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Cuadro 6.2
El uso que hace Mateo de Marcos

Según las teorías de fuente dominantes, Mateo conserva alrededor del noventa por ciento de las historias y pasajes que se encuentran en el Evangelio de Marcos, pero él edita este material de acuerdo a ciertos principios. Estudiar estos cambios editoriales es el trabajo de los críticos de la redacción (véase «La crítica de la redacción» en el capítulo 3).

Organización

Selecciones del material marcano se trasladan.

Ejemplos:

•Cinco historias de milagros se trasladan a Mateo 8-9, donde ocurren otras historias de milagros.

•El encargo misionero a los discípulos se relata inmediatamente después de que se seleccionan los discípulos (Mt. 10:1-42; cf. Mr. 3:14-19; 6:7-13).

Abreviación

Se cortan detalles o personajes que no son inmediatamente pertinentes.

Ejemplos:

•Las cadenas y el comportamiento del endemoniado (Mt. 8:28; cf. Mr. 5:2-5)

•La remoción del techo para el paralítico (Mt. 9:2; cf. Mr. 2:2-5)

•La multitud y los discípulos en la historia de la curación de la mujer (Mt. 9:20-22; cf. Mr. 5:24b-34)

Sofisticación

Expresiones casuales o coloquiales se reescriben con el griego más pulido de la clase educada.

Ejemplos:

•Se cambia el tiempo «presente histórico» en muchas ocasiones (130 de 151).

•Se reduce el uso repetido de Marcos de palabras como «y» e «inmediatamente».

•Se dan antecedentes claros a los pronombres que carecen de ellos.

Exactitud

Se corrigen los casos de exactitud cuestionable.

Ejemplos:

•»El rey Herodes» (Mr. 6:14) se convierte en «Herodes el tetrarca» (Mt. 14:1).

•Se omite la referencia a Abiatar como sumo sacerdote de Marcos 2:26 (Mt. 12:4; cf. 1 S. 21:1-6).

Pertinencia contextual

Algunos cambios hacen que lo relatado sea más pertinente para la comunidad de Mateo.

Ejemplos:

•Mateo omite la explicación de Marcos de las costumbres judías (Mt. 15:1-2; cf. Mr. 7:3-4) porque él escribe para cristianos que son judíos étnicos o que están bien familiarizados con la tradición judía.

•Mateo reemplaza frecuentemente la frase «reino de Dios» con «reino de los cielos» (p. ej., Mt. 4:17; cf. Mr. 1:15) porque algunos judíos trataban de evitar decir «Dios» por respeto a la santidad del nombre de Dios.

•Donde Marcos usa «pueblo» (kōmē), Mateo frecuentemente usa «ciudad» (polis) porque él escribe para una comunidad urbana, retirada de los ambientes rurales.

•Mateo agrega «plata» y «oro» al mandato de Jesús a los discípulos de que no llevaran «cobre» con ellos en sus viajes (Mt. 10:9; cf. Mr. 6:8) porque él le escribe a una comunidad más próspera para la que la renuncia al «cobre» podría parecer insignificante.

Descripción de los personajes

Mateo cambia la forma en la que se presentan los personajes principales en la historia del evangelio. Incluso Jesús, sus discípulos y los líderes religiosos de Israel.

Jesús

•Se omiten las preguntas que podrían implicar falta de conocimiento por parte de Jesús (Mr. 5:9, 30; 6:38; 8:23; 9:12, 16, 21, 33; 10:3; 14:14).

•Se modifican las declaraciones que podrían implicar falta de habilidad o autoridad por parte de Jesús (cf. Mt. 13:58 con Mr. 6:5).

•Se reducen las referencias de Jesús cuando exhibe emociones humanas: lástima (Mr. 1:41), ira (Mr. 3:5), tristeza (Mr. 3.5), admiración (Mr. 6:6), indignación (Mr. 10:14), amor (Mr. 10:21).

•Se omiten las historias que podrían parecer que presentan a Jesús como mago (Mr. 7:31-37; 8:22-26).

Los discípulos de Jesús

•»No tienen fe» se cambia a «poca fe» (cf. Mt. 8:26 con Mr. 4:40).

•El tema de no entender a Jesús se ajusta de manera que los discípulos son simplemente lentos para entender (cf. Mt. 16:12 con Mr. 8:21; Mt. 17:9-13 con Mr. 9:9-13).

•La ambición impropia se le atribuye a la madre de Jacobo y Juan y no a los discípulos en sí (cf. Mt. 20:20 con Mr. 10:35).

•A las historias que se tomaron de Marcos se agregan referencias a los discípulos que «adoran» a Jesús y lo llaman «Señor» o «Hijo de Dios» (cf. Mt. 14:32-33 con Mr. 6:51-52).

Los líderes religiosos de Israel

•Al escriba que Jesús elogia en Marcos (12:28-34) se le describe en Mateo como oponente que pone a Jesús a prueba (22:34-40).

•A los líderes religiosos amigables como Jairo y José de Arimatea ya no se les identifica como líderes en Mateo (cf. Mt. 9:18 con Mr. 5:22; Mt. 27:57 con Mr. 15:43).

De esa manera, nuestro reconocimiento de lo que es característico de Mateo puede beneficiarse al tomar nota de lo que se encuentra solamente en su Evangelio y también al observar la forma en que Mateo, aparentemente, ha alterado el material que se ha tomado de Marcos. Además, los eruditos frecuentemente observan que la misma estructura del Evangelio de Mateo es característica. Mateo exhibe una tendencia a las fórmulas estereotípicas y a los patrones organizacionales. En todo su Evangelio hace uso de una «cita de cumplimiento» para indicar que algo de la historia de Jesús «sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta» (véase 1:22-23; 2:15, 17-18, 23; 4:14-16; 8:17; 12:17-21; 13:35; 21:4-5; 27:9-10; si se agrega 2:5-6 y 13:14-15 a este listado, la mención de cumplimiento puede decirse que aparece doce veces). Jesús también da cinco grandes discursos en Mateo, y a cada uno le sigue una fórmula de transición (7:28; 11:1; 13:53; 19:1; 26:1); algunos eruditos han pensado que Mateo hace esto porque los judíos usualmente consideraban la Torá como «los cinco libros de Moisés», y él quería proporcionar un paralelo cristiano al ofrecer cinco libros (discursos) de Jesús. Mateo tiene una predilección por las tríadas, organizar el material en grupos de tres. Por ejemplo, las historias de milagros de los capítulos 8-9 caen en tres grupos de tres milagros, cada uno seguido de una enseñanza sobre el discipulado (8:1-17; 8:23-9:7; 9:18-24). En efecto, el bosquejo básico de toda la historia del Evangelio parece que está dividido en tres partes principales, y la segunda y tercera partes se introducen con otra fórmula: «Desde entonces, comenzó Jesús…» (4:17; 16:21). La primera parte (1:1-4:16) es una introducción, y presenta historias que ayudan a identificar quién es Jesús; la segunda parte (4:17-16:20) cuenta la historia del ministerio de Jesús a Israel; la tercera parte (16:21-28:20) trata de su viaje a Jerusalén y posterior pasión y resurrección.

pasión: en la teología cristiana, término para el sufrimiento y muerte de Jesucristo.

Cuadro 6.3
La presencia de Dios en el Evangelio de Mateo
Dios está presente en Jesús

•Cuando Jesús nace: «Emanuel» = «Dios con nosotros» (1:23)

•Se adora a Jesús (2:11; 9:18; 14:33; 15:25; 20:20; 28:9, 17)

Jesús está presente en la iglesia

•Con los niños pequeños, que son los más grandes en el reino (18:5)

•Con la gente que se reúne en su nombre a orar (18:20)

•Con los miembros necesitados de su familia espiritual (25:37-40)

•Con los que reciben pan y vino en su nombre (26:26-28)

•Con gente que bautiza, enseña y hace discípulos (28:19-20)

La iglesia está presente en el mundo

•Sal de la tierra y luz del mundo (5:13-14)

•Ovejas en medio de lobos (10:16)

•Las puertas del reino de la muerte no prevalecerán (16:18)

•Hace discípulos de todas las naciones (28:19)

Jesús dice a sus seguidores: «Quien los recibe a ustedes me recibe a mí; y quien me recibe a mí recibe al que me envió» (Mt. 10:40).

Los temas principales del Evangelio de Mateo
La presencia permanente de Dios

El Evangelio de Mateo hace énfasis en que Dios tiene que llegar a morar con el pueblo de Dios, y que los simples seres humanos ahora pueden experimentar la realidad transformadora de la presencia de Dios en sus vidas. Por supuesto, en cierto sentido, Dios no está presente en la tierra, sino que está en el cielo. Mateo no ha abandonado esa afirmación tradicional (6:9; 23:22), pero este Evangelio está más interesado en explorar las formas en las que Dios está presente en la tierra. Responde la pregunta «¿Dónde está Dios?» con una serie de tres proposiciones (véase el cuadro 6.3). En primer lugar, según el Evangelio de Mateo, Dios está presente en Jesús. Esto puede no parecer una afirmación radical, ya que la gente judía habría reconocido que Dios había estado presente en muchas buenas personas a lo largo de la historia: Moisés, David, una multitud de profetas, y hasta en ciertos gentiles como Ciro de Persia. Pero Mateo simplemente no quiere decir que Jesús era un agente de Dios o que Dios obraba a través de él; más bien, Mateo piensa que cuando Jesús nació, Dios entró al mundo como nunca antes: Dios ahora estaba «con nosotros» (con Israel o, tal vez, con la humanidad) en un sentido sin precedentes (1:23). De hecho, Mateo cree que es apropiado que la gente adore a Jesús. Como adulto, Jesús afirma la enseñanza tradicional de que uno no debe adorar (proskynein) a ninguna entidad, aparte del Señor Dios (4:10; cf. Dt. 6:13), pero ocho veces en este Evangelio la gente adora a Jesús y no se le reprende por eso (2:11; 8:2; 9:18; 14:33; 15:25; 20:20; 28:9; 28:17; véase también 21:15-16). Parece indicar que Dios está presente en Jesús, de una manera tal que adorar a Jesús cuenta como adorar a Dios.


Figura 6.2. El Sermón del Monte. Este fresco italiano del siglo XV representa a Jesús enseñando a sus discípulos en la cima de una montaña.

Esta afirmación de la presencia de Dios en Jesús pudo haber respondido la pregunta «¿Dónde está Dios?» para la gente que vivía cuando Jesús todavía estaba en la tierra, pero para los que vivieron después de la Pascua, la pregunta simplemente se transformaría a: «Si Dios está presente en Jesús, entonces ¿dónde está Jesús?». La respuesta de Mateo es que, en segundo lugar, Jesús está presente en la iglesia. Jesús dice en este Evangelio que él estará en medio de sus seguidores cuando se reúnan en su nombre para orar (18:20) y que estará con ellos cuando salgan al mundo a hacer discípulos (28:20; cf. 10:40). En efecto, el mundo será juzgado de acuerdo a cómo trata a los miembros de su familia, porque lo que se les ha hecho a ellos se le hace a él (25:40; cf. 10:41-42; 18:5).

La respuesta de Mateo a alguien que busca la presencia de Dios podría ser: «Vaya a la iglesia y allí encontrará al Dios que está presente en Jesús» (véase 10:40). Pero Mateo en realidad no espera que los interesados hagan eso. De allí, una tercera proposición: la iglesia está presente en el mundo. Para Mateo, la iglesia no es una institución estática sino más bien un movimiento dinámico, una asamblea de misioneros que salen al mundo como ovejas en medio de lobos (10:16) a llevar la buena noticia, curación y vida (10:7-8). Los seguidores de Jesús serán la luz del mundo y la sal de la tierra (5:13-14). El mundo quizá no los aprecie, pero será un mejor lugar debido a ellos. En efecto, la iglesia que Jesús edificará vencerá las puertas del Hades (16:18), y se desplazará triunfantemente en contra de las fuerzas de la muerte y del mal.

Hades: el inframundo, o lugar donde moran los muertos; en el Nuevo Testamento, a veces parece ser sinónimo del infierno.

Jesús como el Hijo de Dios

El Evangelio de Mateo le da un énfasis especial a la identidad de Jesús como el Hijo de Dios. Al igual que en Marcos, en Mateo Dios habla dos veces desde el cielo (en el bautismo de Jesús y en su transfiguración), y en ambas veces Dios llama a Jesús «mi Hijo» (3:17; 17:5; cf. 2:15). Pero Mateo se ha extendido en este tema al agregar una historia del nacimiento virginal, que presenta a Jesús como el Hijo de Dios en un sentido casi literal (1:18) y al incluir relatos de los discípulos que confiesan que Jesús es el Hijo de Dios (cf. Mt. 14:32-33 con Mr. 6:51-52; Mt. 16:16 con Mr. 8:29). Finalmente, la identidad de Jesús como Hijo de Dios en Mateo está estrechamente vinculada a la historia de su crucifixión. En una de sus parábolas, Jesús sugiere que la razón por la que sus enemigos quieren matarlo es que él es el Hijo de Dios (21:33-46) y, sin duda alguna, más adelante se le sentencia a morir por afirmar ser Hijo de Dios (26:63-66). En la cruz lo ridiculizan los oponentes que afirman que ese destino demuestra que él no es el Hijo de Dios (27:40, 43) pero, irónicamente, la forma de su muerte lleva a otros a confesar que él es, efectivamente, el Hijo de Dios (27:54).

transfiguración: el acontecimiento que se narra en los Evangelios sinópticos, en el que la apariencia física de Jesús se altera momentáneamente para permitirles a los discípulos un vistazo de su gloria celestial (Mt. 17:1-8; Mr. 9:2-8; Lc. 9:28-36).

Las enseñanzas de Jesús

El papel de Jesús como maestro judío o rabino es más prominente en el Evangelio de Mateo que en cualquier otro libro del Nuevo Testamento. En la mayor parte, esta enseñanza de Jesús se presenta en cinco bloques grandes de material, que constituyen cinco discursos de Jesús. Los eruditos se refieren a estos discursos con nombres distintos:

•El Sermón del Monte (caps. 5-7)—sobre el discipulado, la confianza en Dios y el comportamiento moral.

•El discurso misionero (cap. 10)—sobre la misión, la persecución y la fidelidad radical.

•El discurso de las parábolas (cap. 13)—sobre los misterios del reino de los cielos.

•El discurso de la comunidad (cap. 18)—sobre la vida de la iglesia, el perdón y la disciplina.

•El discurso escatológico (caps. 24-25)—sobre el fin de los tiempos, la segunda venida y el juicio final.

Los cinco discursos de Jesús son importantes, pero el Sermón del Monte recibe la mayor atención porque ofrece un compendio de las enseñanzas de Jesús que han sido sumamente influyentes. Allí es donde uno encuentra las Bienaventuranzas (5:3-12), la Regla de Oro (7:12), y el Padre Nuestro (6:9-13). Jesús insta a la gente a que «ponga la otra mejilla» y a que «lleve la carga dos kilómetros» (5:39, 41). Habla de los «lobos con piel de oveja» (7:15), de «servir a dos señores» (6:24), de hacer «tesoros en el cielo» (6:20) y de «lanzar perlas a los cerdos» (7:6). Estas y otras expresiones del Sermón del Monte se usan comúnmente incluso entre la gente que tiene poca o ninguna relación con el cristianismo.

El discipulado

La mayor parte de las enseñanzas de Jesús en el Evangelio de Mateo consiste de instrucciones en cuanto a cómo Dios quiere que la gente viva. Según Mateo, en el mundo después de la Pascua, una persona llega a ser discípula de Jesús al enseñársele a obedecer lo que Jesús ordenó (28:19-20). El Sermón del Monte, en particular, da un resumen de estos mandamientos de Jesús que deben enseñárseles a los discípulos (5:48), y semejante perfección se logra al guardar hasta el más pequeño de los mandamientos de Dios (5:18-19), en maneras que surgen de motivos sinceros (6:2-6, 16-18) y que reflejan la pureza interna, no solamente el cumplimiento externo (5:21-22, 27-28). En los círculos teológicos, mucho de la discusión de este sermón se enfoca en la pregunta de si es realista: ¿En realidad puede vivir así cualquier ser humano? Pero al autor del Evangelio de Mateo no le habría preocupado semejante pregunta. Para él, el punto es simplemente que Jesús ha descrito la ética del reino de Dios, y que quienes buscan el reino de Dios deben hacer todo lo posible para vivir de esta manera (6:33). En la medida que el reino se haya acercado (4:17), encontrarán algo de éxito, suficiente como para ser sal de la tierra y luz del mundo (5:13-16). Sin embargo, sus fracasos pueden ser recordatorios de que el reino todavía no está totalmente presente; ellos tienen que orar para que venga, a fin de que el gobierno de Dios en sus vidas pueda ser completo (6:7, 10). De esa manera, el Sermón del Monte presenta una ética en la que los cristianos deben vivir, esforzándose para vivir en el presente como están destinados a vivir en la eternidad (6:33).

Interpretación de las Escrituras

Según Mateo, es posible conocer las Escrituras en un sentido superficial, sin entenderlas verdaderamente. Hasta Satanás es capaz de citar las Escrituras, aunque con una intención perversa (4:6). Los líderes religiosos de Israel, de igual manera, poseen una comprensión académica de las Escrituras (2:3-6; 17:10; 19:7; 21:41-42), pero Jesús, repetidas veces los reprende por no conocer las Escrituras en un sentido más profundo (9:13; 12:3, 5, 7; 19:4; 21:16, 42; 22:29, 31, 43; 26:54). Lo importante es que la gente conozca la manera apropiada de interpretar las Escrituras. La atención de Mateo a este asunto es interesante para los eruditos bíblicos, porque el mismo Mateo no siempre interpreta las Escrituras de maneras que pasarían la prueba entre los expertos exegéticos de hoy día. Él cita versículos con poco interés en su contexto original, y a veces agrega o cambia palabras para sacar lo que cree que es el significado proyectado (véase, p. ej., 2:6, que se desarrolló de Mi. 5:2 y 2 S. 5:2, con las palabras «de ninguna manera» que Mateo le agregó a lo que los textos del Antiguo Testamento en realidad dicen). Para Mateo, la clave para interpretar las Escrituras está en el reconocimiento de que se cumplen en la vida y en las enseñanzas de Jesús (5:17). La revelación de Dios en Cristo arroja luz sobre las Escrituras y revela su verdadero significado y objetivo.

Atar y desatar

El Evangelio de Mateo muestra interés especial en ayudar a los seguidores de Jesús a abordar las preguntas del comportamiento moral. Por las otras fuentes sabemos que muchos asuntos de controversia surgieron en la iglesia primitiva. En particular, a medida que cada vez más gentiles adoptaron la fe, muchos cristianos llegaron a ver las leyes judías como arcaicas o irrelevantes. Sin embargo, en el Evangelio de Mateo, Jesús declara que todos los mandamientos de la Torá judía (incluso los secundarios) permanecerán en vigor «mientras existan el cielo y la tierra» (5:18). Eso parece lo suficientemente claro, pero entonces, en otra parte de Mateo, Jesús aparta ciertas regulaciones y afirma que los que insisten en su validez condenan al inocente (9:10-17; 12:1-7; 15:1-11). En un grupo de versículos que los eruditos llaman «las antítesis», repetidas veces él afirma su propio entendimiento de la voluntad de Dios, comparado con lo que la gente ha escuchado en la tradición judía (5:21-48). Entonces, ¿qué pasa? ¿Contradice él su propio principio?

antítesis: seis declaraciones de Jesús en Mateo 5:21-48 en las que declara su propia opinión de y en contra de lo que la gente «ha oído y dicho».

Es más probable que Mateo presente la enseñanza moral de Jesús como congruente con la práctica judía de «atar y desatar la ley». Los rabinos ataban la ley cuando determinaban que un mandamiento era aplicable a una situación particular, y desataban la ley cuando determinaban que una palabra de las Escrituras, aunque fuera válida eternamente, no era aplicable bajo ciertas circunstancias. Así, el Evangelio de Mateo muestra a Jesús efectuando pronunciamientos autoritativos en cuanto a la aplicabilidad de los mandamientos bíblicos. Él ata la ley que prohíbe el asesinato como aplicable a la ira y los insultos (5:21-23), y ata la ley que prohíbe el adulterio como aplicable a la lascivia (5:27-28). Sin embargo, en otra parte, él desata ciertas restricciones del día de reposo e indica que no se aplican cuando generan una carga irrazonable (12:5-8) o impiden que uno haga el bien (12:11-12). Los mandamientos en sí siguen siendo válidos, pero en ciertas circunstancias no se aplican.

Más específicamente, Mateo presenta a Jesús transmitiendo la autoridad a sus seguidores para hacer semejantes juicios: cualquier cosa que la iglesia ate en la tierra será atado en el cielo, y cualquier cosa que se desate en la tierra se desatará en el cielo (18:18). Su expectativa es que la iglesia ejerza esta autoridad con atención a los principios que Jesús articula en este Evangelio:

•Lealtad con cumplir las Escrituras, no con abolirlas (5:17-19).

•Compromiso de tratar a los demás «como quieren que ellos los traten a ustedes» (7:12).

•Reconocimiento de la preferencia divina por la misericordia por encima del sacrificio (9:13; 12:7).

•Rechazo a invalidar la palabra de Dios por la tradición humana (15:6).

•Priorización del amor a Dios y al prójimo (22:34-40).

•Atención a los «asuntos más importantes de la ley»: justicia, misericordia, fe (23:23).

Esos principios pueden dar ocasión a algo de discrepancia en la interpretación, pero Jesús indica que Dios responsabiliza a los creyentes por vivir de acuerdo a los juicios dictaminados por sus líderes autorizados (16:19) o por la comunidad como un todo (18:17-18).

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907 стр. 129 иллюстраций
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9781646910960
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