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Nueva Venecia, Trojas de Cataca y Buenavista: pueblos palafitos a visitar

La palabra palafitos significa viviendas apoyadas en pilares o simples estacas, o casas en el agua construidas sobre cuerpos de aguas tranquilas como lagos, lagunas y caños, aunque también son construidas en tierra firme y a orilla del mar.


La iglesia del pueblo de Nueva Venecia.

El origen, de acuerdo con algunos de sus habitantes, se remonta a hace más de 200 años. La pesca ha sido la principal fuente económica de estos pueblos, así que, por no contar con servicio eléctrico, el pescado conseguido en su faena era ahumado o salado para después comercializarlo en las poblaciones o ciudades cercanas. Tal faena se desarrollaba en las orillas de la ciénaga, aunque en muchas ocasiones se perdía parte de lo producido por acciones de animales o aves que los hurtaban para su consumo. Por esto, los habitantes decidieron construir unos refugios en medio de la ciénaga para evitar el saqueo y la perdida de sus productos. De esta forma fue que nacieron los pueblos palafitos de la Ciénaga Grande. De otro lado, también puede decirse que estos nacieron de la necesidad de crear rutas comerciales para salir al río Magdalena.


Sus habitantes tienen una singular destreza de las canoas desde pequeños.

Pese a las adversidades como los terribles ataques paramilitares que acabaron con la vida de muchos de sus habitantes, el desplazamiento forzoso por las amenazas, la continua mortandad de peces por problemas de contaminación y la falta de servicios públicos eficientes, los habitantes se han sabido sobreponer y hoy están tratando de establecer unas organizaciones comunales con la ayuda del gobierno para apoyarse en el turismo como otra fuente de ingreso.

Los habitantes de estas comunidades son gente amable, tranquila, donde no se ve la violencia o el hurto. Cuando hay eventos importantes como fiestas, matrimonios o cumpleaños, no es raro que los lugareños inviten a los visitantes para compartir con ellos, dado su carácter jovial.

El medio principal de transporte es la canoa o chalupa, y desde muy jóvenes los habitantes aprenden el uso de estas embarcaciones. Después de las 5 p.m., la mayoría de sus habitantes regresan de sus faenas de pesca y salen a la puerta de sus casas a estar en familia o socializar con los vecinos. Un recorrido en bote a estas horas por los diferentes lugares del pueblo, con sus coloridas casas y las familias afuera compartiendo, es una experiencia única que no se debería perder.


Niño del pueblo llegando a la cancha de futbol.

Para llegar a estos lugares es necesario hacer un recorrido en lancha de entre una hora y hora y 45 minutos. La embarcación sale de alguno de los muelles ubicados al lado de la carretera que va de Ciénaga a Barranquilla. El recorrido es en lancha con chalecos salvavidas. En algunas casas de los pueblos a visitar, se presta el servicio de alojamiento con alimentación lo cual es ideal para una experiencia vivencial.


Escuela en Nueva Venecia.

Nueva Venecia es el mayor de estos pueblos. Cuenta con aproximadamente 560 casas y 3.000 habitantes. Tiene un puesto de salud con una lancha a disposición para trasladar a los enfermos a tierra firme, puesto de policía, escuelas, iglesia, salón comunal y hasta una cancha de futbol recientemente donada por el futbolista Radamel Falcao García. Desde hace poco, la población cuenta con servicio eléctrico y se están haciendo estudios para llevar agua potable, alcantarillado y hacer un centro de acopio para los desechos sólidos.

Buenavista es el segundo en tamaño con aproximadamente 300 casas y 2.000 habitantes. También cuenta con servicio de electricidad, puesto de salud y escuelas. Es la más cercana a la población de Ciénaga, aproximadamente 50 minutos en lancha.

Las Trojas de Cataca es el menor de los tres pueblos, con 160 casas y aproximadamente 1.900 personas. Trojas de Cataca tuvo una gran época como despensa piscícola de la región, pero hoy el número de habitantes ha decrecido por la falta de peces y otros problemas ambientales y de infraestructura. A diferencia de las dos anteriores, la acumulación de sedimentos traídos por el río Aracataca ha hecho que este lugar cuente cada día con más terreno seco, por lo que está perdiendo su atractivo como pueblo palafito.


Vista aérea de las maravillosas playas de la franja oriental del Magdalena.

Ruta 4
→sol y mar
Turismo de sol y playa

Este tipo de turismo se puede definir como aquellos viajes que se hacen a litorales costeros y las actividades que se realizan en este. Es el principal segmento del mercado turístico y algunas zonas consolidadas en el mundo para esta forma de turismo son la Costa Mediterránea y el Caribe.

El departamento del Magdalena tiene una amplia línea costera en el cálido mar Caribe que proporciona, además de unas bellas playas, atardeceres mágicos y contrastes únicos entre el intenso azul del mar y el verde esmeralda del majestuoso bosque tropical de la Sierra Nevada de Santa Marta.

La línea costera del departamento del Magdalena tiene una extensión de aproximadamente 170 kilómetros. Se divide en dos grandes zonas: la región del delta del río Magdalena, desde Bocas de Ceniza en la parte Oeste del Parque Nacional Natural Isla de Salamanca, pasando por Pueblo Viejo, Tasajera y Ciénaga, hasta Pozos Colorados en Santa Marta; y la parte costera nororiental rodeada de las montañas de la Sierra Nevada hacia el Este, comprendida entre Taganga y la desembocadura del río Palomino.

El Parque Nacional Natural Tayrona

Aquellos que lo visitan por primera vez, solo expresan elogios para este hermoso paraíso de aguas cristalinas y cálidas, playas vírgenes de arenas blancas rodeadas por un bosque tropical rico en fauna y flora, esplendorosas formaciones rocosas, acantilados y pequeñas ensenadas siempre acompañadas por el brillante sol caribeño.

Este territorio de 15.000 hectáreas, 12.000 de tierra y 3000 marinas, fue declarado Parque Nacional Natural en 1964 y luego modificado para expandirlo en 1969. Actualmente se extiende desde las ensenadas del Venado y Granate, cerca de Taganga, y termina en el rio Piedras. Tiene tres entradas principales: Neguanje, Calabazos y Cañaveral. Además, su temperatura promedio oscila entre los 27 y los 34 grados centígrados y se encuentra entre los 0 y los 900 metros sobre el nivel del mar.


Franja costera oriental del Parque Natural Tayrona.

El Parque Nacional Tayrona es considerado “La Joya de la Corona” de todos los parques naturales de Colombia, debido a su alta ocupación durante todo el año y su exuberante belleza. Este parque es un excelente lugar para el ecoturismo por su abundante vegetación de bosque seco tropical, donde sobresalen las especies de árboles como la ceiba, la palma de coco, el trupillo, el dividivi, las flores silvestres y exóticas; por su fauna con monos aulladores y capuchinos, insectos, reptiles, aves como loros y guacamayas, diferentes tipos de colibríes; y por su riqueza de fauna marina como peces endémicos de los arrecifes de este parque, que se pueden observar con la ayuda de una careta o máscara para agua.

Granate

El recorrido de las playas del Parque Tayrona inicia con esta ensenada, la cual está en un pequeño acantilado y una zona de corales, ideal para practicar esnórquel o careteo. Aunque se encuentra dentro del PNNT, no se cobra el ingreso.


Ensenada de Granate a veinte minutos de Taganga.

Granate está localizada a veinte minutos desde Taganga, transportándose en lanchas operadas por pescadores, y el recorrido tiene un valor de entre 150 mil a 300 mil pesos, dependiendo del número de personas. En él está incluido el almuerzo con pescado fresco frito y patacones. También se puede ir en un recorrido de tres horas a través de las montañas por un sendero rocoso y de vegetación seca espinosa, acompañado por un guía local. Aunque el camino es un poco arduo y las temperaturas lo hacen más difícil, el maravilloso paisaje, ideal para unas fotos de postal, hace de este viaje una experiencia inolvidable.

La Playa de Bahía Concha o Villa Concha

Este lugar ha sido por cientos de años hogar de familias dedicadas a la pesca artesanal. Desde el mes de mayo de 2019, Parques Nacionales tomo el control de la entrada a este balneario, el cual era manejado por particulares propietarios de los terrenos por los que se accedía a este lugar. Y como medidas de protección del ambiente, se restringieron los días de visita a solo los jueves, viernes, sábados y domingos, se cobra solo $ 3.000 por un seguro, pero los precios serán cambiados mas adelante.


Playa de Bahía Concha o Villa Concha.

Se puede llegar a Bahía Concha en su propio transporte, contratar los servicios de un tour operador o ir en lancha desde Taganga. El trayecto en carro dura unos 25 minutos desde el barrio Bastidas, por una carretera sin pavimentar. Por mar puede costar entre $200.000 y $400.000 pesos. Los operadores turísticos cobran entre $70.000 y $100.000 pesos por persona incluyendo transporte, entrada y guía. La playa es amplia, de aproximadamente un kilómetro de largo, con aguas cristalinas que invitan a los visitantes a relajarse, nadar, bucear o disfrutar del espectacular paisaje del mar y las montañas. No hay hoteles u otros tipos de alojamientos aquí, excepto un área de camping donde cobran $15.000 pesos por persona. Adicionalmente, hay una serie de restaurantes típicos que ofrecen comida de mar a unos precios negociables, dependiendo del tamaño del pescado.

Entrada al Parque Tayrona por Palangana

Esta es la primera entrada al PNNT( Parque Natural Nacional tayrona), está aproximadamente a 25 minutos de Santa Marta. Hay una tarifa de entrada de entre $18.000 y $28.500 pesos para nacionales, dependiendo de la edad y la temporada, y entre $53.500 y $63.500 pesos para extranjeros, dependiendo de la temporada y $14.000 pesos por vehículo. Hay una serie de descuentos y para eso puede consultar la página de Parques Nacionales.


Peaje para entrar a Neguanje.

Si no se quiere contratar los servicios de una agencia de viajes operadora o no se cuenta con su propio transporte, es posible ir al mercado público de Santa Marta de donde salen unos vehículos desde las primeras horas de la mañana, los cuales son los encargados de llevar las provisiones a las personas que viven en la zona. Solo salen dos vehículos, uno a las 6:30 a.m. y el otro a las 7:30 a.m., y se regresan tipo 3:00 p.m.

A continuación se describen las hermosas playas que se encuentran en ese sector del Parque Tayrona.

Playa Gairaca

Después de pagar el peaje y el importe de Parques (ya dentro del mismo), se sigue por un camino semi-pavimentado que atraviesa una serie de montañas, hasta llegar a la bahía de Gairaca, la cual se encuentra al lado izquierdo del camino. El recorrido demora entre 20 o 25 minutos desde el peaje.


Playa Gairaca.

Gairaca fue un asentamiento indígena y, por tal motivo, a veces se pueden encontrar pedazos de jarrones y cerámica pertenecientes a la cultura Tairona. Hoy está habitado por personas dedicadas a la pesca, el turismo y en atender los restaurantes.


Pescador arreglando sus aparejos de pesca en playa de Gairaca.

Gairaca tiene tres playas: del Amor, Amalfi y Hermosa. Estas están conectadas por unos senderos ecológicos. Tienen unos arrecifes coralinos que son zona protegida, la pesca artesanal solo está permitida para los locales, la deportiva está prohibida.

Playa Chengue

No hay carretera para llegar a esta playa. Solo hay un sendero en medio de las montañas rodeado de una vegetación de trópico y con una hermosa vista del mar Caribe. Se permite hacer la caminata si se está acompañado por un guía de la región. Su recorrido es de aproximadamente dos horas. También se puede hacer por lancha operada por los pescadores locales con un costo de entre $120.000 y $150.000 pesos, ida y regreso.

Chengue tiene una laguna rodeada de manglares que sirven de vivero o criadero para muchas especies de peces. Dicha laguna está conectada al mar por un pequeño canal y a este llegan muchas aves para descansar y alimentarse durante su viaje de migración hacia el sur.

Por la dificultad de llegar y la restricción de estadía, se puede decir que el estar en esa playa es como si se estuviese en una playa privada. Aquí, además, se puede disfrutar de un delicioso almuerzo de pescado fresco preparado por la familia que habita el lugar. No se permite acampar, pescar ni colocar música en volumen alto.

Playa Siete Olas


Playa Siete Olas.

Diez minutos después de pasar el desvío que lleva a Gairaca, se llega a un mirador desde el cual se puede observar Siete Olas y otras playas del parque. La vista simplemente deja a las personas sin respiración de la emoción. No es permitido bañarse en esta playa debido al fuerte oleaje y las corrientes.

Playa Neguanje

Unos 15 minutos más adelante, por la misma carretera, llegamos a la playa de Neguanje, la cual fue un cementerio de la tribu Neguanje de los Taironas. Esta playa tiene más de un kilómetro de largo y está rodeada de las montañas de la Sierra Nevada. Es ideal para actividades acuáticas y cuenta con parqueadero, restaurantes que ofrecen pescado recién atrapado a unos precios razonables, y una zona de camping, pero es mejor llevar su propia agua para el consumo y el aseo, toda vez que el lugar no tiene un afluente más que solo una pequeña laguna de agua salobre. Su mar es limpio y muy tranquilo.

Playa Cristal

Se llega a esta playa desde Neguanje por tierra (25 minutos) o en bote (10). Estos últimos son operados por la comunidad a través de una organización de pescadores. Esta playa solía llamarse Playa del Muerto, pero el nombre fue cambiado porque no está de acuerdo con su belleza. Esta es la más visitada de las playas de este sector del Parque.


Playa Cristal.

Allí viven unas familias que anteriormente se dedicaban a la pesca, pero hoy, debido a la prohibición, están dedicadas al turismo y han sido entrenadas por entidades gubernamentales en cuanto a la atención efectiva del turista, el manejo de alimentos, entre otros. La playa cuenta con carpas que respetan el espacio del bañista, con una pequeña zona de corales para observación de peces. No se puede acampar y solo se puede pernoctar si se es invitado o se cuenta con el permiso de los lugareños.


Vista panorámica de Playa Cristal desde uno de sus cerros circundantes.

Playa Cinto

Cinto es probablemente la playa con el más lindo paisaje donde se combina la majestuosidad de la Sierra Nevada, el cálido mar Caribe, la blancura de sus playas y una fértil región coralina. El acceso a esta playa se puede hacer en lancha, en un recorrido desde Neguanje de aproximadamente 25 minutos, que puede costar entre $250.000 a $300.000 pesos en bote; o a pie por un sendero rocoso a través de una espesa vegetación, recorrido que dura aproximadamente dos horas y media y en el que se pueden escuchar monos aulladores y un sinnúmero de aves. Para este recorrido a pie es necesario ir acompañado de un guía local.


Playa de Cinto de gran belleza.

Esta playa cuenta con un pequeño riachuelo de aguas provenientes de las montañas que sirven para proveer del preciado líquido tanto a los pescadores que lo habitan como a las casas de personajes famosos como Carlos Vives.

En un día cualquiera se puede ver un gran número de lujosos yates anclados cerca de sus orillas, cuyos dueños están visitando sus villas. No se permite acampar, y solo pernoctar con un permiso especial.

Playas de Guachaquita y Palmarito


Playas de Palmarito, paraíso tropical al que solo se puede llegar en lancha.

Estas dos playas son de una belleza indescriptible, pero no tienen senderos oficiales. Solo guías expertos locales pueden llevarlo allá por senderos sin demarcar. Por mar, el viaje puede costar aproximadamente $400.000 pesos desde Taganga y demora entre una hora y hora y media, dependiendo del motor que se use. Hay unos bohíos donde se está ofertando hospedaje y alimentación, pero estos servicios los ofertan desde Taganga, toda vez que los lugares no cuentan con servicio de energía eléctrica. En estas playas vírgenes se hallan unas pequeñas zonas de corales donde se pueden apreciar un sinnúmero de peces coralinos.

Playa Brava

Algunos campesinos de Calabazos, al igual que forasteros, han organizado hospedajes rústicos por los senderos que te llevan a esta espectacular playa desde Calabazos, donde además te ofrecen alimentación y acompañamiento hacia otras playas y Pueblito.

Playa Brava deriva su nombre por el fuerte oleaje y corriente, pero el paisaje y la tranquilidad del lugar hacen que visitarlo sea el encuentro de un paraíso perdido.

Entrada al parque por el Zaino


Entrada al parque Tayrona por El Zaino, su principal vía de ingreso.

Esta es la entrada principal y por ella ingresan la mayoría de visitantes al Parque Tayrona. Está a una hora de la ciudad de Santa Marta. Ahí se encuentran las oficinas de atención a los visitantes y es el lugar en donde se recibe una charla informativa de cómo es el parque, lugares a visitar, fauna y flora y el comportamiento que se debe presentar dentro de él. Al igual que las anteriores entradas, se debe pagar y presentar los documentos necesarios para los descuentos que aplican a cierta población. En la época de temporada alta este proceso puede demorarse más de tres horas y algunas veces debido a la alta ocupación y capacidad de carga permitida por día, se debe esperar para ingresar hasta el día siguiente.

Cañaveral


La Piscinita en Cañaveral.

Esta playa está localizada a quince minutos de la entrada de El Zaino y a ella se puede llegar caminando o en vehículos que cobran la suma de $4.000 pesos por persona. Esta hermosa playa está rodeada por una selva tropical y la espectacular vista del mar Caribe. Hay una zona acondicionada para camping, que puede acomodar hasta 200 carpas, con electricidad y baños. Es un lugar ideal para estar en contacto con la naturaleza, pero no es adecuado para nadar debido a las fuertes corrientes. Además, se encuentra un tipo de alojamiento llamado “Ecohabs”, que son chozas de lujo en medio de una colina con todas las comodidades de un hotel de cinco estrellas, y una pequeña ensenada llamada “la piscinita”, en donde se puede nadar y disfrutar de este encantador lugar.

Arrecifes

Para llegar a esta zona de camping, se debe caminar entre 50 o 60 minutos por un sendero entre la selva tropical de las montañas y la playa, pero si no se quiere, es posible alquilar un caballo por $20.000 pesos para que el viaje sea más placentero. Allí se encuentra una amplia gama de lugares para dormir, como hamacas desde $18.000 pesos por noche o cabañas desde $700.000 pesos por noche hasta para seis personas. También se encuentran diferentes precios para las comidas que van desde $15.000 hasta $40.000 pesos. Nadar en este sitio está prohibido debido a las grandes olas y fuertes corrientes, pero es posible disfrutar de la tranquilidad, de la belleza de sus playas y del contacto con los nativos, de quienes se escuchan increíbles historias acerca de cómo vivían antes de que este sitio se convirtiera en un atractivo turístico de fama mundial.

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