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FILMOGRAFÍA TOTAL DEL CINE DE LUCHADORES

1938

Padre de más de cuatro

DIRECTOR: ROBERTO O’QUIGLEY

REPARTO: LEOPOLDO EL CHATO ORTÍN

Leopoldo El Chato Ortín estelariza esta cinta que prácticamente no forma parte de ninguna de las filmografías de luchadores conocidas, con excepción de la de Federico Arana y Mario Paniagua en sus imprescindibles tomos de Máscaras y Luchadores. La trama no tiene como eje central la lucha libre, pero lo interesante para el género pancracístico es la inclusión de luchadores en el primer recinto de la Arena México (que había sido previamente la Arena Modelo y actualmente es el estacionamiento de “La Catedral”, la actual Arena México), de Salvador Lutteroth, fundador de la Empresa Mexicana de Lucha Libre, es decir, del Consejo Mundial de Lucha Libre, que es la locación de las acciones de lucha; de manera que esas escenas son ahora casi un documento audiovisual de archivo. Más allá de la aparición incidental del deporte espectáculo, es disfrutable el trabajo del Chato Ortín (padre de Polo Ortín), uno de los que pusieron los cimientos del cine mexicano, aunque el suyo no figure entre los apellidos de relumbrón. RC


1949

No me defiendas compadre

DIRECTOR: GILBERTO MARTÍNEZ SOLARES REPARTO: GERMÁN VALDÉS TIN TAN (TIN TAN), ROSITA QUINTANA (BEATRIZ), MARCELO CHÁVEZ (MARCELO), JUAN GARCÍA (DE LA COLINA), WOLF RUVINSKIS (EL ENMASCARADO)

Tin Tan, pitcher del equipo de béisbol de la penitenciaría, sale libre, y vestido de pachuco se va a buscar a su compadre Marcelo, un “tinterillo” transa (“Se dan clases de canto y se resuelven amparos” dice un letrero en su casa). Lee a Supermán –“Qué bien me cae este Supermen, pero me cae mejor Tarzán”, comenta. De la Colina, un promotor de lucha libre, le da a Tin Tan su coche para que se lo cuide, pero se queda dormido y le roban las cuatro llantas, por lo que acaba en la delegación, y al verse obligado a pagar, su vecina, la guapa Beatriz, salda su deuda y le consigue trabajo como mesero en un restaurante de lujo, donde provoca varios desmanes y hace enfurecer a una pareja de sadomasoquistas (los debutantes Ruvinskis y Nazira de Tello, quien no es sino la guapa tabasqueña Leticia Palma en su primera película). Lo despiden, y lo contratan como detective en una tienda; por culpa de dos ex presidiarios rateros (Pascual García Peña y Joaquín García Borolas) termina de nuevo en prisión. Al salir se entera de que han embargado a Beatricita y De la Colina quiere aprovecharse. Marcelo va a enfrentar al Enmascarado, pero aterrorizado ante la posibilidad de subirse al ring, se pinta la cara y finge tener viruela negra, por lo que Tin Tan se ve obligado a enfrentar al campeón mundial de peso medio, que no es otro sino el salvaje del restaurante. No me defiendas compadre tiene el mérito de ser la segunda película de cine mexicano que utiliza el elemento de la lucha libre. Tin Tan, su realizador y guionista de cabecera, Gilberto Martínez Solares, y Juan García El Peralvillo, plantean aquí varias situaciones que utilizarán en El rey del barrio, filmada pocos meses después, como la muchacha honesta y buena que cuida a una tía enferma, y en obras posteriores la cárcel o el béisbol (El revoltoso, El vizconde de Montecristo, Tin Tan en La Habana). No obstante, lo que resulta fabuloso es la secuencia climática de casi 20 minutos que se lleva a cabo en la arena de lucha libre, en la que Tin Tan, a quien anuncian como “Campeón de Santa Mónica, California”, hace toda una serie de acciones físicas muy cercanas a Harold Lloyd y a Chaplin para enfrentar la brutalidad del Enmascarado, a quien acaba venciendo. En una escena estupenda el luchador arroja fuera del ring a Tin Tan (en realidad un muñeco); en otra éste camina detrás de Ruvinskis, siguiendo sus pasos, y lo hace quedar como baboso. Al final, cuando Tin Tan parece agonizar, Beatricita le dice: “No me dejes pachuco, no te mueras pachuco”, en un filme en el que se aprecia tambien la presencia de la guapa desnudista y “exótica” estadunidense Turanda.

PIQUETES A LOS OJOS

Por cierto, 500 pesos fue el sueldo que cobró Ruvinskis por el encuentro de lucha libre frente a Tin Tan en un trabajo que marcó la relación profesional y amistosa entre el cómico y el luchador, quien se percató de la habilidad natural de Germán Valdés para las secuencias de acción física, que desarrollaro a las mil maravillas en decenas de filmes posteriores. RA


El Carnal Marcelo exhibiendo la gandalla “maniobra” que obligará a Tin Tan a debutar como gladiador de cuadrilatero.


1952

La bestia magnífica

DIRECTOR: CHANO URUETA

REPARTO: CROX ALVARADO (DAVID, LA BESTIA MAGNÍFICA), WOLF RUVINSKIS, (CARLOS, DINAMITA), MIROSLAVA (MECHE)

Acompañados por un elenco que incluye a celebridades de los encordados como Enrique Llanes, El Cavernario Galindo, Eduardo Bonada, Camilo Pérez El Bulldog, Fernando Osés y Guillermo Hernández Lobo Negro, los protagonistas Alvarado y Ruvinskis encarnan a dos amigos separados por una atractiva mujer, fatal e interesada (Miroslava), que les habla al oído y fuma cigarros con boquilla para demostrarle al par de nacos e ignorantes pero de buen corazón y alto espíritu deportivo, que se están llevando una rubia de categoría. Los héroes son dos jóvenes humildes que se preparan para convertirse en estrellas profesionales de la lucha libre y debutan en la Arena Coliseo alentados por Teresita (Irma Dorantes), una jovencita del barrio a la que ¡ah cómo le gusta darle a la planchada! (y no es albur). Durante sus difíciles entrenamientos despiertan el interés de un promotor y al mismo tiempo el de la ambiciosa hembra dueña del cabaret La Luciérnaga, quien se convierte en amante de uno y después del otro al sentirse despechada. Por supuesto, provoca el enfrentamiento de ambos, fuera y dentro del ring. Uno acaba afectado del cerebro y el otro paralítico.


Melodramón de fantásticas secuencias luchísticas y clímax crudo sin ninguna concesión.

El primero gana el campeonato, pero enloquece por los golpes recibidos y muere, no sin antes reconciliarse con su amigo, quien se arrastra por la lona en el excesivo y delirante clímax final, atestiguado, entre otros, por esa pequeña leyenda del cine infantil mexicano: Ismael Pérez “El niño Poncianito”. Danielito Pérez Alcaraz, la estrella de la exitosa teleserie mexicana El club del hogar, aparece como locutor, y Consuelito Velázquez al piano, interpretando Qué divino y Chiqui chiqui. Se escucha también el Mambo en sax del maestro Dámaso Pérez Prado. Miguel Manzano, como el entrenador Aguilar, declara: “No hay peor enemigo que la mujer” ¿será...? RA


1952

El Huracán Ramírez

DIRECTOR: JOSELITO RODRÍGUEZ

REPARTO: DAVID SILVA (FERNANDO), CARMEN GONZÁLEZ (LAURA),FREDDY FERNÁNDEZ EL PICHI (PICHI), TITINA ROMAY (MARGARITA), TONINA JACKSON (PADRE DE FERNANDO)

El personaje de Huracán Ramírez, creado por Joselito Rodríguez, Juan Rodríguez y el hijo de éste, saltó del gimnasio al cine y luego a la arena de lucha. David Silva tuvo la oportunidad de subirse al ring con máscara, aunque en realidad las escenas de acción las desarrollaba el luchador Eduardo Bonada, en una saga fílmica que llegó a seis películas, dirigidas por Joselito Rodríguez e interpretadas las cuatro primeras por David Silva, Carmelita González, Titina Romay, Freddy El Pichi y La Tonina Jackson. A partir de la segunda se sumó al elenco –aunque en la primera ya aparecía de niño en brazos– Pepito Romay o José Romay, en el rol de Pancho Pantera, y Daniel García –fallecido en 2006–, que fuera antes El Buitre Blanco y Chico García, acabó convirtiéndose en el Huracán Ramírez en sustitución de Bonada; sus llaves favoritas fueron la corbata y la huracarrana (su creación).

A Huracán Ramírez, le seguirían: El misterio de Huracán Ramírez, El hijo de Huracán Ramírez, La venganza de Huracán Ramírez, El Huracán Ramírez y la monjita negra, De sangre chicana y hasta un videohome: Huracán Ramírez vs los terroristas, ya sin Daniel García. En estas tres últimas David Silva ya no participó, y no por la lana, sino porque los argumentos eran de a tiro babosos. Huracán fue desde su nacimiento un personaje fascinante, empezando por su increíble máscara azul de grecas muy mexicanas. En la cinta David tuvo oportunidad de cantar con su propia voz los boleros románticos del compositor Gabriel Ruiz: Soberbia y Quiero más. La película resulta interesante no sólo por su afán de lanzar como ídolo fílmico a una figura que no existía, sino porque explota en términos de lucha libre los temas del típico melodrama familiar de los Rodríguez. David se disfraza de luchador para ayudar a su padre –La Tonina Jackson– en una chamba violenta que se ve recompensada con una saga de películas.

De hecho, poco importan los problemas de la familia que encabeza esa genial mole del ring llamada Tonina Jackson; es un padre glotón que se impone en la arena pero que en su casa tiene que comerse sus conchas y campechanas a escondidas de su pequeña y regañona hija, interpretada por una genial Titina Romay. Incluso ella fue nominada para el Ariel de Mejor Actuación Infantil en un papel equivalente al de Chachita en Nosotros los pobres. Destaca tambien la estupenda fotografía de Jack Draper, estadunidense afincado en México y maestro de fotógrafos como Gabriel Figueroa.


Esta cinta parió una saga completa y también a un luchador histórico, el legítimo Huracán Ramírez (Daniel García). Abajo: Huracán Ramírez

Asimismo, destacan la voz del inigualable cronista deportivo Mago Septién y la presencia de luchadores como Frank Butcher El Carnicero, El Bulldog y El Médico Asesino; pero sobre todo una serie de detalles realmente curiosos: en un extraño coqueteo argumental con el incesto, Anabelle Gutiérrez se enamora de su hermano, o sea David, sin saberlo, ya que éste porta la máscara del Huracán Ramírez. Asimismo aparece un Club Nocturno Batacazo donde pelean mujeres luchadoras. Finalmente se aprecia el tópico del físicoculturismo ligado a la homosexualidad con la pareja formada por el Bello Califa, un luchador afeminado que no quiere ni despeinarse, y su asistente.


nota: Reseña fílmica incluida en el libro

David Silva. Un campeón de mil rostros, UNAM, México, 2007.

PIQUETES A LOS OJOS

El 17 de marzo de 1953 apareció en Cine Mundial la siguiente nota: ‘“En el departamento de Censura. Hay gente inepta dice Joselito Rodríguez a propósito del fallo que declara impropia para niños su película Huracán Ramírez. Tengo la obligación de lograr una película para mentes infantiles, porque en ella quise realzar un tema que sólo a los niños interesa, tanto así, que dejé que mi hijita participara en ella. En el Departamento de Censura de la Secretaría de Gobernación hay gente inepta. Yo quiero exhibirles esta película para que digan si es el Departamento de Censura quien tiene razón, o nosotros. Pero sí deberían prohibirla para adultos, porque no creo que ningún adulto tome en serio la lucha libre”’ (recontra sic). RA

1952

El bello durmiente

DIRECTOR: GILBERTO MARTÍNEZ SOLARES

REPARTO: GERMÁN VALDÉS TIN TAN (TRIQUITRÁN), LILIA DEL VALLE (JADE Y YOLANDA), WOLF RUVINSKIS (TRACATÁ Y DOCTOR HEINRICH WOLF), MARCELO CHÁVEZ (TICOTICO Y DON MARCELO)

En 1952, en el área de la pirámide de Cuicuilco (y Ciudad Universitaria) –sin crédito alguno–, un par de arqueólogos descubre el cuerpo intacto de un hombre de las cavernas. El tiempo retrocede a la prehistoria para narrar la odisea del cavernícola Triquitrán, de la tribu de Flaquilandia, enamorado de la preciosa Jade con la que va a casarse. Ella es hija de Tico Tico, el panzonazo jefe de la tribu rival (Gordilandia), y es codiciada a su vez por el forzudo y agresivo Tracatá, quien con tal de comerse (en sentido literal) a la Jadecita, le administra en plena noche de bodas un brebaje a Triquitrán, quien se queda dormido (“No te duermas pachuco”, le dice ella). Sobrevienen un terremoto y una erupción volcánica y él queda sepultado en una cueva por diez mil años. Al ser descubierto, el cavernícola revive y es domesticado por Yolanda –idéntica a Jade–, hija del industrial Marcelo, pretendida a su vez por el Doctor Wolf, muy parecido a Tracatá. Un nuevo temblor hace que Yolanda recuerde, quizá, una vida anterior, y ella y Triquitrán se besan enamorados. Se trata de una de las más disfrutables comedias de Germán Valdés y un digno antecedente de Los picapiedra. La historia está repleta de chistosos anacronismos (“Güerita: una cebada al tiempo”), Lilia del Valle le dice a Tin Tan que canta “igualito a Frank Sinatra”, y vaya que Germán tiene oportunidad de lucir su modulada voz en una curiosa y hermosa melodía compuesta por él mismo, llamada Cavermango, que le canta a la chica y que pasa de un tono melancólico-romántico a una suerte de movida rumba con piano que dice así: “Si supieras, cómo me hace suspirar... tu encanto. Ya no sé, si soy hombre, o soy un chango... Será caverna moderna con luz y gas. Con calefacción interna por delante y por detrás. Tendrá su reloj moderno qué nos diga qué horas son. Tendrá tocadiscos, radio y también televisión...” Además de la presencia de la notable coreógrafa Gloria Mestre y del locutor Pepe Ruiz Vélez (el de Estrellas infantiles Toficos), El bello durmiente resulta curiosa e interesante por la nutrida presencia de varios luchadores del momento, quienes aparecen vestidos a la usanza prehistórica con taparrabos tipo Tarzán y falsas barbas y pelucas, llevando invitaciones, cocinando, o golpeándose entre ellos con piedras y garrotes: Eduardo Bonada, Tonina Jackson, Fernando Osés, Guillermo Hernández Lobo Negro, Mario y Sergio Llanes, Jack Parelli, Raúl Romero, Fuco Jiménez y Joe Silva, quienes aparecen en pantalla a menos de un mes de inaugurado oficialmente el género con la filmación de La bestia magnífica, primera cinta del cine de la lucha libre filmada en ese año de 1952. RA


“No me dejaron ser el solista de los Xochimilcas.”

1952

El fantasma se enamora

DIRECTOR: RAFAEL PORTILLO

REPARTO: GLORIA MARÍN(LAURA), ABEL SALAZAR (ARMANDO), RAMÓN GAY, ARTURO SOTO RANGEL

Rafael Portillo se entrenaba para hacer La Momia Azteca y por vía de mientras filmó esta curiosidad precursora del cine del pancracio en la que la joven Laura y sus dos tías alquilan una vieja casona con la condición de no ocupar la habitación del dueño, el joven Armando, que se encuentra fuera del país. No obstante, la curiosidad de la joven es más fuerte, y es entonces cuando se sabe que Armando ha muerto en Brasil. Su espíritu empieza a ser visto alrededor de la casa, Laura se enamora de él y termina como entrenadora del fantasma en el cuadrilátero (según Federico Arana en Máscaras y luchadores, tomo II, donde hace relevo con Mario Paniagua). RA


El cartel parece publicidad de Gasparín, El Fantasma Amigable, pero más bien es trama de espíritus que pasan por el ensogado con entrenadora cachonda.

1952

El luchador fenómeno

DIRECTOR: FERNANDO CORTÉS

REPARTO: ADALBERTO MARTÍNEZ “RESORTES”, TITO JUNCO, BÁRBARA GIL, WOLF RUBINSKIS Y ÓSCAR PULIDO

Es la primera cinta, formalmente hablando, de uno de los más genuinos inventos mexicanos: el Cine de Luchadores; es la que inicia el mito para, luego de muchas otras películas, desembocar en el culto. A Resortes se le aparece como una suerte de demonio de carnaval Wolf Ruvinskis, quien le transfiere sus dotes de as del pancracio, con las cuales el flacucho cómico se convierte en atracción luchística del cuadrilátero. Se trata de que Resortes gane una lucha estrella que no pudo ganar Wolf en vida, y así su alma pueda descansar. La fórmula esgrimida en El beisbolista fenómeno (también de Cortés) propone aquí una visión paródica de un género cinematográfico que apenas estaba naciendo en 1952, y del que luego se aprovecharían en otras películas Pompín Iglesias y Capulina.


El cómico y magnífico bailarín no sólo tenía que enfrentarse en la trama a peligrosos criminales (Tito Junco) o enamorarse de la bella Bárbara Gil, sino que a la hora de los topes y las patadas voladoras se las tenía que ver en el ring contra santones del pancracio (ahora mitificados) como la Tonina Jackson (papá de Huracán David Silva Ramírez), El Médico Asesino (que debutó en el mismo año con El Enmascarado de Plata), El Bulldog, El Lobo Negro y Lalo el Exótico. JXN


Parece que Wolf está listo para una pastorela, pero en realidad lo que hacía era dar el gran salto en el cine mexicano, con la estrella cómica Resortes.



1952

El Enmascarado de Plata

DIRECTOR: RENÉ CARDONA

REPARTO: VÍCTOR JUNCO, CROX ALVARADO, AURORA SEGURA, LUIS ALDÁS, CESÁREO MANRIQUE, EL MÉDICO ASESINO

Es una de las cuatro películas consideradas clásicas del inicio del cine de luchadores en 1952. El enmascarado de uno de los títulos más emblemáticos del género no era el justiciero Santo, sino un villano con una máscara plateada –como la que usaba en vida y topes supersónicos desde la tercera cuerda Rodolfo Guzmán Huerta–, sólo que con el añadido de unos rayos negros (tras la cual se ocultaba el luchador Enrique Llanes), que sirve de parapeto a otro peor: El Tigre (Luis Aldás). Ambos son combatidos ininterrumpidamente, a la vieja usanza de los seriales estadunidenses de episodios, por un héroe vengador: El Médico Asesino (al que, para efectos del serial, le quitaron lo de Asesino, porque ¿cómo un vengador va andar así como así con ese calificativo?). Conforme transcurría la película, los espectadores hacían apuestas por adivinar bajo qué personalidad de los periodistas, si la de Alfredo (Víctor Junco) o la de Julio (Crox Alvarado), se ocultaba el galeno defensor del bien. Mientras El Médico reparte trompones a diestra y siniestra contra los esbirros de El Tigre: El Risueño (Carlos Musquiz), El Lobo Negro, Jack O’Brien y hasta El Charro del Arrabal (José Pulido), no crean, también se daba tiempo para asestarle regaños moralistas, filosóficos y educacionales sobre qué hacer con su dinero al tío (Francisco Llopis) de la bella Elena (Aurora Segura), tras la que parecen ir en superlibre El Tigre, los dos periodistas y hasta el “medicucho” (de barriada), como despectivamente lo llama El Enmascarado de Plata.


La cinta, de más de dos horas en su versión original (copiada de la tele en Guadalajara por Guillermo del Toro y rolada en vhs, porque a la que se veía en el Distrito Federal por Televicentro le escamotearon más de media hora), suponía el relevo generacional de padre a hijo (aunque Cardona júnior, el niño héroe de la película, no llevaba la sangre de El Médico) y la supervivencia de un héroe que, paradójicamente, no pasó de esta cinta, luego de haber debutado como un luchador más que sucumbe ante Adalberto Martínez Resortes (en El luchador fenómeno unos meses antes). Los combates, así como las llegadas tarde de la policía en el df de los cincuenta, son de antología.

PIQUETES A LOS OJOS

Se recomienda la versión digitalizada en dvd de este clásico (Zima Entertainment). Aunque no la sinopsis que dice que el héroe se pone la capucha del villano. ¡Órale! JXN


“Ni Crox ni yo, somos El Médico. Si no pregúntenle a Cesáreo Manrique.”


1953

Sindicato de telemirones

DIRECTOR: RENÉ CARDONA

REPARTO: TITO GUÍZAR (LUIS MANRIQUE), EMILIA GUIÚ (JULIA PINAL), EDUARDO NORIEGA (RAÚL DE LA TORRE), REBECA ITURBIDE (MARTA EUGENIA), ANTONIO ESPINO CLAVILLAZO (RAMÓN CODILLO)

El cantautor Luis intenta a toda costa vender sus canciones para pedir en matrimonio a su novia Julia. Desesperado, busca al magnate de la televisión Raúl de la Torre y le expone su interés por los que él llama “telemirones” (aquellos que observan la tv desde los escaparates de las tiendas), e inicia un programa producido por De la Torre para competir contra sus propias series televisivas, todo en busca del rating. Aconsejado por su futuro suegro, Luis se pone en contacto con Codillo, secretario del Sindicato de Telemirones, para que le eche la mano, y así su programa se vuelve un éxito. Al enterarse de la trampa el productor le quita el trabajo a Luis, y éste, por iniciativa de Codillo, se convierte en luchador y recibe una impresionante madriza (con esos huesitos de pollo, cómo no). De la Torre lo perdona y lo hace debutar ante las cámaras. Realizada al mismo tiempo que De ranchero a empresario, con igual reparto estelar, esta boba comedia protagonizada por la preciosa Guiú y el esmirriado Guízar tiene varios puntos de interés. De entrada, uno de los argumentistas del filme es Rafael García Travesí, futuro guionista de Santo contra las mujeres vampiro, El hacha diabólica, Santo contra el estrangulador y otras cintas del género del pancracio. Además, el nombre del personaje que hace Guízar corresponde al del productor de La Sombra Vengadora (Luis Manrique), y además de luchadores como Lalo el Exótico y El Indio Cacama, aparecen el cubano Dámaso Pérez Prado y su conjunto, así como los célebres Churumbeles de España con Mario del Rey. ra


1954

La Sombra Vengadora

DIRECTOR: RAFAEL BALEDÓN

REPARTO: ARMANDO SILVESTRE (EUGENIO), ALICIA CARO (MARGARITA), PEDRO DE AGUILLÓN (EDUARDO), RODOLFO LANDA (DOCTOR WILLIAMS), FERNANDO OSÉS (SIN CRÉDITO EN EL PAPEL DEL ENIGMÁTICO LUCHADOR JUSTICIERO LA SOMBRA)

Un malvado que se hace llamar La Mano Negra secuestra al Doctor Fuentes (Carlos Martínez Baena), quien ha descubierto una fórmula para producir drogas heroicas en forma sintética (ojo: estamos hablando de crack en los años cincuenta, cuando debe haber estado baratísimo), y para poder descifrarla, ya que Fuentes finge una parálisis para no decir nada, La Mano Negra rapta a varios científicos a quienes después asesina con la ayuda de “el hombre de los ojos amarillos”, que en realidad es un puma, debido a que se niegan a colaborar con él. Los hombres son arrojados en distintos lugares con una marca de garras en el rostro y una mano negra tatuada en el cuerpo. La prensa da fe de los hechos: “La Mano Negra sigue atacando” (Excélsior). El Doctor Williams, Eugenio, y su amigo Eduardo, discípulos del Doctor Fuentes, junto con Margarita, la hija de éste, y un luchador –quien cuelga su bata en un laboratorio para transformarse en La Sombra, portando una capa negra, mallas oscuras con una línea blanca que zigzaguea sobre la pierna izquierda y una máscara negra también cruzada por un rayo blanco–, enfrentan a la organización criminal de La Mano Negra. Éste se presenta ante sus secuaces totalmente enfundado en ropa negra con un antifaz que cubre su cara y con un sombrero, y lo hace a través de una suerte de proyección en un cristal –se trata de una silueta de cartón y una grabadora de carrete que reproduce su mensaje, de manera muy similar a la forma en que aparecía el villano en El Enmascarado de Plata–. La Sombra rescata a Margarita y a Eduardo cuando están a punto de perecer ahogados, protege a Williams y enfrenta finalmente a La Mano Negra, que resulta ser Igor (el genial costarricense afincado en México Yerye Beirute, que pelaba tamaños ojotes de maniático), el criado del propio Williams. El Servicio Secreto captura a la banda entera y La Sombra se despide mientras el Doctor Fuentes comenta: “La Sombra es un héroe. Pero un héroe de verdad... de los que luchan por el bien de la ciencia que es el bien de la humanidad. Miles y miles de jóvenes científicos nos defienden día y noche, metidos en su laboratorio, ignorados de todo el mundo, descubriendo nuevas fórmulas para un vivir mejor. En silencio, como debe ser impartido el bien. Desde la sombra…” (¡Ah chingá...!, mis respetos para Obón).


“Y espera que me veas con bigote”. Armando Silvestre portando el equipo de La Sombra Vengadora, mismo que se fusilaría El Rayo de Jalisco para definir su personaje.

Desde el arranque mismo, Baledón y su guionista impusieron un delirante ambiente de misterio que imitaba con gran eficacia los viejos seriales de aventuras de matiné. Es cierto, sí, que La Sombra Vengadora –el título original era el de La Sombra Siniestra– dista mucho de parecerse a las típicas muestras del género de la lucha libre cinematográfica. De hecho, se aproxima más a un thriller de acción y de suspenso con un luchador enmascarado de por medio, al que incluso jamás se le ve medir sus fuerzas en un ring; por ello hacia el final del filme el estupendo locutor y comediante Pedro de Aguillón aclara: “La vida es una novela policiaca”, y vaya que esta inquietante saga lo confirma. Y en efecto, a pesar de las enormes diferencias con las cintas del género, se trata de uno de los mejores y más excitantes ejemplos de un cine desbordante y abiertamente camp, como lo muestran los ataques del puma, la manera en que el villano emite sus órdenes, los peligros que acechan a los protagonistas, y las paredes que se abren para ocultar la guarida secreta de los villanos.


Pero sobre todo, la atlética presencia de La Sombra y sus increíbles acciones y acrobacias: corre por cornisas de viejas casonas, se balancea sobre un tablón que se encuentra al menos a tres metros de altura, algo en que ni los cirqueros del Atayde se aventaban. Realiza increíbles saltos desde azoteas o peñascos para caer en montículos de arena o sobre el toldo de un automóvil para después meterse en él en pleno movimiento. La notable pelea final entre Osés (La Sombra) y el luchador Indio Cacama (bajo el disfraz de La Mano Negra y o Igor) es realmente antológica.


Se trata de un filme sumamente entretenido, espectacular, excitante y vertiginoso –mi elección favorita del género–, con curiosidades como la absurda e innecesaria inclusión que se vuelve delirante de la interpretación del tema Guadalajara de Pepe Guízar; la estupenda fotografía expresionista de ese artesano de la luz que era Agustín Martínez Solares;


Yerye Beirute cubriendo a la verdadera Mano Negra.

la eficaz banda sonora de Sergio Guerrero; el doblaje que hacen Víctor Alcocer y el realizador Rafael Baledón –sin crédito–, aportando las voces de La Mano Negra y de la propia Sombra Vengadora, respectivamente; los escenarios en el entonces lejano pueblo de Xochimilco (pueden verse los canales y algunas de sus zonas altas y chance hasta el puerquito de María Candelaria); la presencia también sin crédito del villano Jorge Arriaga (El Balo o El Tuerto de Ustedes los ricos) como agente del Servicio Secreto mexicano, así como la de los luchadores, Roger López, Lobo Negro y del estupendo actor secundario Carlos Múzquiz y, como la Sombra en algunas tomas, Eduardo Bonada. RA

1954

La Sombra Vengadora vs.

La Mano Negra

DIRECTOR: RAFAEL BALEDÓN

REPARTO: ARMANDO SILVESTRE (EUGENIO), ALICIA CARO (MARGARITA), PEDRO DE AGUILLÓN (EDUARDO), RODOLFO LANDA (DOCTOR WILLIAMS), FERNANDO OSÉS (SIN CRÉDITO EN EL PAPEL DE LA SOMBRA)

El filme abre donde La Sombra Vengadora finalizaba, en el Servicio Secreto, ante los miembros de la banda, así como del Doctor Fuentes, Williams, Eugenio, Eduardo y Margarita. Un detective interroga a Igor, quien ha recibido una carta anónima con el dibujo de una mano negra. Es evidente que Igor encubre al verdadero cerebro del mal, y cuando está a punto de revelar su nombre muere envenenado. El Doctor Fuentes divide su fórmula en cuatro y reparte los pedazos entre su hija y sus amigos. Más tarde Margarita es secuestrada y puesta bajo el resguardo de un repulsivo jorobado (Guillermo Bravo Sosa) que intenta hacerle un lavado de cerebro y chance otras cochinadas; éste oculta su laboratorio en la casa de una costurera que nunca se entera de lo que pasa. Además La Mano Negra se apoya en una atractiva rubia (Sara Guash) que controla al puma Zombi, enviado para asesinar a sus enemigos (“Ataca Zombie, ataca”, dice). Finalmente el plan de La Sombra para acorralar a La Mano Negra funciona y se descubre que se trata del Doctor Williams (que años después sería la auténtica mano negra del cine mexicano cuando su hermano Luis Echeverría se montó en la silla del águila, Halcones de por medio, ya no pumas. Landa como gente de cine, impulsó la producción fílmica, lo que no haría la siguiente mano negra con guante blanco, Margarita López Portillo). Al final Eugenio porta la máscara de La Sombra, pero él no es el héroe, ya que la verdadera Sombra se despide desde afuera del hospital donde convalece Margarita y donde Eugenio le declara su amor. El héroe enmascarado deja unas líneas que lee el Doctor Fuentes en donde confiesa que no puede revelar su identidad, ya que aún hay mucho por hacer y confía en que no pocos lo imiten para luchar por un mundo mejor.


Se trata de una notable secuela, igualmente entretenida y delirante, con varias vueltas de tuerca y un argumento que juega con el espectador. Al igual que en su antecesora, Fernando Osés como La Sombra brinda verdaderos momentos de agasajo cinematográfico en sus espectaculares acrobacias. Prueba de ello es la secuencia que arranca en un edificio ubicado justo frente al viejo cine Estadio en la colonia Roma: perseguido por los tarados secuaces de La Mano Negra, La Sombra llega a un edificio en construcción, en una excitante escena de acción, similar a la persecución que hace La Sombra en un auto mientras intenta atrapar a Rafael Banquells y Sara Guash, quienes le llevan delantera y circulan a gran velocidad por el Viaducto Miguel Alemán, aún en construcción. Cuando la Sombra está a punto de atraparlos se atraviesa un chamaco baboso que se suelta de la mano de su abuela, quien parece ver a Rafael Baledón detrás de cámaras, diciendo: “¡Ya!”, y por ello el héroe tiene que frenarse para evitar arrollarlo. De nuevo aparecen Jorge Arriaga, Carlos Múzquiz y los luchadores Lobo Negro, Cacama, Roger López y Julio Macías. RA

1 148,15 ₽
Возрастное ограничение:
0+
Объем:
1072 стр. 755 иллюстраций
ISBN:
9786070249174
Правообладатель:
Bookwire
Формат скачивания:
epub, fb2, fb3, ios.epub, mobi, pdf, txt, zip

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