Читать книгу: «Informe de las Visitaciones Episcopal y Apostólica 1949-1953», страница 3

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Observaciones para el manejo de los textos

Para una mejor lectura y comparación con los originales se establecieron las siguientes normas formales:

•Al comienzo de los textos se indica el número de archivo.

•A lo largo del texto se agrega el número de página de los ejemplares de archivo delante de la palabra con la cual comienza en el original la nueva página, por ejemplo: [004] para el comienzo de la página 4.

•Todo lo que va entre paréntesis (…) es un agregado del autor, vale decir, del Visitador.

•Todo lo que va entre corchetes […] es un agregado del traductor del texto latino. Dicho agregado se relaciona con el texto latino que en ese punto presenta un error. Dado que ese error no fue traducido sino que el texto alemán se formuló como si allí estuviese el texto correcto, la palabra correcta o la forma correcta, se ofrece entre corchetes la corrección hecha, por ejemplo: [generalis en lugar de generali].

•El [sic] introducido en varios pasajes significa que inmediatamente antes de ese [sic] hay un error del autor, vale decir, del Visitador; error que no corregimos, pero sobre el que llamamos la atención, por ejemplo: “arrodilarse [sic]” en lugar de “arrodillarse”, o bien se agrega un [sic] inmediatamente después de comillas puestas erróneamente.

•En algunos pasajes de la versión latina de los textos de las visitaciones se citan textos alemanes originales. En el trabajo de traducción del Visitador hay que contar con la comisión de errores. Al retraducir los textos de la visitación al alemán pueden generarse faltas de claridad. Asimismo, hay que contar con similar falta de claridad en el empleo de algunos conceptos. Considérese además que el Visitador, de nacionalidad holandesa, difícilmente podía comprender todas las connotaciones de los términos alemanes. Aquí se abre otro campo de investigación.

•En este texto no se incorpora ni imita el diseño con las diferentes formas de títulos y sangrías, tampoco en el caso de enumeraciones. Por regla general todos los títulos, párrafos y enumeraciones se han justificado a la izquierda.

Parte 1

Sobre la situación inicial antes de las visitaciones

1. Recomendación de parte del Arzobispo Bornewasser, Tréveris, 20 de enero de 1947

El Obispo de Tréveris

Tréveris, 20 de enero de 1947.

Recomendación del Movimiento Apostólico de Schoenstatt

y de las Hermanas de María de Schoenstatt.

Entre los movimientos religiosos que se difundieron en el pueblo cristiano luego de la Gran Guerra 1914-1918, sin duda la Federación Apostólica de Schoenstatt ocupa el primer lugar, tanto por el número de sus miembros como también por las fuerzas religiosas internas que se ponen de manifiesto en ella. Muchos sacerdotes de la mayoría de las diócesis de Alemania se han incorporado a la Federación de Sacerdotes del Movimiento Apostólico. Según el parecer de los Obispos, esos sacerdotes trabajan con gran celo y se dedican especialmente a la formación de laicos para el apostolado. Estos laicos apostólicos del Movimiento de Schoenstatt se ponen a disposición del apostolado de la Acción Católica y conforman una destacada legión al servicio de Cristo, para la cristianización del mundo de hoy. Especialmente grande es el número de las docentes que se han incorporado al Movimiento Apostólico y realizan una labor relevante en todas las áreas de la educación religiosa de la juventud.

El Movimiento Apostólico cultiva especialmente la devoción a la Sma. Virgen, en torno a cuyo Santuario, donde se la venera bajo la advocación de Madre tres veces Admirable, se agrupa toda la obra. De ese Santuario fluye hacia los corazones y hacia las diócesis alemanas una fuerte corriente de bendiciones y motivación religiosa.

De modo particularmente bendecido trabajan las Hermanas de María, un instituto de religiosas que cultiva la vida en común de acuerdo con determinadas reglas y sin votos, dedicándose a obras de caridad cristiana y de apostolado. El instituto cuenta ya con más de 1.300 religiosas y se ha difundido en muchas diócesis de Alemania, pero también en ultramar, en Norte y Sudamérica y África. El trabajo de las Hermanas de María goza en todas partes de gran reconocimiento y del pleno elogio de los Obispos. Se dedican especialmente a tareas apostólicas de las parroquias, y por lo tanto constituyen un valioso auxilio para los párrocos en el desempeño de la pastoral. En la diócesis de Tréveris las Hermanas trabajan también en instituciones dependientes del Obispado, en los internados de Prüm y Linz, y en la residencia estudiantil Aloysiushaus, en Tréveris. La comunidad de las Hermanas busca actualmente su forma jurídica eclesial, y sería deseable que fuese reconocida por la Santa Sede como instituto secular.

Fundador y director del Movimiento Apostólico y de las Hermanas de María es el P. José Kentenich, de la comunidad palotina. El P. José Kentenich ha formado ya a miles de sacerdotes en tandas de ejercicios espirituales, y todos confirman que de sus ejercicios se irradia un espíritu religioso extraordinariamente fuerte. El P. Kentenich pertenece así a las figuras más importantes de la pastoral de sacerdotes de nuestros días. Actualmente trabaja en la fundación de una comunidad de Hermanos, similar a la comunidad de las Hermanas, para obras de apostolado. En razón de su descollante actividad en la pastoral de los sacerdotes y en la formación de laicos, el P. Kentenich fue primero encarcelado por el régimen nazi y luego confinado en el campo de concentración de Dachau, donde estuvo preso durante varios años. También allí desplegó una intensa actividad religiosa en la pastoral de sacerdotes y laicos. El P. Kentenich es realmente un sacerdote y pastor iluminado cuyas obras merecen promoción de parte de la Iglesia.

El Movimiento Apostólico se destaca por su espíritu auténticamente cristiano, su fidelidad a la santa Iglesia y a la Santa Sede. Es de esperar que, tras el reconocimiento otorgado por la Santa Sede, siga realizando grandes obras para el bien de la Iglesia.

Por todo esto quiero recomendar cabalmente un reconocimiento y elogio de parte de la Santa Sede.

Arzobispo

+ Franz Rudolf

Obispo de Tréveris

2. Declaración de parte del Obispo auxiliar, Mons. Stein, Tréveris, 20 de enero de 1947

Dr. B. Stein

Obispo Auxiliar

Tréveris, 20 de enero de 1947

Declaración

Conocí el Movimiento de Schoenstatt en 1930 cuando, luego de mi estudiantado en Roma, regresé a mi patria y asumí el cargo de capellán en una parroquia de la ciudad de Tréveris. Mi antecesor, un sacerdote de grandes talentos, profunda religiosidad y celo pastoral, era “schoenstattiano” y trabajó especialmente en ese espíritu con la juventud de la parroquia.

Al año siguiente tuve oportunidad de hacer ejercicios espirituales en Schoenstatt, dirigidos por el P. Kentenich. Por entonces me impresionó sobre todo la inexorable coherencia de sus reflexiones, la riqueza de contenido de sus conferencias y la hondura dogmática y claridad de su teología.

Durante mi segunda estadía en Roma, de 1932 a 1936, Schoenstatt volvió a desaparecer de mi vista.

En virtud de una ocupación más profunda con la literatura schoenstattiana a lo largo de los últimos dos años, adquirí un conocimiento más hondo del espíritu de Schoenstatt. A ello hay que agregar una estadía de tres semanas en una casa de las Hermanas de María de Schoenstatt, en el sur de Alemania, en otoño de 1946, durante la cual participé de ejercicios espirituales predicados por el P. Kastner. Dichos ejercicios me brindaron valiosas y abundantes motivaciones tanto para mi vida religiosa personal como también para mi labor pastoral.

En la teología y ascética schoenstattiana no pude encontrar nada que fuese en contra de una sana doctrina católica y una acendrada praxis católica. Al contrario: el acervo de ideas de Schoenstatt se basa en la mejor tradición de la Iglesia, en especial de la escolástica. Desde el punto de vista de los contenidos, me parece que son sobre todo dos los puntos que merecen ser mencionados como especialmente valiosos:

1) El llamado a una “santidad de la vida diaria” fundamentada en una fe viva en la Providencia que –renunciando a toda suerte de particularidades o incluso rarezas– se esfuerza seriamente por alcanzar la perfección cristiana.

2) Una piedad mariana auténticamente católica referida a Cristo y que acentúa su persona.

Desde el punto de vista histórico, el Movimiento de Schoenstatt es una nueva creación y el fruto de un desarrollo orgánico que surge de dos fuentes: del ideario de la Congregación Mariana y del “Apostolado Católico” del venerable Vicente Pallotti. Schoenstatt es por lo tanto un movimiento apostólico con carácter mariano.

Los sacerdotes “schoenstattianos” que conozco se destacan por su espiritualidad sacerdotal y por su celo apostólico.

La agrupación más notable, por ser la más fecunda del Movimiento de Schoenstatt, es sin duda la comunidad de las Hermanas de María de Schoenstatt que hoy, al cabo de veinte años de existencia, cuenta ya con más de 1.300 miembros y que se halla extendida en tres continentes actuando de una manera extraordinariamente fecunda.

Vista en su conjunto, la Obra del P. Kentenich merece gran reconocimiento y sincera admiración.

+ B. Stein

Obispo Auxiliar de Tréveris

Parte 2

Sobre la visitación episcopal o canónica llevada a cabo por Mons. Stein

3. Informe privado de Mons. Stein sobre la visitación canónica (25.03.1949) - “Relatio maior” en el archivo del Santo Oficio

I

Panorama del transcurso general de la visitación

El sábado 19 de febrero de 1949 arribé a Schoenstatt alrededor de las 12 hrs. En la capilla de la Casa de ejercicios (Casa de Alianza), en la cual me alojaría, me esperaban los dirigentes de las distintas agrupaciones, y los superiores y superioras de las distintas casas. Naturalmente, en su mayoría eran Hermanas de María. El P. Mühlbeyer, quien representaba en Schoenstatt al P. Kentenich (PK) durante su ausencia, me saludó con una breve alocución en la que me llamó “angelus Domini”, dado que yo venía a Schoenstatt por encargo de la Iglesia. En mi respuesta me referí, por un lado, a la gran seriedad e importancia de la visitación, acentuando que venía como amigo de la Obra de Schoenstatt, a la cual califiqué de “Obra de Dios”, y solicitaba una apertura ilimitada para con el visitador, como condición fundamental del éxito de la visitación. Luego di la bendición episcopal.

Las comidas, que tomé sucesivamente con directores y colaboradores de las distintas agrupaciones, fueron utilizadas para que ellos me informaran con mayor detalle sobre la estructura y originalidad de la Obra de Schoenstatt Estuvieron presentes los siguientes sacerdotes: El P. Fischer (peregrinos, ejercicios espirituales para las Hermanas); el P. Kastner (ejercicios espirituales para sacerdotes); el P. Engel (Instituto de los Sacerdotes Diocesanos); el P. Friedrich (Liga de Mujeres y de las Jóvenes); el P. Branzen [correcto Brantzen] (Juventud Masculina); el P. Bezler (Juventud Femenina); el P. Kolb (Apostolado de los Enfermos); y el P. Rath (Cáritas y editorial Lahn, filial Schoenstatt). El P. Tick (Obra de las Familias) no estuvo presente. El 19 y el 20 de febrero, por la tarde, de 18 a 19 hrs., el P. Menningen, ciertamente el colaborador más estrecho y de mayor confianza del PK, me dio una conferencia (sic) sobre la estructura de toda la Obra de Schoenstatt.

Muy valiosa fue además una larga conversación con el P. Möhler, rector de la Facultad de Teología, y otras dos con el P. Köster, especialista en dogmática. Con los mencionados sacerdotes conversé también sobre tres cuestiones a las que sobre todo quiero dar solución mediante esta visitación: 1) La presunta pretensión de Schoenstatt de exclusividad y totalidad; 2) La “disciplina de arcano” de Schoenstatt; 3) La estrecha vinculación personal de la Obra de Schoenstatt con el PK. Además de la literatura que he estudiado en las últimas semanas y meses (carta del PK a propósito del 20.5.48 y del 18.10.48; sus minuciosos informes sobre Sudáfrica y Norteamérica; la conferencia de la Hna. Mirjam, maestra de novicias, sobre “La imagen del hombre nuevo”, tal como ésta se vuelca a la realidad dentro del instituto de las Hermanas de María, entre otros), durante la visitación tuve oportunidad de tomar detallado conocimiento de otros escritos destinados en realidad al círculo más íntimo de la Familia, sobre todo la carta del PK sobre el 20.1.49, además el último tomo de “Hermanas de María”, el boletín familiar de las Hermanas de Schoenstatt, etc.

El 24 de febrero estuvo dedicado sobre todo a las “Señoras de Schoenstatt”. Dediqué la mañana a estudiar los textos que me dio el P. Mühlbeyer, director general de las “Señoras de Schoenstatt”. Por la tarde, de 15 a 17 hrs., visité junto con él la central del instituto de las “Señoras de Schoenstatt”.

Dado que las Hermanas de María son la rama más fecunda y desarrollada de la Obra de Schoenstatt (según la Hna. Mirjam, “un intento de crear el hombre schoenstattiano de pura cepa”) dediqué a la visitación de este instituto secular la mayor parte del tiempo y de las energías. En ocasión de mi visita a “Sonneck”, el Generalato de las Hermanas de María, en la tarde del primer día, me enteré de que en Schoenstatt mi visita no había sido anunciada a las Hermanas como una “visitación canónica”. Fundamentación: Se pensó que en mi conferencia introductoria yo podía explicárselo mejor a las Hermanas. Empleé además la tarde del primer día (19 de febrero) para examinar la lista de las Hermanas residentes en Sch (véase anexo 1): Alrededor de 370 Hermanas y novicias, repartidas en trece diferentes comunidades. De ellas, cerca de 60 novicias en noviciado cerrado y 50 Hermanas en ambos terciados. Decidí comenzar mis conversaciones personales, en primer lugar, además de la alta dirección, con las Hermanas del apostolado (“Iglesia ambulante”), las educadoras (dos Madres de noviciado y dos Madres de terciado) y el cuerpo docente de la Escuela superior en Casa Wildburg.

El domingo 20 de febrero, preparé en la mañana la conferencia introductoria que pronuncié en la tarde de ese día, de 16.15 a 17 hrs., a las Hermanas reunidas en la capilla de la Casa Wildburg. (Texto de la conferencia, documento adjunto 2). El 21, 22, 23 y 25 de febrero tuvieron lugar, en mi escritorio de la Casa de ejercicios, las conversaciones personales con las Hermanas: el 21 y parte del 22, con las 9 Hermanas del apostolado presentes (vale decir, las que viajan mucho para dar cursos y jornadas) y con las 9 miembros del cuerpo docente de la Escuela superior. El 22, con la Hna. Pallotta y la Hna. Beatrix, quienes me habían pedido conversar conmigo, y con las educadoras (dos maestras de novicias y una maestra de terciado; la segunda maestra de terciado ya había sido recibida el día anterior en su calidad de directora de la escuela); el 23 de febrero, con las Hermanas del Consejo General y con la Hna. Agnes, quien previamente durante 12 años se desempeñó en la Dirección de la Familia. Finalmente, el 25 de febrero con las superioras de la Casa Wildburg y de la Casa de ejercicios; además con la Hna. Uta, que dirige “La fuente de Schoenstatt” y se desempeña como censora; con la Hna. Magdalena en su calidad de Hermana de María de mayor edad (nacida en 1881) y con la Hna. Gottliebe, que atiende a las Hermanas enfermas en la Casa Wildburg. Dediqué el 26 y 27 de febrero al estudio de otros textos de Schoenstatt y a la preparación de la conferencia final, que pronuncié el domingo 27 de febrero, de 16.15 a 17.30 hrs., ante las Hermanas reunidas nuevamente en la capilla de la Casa Wildburg. (Véase anexo 3).

En la mañana del 28 de febrero me despedí en Sonneck y de los sacerdotes de la Dirección en la Casa de Ejercicios. En esa ocasión hice una breve declaración sobre el resultado final de la visitación: “Con esta visitación me he convencido nuevamente de que Schoenstatt puede ser calificado de ´Obra de Dios´. No puede dudarse de la rectitud del acervo teológico y de la actitud eclesial de Schoenstatt. La ´disciplina de arcano´, cuya existencia fue admitida sinceramente, no sólo entre Schoenstatt y el mundo exterior, sino también entre las agrupaciones, grupos, etc. de la misma Obra de Schoenstatt, no tiene la finalidad de ocultar cosas que en sí hayan de rehuir la luz, y no se la observa para con la Iglesia oficial. Durante la visitación he tomado conocimiento de todo. Esperamos que las dificultades derivadas de una terminología exagerada, de una fuerte reserva y de una estrecha vinculación local y personal de la Obra de Schoenstatt, se despejen mediante una labor conjunta, llena de confianza, entre el Ordinarius loci y Schoenstatt”

II

La Obra de Schoenstatt, su estructura y originalidad

Del estudio de la literatura en cuestión y de las conversaciones con dirigentes, me formé la siguiente imagen del Movimiento apostólico de Schoenstatt:

a) Estructura

Toda la Obra se divide en dos columnas: hombres y mujeres, y se articula en “institutos”, “federaciones”, “ligas” y “movimiento popular o de peregrinos”.

1. Institutos

En primer lugar hay que mencionar a los palotinos, quienes, si bien en realidad no pertenecen a ninguna de las agrupaciones mencionadas, constituyen la columna vertebral de toda la Obra en cuanto a sus orígenes y desarrollo. El fundador y director de la Obra es un palotino. Aun cuando durante años fuera considerado un hombre que seguía caminos propios dentro de la Sociedad Palotina, logró, paso a paso, ganar para su Obra primero a las dos provincias alemanas, y luego también las demás.

En la calle del campo de concentración, el 18.10.1944, al cumplirse treinta años de la “Primera acta de fundación”, el P. Provincial Schulte realizó junto con el PK el “desposorio” de la provincia palotina de Alemania del norte con el Movimiento de Schoenstatt. El capítulo general de 1947 reconoció a la Obra de Schoenstatt como una revitalización y desarrollo orgánico del “Apostolado católico” fundado por Pallotti (con inclusión de la vinculación local y de todo el ideario de Schoenstatt), nombrando al PK “delegado general” de la Obra para las provincias de habla alemana, para las cuales desde ese momento Schoenstatt pasaba a ser la única forma del “Apostolado católico”. Las demás provincias fueron invitadas a profundizar en el mundo de Schoenstatt. Hoy Schoenstatt es aceptado plenamente por los palotinos polacos, sudafricanos y brasileños. Los demás no han tomado aún una posición clara. Pero todos quieren enviar oyentes a Schoenstatt

La Facultad de filosofía y teología de Schoenstatt pasará pronto a ser no sólo casa de estudios de la provincia de Alemania del norte, sino de ambas provincias. Aspira a un pronto reconocimiento estatal. Apunta a ser el centro espiritual de la Obra de Schoenstatt En este punto el PK exige como condición: 1. Teología de la alta escolástica, 2. lengua latina (además la Casa de Ejercicios representa el centro organizativo y pedagógico, y el instituto de las Hermanas de la Adoración, el centro contemplativo de toda la Obra.) A ello hay que agregar que la nueva Dirección de los palotinos surgida de la elección realizada en el capítulo general se orienta claramente hacia Schoenstatt: El nuevo general y su vicario son “schoenstattianos”. Para la solución del problema de Schoenstatt, esa estrecha vinculación entre Movimiento y palotinos reviste una importancia que no debe ser subestimada: Quien ataca a Schoenstatt, afecta a la vez a la Sociedad palotina.

Instituto de los sacerdotes de Schoenstatt

Este instituto que, como elite, se desprendió paulatinamente de los sacerdotes de la Federación y de la Liga,*1 y cuyo director general es Mons. Schmitz (Münster), aspira a ser erigido como instituto secular lo más pronto posible. El PK espera que sea en 1950. Más detalles sobre esta cuestión pueden verse en las actas de la vicaría general. También, luego de la erección como instituto secular, los sacerdotes que se desempeñan principalmente en la Dirección no quedan eximidos, sino que permanecen incardinados. Sólo gozan de licencia. Naturalmente, y en beneficio de la vitalidad del instituto, se espera alcanzar del Obispo que estos sacerdotes “internos” no puedan ser retirados de sus puestos en cualquier momento. En la práctica misma se espera poder demostrarle al Obispo correspondiente que un tal instituto es de gran provecho para la pastoral diocesana. Junto con las conocidas dificultades que hablan en contra de la erección de tal instituto (dos centrales), señalé que primero debería solucionarse el problema de Schoenstatt en general, y que un tal instituto secular sólo puede ser erigido si manifiestan su acuerdo los Obispos cuyo clero cuenta con una cantidad especial de sacerdotes del instituto. Mientras que el P. Menningen dio muestra de comprender estas reflexiones, el P. Engel insistió mucho [en la erección canónica]. El P. Engel (sacerdote de la diócesis de Paderborn, jubilado por enfermedad), es acompañante espiritual de los sacerdotes del instituto. Dijo que no veía ninguna dificultad en ello, que el instituto había demostrado su bendecida fecundidad durante suficiente tiempo. Mons. Schmitz estaba ausente de Schoenstatt.

El Instituto secular de las Hermanas de María

En este punto confróntese más abajo III. Los sacerdotes de la Dirección no informaron mucho sobre las Hermanas de María. Sólo se señaló que existen “secretos de familia” entre las Hermanas, de los cuales los otros institutos, incluso los sacerdotes de la “mesa redonda de Arturo” (los colaboradores más estrechos del PK) no tienen conocimiento alguno. Se acentuó que cada instituto aspira a tales peculiaridades secretas, y que el intento de penetrar en tales misterios es considerado una falta de delicadeza.

El Instituto de las “Señoras de Schoenstatt”

Su director general es el P. Mühlbeyer. Éste me alcanzó una cantidad de textos que informan detalladamente sobre el instituto. Se encuentran en las actas del vicario general. Pronto se entregará un esbozo de Estatutos. Las “Señoras de Schoenstatt” se distinguen de las Hermanas de María, entre otras cosas, porque 1) sólo tienen tantas “internas” cuantas sean necesarias para la Dirección, mientras que en las Hermanas de María (al menos hasta ahora), sólo hay, por así decirlo, “internas”; 2) porque trabajan en el mundo en profesiones independientes, ejerciendo dicha profesión en el sentido del Movimiento de Schoenstatt, y trabajando en ese espíritu, mientras que las Hermanas de María “profesionalmente” son miembros de una comunidad muy cerrada, cuya Dirección les indica su actividad laboral. Así pues las “Señoras de Schoenstatt” cumplen en realidad mucho más, y mucho más puramente los requisitos para la erección de un instituto secular. Dado que ellas son más independientes y unen en medio del mundo la vida activa con la contemplativa, su vocación es también más difícil que la de las Hermanas de María, especialmente al considerar que ellas eligen deliberadamente la vida en el mundo, si bien muchas de ellas podrían ingresar fácilmente a las Hermanas de María o a cualquier orden religiosa. Del estudio de las actas, y especialmente en ocasión de mi visita a la central de las “Señoras de Schoenstatt”, he tenido la mejor impresión imaginable de este instituto, y por eso creo que la planeada erección como instituto secular puede ser apoyada sin vacilar.

Los Hermanos de María

Su director general es el P. Menningen. El instituto se halla recién en sus comienzos. Tiene 7 miembros que viven en Ehrenbreitstein, y hace poco todos han recibido la missio canonica. El P. Menningen tiene grandes planes. Este instituto debe configurar el paralelo masculino de las Hermanas de María. Hay que fundar residencias de aprendices, etc. Requisitos de admisión: ciclo básico de enseñanza secundaria y examen oficial. Edad: 18.

La Obra de las familias

Este instituto es aún problemático. Se halla en sus inicios. Sin embargo el PK insistió en su pronta erección como instituto secular. Otros dudan con razón de esa posibilidad, dado que en él naturalmente no se puede observar una vida en el espíritu de los consejos evangélicos. Los miembros de la Obra de las familias se reclutan de entre los miembros de la juventud masculina y femenina que se deciden por el matrimonio. En lo posible los novios son captados enseguida por la Obra de las Familias. Aquí existe una especie de “doble membresía”. Los hijos de tales padres no son recibidos como miembros eo ipso, sino que ellos deben decidirse por sí mismos. Los requisitos para la Obra de las familias: vida moral y religiosa, y consagración.

2. Federación y Liga

En Schoenstatt se llama “orden del Papa” a los institutos que aspiran a una erección como institutos seculares de derecho pontificio; “orden del obispo” a las Federaciones, cuyos miembros ocupan puestos de dirigencia en el Movimiento; y “orden del párroco” a la Liga. Los grupos de la Liga deben integrarse completamente al organismo de la parroquia, con la condición de que el párroco, que dirige responsablemente esos grupos, a la hora de admitir nuevos miembros escuche también la opinión de los jefes laicos, y en ocasión de las elecciones de jefes laicos, escuche también la opinión de los miembros. Esto no quiere decir que el párroco sea sólo un “consejero espiritual”: es más bien un padre y, por lo tanto, reviste autoridad. Así pues este organismo está pensado como autoritativo en principio y democrático en el método, similarmente a lo que ocurre en las Congregaciones Marianas.

En el movimiento de hombres y de los jóvenes (17 - 25 años) la separación no se realiza tanto por, y no sólo por edades, sino más bien por estamentos: estudiantes, académicos, obreros, docentes, etc. No se pueden estimar números concretos. Según testimonio de las cartas circulares, los miembros de la Liga son alrededor de mil.

Lo mismo vale para la Liga de mujeres y de las jóvenes. En este punto hay que tener en cuenta que, como en el caso de los hombres y de los jóvenes, no se trata siempre de miembros regulares, sino en gran medida también de interesados y amigos de la Obra de Schoenstatt. En la Liga la verdadera membresía se adquiere generalmente mediante la consagración, al cabo de un cierto tiempo de prueba. El P. Friedrich, el director del movimiento de las mujeres y de las jóvenes, tiene Hermanas de María como colaboradoras en Schoenstatt, mientras que, fuera [de Schoenstatt], las jefas diocesanas, zonales y de grupos son en su mayoría “Señoras de Schoenstatt”. Las jóvenes tienen como ideal ser “tabernáculo vivo”. Donaron el tabernáculo del Santuario. Su meta expresa es por lo tanto la virginidad, sin que se excluya a novias y jóvenes dispuestas a casarse. El P. Friedrich envía a los grupos cartas circulares hectografiadas. Me alcanzó las que han aparecido hasta ahora: están en las actas. Director diocesano de Tréveris es el P. Israel, de Püttlingen, y la jefa diocesana es la docente Bohr, de Hostenbach. (El P. Israel es a la vez el hombre de enlace de toda la Obra de Schoenstatt con las autoridades).

En la Juventud Masculina y Femenina (menos de 17 años) no se puede hablar de una verdadera labor de Liga. Si bien existe una consagración juvenil, el trabajo en este caso reviste un carácter más bien preparatorio. El P. Branzen, que atiende la Juventud Masculina (de las diócesis de Tréveris, Maguncia y Espira), me relató sobre su diligente labor de propaganda en la zona del Mosela y del Rin, en Hunsrück y el Eifel. Me entregó una lista de parroquias de la diócesis de Tréveris cuyas juventudes masculinas están vinculadas con Schoenstatt. Además una cantidad de cartas de formación y un número (véase Actas) del boletín de la Obra, impreso como “manuscrito” (sin imprimátur). Acordó con el P. Johannes Müller, encargado de la pastoral juvenil diocesana, que en el futuro el director diocesano de la Liga de la Juventud Masculina participe de las consultas del consejo de dirigentes diocesanos, pero sin voto. El boletín que edita el P. Bezler para la Juventud Femenina de Schoenstatt aparece regularmente y es presentado en Tréveris para su censura.

Se conversó a fondo con el P. Menningen la cuestión de las revistas, boletines y cartas circulares. Él propuso que las revistas en sentido estricto, vale decir, publicaciones de aparición periódica, se presenten primero en Tréveris para su examen preliminar, mientras que las demás cartas, comunicaciones y motivaciones que aparezcan en libre sucesión, impresas o no, luego de aparecer podrían ser presentadas a las autoridades para su examen. Propuso que esto último estuviese limitado “al próximo tiempo”, porque de lo contrario Schoenstatt tendría una posición especial frente a otros Movimientos y organizaciones. Además hizo propuestas de enlaces entre el Movimiento de Schoenstatt y la diócesis: Que se determine que el P. Israel sea, como hombre de confianza y mediador, quien informe al Obispo sobre toda la labor de Schoenstatt en la diócesis. Él mismo tiene colaboradores y colaboradoras de cada rama, sacerdotes y laicos, que le informan sobre todo. Le pedí al P. Menningen consignar por escrito y enviarme sus propuestas para la integración jurídica y pastoral de Schoenstatt a la vida de la Iglesia. Así lo hizo entre tanto, en carta del 7.3.49. La carta se halla en las Actas de la vicaría general.

3. Movimiento popular, de peregrinos y refugiados;

apostolado de los enfermos

El movimiento de Peregrinos y Refugiados puede ser considerado como un movimiento popular. Está dirigida por el P. Fischer, quien estuvo cuatro años junto al PK en el campo de concentración de Dachau. Los sacerdotes de Schoenstatt y otros schoenstattianos propician y fomentan fuera de Schoenstatt las peregrinaciones al Santuario de Schoenstatt. Se procura no dejar que los peregrinos queden en Schoenstatt sin atención, o que sólo recen allí, sino que mediante conferencias se trata de introducirlos en el espíritu de Schoenstatt y arraigarlos allí. El P. Barton, alemán de la región de los Sudetes, lleva adelante la atención pastoral de los refugiados. El P. Barton no es sacerdote de Schoenstatt pero ha reconocido en Schoenstatt el medio adecuado para canalizar fecundamente el triste destino de los que han sido expulsados de su tierra. Algo similar acontece con el apostolado de los enfermos, que atiende el ex provincial, el P. Kolb. Un informe sobre el apostolado de los enfermos se halla en las Actas.

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9789562469586
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