientras que los glóbulos de energía calificada que emergen del sistema humano de energía se diseminan por medio de la superficie de las auras hacia el interior del ambiente externo.

Lo que debilita la superficie de las auras

Aunque las auras son notablemente poderosas, la mayoría de los seres humanos han visto debilitadas sus fronteras áuricas por el estrés, la conmoción y el trauma provocados por la intrusión de una densa energía calificada al interior del campo humano de energía. El incipiente debilitamiento, en vez de ser visto como síntoma de un problema más profundo y ser resuelto, muy a menudo se ve agudizado por la introducción de seres no físicos hacia el interior del campo humano de energía.

Por desgracia, muchas de las actividades que facilitan la entrada de seres no físicos al interior del campo humano de energía han sido aceptadas por todas las religiones del mundo, por los practicantes ortodoxos de la salud y por los practicantes de la nueva era. Muchas de ellas, en realidad, poseen una larga tradición y fueron aceptadas incluso por nuestros ancestros, quienes se adhirieron a la casi universal práctica del chamanismo.

Las actividades a las que me refiero tienen que ver con el canalizar y/o invocar a seres no físicos, como dioses y ángeles, gnomos, guías espirituales, seres humanos que han fallecido, maestros celestiales, espíritus o animales poderosos en busca de orientación, consuelo y/o sustento.

Existen diversas formas de vida en las dimensiones no físicas; sin embargo, lo único que tienen en común es su tendencia a desestabilizar las funciones del sistema humano de energía y a debilitar las fronteras si se les ha permitido, de manera activa o pasiva, a ingresar al interior del campo humano de energía.

Teniendo esto en mente, debemos dedicar un momento a pensar en la creencia ampliamente aceptada, tanto en Oriente como en Occidente, de que algunos seres no físicos son benévolos y que no poseen una voluntad propia, un ego ni una agenda personal. Esta creencia, que tiene su origen entre los antiguos hebreos —y que es aceptada por el judaísmo, el cristianismo y el islamismo— no es universalmente aceptada. Las cosmologías hinduistas, yogísticas y tántricas aceptan el antiguo principio yogístico de la correspondencia que afirma: “Sea lo de abajo igual que lo de arriba; sea lo de arriba igual que lo de abajo”. Asimismo, reconocen que los seres no físicos, al igual que sus contrapartes humanas, poseen una mente individual y un ego así como una agenda personal que busca el beneficio propio y que se encuentra orientada hacia la autopreservación. De hecho, el hinduismo nos enseña que los dioses son seres humanos que ascendieron a estas oficinas o puestos debido al buen karma que han acumulado. Después de muchas encarnaciones; sin embargo, estos ocupantes de los cargos inevitablemente agotan su buen karma y, una vez más, deben encarnar en la tierra.

La única excepción a esta regla son los jivamuktis,“seres humanos iluminados”; los bodhisattvas, “maestros nacidos en unión con el atman” y el avatar, “la conciencia universal en forma humana”, que poseen cuerpos físicomateriales pero que permanecen concentrados en la conciencia universal y separados de la mente individual y del ego.

La metáfora bíblica de Lucifer y de los ángeles caídos también resulta instructiva cuando se trata de los seres no físicos (entidades), de la voluntad libre y de la influencia de la mente individual y del ego. Lucifer, quien permaneció junto al trono de Jehová, al igual que una tercera parte de las entidades del paraíso (las dimensiones superiores) no estaba dispuesto a entregar su propia voluntad a la voluntad de la conciencia universal (el atman). Como consecuencia, Lucifer y sus seguidores cayeron metafóricamente, separándose de la conciencia universal. A pesar de su condición de caídos, éstos aún aspiran a recibir los beneficios de la unión con el atman sin aceptar las condiciones que eran —y siguen siendo— el desapego a la mente individual y al ego y la entrega a la conciencia universal. El yoga, al igual que el tantra, el jainismo y el budismo, establecen muy claramente que si no se cumplen estas dos condiciones, la unión con la conciencia universal resulta imposible.

La solución que estas entidades y todos los seres invasores no físicos han elegido a su dilema personal, es buscar una fuente independiente de éxtasis y de prana y permanecer lo más cerca posible de ella. Su deseo de permanecer cerca de la fuente de éxtasis y prana de la cual puedan alimentarse, explica el por qué los seres no físicos eligen interactuar con los seres humanos. También explica el por qué se encuentra la mayor densidad de equipaje kármico alrededor de las fuentes de prana, del campo humano de energía, de los tres corazones, de los chakras y de los centros menores de energía en las manos y los pies.

Ciertamente, para poder eliminar el equipaje kármico y volver a experimentar la unión con la conciencia universal, es primordial evitar que los subcampos calificados (que son principalmente seres no físicos vestidos de energía calificada) ingresen o permanezcan en tu campo de energía. La manera más efectiva de lograrlo, es negarle a los seres no físicos el derecho de admisión a tu campo de energía revocando su permiso para ingresar o permanecer en tu ambiente interno.

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9781939048042
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