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Figura 3. Cocuy: Mapa del cantón, 1825

Fuente: Mapas y planos, Mapoteca n.o 4, ref. 94 A.

Notas

1 Para algunas notas adicionales de Caicedo, véase el Archivo General de la Nación de Colombia (AGN), Sección Colonial (SC), Fondo Salinas, legajo (de aquí en adelante abreviado como leg.) 7, fols. 297-301, septiembre a diciembre de 1806. Los esfuerzos de Caicedo coinciden con el esfuerzo de la Expedición Real Botánica dirigida por José Celestino Mutis en 1783, véase Jorge Orlando Melo “La idea del progreso en el siglo XIX, ilusiones y desencantos, 1780-1930”, en Revista de Estudios Colombianos, 36 (2010): 16-29.

2“Informe relacionado a los datos estadísticos”, AGN, Sección Repúbica (SR), Gobernación de Tunja, leg. 23, fol. 41, enero de 1837.

3 Calvo, “Informe del administrador de las salinas de Chita y Múneque”, en Memoria de Hacienda de 1904, sección 2, ii.

4 S. A. M. Adshead, Salt and Civilization (Nueva York: St. Martin’s, 1992), 178. Sobre el Estado y los monopolios de la sal, véase Kwan Man Bun, The Salt Merchants of Tianjin: State-Making and Civil Society in (Honolulu: University of Hawai‘i Press, 2001). También véase Mark Kurlansky, Salt: A World History (Nueva York: Walker, 2002).

5 Esta tradición se remonta al nacimiento de la República y perduró durante décadas. Sobre la práctica del Gobierno de cubrir sus deudas domésticas a través de la emisión de pagarés redimibles por sal en las salinas de Cundinamarca, véase Luis Fernando López Garavito, Historia de la Hacienda y el Tesoro en Colombia, 1821-1900 (Bogotá: Banco de la República, 1992), 20-21. Para un ejemplo posterior, véase Anuar Hernán Peña Díaz, Sal, sudor y fisco: el proceso de institucionalización del monopolio de la sal en las Salinas de Chámeza, Recetor y Pajarito, 1588-1950 (Bucaramanga: División de Publicaciones UIS/Universidad Industrial de Santander, 2008), 212, 226.

6 Para esta discusión abordo las Memorias de Hacienda, que fueron publicadas como volúmenes y gacetas oficiales seriadas, como una presentación novedosa de la acción estatal en la esfera pública. Sobre esto, véase Benedict Anderson, Imagined Communities: Reflection on the Origin and Spread of Nationalism (Nueva York: Verso, 2006). Sobre el desarrollo de la esfera pública en Colombia antes de la Independencia, véase Víctor Uribe-Urán, “Birth of a Public Sphere in Latin America during the Age of Revolution”, Comparative Studies in Society and History 42, n.o 2 (abril 2000): 425-457. Sobre la historia de los esfuerzos realizados por las “élites modernizantes” para aumentar la “capacidad cognitiva” del Estado, véase el capítulo 2 de Lawrence Whitehead, Latin America: A New Interpretation (Nueva York: Palgrave Macmillan, 2006). En cuanto a los trabajos que utilizan memorias, véase Malcolm Deas, “The Fiscal Problems of Nineteenth-Century Colombia”, Journal of Latin American Studies 14, n.o 2 (noviembre 1982): 287-328. Sobre el Ministerio de Finanzas en Colombia, véase Luis Fernando López Garavito, Origen y fundamentos de la hacienda y la economía colombianas (Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2000). Una serie de estudios son útiles para entender el papel de los ministerios de finanzas: Paul Gootenberg, Imagining Development: Economic Ideas in Peru’s “Fictitious Prosperity” of Guano, 1840-1880 (Berkeley: University of California Press, 1993); Barbara A. Tenenbaum, The Politics of Penury: Debts and Taxes in Mexico, 1821-1856 (Albuquerque: University of New Mexico Press, 1986); José María Dalence, Bosquejo estadístico de Bolivia (La Paz: Universidad Boliviana/Universidad Mayor de San Andrés, 1975); Linda Alexander Rodríguez, The Search for Public Policy: Regional Politics and Government Finances in Ecuador, 1830-1940 (Berkeley: University of California Press, 1985); y Javier Tantalean Arbulu, Política económico-financiera y la formación del Estado: siglo XIX (Lima: Centro de Estudios para el Desarrollo y la Participación, 1983). Sobre los antecesores de las memorias coloniales, véase Gabriel Girlado Jaramillo, Relaciones de mando de los Virreyes de la Nueva Granada: memorias económicas, Archivo de la Economía Nacional, vol. 13 (Bogotá: Banco de la República, 1954). En relación con los ejemplos venezolanos, véanse tres trabajos editados por Tomás Enrique Carrillo Batalla: Hemerografía económica del siglo XIX (Caracas: Biblioteca de Academia de Nacional de la Historia, 2002), El pensamiento económico de Francisco Aranda (Caracas: Academia Nacional de Ciencias Económicas, 1993) y El pensamiento económico de Santos Michelena (Caracas: Academia Nacional de Ciencias Económicas, 1993).

7 Fernando López-Álvez, State Formation and Democracy in Latin America, 1810-1900 (Durham: Duke University Press, 2000), 24-25.

8 Stacey Hunt, “Languages of Stateness: A Study of Space and El Pueblo in the Colombian State”, Latin American Research Review 41, n.o 3 (2006): 90. Por supuesto, los desafíos para la estabilidad, que fueron una parte fundamental de la historia de Colombia en varios momentos durante el siglo XX, alimentaron la tendencia de concebir al Estado en términos de su fracaso; véase, por ejemplo, Harvey F. Kline, “Colombia: Lawlessness, Drug Trafficking, and Carving Up the State”, en State Failure and State Weakness in a Time of Terror, ed. Robert I. Rotberg (Washington D. C.: Brookings Institution Press, 2003), 161-182.

9 Oscar Oszlak, “The Historical Formation of the State in Latin America: Some Theoretical and Methodological Guidelines for its Study”, Latin American Research Review 16, n.o 2 (1981): 3-32 (cita, 12). Algunos trabajos recientes que pueden ser útiles para contextualizar al Estado dentro de un contexto político incluyen los de Jeffrey D. Needell, The Party of Order:The Conservatives, the State, and Slavery in the Brazilian Monarchy, 1831-1871 (Stanford: Stanford University Press, 2006) y Roger A. Kittleson, The Practice of Politics in Postcolonial Brazil: Porto Allegre, 1845-1895 (Pittsburgh, Pensilvania: University of Pittsburgh Press, 2005). El libro de Peter B. Evans, Dietrich Rueschemeyer y Theda Skocpol, eds., Bringing the State Back In (Cambridge: Cambridge University Press, 1985) sigue siendo un referente para examinar al Estado en las últimas décadas.

10 Oszlak, “Historical Formation”, 7. Estoy a favor de estudiar la construcción del Estado, más que su formación, pues la primera describe la labor involucrada en el proceso, mientras que la idea de la formación del Estado implica, sin exactitud, un proceso orgánico. Para un resumen amplio de los múltiples procesos involucrados, véase Nils Jacobsen y Cristóbal Aljovín de Losada, “State- and Nation-Building Projects and Their Limitations”, en Political Cultures in the Andes 1750-1950, ed. Jacobsen y de Losada (Durham: Duke University Press, 2005), 69-73. Sobre el Estado, véase Charles Tilly, Coercion, Capital, and European States, A.D. 990-1990 (Cambridge, Massachusetts: Basil Blackwell, 1990); también véase Tilly, “Reflections on the History of European State-Making”; Gabriel Ardant, “Financial Policy and Economic Infrastructure of Modern States and Nations”; y Rudolph Braun, “Taxation, Sociopolitical Structure, and State-Building: Great Britain and Brandenburg-Prussia”, en The Formation of National States in Western Europe, ed. Charles Tilly (Princeton: Princeton University Press, 1975), 3-83, 164-242, 243-327. Otro trabajo significativo es el de Philip Corrigan y Derek Sayer, The Great Arch: English State Formation as Cultural Revolution (Oxford: Basil Blackwell, 1985); también véase Corrigan, “State Formation” y Sayer, “Everyday Forms of State Formation: Some Dissident Remarks on ‘Hegemony’”, en Everyday Forms of State Formation: Revolution and Negotiation of Rule in modern México, ed. Gilbert M. Joseph y Daniel Nugent (Durham: Duke University Press, 1994), xvii-xix, 367-378.

11 Sobre algunos aspectos generales de este proceso y sobre el valor de la longue durée cuando se trata de analizar la formación del Estado, véase Richard Bonney, ed., The Rise of the Fiscal State in Europe, 1200-1815 (Oxford: Oxford University Press, 1999). Algunos provechosos análisis sobre el Estado en América Latina son: Jeremy Adelman, Republic of Capital: Buenos Aires and the Legal Transformation of the Atlantic World (Stanford: Stanford University Press, 1999); David Rock, State Building and Political Movements in Argentina, 1860-1916 (Stanford: Stanford University Press, 2002); Miguel Centeno, Blood and Debt: War and the Nation-State in Latin America (University Park: Pennsylvania State University Press, 2002); Robert Holden, Armies without Nations: Public Violence and State Formation in Central America, 1821-1960 (Nueva York: Oxford University Press, 2004); y Robert G. Williams, States and Social Evolution: Coffee and the Rise of National Governments in Central America (Chapel Hill: University of North Carolina Press, 1994).

12 Sobre la cultura política y las diferencias académicas que se desprenden de esta, véase Nils Jacobsen y Cristóbal Aljovín de Losada, “The Long and Short of It: A Pragmatic Perspective on Political Cultures, Especially for the Modern History of the Andes”, en Political Cultures in the Andes, 1750-1950, eds. Nils Jacobsen y Cristóbal Aljovín de Losada (Durham: Duke University Press, 2005), 1-24. También véase Lara Putnam, Sarah C. Chambers y Sueann Caulfield, Honor, Status, and Law in Modern Latin America (Durham: Duke University Press, 2005); Florencia Mallon, Peasant and Nation: The Making of Postcolonial Mexico and Peru (Berkeley: University of California Press, 1995); y Ulrich Muecke, Political Culture in Nineteenth-Century Peru: The Rise of the Partido Civil, trad. Katya Andrusz (Pittsburgh, Pensilvania: University of Pittsburgh Press, 1998).

13 Sobre este tema, véase Fernando López-Alvez, “The Trans-Atlantic Bridge: Mirrors, Charles Tilly, and State Formation in the River Plate”, en The Other Mirror: Grand Theory Through the Lens of Latin America, eds. Miguel Ángel Centeno y Fernando López-Alvez (Princeton: Princeton University Press, 2001), 153-176.

14 El trabajo de Pablo Piccato sobre el honor en la esfera pública durante el Porfiriato en México incluye información acerca de cómo los debates sobre las finanzas públicas, particularmente la deuda inglesa, formaban parte de una historia más amplia; véase Pablo Piccato, The Tyranny of Opinion: Honor in the Construction of the Mexican Public Sphere (Durham: Duke University Press, 2010). Sobre Colombia en este contexto, véase David Bushnell, The Santander Regime in Gran Colombia (Westport, Connecticut: Greenwood, 1970); Christine Hunefeldt, “Reinventing Old Power: State, Tribute, and Indians in Puno”, Fronteras 4, n.o 4 (1999): 11-53; Fernando Botero Herrera, Estado, nación y provincia de Antioquia: guerras civiles e invención de la región 1829-1863 (Medellín: Hombre Nuevo Editores, 2003); y Alfonso Múnera, ed., Ensayos costeños: de la Colonia a la República: 1770-1890 (Bogotá: Colcultura, 1994).

15 Respecto de los trabajos que analizan tales interacciones, véanse Hillel David Soifer, “The Sources of Infrastrucutral Power: Evidence from Nineteenth-Century Chilean Education”, Latin American Research Review 44, n.o 2 (2009): 158-180; Hillel David Soifer, “Authority over Distance: Explaining Variation in State Infrastructural Power in Latin America” (disertación doctoral, Universidad de Harvard, 2006); Lina Del Castillo, “The Science of Nation Building: A History of Geographic Sciences in Colombia, 1821-1921” (disertación doctoral, Universidad de Miami, 2007); y Meri Linnea Clark, “Education for a Moral Republic: Schools, Reforms, and Conflict in Colombia, 1780-1845” (disertación doctoral, Universidad de Princeton, 2003). También véase Jeremy Adelman, “Unfinished States: Historical Perspectives on the Andes”, en State and Society in Conflict: Comparative Perspectives on Andean Crises, eds. Paul W. Drake y Eric Hershberg (Pittsburgh, Pensilvania: University of Pittsburgh Press, 2006); y Cecilia Méndez, The Plebeian Republic: The Huanta Rebellion and the Making of the Peruvian State, 1820-1850 (Durham: Duke University Press, 2005).

16 Véanse Nancy P. Appelbaum, Muddied Waters: Race, Region, and Local History in Colombia, 1846-1948 (Durham: Duke University Press, 2003); James E. Sanders, Contentious Republican: Popular Politics, Race, and Class in Nineteenth-Century Colombia (Durham: Duke University Press, 2004); Aline Helg, Liberty and Equality in Caribbean Colombia, 1770-1835 (Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2004); Marixa Lasso, Myths of Harmony: Race and Republicanism during the Age of Revolution, Colombia 1795-1831 (Pittsburgh, Pensilvania: University of Pittsburgh Press, 2007). También véase Brooke Larson, Trials of Nation Making: Liberalism, Race, and Ethnicity in the Andes, 1810-1910 (Nueva York: Cambridge University Press, 2004).

17 Para un panorama amplio sobre estos temas y sobre la política, véase Fernán E. González, “A Propósito de ‘Las palabras de la guerra’: los comienzos conflictivos de la construcción del estado nación y las guerras civiles de la primera mitad del siglo XIX”, Estudios Políticos 24 (julio-diciembre, 2004): 37-70. Para una discusión sobre este subdesarrollo, véase Botero Herrera, Estado, nación y provincia de Antioquia: guerras civiles e invención de la región 1829-1863 (Medellín: Hombre Nuevo Editores, 2003).

18 Sobre las aduanas como manifestaciones aisladas del Estado, véase Jane Rausch, Colombia: Territorial Rule and the Llanos Frontier (Gainesville: University Press of Florida, 1999), 133.

19 Marco Palacios describe el proceso en el cual “la libertad contractual nominal, celebrada por el liberalismo, terminó suscribiendo las obligaciones feudales” (Palacios, Between Legitimacy and Violence: A History of Colombia, 1875-2002, trad. Richard Stoller [Durham: Duke University Press, 2006], 13). El proceso en La Salina se destaca por su intensidad y por los detalles de los que disponemos.

20 Véase, para una información básica, Gustavo Humberto Rodríguez R., Boyacenses en la historia de Colombia, bocetos biográficos (Bogotá: Jurídicas Wilches, 1994) y Javier Ocampo López, Historia del pueblo boyacense: de los orígenes paleoindígenas y míticos a la culminación de la independencia (Tunja: Instituto de Cultura y Bellas Artes de Boyacá, 1983).

21 Anthony McFarlane utiliza esta definición en Colombia before Independence: Economy, Society and Politics under Bourbon Rule (Cambridge: Cambridge University Press, 1993), 40. Marco Palacios también usa esta manera de agrupar mencionando “cuatro grandes regiones económicas –Antioquia, la costa Caribe, la región centro-oriental, y el suroeste” (Between Legitimacy and Violence, 5). Aquileo Parra, el ministro de finanzas en 1873, utilizaba este agrupamiento en una discusión sobre desarrollo económico, al referirse al “comercio interior de los tres estados” (Memoria de Hacienda y Fomento de 1873, 74-83).

22 Por ejemplo, véase el decreto que restablecía el Departamento Militar del Norte que comprendía a Santander y Boyacá (Gaceta Oficial, 30 de septiembre, 1859).

23 Por ejemplo, la cordillera en ambas partes de la frontera de Boyacá y Cundinamarca es, prácticamente, geográfica, demográfica y económicamente imperceptible; véase Manuel Ancízar, Peregrinación de Alpha, 2 vols. (Bogotá: Fondo de promoción de la cultura del Banco Popular, 1984), 2:65. William McGreevy informa que el costo por kilómetro del envío de carga entre Bogotá y Tunja era uno de los más baratos en Colombia durante el siglo XIX; véase McGreevy, An Economic History of Colombia 1845-1930 (Cambridge: Cambridge University Press, 1971), 43-45. Sobre la diversidad interna de Boyacá, véase la división en doce regiones planteada por Orlando Fals Borda, El hombre y la tierra en Boyacá: bases socio-históricas para una reforma agraria (Bogotá: Ediciones Documentos Colombianos, 1957), 9-14, 148-160. Para un trabajo que utiliza un contexto regional más amplio, véase Luis Javier Ortiz Mesa, Fusiles y plegarias: guerra de guerrillas en Cundinamarca, Boyacá y Santander, 1876-1877 (Medellín: Universidad Nacional de Colombia, 2004).

24 La adición de una delgada franja que unía a Boyacá con el Magdalena, una extensión de partes agregadas de Vélez, tuvieron lugar más tarde; véase Pinto, “División política”. Sobre los intentos de fomentar el asentamiento en el occidente de Boyacá, véase Aristides Ramos Peñuela, “Colonos, empresarios y vagos: experiencias fronterizas en el Carare en la primera mitad del siglo XIX”, Fronteras 2, n.o 2 (1998): 65-92. Además de la complejidad de conceptualizar la región política, en varios momentos Casanare formó parte y fue regido por el gobierno situado en Tunja (1821-1832, 1857-1868, 1889-1892 y 1911-1975), mientras que en otros momentos fue gobernado directamente por Bogotá, Jane Rausch, The Llanos Frontier in Colombian History 1830-1930 (Albuquerque: University of New Mexico Press, 1993), 297.

25 Sobre los cantones de la república temprana, véase Richard Stoller, “Liberalism and Conflict in Socorro” (disertación doctoral, Universidad de Duke, 1991).

26 En su ensayo sobre el Estado colonial, Magnus Mörner también hace una pequeña distinción entre la ciudad de Tunja y la provincia de Tunja; véase Mörner, Region and State in Latin America’s Past (Baltimore, Maryland: John Hopkins University Press, 1993), 24-29.

27 Algunos ejemplos son las novelas de Eduardo Caballero Calderón, Siervo sin tierra (Madrid: Ediciones Rodas, 1973); y El Cristo de espaldas (Nueva York: Macmillan, 1967).

28 El declive de la industria textil era el centro de esta decadencia. Para el argumento de que el declive comenzó en la segunda mitad del siglo XVIII, véase Alfonso Múnera, El fracaso de la nación: región, clase y raza en el Caribe colombiano (1717-1821) (Bogotá: Banco de la República/El Áncora Editores, 1998), 35. Para el argumento de que el declive fue posterior a la Independencia, véase Luis Corsi Otálora, Boyacá: Atlántida andina (Tunja: Academia Boyacense de Historia, 2005); y Hermes Tovar Pinzón, “La lenta ruptura con el pasado colonial (1810-1850)”, en Historia económica de Colombia, ed. José Antonio Ocampo (Bogotá: Siglo XIX, 1987), 87-118; y Maurice Philip Brungardt, “Tithe Production and Patterns of Economic Change in Central Colombia, 1764-1883” (disertación doctoral, Universidad de Texas, 1974).

29 Germán Colmenares, La provincia de Tunja en el Nuevo Reino de Granada: ensayo de historia social (1539-1800) (Tunja: Publicaciones de la Academia Boyacense de Historia, 1984), 9.

30 Gaspard-Théodore Mollien, Viaje por la República de Colombia en 1832, intro. Carlos José Reyes (Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura, 1992), 117.

31 Ancízar, Peregrinación de Alpha, 2:56-57. Para una discusión sobre las visiones de la élite y la etnicidad en la cordillera Oriental, véase a Frank Safford, “Race, Integration, and Progress: Elite Attitudes and the Indian in Colombia, 1750-1870”, Hispanic American Historical Review 71, n.o 1 (Febrero 1991): 1-33; y Glenn Thomas Curry, “The Disappearance of the Resguardos Indígenas of Cundinamarca, Colombia, 1800-1863” (disertación doctoral, Universidad Vanderbilt, 1981). Frank Safford considera que “especialmente, Colombia hizo un pequeño progreso económico en la primera mitad del siglo de la Independencia” y que “la gente de [Boyacá] era la más pobre de Colombia” (Safford, “Commerce and Enterprise in Central Colombia” [disertación doctoral, Universidad de Columbia, 1965], 28). Para un panorama amplio, véase Inés Pinto Escobar, Progreso, industrialización y utopía en Boyacá: el caso de la Siderúrgica de Samacá (Tunja: Publicaciones de del Magíster en Historia, UPTC, 1997).

32 José Ignacio de Márquez, “Exposición del Secretario de Hacienda a la Convención sobre los Negocios del Departamento”, en Memoria de Hacienda y del Tesoro y de la Nueva Granada y Colombia, siglo XIX, eds. Adolfo Meisel y María Teresa Ramírez (Bogotá: Banco de la República, 1831), 7. En 1833, el periódico El Constitucional de Boyacá se quejaba de que los textiles importados habían perjudicado la manufactura textilera regional, que había florecido en el pasado. El Constitucional de Boyacá, enero 27, 1833.

33 AGN, SR, Ministerio de Hacienda, leg. 254, fols. 445-446, julio de 1830. Soban planeaba vender participaciones en la compañía para financiar la compra de maquinaria y para traer asesores técnicos de los Estados Unidos y de Europa. También buscaba la protección de un mercado doméstico, pero la nota al margen de su propuesta, que era una forma común de comunicación interna, citaba a la Constitución para explicar que la rama del Ejecutivo era muy débil en esta materia. Sobre algunas garantías similares para proteger la industria doméstica, véase Safford, “Commerce and Enterprise”, 149. Sobre ciertas medidas parecidas, véase David Sowell, The Early Colombian Labor Movement: Artisans and Politics in Bogotá, 1832-1919 (Filadelfia: Temple University Press, 1992), 18.

34 Agustín Codazzi, “Estado de Boyacá”, en Geografía física y política de la Confederacíon Granadina, eds. Camilo A. Domínguez Ossa, Augusto J. Gómez López y Guido Barona B., vol III (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia/Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, 2003). Luis Ospina Vásquez también menciona las cerámicas en Sogamoso en Industria y protección en Colombia, 1810-1930, 4.a ed. (Medellin: FAES, 1987), 259.

35 Codazzi, Geografía física y política, 3:176.

36 David Bushnell establece la tasa comenzando en 1 % y decreciendo a 0,033 %, al mismo tiempo que la riqueza individual aumentaba; véase Bushnell, The Santander Regime in Gran Colombia (Westport, Connecticut: Greenwood, 1970), 81-83. Estos datos muestran un rango que iniciaba en 0,5 %, gravados de las fortunas más pequeñas con una leve disminución en el porcentaje en que el patrimonio aumentaba. Para un listado que detalla las contribuciones individuales por municipalidad, véase AGN, SR, Intendencia de Boyacá, leg. 2, fols. 454-632, junio-agosto de 1823.

37 Codazzi, Geografía física y política, 3:259, 45. Ibid., 3:224.

38 Ancízar, Peregrinación de Alpha, 2:49; véanse sus comentarios sobre el mestizaje racial en 1:228 y 2:105.

39 Ibid., 1:248.

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