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¿CUÁLES SON LOS RIESGOS POTENCIALES?

El hecho de que nanoestructuras como los nanotubos de carbono y las nanopartículas sean de un tamaño similar o menor al de las células y que tengan una alta reactividad química hace suponer que son un riesgo considerable para la salud, ya que modifican la actividad celular. Esto en principio es válido para las nanopartículas que existen en estado libre, es decir, que no están asociadas a un soporte o matriz; sin embargo, en la mayoría de los casos, para que funcionen los nanomateriales y los nanodispositivos se requiere que estén integrados en un sistema, en un medio o en un portador o acarreador que les ayude a desarrollar sus propiedades inherentes a la nanoescala y ser controlados por los humanos durante el desempeño de sus actividades Un ejemplo claro de esto lo representan los catalizadores que se aplican tanto en la industria química, en la refinación del petróleo, como en la conservación del medio ambiente, los cuales funcionan a nanoescala modificando las moléculas por la vía química, en las que las nanopartículas se depositan en un sustrato que les da estabilidad y posibilita que sean recuperadas después de que han terminado su vida útil.

Debido a que hasta hoy la liberación de nanomateriales de manera libre aún no ocurre a gran escala, es posible establecer normatividades en los procesos de producción de los nanomateriales en alto volumen, para que se controle su producción, manejo, distribución y disposición. Es muy necesario también que se regule la actividad de los trabajadores que van a producir estos nanomateriales y/o nanodispositivos, para evitar que se expongan a un alto riesgo.

Estamos en las fases de inicio de la nanotecnología, en las cuales se pueden establecer las reglamentaciones y los controles pertinentes sin limitar la competitividad y la innovación esperadas.

CONCLUSIÓN

La aplicación de la nanotecnología en los procesos de producción permite obtener productos con ventajas tecnológicas y a precios competitivos. Este proceso está en marcha en los países avanzados y ha incrementado la brecha tecnológica con los países en desarrollo. La inversión en nanociencia y nanotecnología puede incrementar la competitividad de un país a través de la innovación de sus procesos de producción.

La decisión que se tome será entre invertir en la creación de tecnología propia ahora o pagar la tecnología desarrollada por otros después. En ambos casos se invierten recursos y con seguridad cuesta más la compra de productos hechos por otros.

La creación de tecnología propia genera mano de obra de alto nivel, atrae inversiones externas, posiciona al país y evita que el dinero salga. La compra de tecnología produce lo mismo pero en otro país.

REFERENCIAS

Takeuchi, Noboru, Nanociencia y nanotecnología, la construcción de un mundo mejor átomo a átomo, Serie La ciencia para todos, vol. 122, México, FCE, 2009.

Serena, P. A. y A. Correia, “Nanotecnología, el motor de la próxima revolución tecnológica”, Apuntes de Ciencia y Tecnología, 2003, 9, pp. 32-42.

Correa, Antonio, Nanociencia y nanotecnología en España. Un análisis de la situación presente y de las perspectivas de futuro, Madrid, Fundación Phantoms, 2008.

Delgado Ramos, Gian Carlo, Guerra por lo invisible: negocio, implicaciones y riesgos de la nanotecnología”, Colección El mundo actual: situación y alternativas, México, Centro Interdisciplinario de Ciencias y Humanidades, CEIICH-UNAM, 2008.

Roco, M. y W. S. Brainbridge, Societal Implications of Nanoscience and Nanotechnology, Boston, Kluwer Press, 2001.

US National Nanotechnology Initiative (NNI): http://www.nano.gov

Roco, M. C., “International Perspective on Government Nanotechnology Funding in 2005”, Journal of Nanoparticle Research, vol. 7, pp. 707-712, 2005.

Nanotechnology: technology and market dynamics, a unique opportunity, Oxford, Oxford Instruments, 2006.

Red Española de Nanotecnología, http://www.nanospain.org

Red Temática de Nanociencias y Nanotecnología (RNyN) de Conacyt: http://www. rednano.org.mx

Mundo Nano. Revista interdisciplinaria en nanociencias y nanotecnología editores Gian Carlo Delgado, Noboru Takeuchi, editada por la Universidad Nacional Autónoma de México, vol. 1 (1), noviembre (2008), vol. 1 (2), enero-junio (2009), vol. 2 (2), julio-diciembre (2009), vol. 3 (1) enero-junio (2010), vol. 3 (2) julio-diciembre (2010), vol. 4 (1) enero-junio (2011), vol. 4 (2), juliodiciembre (2011), vol. 5 (1) enero-junio (2012), vol.(5), julio-diciembre (2012).

Video, El Mundo de FerNano, nanociencias y nanotecnología en México, producido por el CEIICH-UNAM y la RNyN de Conacyt. Actor: Mauricio Astorga Jiménez; guión y coordinación: Gian Carlo Delgado; realización: Víctor Manuel Méndez Villanueva, 2011.

* Exdirector del Centro de Nanociencias y Nanotecnología, UNAM.[regresar]

NANOCIENCIA Y NANOTECNOLOGÍA

Noboru Takeuchi Tan*

Si te gusta el cine o la televisión probablemente has visto películas donde aparecen unos misteriosos aparatos muy pequeños a los que llaman nanobots. Al parecer hacen cosas increíbles: pueden curar milagrosamente a las personas, pero también las pueden destruir fácilmente. En otras palabras, pueden usarse para cosas buenas, pero también para cosas muy malas. Si has visto esas películas, tal vez te preguntarás si realmente existen los nanobots o son solamente personajes de ciencia ficción. La respuesta a esa pregunta es que los nanobots que aparecen en las películas no existen aún; sin embargo, hay algo llamado nanociencia y nanotecnología y es importante saber qué son.

Para saber más del tema, empecemos por comprender qué es un nanonómetro. Nano es un prefijo griego que significa enano. En ciencia lo usamos de una forma más precisa para denotar la milmillonésima parte de algo; así que un nanómetro es un metro dividido en mil millones, o un milímetro dividido un millón de veces. Para tener idea de qué tan pequeño es un nanómetro, cabe señalar que el diámetro de un cabello humano promedio es de aproximadamente 75 000 nm, el de un glóbulo rojo es de 7 000 nm y el del virus de la influenza es aproximadamente de 200 nm. Se llaman nanoestructuras a objetos cuyo tamaño varía desde unos pocos hasta cientos de nanómetros. Nanociencia es el estudio de las nanoestructuras y los procesos fundamentales que ocurren entre ellas. La nanotecnología es el área de investigación que estudia, diseña y fabrica materiales a escalas nanoscópicas y los usa para alguna aplicación práctica; sin embargo, también se define la nanotecnología como la habilidad que hemos alcanzado para manipular la materia átomo por átomo o molécula por molécula.

¿Y qué tienen de especial los tamaños entre uno y cien?

Si comparamos una moneda de oro con un anillo del mismo material y de la misma pureza, podemos observar que aunque de tamaño y forma diferente, la moneda tiene las mismas propiedades del anillo: son metálicos; tienen la misma dureza; son del mismo color: dorados. No obstante, las nanoestructuras de oro tienen propiedades diferentes al oro que conocemos, principalmente porque esas propiedades dependen de su tamaño. Así, por ejemplo, una nanopartícula de oro puede ser roja, naranja, púrpura o hasta verdosa. Cambian también sus otras propiedades físicas y químicas. La investigación en nanotecnolgía busca entender y aprovechar estas nuevas propiedades para fabricar materiales e instrumentos que funcionen mejor.

El uso de las nanoestructuras no es nuevo. Nuestros antepasados fabricaron un material que hoy se conoce como el azul maya, el cual fue usado muy frecuentemente en Mesoamérica.


Figura 1. Foto de Bonampak, Chiapas, en donde se muestra el uso del azul maya (foto: Noboru Takeuchi).

Hoy se sabe que dicha pintura está formada por una mezcla de índigo (el tinte de los pantalones de mezclilla) con arcilla, la cual tiene cavidades de tamaños nanoscópicos. Las moléculas de índigo quedan atrapadas en dichas cavidades, creando una estructura que le da al material su color y estabilidad característicos. Es por esto que el azul de los objetos y murales pintados con este material ha sobrevivido cientos de años en condiciones de temperatura y humedad extremas.

Lo realmente nuevo de las nanociencias y la nanotecnología es la habilidad que hemos alcanzado para ver y manipular la materia a nivel de la nanoescala y entender las interacciones a esos tamaños tan pequeños.

A finales del siglo XX se comenzaron a perfeccionar instrumentos que ya existían y se inventaron otros. Hoy existen unos poderosos microscopios que en lugar de usar la luz como los microscopios que conocemos, usan electrones. Se llaman microscopios electrónicos. Mira cómo se ve una hormiga usando ese microscopio.


Figura 2. Imagen de microscopia electrónica de una hormiga (cortesía de Darthmuth College).

En los años ochenta se inventó el microscopio de efecto túnel stm (siglas en inglés de scanning tunneling microscope). Este microscopio ha jugado un papel muy importante en el desarrollo de la nanociencia y la nanotecnología. El funcionamiento del stm es completamente diferente al de los microscopios ópticos o electrónicos tradicionales. Si tenemos un objeto y queremos saber su forma, podemos “verlo”, tocándolo con la mano para sentir los diferentes contornos del objeto. De esta manera estamos usando nuestra mano para estudiar el objeto. El stm funciona de manera similar: tantea la superficie con algo equivalente a la mano: una punta metálica que termina en unos cuantos átomos, aunque no hay contacto entre la punta y la superficie.

Con este microscopio podemos ver átomos, también podemos moverlos como observamos en la figura siguiente.


Figura 3. Imágenes de STM de la formación de una nanoestructura circular (cortesía del profesor Saw Hla, Ohio University).

Con otros instrumentos podemos “pintar con átomos”. Si quieres pintar tu bicicleta, no usas una brocha, usas un aerosol para obtener un terminado uniforme. Dentro del bote de aerosol tienes la pintura, la cual es expulsada en forma de un fino rocío que cae sobre la superficie de tu bicicleta. Al principio tienes una capa muy delgada de pintura. Si quieres que tu bici se vea bonita, debes depositarle más capas de pintura. De una manera similar funcionan los aparatos mbe. Por medio de “hornos” diminutos se producen los haces de átomos o moléculas que luego se dejan caer en una superficie (como la pintura en tu bici). Por medio de computadoras, se pueden controlar los ingredientes y la cantidad de material que se quiere fabricar.


Figura 4. Aparato que permite la fabricación de materiales con precisión atómica capa por capa (foto: Noboru Takeuchi).

De esta forma puedes fabricar los diodos emisores de luz o leds. Éstos se usan, por ejemplo, en los semáforos nuevos, los que se ven como con puntitos, también en las televisiones de alta definición y en los focos de luz que son ahorradores de energía.


Figura 5. Semáforo con LEDS (foto: Noboru Takeuchi).

También puedes fabricar nanoestructuras usando métodos químicos, controlando la forma como reaccionan los átomos y las moléculas; o usando seres vivos como plantas o bacterias.

Bueno, y todo esto, ¿para qué sirve?

Se cree que la nanociencia y la nanotecnologia van a usarse en muchas áreas y que van a traernos beneficios en múltiples aspectos de nuestra vida. Algunas aplicaciones las encontramos en: nuevos materiales con propiedades especiales, más resistentes y livianos. Ya existen productos que usan nanociencia y nanotecnología: pelotas de tenis que duran más; raquetas de tenis más resistentes, pero más livianas; pinturas y revestimientos contra la corrosión, rayado o radiación; recubrimientos protectores que reducen el brillo de la luz, usados en los vidrios de automóviles; herramientas para cortar los metales; en los bloqueadores de sol y los cosméticos; en la ropa y los colchones que no se manchan.

 En la protección del medio ambiente: en catálisis, para fabricar mejores y más baratos catalizadores que contaminen menos; en la refinación del petróleo y hacer el carbono menos contaminante.

 En la obtención de formas alternativas de energía: en la fabricación de celdas solares más livianas, flexibles y baratas; en la obtención de luz blanca más eficiente, con diodos emisores de luz (LEDS); en el almacenamiento de hidrógeno como combustible.

 En la computación: en computadoras cada vez más potentes, rápidas y baratas, para aumentar la capacidad de almacenamiento de la información.

 En odontología: en nuevos materiales y aleaciones para tapar las cavidades.

 En medicina: para transporte de medicamento; como marcadores médicos, por ejemplo para detectar los tumores; en el tratamiento de enfermedades como el cáncer usando nanopartículas y radiación infrarroja para quemar tumores; en prótesis con nuevos materiales

 En ingeniería: en nuevos materiales, más resistentes y livianos.

Son tantas las aplicaciones de las nanociencias y la nanotecnología que se piensa que estamos ante una nueva revolución tecnológica que nos traerá muchos beneficios.

*Universidad Nacional Autónoma de México, Centro de Nanociencias y Nanotecnología, Ensenada, Baja California.[regresar]

NORMATIVIDAD Y MEDICIONES : LLEVANDO LA NANOTECNOLOGÍA A CASA

Rubén J. Lazos Martínez y Norma González Rojano*

RESUMEN

La nanotecnología es un campo emergente de rápido crecimiento cuya dinámica y perspectivas plantean grandes retos no sólo para los científicos, sino para toda la sociedad en general, tanto por el sentido de encontrar productos con cualidades novedosas que facilitan la vida, como por los potenciales efectos de los nuevos materiales en la salud y el ambiente. La experiencia con tecnologías emergentes indica que la demanda se enfoca hacia el gobierno, en donde la investigación y el desarrollo, la innovación tecnológica, la seguridad y los aspectos sociales tienen que ser parte de un proceso único con el que se aspire a innovar “responsablemente” para el beneficio de la sociedad. En este documento se describe a grandes rasgos uno de los grandes retos para esta nueva tecnología que es la normatividad y el establecimiento de infraestructura para generar mediciones confiables.

INTRODUCCIÓN

Desde hace tiempo se han descubierto fenómenos que ocurren cuando los sistemas físicos o químicos miden de 1 nm a 100 nm, aproximadamente. Éstos son tamaños superiores a los de átomos y moléculas y están muy por debajo de las generalmente denominadas dimensiones macroscópicas de la materia. En los modelos físicos y químicos que se ubican en este intervalo debe considerarse, además de sus contribuciones individuales de átomos y moléculas, contribuciones propias de su comportamiento, como colectividad; por otro lado, en este intervalo las aproximaciones estadísticas válidas para sistemas macroscópicos aún no son del todo apropiadas.

La naturaleza muestra un buen número de ejemplos de materiales, ahora llamados nanomateriales, con las características mencionadas. Por su parte, el ser humano ha podido construir algunos nanomateriales, actualmente denominados nanomateriales manufacturados (NMM), que han demostrado poseer propiedades realmente sorprendentes.

De esta manera, en las estanterías de los comercios en México se observan ya, por ejemplo:

 cosméticos con nanoesferas “…porosas que liberan activos como vitaminas e hidratantes…”;

 prendas que con la aplicación de nanotecnologías, son de fácil cuidado y resistentes a las arrugas, gracias a que se “insertan individualmente microfibras en las moléculas del algodón”, lo que “hace que los líquidos se deslicen sobre la tela”;

 pinturas “antigraffiti” por su contenido de nanomateriales;

 recipientes plásticos “…elaborados con nanomateriales para preservar los alimentos”.

También se encuentra en el país la oferta de franquicias para la aplicación de pinturas y recubrimientos con base en nanomateriales.

Es enorme el número de los productos y servicios con base nanotecnológica actualmente en desarrollo. En México, a manera de muestra, se encuentran resultados de investigación conjuntos entre la academia y la industria del cemento con los cuales se han logrado mejorar significativamente las propiedades mecánicas de compuestos del cemento mediante la adición de nanomateriales; también, la producción de recubrimientos para muebles sanitarios con propiedades bactericidas, la síntesis de nanopartículas de plata a partir de sistemas vivos y la biorremediación de suelos contaminados con metales. En tanto, el sector de energía se beneficiará utilizando fibras de nanotubos de carbono con ventajas significativas sobre los conductores metálicos.

Las aplicaciones médicas se han convertido en un nicho muy prolífico para los nanomateriales: la entrega selectiva de fármacos mediante nanopartículas funcionalizadas en casos de tumores malignos o no;1 la estimulación neuronal por medio de nanotubos de carbono.2 Otros casos espectaculares se muestran en el sector agrícola en donde, además de la entrega eficiente de nutrientes, fertilizantes y plaguicidas, se utilizan nanosensores para el monitoreo de las condiciones del suelo y el crecimiento de las plantas.3

Esta enorme diversidad de aplicaciones ha dado lugar al crecimiento global de la industria de las nanotecnologías de forma tan importante que algunos consideran que es una suerte de nueva revolución industrial, similar a la provocada por el desarrollo de los semiconductores en la década de los sesenta. En los próximos años, se espera que esta industria crezca de manera exponencial. Algunos estimados indican que el mercado global de nanotecnologías crecerá de 30 mil millones de dólares en 2005 a 3.1 billones de dólares para 2015,4 en un escenario optimista. Esto es, el tamaño del sector se multiplicaría por un factor de 100 en solamente 10 años.

El capital intelectual residente en el conocimiento de los individuos es una materia de la más alta importancia en el desarrollo de las nanociencias y sus aplicaciones en las nanotecnologías. El aprovechamiento cabal de los beneficios potenciales de las nanotecnologías simplemente no es posible sin la participación eficaz de personas con competencias suficientes en la materia. Los recursos humanos con altas competencias son tan importantes en el ámbito de las nanotecnologías, que la tercera evaluación de la Iniciativa Nacional para las Nanotecnologías en Estados Unidos abordó la necesidad de desarrollar y mantener el capital intelectual con competencias en la materia recomendando que el congreso y la administración tomen medidas para retener el talento científico e ingenieril formado en Estados Unidos mediante el diseño de un programa que facilite tarjetas de residente permanente a extranjeros que hayan obtenido grados académicos superiores en ciencia e ingeniería en instituciones académicas del país, y para quienes exista posibilidad de empleo permanente en esa disciplina.5

Las aproximadamente 60 instituciones de investigación, desarrollo e innovación identificadas en México constituyen para el desarrollo de este sector una base científico-tecnológica6

sólida pero aún insuficiente ante el enorme avance de las nanociencias y las nanotecnologías.

Desde la perspectiva industrial, un parámetro crítico es un parámetro importante para la función de un material/espécimen y, que por tanto, requiere ser medido. También con el fin de demostrar que un producto o un proceso cumple un requisito específico, es necesario efectuar una medición cuantitativa y esto incluye las mediciones en la nanoescala. Entonces, es crucial desarrollar y establecer normas, métodos y procedimientos de medición prácticos incluidos los patrones de referencia que regulen y coadyuven a garantizar la seguridad de la sociedad en el uso de estos productos.

ACUERDOS BÁSICOS

En el ámbito global actual, las nanotecnologías son producto de los desarrollos combinados en varios grupos de trabajo en diversos países. Estos logros solamente han sido posibles por la utilización de una plataforma común de elementos armonizados, intencionada o involuntariamente, que permiten comparar, ensamblar confirmar, compartir, etc., los resultados de los grupos de trabajo individuales. Como parte de estos elementos se encuentran conceptos, terminología, nomenclatura, conocimientos científicos y tecnológicos, métodos de medición y caracterización validados, referencias, equipos, etcétera.

Normas

Las normas, entendidas como reglas adoptadas por consenso que se deben seguir o a las que se deben ajustar las conductas, tareas, actividades, etc., tienen impactos benéficos en nuestras vidas, muchas veces independientemente de nuestra percepción. Entre otros efectos, hacen posible la comunicación estableciendo un lenguaje común, aseguran que componentes producidos en distintas partes puedan ensamblarse, propician la garantía de la seguridad pública, la salud humana y la protección al ambiente.

Según la Organización Internacional de Normalización (ISO)7 una norma es un documento que contiene requisitos, especificaciones, orientaciones o características que pueden ser usadas consistentemente para asegurar que materiales, productos, procesos y servicios sean adecuados para su propósito.

En el ámbito actual de globalidad, la tendencia es usar normas armonizadas entre las economías, con la implicación de que cada vez más normas nacionales reflejan con alta fidelidad los contenidos de normas internacionales. Esta situación convierte a las normas internacionales en aliadas de los países en desarrollo, pues constituyen hasta cierto punto un mecanismo de transferencia de tecnología por medio del cual, por ejemplo, los resultados de validación de métodos y resultados, a partir de evidencias científicas logrados por las economías con recursos para ello, son aprovechados por economías con menos recursos. Cabe una nota de advertencia a las economías menos poderosas en el sentido de que las normas establecen deberes, pero no siempre contienen las razones de éstos, cuya ignorancia podría dar lugar a una dependencia de estas reglas mayor de lo aconsejable por parte de las economías más débiles.

Es importante reconocer el nivel de obligatoriedad de las normas, distinguiendo aquellas cuya aplicación queda sujeta a la voluntad del interesado, y otras, encaminadas a asegurar el bien común sobre el bien individual, cuya observancia necesita ser obligatoria. Por ejemplo, entre las primeras se encuentran las relacionadas con terminología cuya aplicación es conveniente para facilitar la comunicación, mientras que en el grupo de obligatorias se hallan las que limitan la emisión de gases derivados de la combustión a la atmósfera.

Responsabilidades del estado. Regulaciones

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, OCDE,8 las regulaciones se refieren al conjunto de instrumentos por los cuales los gobiernos establecen requisitos a empresas y ciudadanos. En particular, las regulaciones sociales son aquellas que “protegen el interés público, tales como la salud, la seguridad, el medio ambiente y la cohesión social”.

En México, las denominadas Normas Oficiales Mexicanas constituyen una parte de las regulaciones, concepto entendido como:9 “la regulación técnica de observancia obligatoria expedida por las dependencias competentes, conforme a las finalidades establecidas en el artículo 40, que determina reglas, especificaciones, atributos, directrices, características o prescripciones aplicables a un producto, proceso, instalación, sistema, actividad, servicio o método de producción u operación, así como aquellas relativas a terminología, simbología, embalaje, marcado o etiquetado y las que se refieran a su cumplimiento o aplicación”.

El gobierno tiene la responsabilidad de propiciar los beneficios para la sociedad, tanto mediante el incremento de la competitividad del país, como siendo garante de “los derechos de las personas a la protección de la salud y a un medio ambiente sano”.10

Entonces, ante el incremento en la aplicación de las nanotecnologías, se hace necesario un compromiso entre el avance tecnológico y la implementación de medidas, incluida la emisión de regulaciones, encaminadas a proteger a la sociedad de efectos potenciales indeseables de las mismas tecnologías.

A pesar de los esfuerzos realizados en los años recientes, el proceso para desarrollar acciones regulatorias adecuadas es complejo y prolongado. La posición que prevalece en este momento es hacia el uso de las disposiciones existentes adaptadas o revisadas para nanotecnología. Este enfoque, sin embargo, no es completamente satisfactorio y requiere de mejorar la situación actual.

Terminología

Nanoescala es un término que funge como común denominador en las nanotecnologías. Su definición está enfocada al tamaño:11

Nanoescala: intervalo de dimensiones de 1 nm a 100 nm, aproximadamente.

Nota 1: en este intervalo aparecen, aunque no de manera exclusiva, propiedades que no son extrapolaciones de un tamaño mayor. Para tales propiedades los límites del intervalo se consideran aproximados.

Nota 2: el límite inferior en esta definición (1 nm aproximadamente) se introduce para evitar la designación de átomos individuales y de pequeños grupos de átomos como nanoobjetos o elementos de nanoestructuras, lo que podría deducirse en ausencia de un límite inferior.

No obstante, se reconoce que lo relevante para las nanotecnologías son los fenómenos que ocurren a esa escala.

Adicionalmente, debe notarse que los límites de la nanoescala son difusos; no hay una frontera en tamaño absolutamente definida, fuera de la cual dejen de ocurrir los fenómenos que dan lugar a las muchas veces sorprendentes aplicaciones de las nanotecnologías.


Figura 1. La nanoescala en comparación con algunas dimensiones.

A partir del término “nanoescala” se está construyendo todo un sistema terminológico estructurado. A manera de muestra:

 un nanoobjeto es el material con una, dos o tres dimensiones externas comprendidas en la nanoescala;

 una nanopartícula es un nanoobjeto con las tres dimensiones externas en la nanoescala;

 una nanofibra es un nanoobjeto con dos dimensiones externas similares en la nanoescala y la tercera dimensión significativamente mayor, y,

 un nanotubo es una nanofibra hueca.

Este sistema incluye también la siguiente definición:12

Nanotecnología: aplicación del conocimiento científico para controlar y manipular la materia en la nanoescala con el fin de hacer uso de las propiedades y los fenómenos dependientes del tamaño y de la estructura, a diferencia de los asociados con átomos individuales o moléculas o con materiales en volumen.

COMERCIALIZACIÓN, TRANSPARENCIA

El comercio justo ha sido uno de los ideales de muchas generaciones. Tiene que reconocerse que, en general, las transacciones comerciales llevan como característica implícita la asimetría en la información: el vendedor sabe más de lo que vende que el comprador.

Con la finalidad de abordar esta responsabilidad, el marco normativo mexicano13 adopta como uno de sus principios básicos en las relaciones de consumo:

La información adecuada y clara sobre los diferentes productos y servicios, con especificación correcta de cantidad, características, composición, calidad y precio, así como sobre los riesgos que representen.

Adicionalmente, la legislación mexicana contempla este aspecto como motivo de la emisión de regulaciones14 al disponer que las normas oficiales mexicanas deban establecer, entre otros:

La determinación de la información comercial, sanitaria, ecológica, de calidad, seguridad e higiene y requisitos que deben cumplir las etiquetas, envases, embalaje y la publicidad de los productos y servicios para dar información al consumidor o usuario.

La legislación mexicana no es singular en cuanto a estas cuestiones, pues muchas economías han desarrollado legislaciones similares.

Entonces, el advenimiento de productos de nanotecnología a los mercados conlleva la necesidad de construir bases para asegurar la equidad de la transacción comercial entre productor y consumidor, necesidad más apremiante cuando el consumidor es el final, el cual está prácticamente obligado a confiar en las declaraciones de los fabricantes, pues no posee la capacidad de verificarlas de manera eficiente; la asimetría en la información es menos acentuada cuando los actores de la transacción son industrias.

Las dificultades para implementar estas ideas cuando están involucradas tecnologías emergentes es el conocimiento incompleto acerca del tema. Para las nanotecnologías, las dificultades respecto a los nanomateriales manufacturados incluyen la falta de acuerdos para:

a) Identificarlos mediante un nombre.

b) Identificar sus características físicas y químicas relevantes.

c) Determinar los métodos de caracterización y medición correspondientes.

d) En su caso, emitir instrucciones y advertencias sobre su empleo o desecho.

e) Distinguir el nivel de información necesario para el usuario, que no comprometa los derechos de propiedad intelectual del productor.

Los normalizadores internacionales en la materia, la iso, inevitablemente han abordado el tema del etiquetado de productos con nanomateriales manufacturados destinados al consumidor final, en medio de intensos debates en los que afloran las prioridades de las economías orientadas a la competitividad de su industria y aquellas más comprometidas con la seguridad de sus sociedades. Después de algunos años de discusiones, se vislumbra que en breve, probablemente a fines de 2013, se emita un documento sobre el tema con el consenso de los interesados.

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