Читать книгу: «Ecumenismo», страница 5

Шрифт:

En el año 2006 no se presentó informe alguno y a partir del año siguiente comenzó a funcionar el actual equipo de ecumenismo de la CEP. En julio del 2007, se conformó dicho equipo con mons. Claudio Giménez como responsable y con la participación de laicos y laicas de diversos movimientos. La secretaría ejecutiva estuvo a cargo de la autora de este artículo hasta noviembre del 2011. La primera estrategia para ir consolidando el grupo fue la realización de algunos encuentros formativos, desde los Documentos del Concilio Vaticano II sobre Ecumenismo, a fin de conocerlos y llevar la tarea ecuménica adecuadamente. A inicios del 2008 se resolvió invitar a una primera reunión a varios pastores para intercambiar ideas. Asistieron pocos, pero hicieron de puente para posteriores encuentros en los que el grupo católico presentó dos temas: 1. El Documento de Aparecida en el capítulo relativo al Ecumenismo; y 2. La economía solidaria desde el punto de vista teórico y práctico. De cara al futuro se planteó como desafío establecer una coordinadora católica para llevar adelante el ecumenismo a nivel nacional. Por tal motivo se solicitó a obispos, en cuyas diócesis había personas de otras denominaciones cristianas, el envío de uno o dos representantes para tal conformación.

Empezado el año 2009, nos tocó presentar en Quito el mismo Documento de Aparecida ante obispos y laicos responsables de ecumenismo y compartir las experiencias en el camino ecuménico. El resumen presentado, relativo a los dos años de vida del equipo, señala entre otras actividades: encuentros con pastores de nueve denominaciones diferentes para tratar los recién mencionados temas, oración ecuménica con asistencia de setenta personas y un retiro de formación e intercambio de experiencias. Las iglesias con las que se trabajó ese año fueron las siguientes: Evangélica del Río de la Plata, Luterana, Menonita, Discípulos de Cristo, Bautista, Anglicana, Presbiteriana, Pentecostal y Comunidades Cristianas.

Durante el gobierno de Fernando Lugo (2008-2012), desde el Ministerio de Educación y Culto se convocó a una mesa de diálogo ecuménico e interreligioso para intercambiar ideas y establecer estrategias para realizar actividades tendientes al bien común. Como novedades resaltantes del año 2010 está la participación de tres ortodoxos en la celebración ecuménica del año y la constitución de un grupo de jóvenes de tres movimientos para formarlos y dar así continuidad a la tarea ecuménica. Esto último estuvo a cargo de dos miembros del equipo de la CEP. Un religioso y una religiosa se unieron al mismo, pero por situaciones diversas no pudieron permanecer30. Además, se estableció un frente común con la Federación por la Vida y la Familia (Fedavifa) y la Asociación de Pastores Evangélicos del Paraguay (APEP) para realizar manifestaciones a favor del matrimonio entre varón y mujer. Y de nuevo se cierra el año manifestando que el hallazgo de un frente en el cual trabajar concretamente con regularidad por el bien común había sido un desafío no logrado, así como tampoco la conformación del equipo nacional para el ecumenismo.

Para expandir la formación al interior del país, el equipo resolvió realizar viajes y así ayudar a integrar a otras personas con miras a la coordinadora nacional antes señalada. Así, en julio del 2011, algunos miembros se desplazaron a Filadelfia —Chaco paraguayo— a 470 km de Asunción, en donde se presentó a un grupo de jóvenes una breve historia del ecumenismo en el Paraguay y el Documento de Aparecida. Otro lugar al que fueron algunos miembros del equipo fue a Encarnación, ciudad sureña a 371 km de la capital, en donde se realizó un encuentro con laicos. A fin de año se recibió una invitación del Foro Cristiano Mundial para un congreso ecuménico en Costa Rica. Allí, en el compartir de las experiencias se señaló lo positivo que había resultado el dar participación al laicado en la tarea ecuménica en el Paraguay. A nivel regional se puso en evidencia que el argumento en el que la actividad ecuménica halló un espacio común de trabajo a favor de la sociedad fue la opción preferencial por los pobres y se instó a retomar ese compromiso31.

El año 2012, la secretaría estuvo a cargo del señor Aparicio Pereira. En el informe del año 2013 se señala que hubo poca concurrencia de los pastores a las convocatorias de la parte católica, motivo por el cual se resolvió proponer a los párrocos de la Arquidiócesis el envío de 2 personas para formarlas como agentes de pastoral ecuménica. Para ese efecto tuvo lugar una reunión a inicios de noviembre. Pero las dos personas convocadas para iniciar ese trabajo no se adhirieron a él por considerarlo demasiado esforzado. Se cerró el año el 27 de octubre con la oración por la paz organizada por la familia franciscana. Durante el año siguiente se mencionan actividades como el estudio por parte del equipo católico de la carta del papa a las familias, una conferencia organizada en forma conjunta en la Universidad Evangélica y reuniones quincenales con miembros de varias iglesias. También se mencionan las reuniones con el Canciller Nacional, Eladio Loizaga, y miembros de la Organización de Estados Americanos para armar un frente de defensa de la vida con motivo de la celebración de la reunión de la OEA en Asunción para tratar, entre otros, el tema de la legalización del aborto. Se realizaron manifestaciones multitudinarias en aquella ocasión (se estima que acudieron unas 40 000 personas). Entre las dificultades se señalan el escaso tiempo para la formación en temas ecuménicos y la distancia entre las diócesis, lo que imposibilita la participación de agentes pastorales del interior del país en los eventos formativos, celebrativos, etc. Y como desafíos se mencionan el lograr la adhesión de jóvenes y laicado en general a la tarea ecuménica y que las pastorales parroquiales incluyan el ecumenismo, involucrando en el mismo a grupos juveniles y movimientos eclesiales32.

Desde el 2015, durante la secretaría de la señora María Celia Taboada, se menciona como un logro importante la reunión del equipo católico para ecumenismo con miembros de las Asociaciones Evangélicas del Paraguay (Asiep) y la Asociación de Pastores Evangélicos del Paraguay (APEP) para elaborar un comunicado a la sociedad paraguaya en repudio al secuestro de Abrahán Fehr y Edelio Morínigo33. Esa reunión se llevó a cabo en la Parroquia Evangélica del Río de la Plata, en donde además se realizó una oración comunitaria. El comunicado expresaba la solidaridad con los secuestrados y se les solicitaba a las autoridades los esfuerzos necesarios para la liberación de estos, así como también la expansión de una cadena de oración para una convivencia pacífica, justa y libre en el Paraguay. Entre los desafíos para el trienio se menciona el seguimiento de la formación del equipo, la realización de encuentros y celebraciones ecuménicas, una mayor adhesión del laicado a la tarea ecuménica y el establecimiento de objetivos comunes para beneficiar a la sociedad paraguaya.

El año 2016 se inició con el cambio del obispo responsable del ecumenismo, pues mons. Claudio Giménez fue destinado a otras tareas. Asumió mons. Adalberto Martínez. La característica resaltante de ese año fue la participación de los miembros del equipo en encuentros formativos en el campo ecuménico tanto en Paraguay como en Argentina. También se realizaron oraciones ecuménicas con la participación de varios pastores, público en general y la familia franciscana, conmemorando con eso el encuentro de Juan Pablo II en Asís. No obstante, entre las dificultades se mencionan la falta de formación adecuada para el ecumenismo tanto en la pastoral en general como en el laicado en particular. Los desafíos señalados son la realización de reuniones formativas, encuentros ecuménicos para el conocimiento recíproco y el establecimiento de objetivos comunes para beneficiar a la sociedad, celebraciones ecuménicas y el hallazgo de referentes en otras diócesis para expandir la tarea ecuménica. Para esto se efectuaron visitas a Encarnación, Ciudad del Este y San Lorenzo34.

Conclusiones

Luego de la intolerancia religiosa propia de la Colonia, con la independencia nacional desde 1811 los primeros gobiernos promulgaron leyes que flexibilizaron esa postura. Pero fue la Constitución de 1870 la que introdujo la libertad de culto, razón por la cual los hermanos separados sitúan el comienzo del protestantismo en el Paraguay con esa Constitución. Entre los primeros misioneros estuvieron los miembros de las iglesias metodista, anglicana y luterana.

Por su parte, el movimiento ecuménico nace en el Paraguay por influjo del Concilio Vaticano II y se desarrolla durante los primeros años mediante retiros en común que propiciaron la estima recíproca. Pero con el clamor de Medellín en relación con la opción por los pobres, de a poco surgieron posturas encontradas en torno a ella y el grupo se dividió. Esto fue potenciado también por algunas acciones gubernamentales concretas que alentaron a grupos no católicos a realizar una predicación exenta de toda denuncia ante los abusos cometidos contra los derechos humanos. Con todo, en medio de tal situación nace en 1976 el Cipae, con el fin de velar por los derechos humanos, y en los años 80 el Fapam, para lograr una comercialización justa para humildes artesanos del Paraguay.

En esos primeros años las actividades ecuménicas más frecuentes son las oraciones en común, los encuentros de formación del equipo católico y algunos de formación conjunta sobre temas sociales. En cambio, el año 1992 reunió a católicos y no católicos en torno a propuestas para la nueva Constitución que sería promulgada, sobre todo con relación a la defensa de la vida desde la concepción, acción que resultó en que el tema se introdujo en el capítulo 4º de la nueva Carta Magna. Así se cerró el primer cuarto de siglo del ecumenismo en el Paraguay.

En cambio, en los últimos 25 años abundan actividades celebrativas y formativas, pero no se llevaron a cabo acciones sociales conjuntas promovidas por el equipo ecuménico dependiente de la CEP relacionadas con la opción preferencial por los pobres, puesta de relieve nuevamente en los últimos años en la Iglesia católica. Los temas que aglutinaron el frente común ecuménico fueron los relativos a la moral, tales como la defensa de los derechos del no nacido y el matrimonio entre varón y mujer.

Sin embargo, luego de una pausa, en relación con la participación de la Iglesia católica en el Cipae, en 1994, una diócesis católica pasa a integrar parte del Comité y a partir del 2000 lo integran también otras diócesis para acciones ecuménicas en beneficio de la sociedad. Esto ha sido un logro importante en lo que a compromiso social se refiere.

En el ámbito del ecumenismo promovido por la CEP, entre los principales logros del último cuarto de siglo hay que señalar la traducción de la Biblia al guaraní, la ley a favor de la objeción de conciencia frente al servicio militar, la ley de adecuación fiscal favorable a las iglesias y la estima recíproca entre las iglesias que poseen una relación regular y predisposición para la mutua colaboración.

Los desafíos señalados para adelante son, entre otros, la necesidad de expandir a nivel nacional el espíritu ecuménico, la adhesión al ecumenismo de parte de jóvenes y laicado en general, la participación de los miembros de la Confederación de Religiosos del Paraguay (Conferpar) para fortalecimiento de su tarea y el hallazgo de espacios en los cuales el compromiso social apunte a la opción preferencial por los pobres.

Todavía existen estos dos espacios ecuménicos paralelos, que caminan sin vinculación alguna en sus programas y acciones: el Equipo de Ecumenismo de la CEP y el Cipae. La pregunta que surge al ver este panorama y mirando la historia del ecumenismo en Paraguay es si la opción preferencial por los pobres seguirá dividiendo a los cristianos en el ámbito ecuménico como 50 años atrás cuando surgió el clamor de Medellín. ¿No estaremos perdiendo el tiempo y las fuerzas al no unirnos en torno a ese clamor que todavía hoy es una urgencia? El gran desafío es hallar puntos de encuentro en que cada equipo pueda aportar sus fortalezas. La CEP posee ricas experiencias en celebraciones litúrgicas, reflexiones espirituales y en acciones, sobre todo a favor de la moral. En cambio, el Cipae posee una importante tradición en el compromiso social concreto. Una vez obtenido el enriquecimiento mutuo, el siguiente paso sería extender el ecumenismo fuera de las cúpulas para contribuir cada vez más a la unidad de los cristianos.

La historia nos reclama. Tenemos dos opciones: o seguimos los signos de los tiempos y luchamos unidos por una sociedad más justa y fraterna, o seguimos en compartimientos estancos, faltando así a una crucial cita con la sociedad.

Notas:

1 Investigadora y docente de la Universidad Católica de Asunción, Paraguay, y secretaria de ecumenismo de la Conferencia Episcopal Paraguaya desde 2007 a 2011.

2 R. Plett, El Protestantismo en el Paraguay. Su aporte cultural, económico y espiritual, Facultad Latinoamericana de Estudios Teológicos, Asunción 1987, 10 y ss.

3 M. Durán, La Evangelización en Crónica Histórica Ilustrada del Paraguay, Quevedo, Asunción 1997, 228.

4 A. Seiferheld, Los judíos en el Paraguay, Intercontinental, Asunción 1981, 15 y ss.

5 Archivo Nacional de Asunción, vol. 272, Sección Historia.

6 Constitución de la República del Paraguay, 1992.

7 T. Goslin, Los evangélicos en América Latina, La Aurora, Buenos Aires 1970, 20 y ss.

8 Constitución de la República del Paraguay.

9 J. Valpuesta, El ecumenismo en el Paraguay, Paraquaria Teológica, Asunción 1987, 7 y ss.

10 Ibid.

11 Ibid., 10 y ss.

12 Ibid., 12.

13 Ibid., 12 y ss.

14 Archivo Conferencia Episcopal Paraguaya, Alberdi 782, Asunción, Paraguay (Acep), Informe de Ecumenismo 1970 y ss.

15 Acep, Informe de ecumenismo 1970 y ss.

16 J. Valpuesta, El ecumenismo en el Paraguay, 12 y ss.

17 Ibid.,15.

18 Ibid., 15 y ss.

19 Acep, Informe de Ecumenismo 1980 y ss.

20 R. Acosta, Ecumenismo y Espacio Público, Manuscrito Inédito, Asunción 2017, 4 y ss.

21 Acep, Informe de Ecumenismo 1980 y ss.

22 Ibid.

23 Ibid.

24 Ibid.

25 Acep, Informe de Ecumenismo 1991.

26 Acep, Informe de Ecumenismo 1992.

27 R. Acosta, Ecumenismo y Espacio Público, 7 y ss.

28 Acep, Informe de Ecumenismo 1998.

29 Acep, Informe de Ecumenismo 2000 y ss.

30 La Hermana Teresa Ferreira, Teresiana, fue enviada a Chile por su Congregación al poco tiempo de haber ingresado al equipo. Y el Padre Guido Acosta OMI atendía una parroquia en Filadelfia, a casi 500 kilómetros de Asunción, lo que dificultaba seguir con regularidad las actividades de dicho equipo.

31 Acep, Informe de Ecumenismo (D. Durán) 2008-2011.

32 Acep, Informe de Ecumenismo (A. Pereira) 2012-2014.

33 Abrahán Fehr, colono menonita de 36 años, fue secuestrado por el grupo armado EPP —Ejército del Pueblo Paraguayo— en la zona de Río Verde en agosto del 2015. Y Edelio Morínigo, agente policial de 31 años, en julio del 2014, por el mismo grupo. Fehr fue hallado sin vida dos años más tarde; y Morínigo sigue desaparecido.

34 Acep, Informe de Ecumenismo (M. C. Taboada) 2015-2017.

V

Elementos para una historia del ecumenismo en Brasil


Elías Wolff 1

El autor presenta la historia del movimiento ecuménico en Brasil desde el trasfondo del pluralismo religioso y los desafíos que este implica para el anuncio del evangelio y desde la diversidad de las comunidades cristianas. Además, muestra desafíos que imponen para el ecumenismo las diversas características y carencias de la multiplicidad de comunidades eclesiales que tensionan la posibilidad y el desarrollo del diálogo ecuménico, ala vez, que los alcances prácticos del movimiento ecuménico en Brasil y sus relaciones con el movimiento ecuménico internacional. Finalmente, expone los desafíos, las metas y propuestas del movimiento ecuménico en Brasil.


La expresión de la fe cristiana en Brasil acontece en un contexto de pluralismo eclesial, religioso y social que presenta desafíos para la misión que tienen las iglesias de proclamar el evangelio. En este contexto, la relación entre los cristianos asume formas que se contradicen, como, por un lado, el denominacionalismo, el sectarismo, el proselitismo y, por otro, la búsqueda de aproximación, de diálogo y de cooperación. Esta realidad desafía a la aspiración ecuménica de congregar a los cristianos en una comunidad que sea por todos reconocida como la iglesia de Jesucristo. El objetivo de esta investigación es analizar en el proceso histórico del cristianismo en Brasil cuáles son los elementos que permiten constatar cómo las iglesias establecen relaciones entre sí y el nivel y la relevancia de estas relaciones para la construcción de caminos hacia la unidad cristiana. Se trata de un intento de sistematización de la historia del movimiento ecuménico en Brasil, identificando sus principales actores, sus etapas, sus horizontes, los desafíos y los resultados ya alcanzados. También busca mostrar la relación de las iniciativas ecuménicas en Brasil con el movimiento ecuménico internacional, en el ámbito latinoamericano y mundial, verificando las influencias mutuas que posibilitan la suma de los esfuerzos en pro de la unidad cristiana.

La carencia de la conciencia histórico-teológica del ecumenismo en Brasil

Los estudios históricos, teológicos y pastorales de las iglesias en Brasil se presentan casi exclusivamente en su aspecto confesional, con profundas carencias en la presentación de sus relaciones ecuménicas. Pocas iglesias en Brasil fueron objeto de estudio en su compromiso ecuménico, y raros son los investigadores que se dedican a un análisis sobre la historia, las razones teológicas y los medios del movimiento ecuménico local.

Sin embargo, se observa que todas las iglesias llamadas “históricas” poseen orientaciones sobre el ecumenismo y desarrollan una experiencia de diálogo ecuménico que urge ser analizada. Esa experiencia es vivida en diferentes modos y organizaciones, según las iglesias implicadas en ella, y posibilita visualizar los elementos que permiten afirmar la existencia de una práctica ecuménica de los cristianos en Brasil, constituyendo el “movimiento ecuménico” a nivel nacional. En este estudio priorizamos las relaciones entre las iglesias y las organizaciones que están más directamente sintonizadas con el Consejo Nacional de Iglesias Cristianas de Brasil (Conic) 2.

Percances históricos del camino ecuménico en Brasil

La historia del cristianismo en Brasil está configurada por el pluralismo eclesial y en este contexto hay tensiones y conflictos, particularmente entre el catolicismo y el protestantismo. Los percances en las relaciones entre las iglesias son principalmente de tres naturalezas:

a) Jurídica : por el hecho de que la Iglesia católica romana ha sido la iglesia oficial desde el inicio del Brasil colonial (1500) hasta el período de la República (1890). Cuando las denominaciones protestantes llegaron a Brasil, no encontraron ninguna tolerancia para sus manifestaciones de fe, y la iglesia oficial consideraba a los no católicos como herejes, peligrosos, malos, paganos 3. Por otro lado, el protestantismo, sobre todo el de carácter misionero, consideraba a la Iglesia católica como idólatra y buscaba eliminar las “supersticiones católicas”, consideradas la causa del atraso material y moral del pueblo 4. Las relaciones entre los cristianos pasaron por tres modalidades de implicaciones jurídicas: 1) De prohibición del pluralismo eclesial (1500-1800), ya que la iglesia de la Colonia tenía jurisdicción como iglesia de la metrópolis, prohibiendo otras expresiones de fe en el Brasil colonial. Los evangélicos y anglicanos vivían su fe procurando evitar confrontaciones con las autoridades, puesto que su comportamiento religioso era considerado ilegal 5. 2) De tolerancia: en el período del Brasil imperial (1800-1900) surgieron nuevas situaciones que favorecieron la penetración de cristianos de diferentes iglesias, sobre todo cuando el gobierno portugués pasó a vivir bajo la protección de Inglaterra. Problemas sociales y políticos 6 afectaron directamente a la Iglesia católica, de algún modo abriendo posibilidades para que ideas protestantes entraran en sectores de la población, sobre todo en las clases medias y altas. Los acuerdos comerciales entre Portugal e Inglaterra favorecieron la entrada de cristianos de las diferentes iglesias en Brasil. Estos pasaron a gozar de una libertad parcial para expresar sus convicciones religiosas, protegidos por el Artículo V de la Constitución del Imperio de 1824. 3) De legitimación: con el Brasil de la República, a partir de 1890, las restricciones religiosas que aún se mantenían en el Brasil imperial (ligadas a la construcción de templos, o reconocimiento civil de los matrimonios y el registro de los niños, entre otros) fueron al poco tiempo desapareciendo del Código Civil brasilero, y las iglesias evangélicas y anglicanas empezaron a ganar espacio público. Este proceso culminó con la abolición, al menos legal, de toda restricción religiosa con el Decreto n.º 119-A, del 7 de enero de 1890, que abandonaba definitivamente una religión oficial para la nación.

b) Teológico-doctrinal : el fin de las polémicas en el ámbito de la ley civil no significó el fin de las tensiones en las relaciones intereclesiales, que conservaron sus motivaciones doctrinales. El axioma salus extra ecclesiam non est 7, aplicado de forma exclusiva a la Iglesia católica, es cuestionado por el establecimiento de las colonias protestantes en el país. En la base de la polémica teológico-doctrinal está la contraposición entre la “Iglesia de los sacramentos” versus la “Iglesia de la palabra”, base sobre la cual se apoyan otros elementos de la confrontación, como el carácter mediador de las estructuras eclesiales y de los ministerios como siendo de iure divino; la relación entre escritura y tradición; el número de los sacramentos; el principio sola scriptura, sola gratia, sola fide; la comprensión racional de la fe, por un lado, y las tendencias pietistas, puritanas y fundamentalistas, por otro; la tendencia al relativismo de los elementos institucionales en la iglesia; lo individual y lo comunitario en la vivencia de la fe.

c) Pastoral : los elementos de carácter histórico y doctrinal influenciaron determinantemente en las motivaciones y estrategias del proceso de evangelización en las diferentes iglesias. Inicialmente, esas motivaciones asumen aires de conquista y defensa del espacio religioso. Los misioneros evangélicos buscan establecer una nueva orden religiosa, necesitando para ello conquistar el espacio público ocupado por la orden vigente. El catolicismo romano buscaba defender la legitimidad de sus espacios sagrados, reforzando sus bases catequéticas, devocionales y estructurales. En la actualidad, las motivaciones de “conquista” y “defensa” no son explícitas como en el período de la polémica. Pero las iglesias no siempre consiguen demarcar suficientemente las fronteras entre “evangelización” y “proselitismo”, “conquista” y “defensa”. La falta de cooperación ecuménica en la evangelización es síntoma de las diferencias existentes en la comprensión de la evangelización tanto en su contenido como en las finalidades y estrategias.

Elementos de la historia del movimiento ecuménico en Brasil

La comprensión de los caminos de la unidad cristiana en Brasil exige un análisis de sus inicios, sus desarrollos, sus diferentes etapas, los hechos y agentes en ellos implicados. Es una tarea demasiado exigente para ser hecha en un solo momento, y naturalmente no tenemos aquí las condiciones para tanto. Pero podemos presentar los principales trazos de esta historia.

En primer lugar, es posible constatar que la complejidad del pluralismo eclesial, religioso y social no impide del todo la existencia de relaciones intereclesiales, que asumen perspectivas diferentes conforme a los contextos y a los agentes implicados en ellas. De esta manera, es posible verificar elementos de la historia del movimiento ecuménico en Brasil en su dinamismo y perspectivas. La base material de esta historia está en las iniciativas concretas tomadas por individuos, iglesias y organizaciones ecuménicas. La base teórica está en los documentos oficiales de las iglesias, en los principios de los organismos ecuménicos y en las reflexiones de los teólogos.

La necesidad de una periodización histórica del ecumenismo brasilero se presenta como uno de los muchos desafíos que deben ser enfrentados. Este no puede ser incluido sin más en las etapas del ecumenismo de todo el continente 8 porque posee peculiaridades que permiten distinguir tres períodos:

a) Primer período (1903-1957): es caracterizado por un diálogo que acontece exclusivamente al interior del protestantismo de misión y va desde la creación del primer organismo ecuménico en Brasil, la Alianza Evangélica Brasilera (1903), hasta las vísperas del Concilio Vaticano II. La principal característica de este período es la postura anticatólica y denominacionalista del protestantismo misionero, representado sobre todo por metodistas y presbiterianos, haciendo que el diálogo asuma aires de un “panprotestantismo”.

b) El segundo período (1957-1982): presenta nuevas características debido al ingreso en el diálogo ecuménico de la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana de Brasil, la Iglesia Episcopal Anglicana de Brasil y la Iglesia católica romana cuando muchas de las iniciativas del protestantismo misionero pasaron a ser parte de un proyecto de unidad más amplio 9. El año 1957 es significativo por la creación del primer organismo ecuménico que cuenta con la presencia de cristianos católicos y que trató de cuestiones teológicas: el Grupo Ecuménico de Reflexión Teológica (GERT), compuesto por luteranos, metodistas, anglicanos y católicos. A partir de la década de los 60, la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB, 1952) procuró concretizar las orientaciones del Vaticano II sobre el ecumenismo, contemplándola en sus Directrices Generales de Acción Pastoral 10. En este período el movimiento ecuménico pasó a desarrollarse de modo más orgánico, recibiendo estructuras/organismos que le posibilitan dar pasos más firmes en el camino de la unidad 11. La novedad es que ahora los líderes eclesiásticos intensifican el diálogo, cuya importancia consiste en tres principales factores: el crecimiento del conocimiento mutuo y de la formación de la conciencia ecuménica; el diálogo sobre cuestiones pastorales y doctrinales (sobre todo en los 14 encuentros de los dirigentes de iglesias de 1974 a 1982); la toma de posiciones comunes sobre cuestiones sociales. En el aspecto teológico-doctrinal, el principal resultado de ese período fue el acuerdo sobre el mutuo reconocimiento del bautismo, realizado entre católicos, luteranos y anglicanos (16/05/1978).

c) El tercer y actual período va desde la creación del Consejo Nacional de Iglesias Cristianas de Brasil (Conic) (1982) hasta hoy. Es el momento de consolidación de iniciativas tomadas en los períodos precedentes, como el incremento de las preocupaciones teológicas y de la acción conjunta. Dos hechos acreditan esto: 1) Los seminarios de estudios sobre temas como el Bautismo, Eucaristía y Ministerios (BEM, Curitiba, 1985), la doctrina de la justificación por la fe (Porto Alegre, 1998), la hospitalidad eucarística (Brasilia, 1999), el bautismo común (2006), la misión en perspectiva ecuménica (2014), la opción por el diálogo interreligioso (2014). 2) La cooperación en la acción, como la actuación de cristianos evangélicos en las pastorales sociales de la Iglesia católica; el establecimiento de áreas comunes de misión en algunas regiones de Brasil (Morro de Santa Teresa, Porto Alegre) y la Campaña de la Fraternidad Ecuménica, realizada en el período cuaresmal en los años 2000, 2005, 2010 y 2016. En este período, es a través de Conic que acontece el diálogo multilateral sobre temáticas teológicas y pastorales, siendo ese organismo la evidencia de un importante progreso del ecumenismo en Brasil, esperando que el proceso de la unidad, aunque avance con dificultad, sea irreversible.

Cosechando los frutos

En este camino, algunas etapas ya fueron superadas: 1) El diálogo que buscaba un “panprotestantismo” de los primeros tiempos del movimiento ecuménico en Brasil. El diálogo ocurre hoy en un esfuerzo de desarme de los espíritus de polémica y apología poco caritativa, adoptando actitudes de humildad y de respeto mutuo. Junto con la afirmación de la propia identidad, el diálogo exige una disposición de apertura para “descubrimientos inesperados” (UUS 38) de la verdad cristiana, reconocidos en la identidad de los otros. 2) La tendencia a la uniformidad. Hoy se busca valorizar la pluralidad en los modos de participar del diálogo. De aquí la posibilidad para entender la diversidad como legítimas expresiones de la única verdad del evangelio. 3) El ecumenismo apenas de cúpula. Se busca desarrollar en las comunidades de los fieles la conciencia de que el ecumenismo es una responsabilidad común de todo bautizado, conforme a las potencialidades y límites de cada uno. 4) En las comunidades, la convivencia, el respeto mutuo y la cooperación van superando el prejuicio y el distanciamiento entre cristianos de diferentes iglesias.

Por esa razón, es posible afirmar que: a) existe en Brasil un camino rumbo a la unidad cristiana, la que permite verificar los horizontes de unidad y la intensidad del compromiso de los cristianos en ese proceso. El camino es lento y difícil, pero la experiencia del diálogo local afirma la posibilidad del encuentro y de la reciprocidad. b) La cuestión ecuménica no es afrontada por modismo, sino por los desafíos que presenta la respuesta de fe al deseo de unidad manifestado por Cristo: “que todos sean uno” (Jn 17,21). c) La búsqueda de la unidad en la fe está directamente relacionada con la búsqueda de la unidad visible de la iglesia. Lo que se busca es la unidad de todo el pueblo de Dios en una comunidad una, santa, católica y apostólica, unida por el Espíritu en torno a un solo pastor, Jesucristo, para la gloria de Dios Padre. d) En su naturaleza más profunda, la iglesia es comprendida como la realidad de koinonía. Aunque sin definir con claridad, el diálogo local entiende que la koinonía, en la perspectiva cristiana, tiene a la Trinidad como principio y modelo, y aparece como algo que va más allá de toda uniformidad y de la simple diversidad reconciliada, cuya mayor expresión sería la comunión eucarística, celebrada por pastores cuyo ministerio sea mutuamente reconocido. e) El diálogo es contextualizado, posibilitando la vinculación entre unidad en la fe y la construcción de una sociedad justa y solidaria. f) Los frutos están apareciendo: en las relaciones entre los dirigentes eclesiásticos existe la localización de puntos de encuentro y la mutua búsqueda de acercamiento a nivel teológico-doctrinal, se llegó a acuerdos como el mutuo reconocimiento del bautismo y el establecimiento de una base común para el diálogo, sobre todo entre las iglesias de Conic. g) Entre las características generales de diálogo local, se puede afirmar que este es universal, por la pluralidad de las cuestiones abordadas; diferenciado, por la diversidad de sus sujetos; recíprocamente abierto, por la convicción de que el ecumenismo no se construye a una sola mano.

1 049,10 ₽
Возрастное ограничение:
0+
Объем:
463 стр. 6 иллюстраций
ISBN:
9789563573084
Редактор:
Правообладатель:
Bookwire
Формат скачивания:
epub, fb2, fb3, ios.epub, mobi, pdf, txt, zip

С этой книгой читают