Читать книгу: «Orden y progreso: Manuel Caballero y los géneros periodísticos»

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Catalogación en la publicación UNAM. Dirección General de Bibliotecas

Nombres: Bonilla de León, Laura Edith, 1960- , autor.

Título: Orden y progreso: Manuel Caballero y los géneros periodísticos / Laura Edith Bonilla de León.

Descripción: Primera edición | Naucalpan de Juárez, Estado de México : Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Estudios Superiores Acatlán, 2020.

Identificadores: LIBRUNAM 2083322 (libro electrónico) | ISBN 978-607-30-3218-6 (libro electrónico).

Temas: Caballero, Manuel – Influencia | Periodismo – México – Historia – Siglo XIX | Periodismo – México – Historia – Siglo XX |Reporteros y reportajes.

Clasificación: LCC PN4967 (libro electrónico) |DDC 079.7209034—dc23

Portada: D.G. Juan Humberto Báez Rendón

Corrección de estilo: Idalia Trujillo Toledo

Diseño editorial: Zita Patricia Flores Angeles

Primera edición digital: 2020

D.R. © 2020 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

Ciudad Universitaria, Alcaldía Coyoacán,

C.P. 04510, Ciudad de México, México.

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN

Av. Alcanfores y San Juan Totoltepec s/n,

C.P. 53150, Naucalpan de Juárez, Estado de México.

ISBN: 978-607-30-3218-6

Esta edición y sus características son propiedad de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.

Hecho en México

Made in Mexico

A Leopoldo como siempre

Índice de contenido

PRESENTACIÓN

INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO 1 EL PERIODISMO DE OPINIÓN

1.1 El periodismo de opinión en el contexto histórico

1.2 La gacetilla

1.3 La crónica 1.3.1 La crónica de acontecimientos sociales, desfiles, eventos políticos y el ferrocarril

Desfiles

Ferrocarril

1.4 El boletín

1.5 El artículo

CAPÍTULO 2 EL PERIODISMO MODERNO EN EL MÉXICO MODERNO

2.1 La transformación del periódico y la profesionalización del trabajo periodístico

2.2 Los temas del periodismo

2.3 La influencia del periodismo norteamericano

CAPÍTULO 3 EL PERIODISMO INFORMATIVO DENTRO DEL ORDEN Y PROGRESO

3.1 La nota informativa

3.2 La entrevista

3.3 El reportazgo

3.3.1 La demostración de la verdad

3.3.2 La descripción detallada

3.3.3 La audacia del periodista

3.3.4 La narración de la muerte

3.4 De la nota de sensación a la nota de color

FUENTES DE CONSULTA

Bibliográfica

Hemerográfica

PRESENTACIÓN

La obra que tiene en sus manos: Orden y progreso: Manuel Caballero y los géneros periodísticos es un libro de historia fundamentado en las transformaciones que estos géneros tendrán en el Porfiriato, particularmente a través de uno de sus más destacados artífices, Manuel Caballero, el primer periodista moderno en México.

Explicar el desarrollo histórico de los géneros periodísticos en nuestro país, y particularmente la transición entre los opinativos y los informativos, podría parecer una empresa fácil, pero no lo es; ya que entender esos cambios implica una plena identificación del objeto histórico a estudiar, y en el caso de los géneros, esto resulta más complicado de lo que se supone.

El estudio de los géneros textuales constituye un campo de gran interés para diversas disciplinas, entre ellas la literatura, la lingüística, la comunicación, los análisis del discurso y los estudios culturales en general. La importancia de los géneros se debe a su relación con la capacidad comunicativa de los hablantes de una lengua, pero también porque revelan las estructuras de comunicación que son significativas en las diversas sociedades humanas.

Heinemann y Viehweger han destacado que los hablantes tienen una capacidad para descubrir las estructuras globales que rigen la comunicación textual y que resulta fundamental para su desenvolvimiento social:

[…] Los hablantes han conseguido en su actividad comunicativa un saber sobre clases de textos o saber de tipificación que los capacita para actuar en distintas esferas comunicativas, en tanto producen y entienden textos que pueden relacionar sistemáticamente con situaciones, contextos e instituciones. Es decir, los hablantes reconocen un aviso publicitario, una intimación judicial, una clase magistral, etc.1

Por tanto, el reconocimiento del género textual ayuda no sólo a comprender la información que se transmite de ese modo, sino sobre todo a anticipar la función que pretende cumplir el texto y la intencionalidad de su enunciación.

Por otra parte, en la primera mitad del siglo XX Mijaíl Bajtín había señalado que la construcción de géneros discursivos obedecía a una necesidad de facilitar la comunicación en esferas sociales y culturales con funciones e intenciones recurrentes e importantes de los grupos humanos, y había postulado la distinción entre los géneros primarios que se emplean en la vida cotidiana, vinculados con la interacción directa de los participantes y con intencionalidades personales; y los géneros secundarios como:“[…] novelas, dramas, investigaciones científicas de toda clase, grandes géneros periodísticos, etc. —surgen en condiciones de la comunicación cultural más compleja, relativamente más desarrollada y organizada, principalmente escrita: comunicación artística, científica, sociopolítica, etc.”.2

Con base en esta primera clasificación, se entienden los géneros periodísticos como estructuras comunicativas que requieren de un alto grado de organización y se encuentran sometidos a intencionalidades institucionales y con una función social de gran relevancia.

También el teórico soviético destacó que la consideración de un género textual depende de tres factores: un estilo funcional apropiado a las intencionalidades del texto, su articulación con una esfera social en la cual el texto adquiere sentido y propósito, y la estabilidad de esta interrelación, es decir, que su uso sea recurrente en esa esfera y con ese estilo. El estilo es un fenómeno intratextual, formal y lingüístico, la esfera social es externa al texto pero determina sus características. Por ello, el análisis de los géneros textuales no puede hacerse sólo desde una perspectiva, también tiene que articular la forma y el contexto para explicarlos y entenderlos.

Por lo anterior, el lingüista Eugenio Coseriu afirma el carácter eminentemente histórico del género, ya que éste sería un rasgo común en determinados textos que permite todavía el reconocimiento de un individuo histórico (el texto):

Porque es propio de los individuos históricos presentar continuidad y presentar en todo momento rasgos que ya tenían antes y que seguirán teniendo y que pueden desaparecer, en principio totalmente, aunque en lo empírico no ocurre casi nunca. Gracias a estos rasgos continuos existen los individuos históricos: un pueblo, un estado, y un género literario que puede llegar a ser muy distinto al final de lo que fuera en un momento inicial.3

Por ello, el lingüista rumano afirma que no es posible un estudio científico de los géneros textuales, sino que únicamente es posible consignar su historia. Más allá de lo determinante de esta afirmación, es cierto que los géneros textuales se transforman a lo largo del tiempo, lo que demuestra su íntima relación con el contexto social, político, cultural y económico que impone distintas necesidades comunicativas o cambios en las esferas de conocimiento.

Con base en esta breve revisión, nos queda claro que los géneros no pueden definirse sólo por su forma, ni únicamente por su contenido y sus temas, sino por la interrelación entre ambos planos, y que esta relación entre forma y contenido no es homogénea, estática ni continua.

Lo anterior enfatiza la importancia del libro que el lector tiene ahora en sus manos: un estudio histórico de los géneros periodísticos en un momento de transición en los esquemas políticos del siglo XIX y XX en México.

Se ha estudiado mucho la historia de la prensa mexicana: periódicos, periodistas, tecnología, acontecimientos políticos, sus funciones sociales y culturales, pero pocas veces se ha aplicado el método histórico para explicar la compleja interrelación de los géneros periodísticos y el sistema de ideas y conocimientos que los moldean en una etapa histórica específica, esa es la virtud de la autora de esta obra, que con gran rigor, claridad y perspicacia nos ofrece una mirada a la comprensión de las necesidades comunicativas del porfiriato en las planas de sus periódicos.

Luis Felipe Estrada Carreón

INTRODUCCIÓN

Este trabajo se hizo pensando en los alumnos que de manera temprana se adentran en la historia del periodismo en México y quieren saber cuándo, cómo y porqué se comenzaron a utilizar los géneros periodísticos en nuestro país. Existe mucho material para trabajar este tema, se han escrito y se siguen haciendo libros sobre el periodismo en tiempos pasados. Por ejemplo, al adentrarnos en el Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM podemos encontrar las indagaciones, reflexiones e interpretaciones sobre el tema. Los estudios pioneros de María del Carmen Ruiz Castañeda y los subsecuentes nos han permitido entender la importancia de la historia del periodismo y al mismo tiempo comprender su función social.

En el caso del periodismo mexicano durante el Porfiriato, tema de esta investigación, debemos reconocer la deuda con la obra De la opinión a la noticia, de Irma Lombardo, la cual ha servido de guía para este trabajo, ya que evidencia el vínculo entre el periodismo de opinión e informativo, así como su proceso de profesionalización a finales del siglo XIX.

A los alumnos que estudian periodismo les interesa en particular el funcionamiento del periodismo en el presente; sin embargo, con esta investigación queremos mostrarles que los géneros periodísticos actuales comenzaron a desarrollarse durante el siglo XIX, y en la medida que el país se fue transformando, los géneros también sufrieron modificaciones.

Pese a la distancia temporal, hay similitudes y diferencias en el trabajo realizado por los periodistas en el pasado y el presente. En todo momento, a través del manejo de los géneros periodísticos, han hecho una interpretación del contexto que los rodea:

El periodismo puede considerarse un método de interpretación sucesiva de la realidad social. Como tal método, se basa en unos supuestos. 1. La realidad puede fragmentarse en periodos. El único periodo que se trata de interpretar es el actual, y ése es precisamente el que no había sido interpretado todavía por el medio. Al unificar un periodo, el medio define el presente social. 2. La realidad puede fragmentarse en unidades completas e independientes (hechos), capaces de interpretarse en forma de textos breves y autónomos (noticias). 3. La realidad interpretada debe poder asimilarse en tiempos variables por un público heterogéneo. 4. La realidad interpretada debe encajar en un espacio (periódico) o tiempo (programación de radio y televisión) dados. 5. Para que el público capte la realidad y tome parte en ella los medios se valen de una gama de filtros o formas convencionales (géneros periodísticos), que van de la información pura al comentario polémico.1

El trabajo periodístico se ha construido paralelamente al devenir histórico, ha abrevado de él y lo ha interpretado. La investigación histórica nos ha permitido observar que este fenómeno se ha generado tanto en el pasado como en el presente. Hemos abundado en el estudio del periodismo en México a finales del siglo XIX y encontramos que son muchas las vertientes por las que se puede estudiar: pueden ser políticas, en la medida que representan los intereses de los distintos bandos políticos; económicas, donde su conversión a empresa requiere de elementos como la inversión, la publicidad y las subvenciones; sociales, dado que en él se representan los cambios en la sociedad propiciados por lo político y lo económico; y culturales porque se escribe el pensamiento de la época que se ve representado en la literatura, la poesía, la moda, el teatro, o la pintura, por citar algunos ejemplos.

Podemos analizar a los artífices de este medio de comunicación: periodistas, reporteros, directores, redactores y tipógrafos. El estudio puede ampliarse para tratar los elementos que forman físicamente el periódico, como son el diseño, la tipografía, el papel, las ilustraciones, número de páginas, secciones, diseño, cabezal o los géneros periodísticos. Estos últimos son nuestro objeto de estudio, para comprender su desarrollo y uso en los últimos treinta años del Porfiriato, destacando las circunstancias políticas, económicas, culturales y sociales que marcaron su forma y función.

En los años de lucha y definición del país independiente, durante buena parte del siglo XIX, los géneros de opinión, apoyados por la información, contribuyeron a moldear el país; así el artículo, el editorial, la crónica (con una estructura literaria) y el boletín, nombre que se le dio a un texto ubicado en el mismo lugar, siempre con el mismo título y utilizado en casi todo el siglo XIX porque ahí el periodista daba sus opiniones (algo similar a la columna), todos se usaron con gran frecuencia en los momentos de mayor violencia política, especialmente, desde el surgimiento del México independiente y hasta 1876. Fue en ese periodo cuando las razones y las pasiones políticas llevaron a los distintos escritores a construir con palabras y en papel, el país que deseaban.

La situación de los géneros sufrió modificaciones cuando Porfirio Díaz llegó a gobernar al país, ya que de ser fundamentalmente de opinión pasaron a ser mayormente informativos. Así, entre el control de la información que ejerció el gobierno y el deseo por transformar al periódico en una empresa capaz de vender la noticia libre de ataduras políticas, se desarrollaron la nota informativa, la entrevista y el reportazgo.

Nos interesa, en este caso, destacar el trabajo del periodista Manuel Caballero quien utilizó los géneros periodísticos de opinión y de información. Situado entre dos etapas, una de conformación política del país y otra de estabilidad dentro del orden y progreso, destacando a través del periodismo su idea de país.

En el primer caso, el de la conformación política del país, utilizó los géneros de opinión, tomó posiciones ante los acontecimientos, y apoyó o desconoció causas políticas. En la segunda etapa, realizó un periodismo informativo, libre de opiniones. Este trabajo tuvo su propia dinámica y respondió a las condiciones históricas de su momento, por lo que nos permite conocer los elementos de modernidad en la interpretación que hizo el periodista del acontecer diario, además de observar la puesta en práctica de sus ideas a la hora de llevar a cabo esta actividad.

Caballero profesionalizó el quehacer del periodista y consideró que su trabajo era el de “buscar la noticia” por la ciudad, así que declaró que él y sus colaboradores eran reporters, y no meros redactores.

En el periódico El Noticioso apareció la primera entrevista que conocemos de él, ya antes se recurría a este género para obtener información, aunque a veces como complemento de algún texto. En todo caso, lo que aquí queremos señalar es que Manuel Caballero la utilizó de manera sistemática en su trabajo cotidiano. Utilizó también el reportazgo, género con el que realizó investigación para obtener, desde un punto positivista, la verdad de los acontecimientos. Con este género redactó, de manera sensacionalista, crímenes, robos a negocios, asaltos a casas, estafas, derrumbes, terremotos o temas de interés humano. Y ante el control que el gobierno de Manuel González y Porfirio Díaz ejercieron a la prensa que hablaba de política, se dedicó a dar notas informativas libres de opiniones políticas.

Lo que podemos observar es que, paradójicamente, la profesionalización del periodismo se llevó a cabo en el gobierno de Díaz, y el uso de la nota informativa, la entrevista y el reportazgo, respondió muy bien al control político gubernamental. Aunado a todo ello, la influencia del periodismo norteamericano, constituido dentro de un marco de desarrollo económico capitalista que vio en el periodismo una empresa, fue decisiva para el periodismo mexicano.

Desde entonces el periodismo se convirtió en una actividad profesional que selecciona, de todo lo que ha ocurrido, un fragmento de la realidad, para darlo a conocer:

Corresponde por eso a la actividad profesional llamada periodismo dar de la realidad social presente una versión concentrada, dramatizadora, sugestiva, que escoja lo más interesante de todo lo que se sepa que ha ocurrido y hasta lo retoque para ajustarlo a las necesidades del tiempo y del espacio.2

El periodismo responde al contexto donde se desarrolla y valora la información según las circunstancias económicas y políticas de su momento y contribuye a formar los valores de una sociedad, de ahí que haga, como hemos dicho antes, una interpretación de la realidad:

La actividad profesional de los periodistas en los medios consiste en una interpretación sucesiva de la realidad social. Tal interpretación resulta posible gracias a la reducción de la realidad a hechos que puedan comunicarse como noticias. Estas noticias, ampliadas por medio de reportajes y crónicas y comentadas en artículos, editoriales y debates radiados o televisados, forman la imagen cambiante de la realidad de que se sirve el público para estar enterado, comentarla e intervenir en ella y de que se sirven también los protagonistas de las acciones sociales para lo mismo. Los medios actúan de este modo como mediadores generalizados. Esta es su función social.3

Incursionar en los periódicos de la época del Porfiriato nos ha permitido observar cómo se estructuró el uso y manejo de los géneros periodísticos informativos, y al hacerlo, comprendemos que necesariamente abrevaron de su contexto, se moldearon con él, lo interpretaron y tomaron una posición ante su momento, de tal manera que cumplieron una función social.4

Utilizar los géneros periodísticos, ya sea de opinión o de información, implicó tener una posición ante los acontecimientos, de ahí nuestro interés en ver cómo fue ese uso y cuál fue la intención al utilizarlos y desarrollarlos. Por eso nos hemos permitido transcribir, en muchos de los casos, los textos completos, para que los alumnos puedan ver cómo se estructuraron y comprendan a la vez la intencionalidad del periodista al realizarlos. Además de hacer un trabajo de recopilación e interpretación histórica, queremos que los estudiantes, y todos aquellos interesados en el estudio del periodismo en México, puedan ver en los distintos géneros periodísticos la información e interpretación que con ellos se hizo de un presente, así como la manera en que se estructuraron, de ahí la intención de poner los textos tal y como aparecieron en su momento, así que, además de la hemerografía, pusimos un índice de los géneros periodísticos y hemos respetado la ortografía de la época, para se pueda apreciar tanto el estilo como la escritura.

El texto se conforma de tres capítulos. El primero está dedicado a dar una explicación del uso de los géneros periodísticos de opinión en un contexto de construcción del país durante el siglo XIX, donde predominaron diversos pensamientos políticos e ideológicos. Fue un periodismo que se hizo conforme se desarrollaron los acontecimientos, de ahí su gran riqueza, dado que la realidad se organizó no solo a través de temas sino de géneros periodísticos.

El capítulo dos trata de cómo el periódico y el trabajo periodístico se transformaron a medida que comenzó la estabilidad del gobierno de Porfirio Díaz. Se incluye además, la influencia del periodismo norteamericano en el mexicano, aun antes de mediados de los años setenta. Finalmente, el capítulo tres trata del periodismo informativo, de su predominio por sobre los géneros de opinión, e igual que en el primero se hace una relación de los géneros periodísticos con el contexto, donde se puede observar que el trabajo periodístico no fue menor, pues respondió al contexto, fue producto de él, abrevó de él a la vez que regresó a la sociedad su propia interpretación de la realidad.

Finalmente debemos decir que solo a partir de la investigación en los periódicos del siglo XIX hemos podido hacer este trabajo, no hay manuales ni teorías que nos puedan explicar cómo fue el periodismo en esos tiempos, y solo la revisión de las páginas amarillas, que registraron un presente, que para nosotros hoy es historia, nos permitió acercarnos a una parte del pasado que vamos conociendo e interpretando poco a poco.

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9786073032186
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