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Читать книгу: «Península Coreana: estrategias, reestructuración e inserción en el mundo global», страница 2

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Notas

1 En adelante se referirá indistintamente como República de Corea o Corea del Sur.

2 En adelante se referirá indistintamente como República Popular Democrática de Corea o Corea del Norte.

3 Según datos del embajador de la República de Corea en México, existen más de 1 800 empresas coreanas en México, las cuales generan más de 150 mil empleos de calidad. Publicado en El Economista en línea 29.08.2018, disponible en https://www.eleconomista.com.mx/internacionales/Me-gustaria-concretar-un-TLC-con-Mexico-Kim-Sang-il-Embajador-de-la-Republica-de-Corea-20180829-0081.html, consultado el 14.06.2019.

Primera Parte

México y Corea del Sur en 2020: de las relaciones oficiales y empresariales a la hora de los ciudadanos

Bruno Figueroa *

Fascinación mexicana por Corea

Corea es el futuro que tuvimos un instante;

es el espejo de nuestras aspiraciones incumplidas.

En la dinámica presente de las relaciones bilaterales de México, entendida como el conjunto de actividades y concertaciones en el ámbito político, económico, cultural y de cooperación con un país, destaca la República de Corea1 en dos sentidos: el primero es que, a pesar de tratarse de una relación reciente en términos históricos, y de la gran distancia geográfica y cultural entre ambos países, la relación ha alcanzado ya un lugar de primer orden para ambos, de acuerdo con diversas variables. En segundo lugar, la relación económica, el turismo y otros ámbitos siguen creciendo a tasas importantes, y parece haber aún espacio para mayor crecimiento, en particular en el ámbito económico, si se fortalecen el marco institucional y el jurídico.

Corea alcanzó el estatus de miembro pleno de la comunidad internacional apenas en 1991, cuando ingresó a la Organización de las Naciones Unidas (onu). Hace tan sólo 20 años, el comercio total entre México y Corea era limitado —4 mil millones de dólares (mdd)—,2 al igual que las inversiones (638.5 mdd acumulados entre 1994 y 2000). En 2005, ambos países decidieron establecer una Asociación Estratégica para la Prosperidad Mutua, con el fin de llevar la relación a otro nivel. Hoy Corea es el quinto socio comercial de México y el quinto destino de nuestras exportaciones; es también la décima cuarta fuente de inversión internacional para nuestro país. México concentra la mitad de las exportaciones coreanas a América Latina y 30% de sus inversiones (Comisión Económica para América Latina y el Caribe [cepal], 2015).

No nos detendremos en la historia de las relaciones entre ambos países, muy bien reseñada por el embajador José Luis Bernal Rodríguez (Bernal, 2016). Analizaremos dichas relaciones, centrándonos en los ámbitos político y económico en la actualidad, y reflexionaremos sobre las posibilidades de incrementarlas. Finalmente, daremos cuenta de un fenómeno inédito hace apenas una década entre los dos países: la irrupción de las sociedades como nuevo motor de la relación bilateral, a través de cientos de miles de voluntades individuales, en particular jóvenes, de conocer y aprender más del otro, y de rea­lizar actividades turísticas, de estudio y laborales. Este hecho, con impacto en otras áreas, transformará la naturaleza de la relación en el futuro.

Una dinámica económica ascendente

De acuerdo con cifras de la Secretaría de Economía (se), en 2018, por primera vez, el comercio total entre México y Corea rebasó los 20 mil millones.3 Esto significa un crecimiento de 106% entre 2009 y 2019, en dólares corrientes. Las exportaciones mexicanas han crecido de manera más acelerada, 730% en el periodo, aunque el monto, al inicio de éste, era muy bajo al sumar sólo 498 mdd.

Esta situación colocó a Corea como el quinto socio comercial de México desde 2019, sólo rebasado por Estados Unidos, China, Canadá y Alemania, en orden decreciente y, por primera vez, por encima de Japón y además, de numerosos socios comerciales “históricos” o “tradicionales”, como España, Francia o el Reino Unido. De hecho, el comercio entre México y Corea en 2019 fue muy superior a la suma del comercio de nuestro país con Brasil y España, como se indica.


Detengámonos en la composición de importaciones y exportaciones en 2019; las compras mexicanas exceden tres veces y media las ventas a Corea, que sumaron 4 949 mdd. Éstas, ahora, colocan a Corea como el quinto mercado mundial para los productos mexicanos. Un dato notable es que, en 2019, por segundo año consecutivo, las exportaciones mexicanas a dicho país rebasaron aquéllas dirigidas a Japón, nación con una economía tres veces mayor, y con la cual México cuenta con un tratado de libre comercio desde 2004. En los últimos tres años registrados (de 2017 a 2019), el crecimiento de las exportacio­nes fue mayor al de las importaciones, reduciéndose gradualmente el déficit para nuestro país.

A primera vista, la composición del comercio bilateral parecería mostrar un patrón tradicional entre un país en desarrollo y otro desarrollado. De acuerdo con datos del Korea Customs and Trade Institute (kcti) reportados a la omc, en 2019, 45% de las exportaciones mexicanas las constituyeron los aceites crudos de petróleo, y los minerales metalíferos, 17%. Sin embargo, máquinas y aparatos eléctricos suman 16%; vehículos y partes automotrices, 6%, e instrumentos y aparatos ópticos, otro 6% (28% entre las tres categorías) (kcti, 2020). Esto se explica porque, para sus cadenas internacionales de valor, Corea requiere de insumos intermedios que también provienen de México.

Cabe notar que las exportaciones mexicanas que más han crecido en los últimos años son las agropecuarias: 107% tan sólo de 2015 a 2019, alcanzando 176 mdd, donde la carne de res y de cerdo constituyen el rubro de mayor valor, con 72 mdd (omc-kcti, 2020); esta categoría representa un enorme mercado para México, apenas explorado.

El nivel de las importaciones mexicanas desde Corea es de tal magnitud que se encuentran en quinto lugar, sólo detrás de Estados Unidos, China, Japón y Alemania. Llama la atención que Corea desplazó a Canadá, socio del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan), como proveedor del mercado mexicano. De acuerdo con el Centro Internacional de Comercio de la omc, la mitad de nuestras importaciones (49.7%) desde ese mercado corresponde a máquinas y aparatos, tanto eléctricos como mecánicos. Siguen en orden de valor los vehículos (10.3%), otras no especificadas (7.2%) y plástico y sus manufacturas (6.6%) (itc, 2020).

Las inversiones directas (ied) muestran también una dinámica de gran crecimiento desde la suscripción de la Asociación Estratégica para la Prosperidad Mutua. Para el primer trimestre de 2020, la Secretaría de Economía registró que la ied coreana en México sumaba 6 927.6 mdd, con una presencia de 2024 sociedades mercantiles de capital coreano (se, 2020a). Tan sólo de finales de 2015 a diciembre de 2019, estas inversiones aumentaron en 2 378 mdd (se, 2020b). El de­tonador de este incremento reciente fue la construcción de la planta de Kia Motors en Pesquería, Nuevo León, que comenzó a producir vehículos en 2016, y la cadena de proveeduría que la acompañó, en los estados norteños de Durango, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Fuera de Corea y China, es a la fecha la planta más grande de Kia en el mundo, destinando, según ejecutivos de la empresa, 50% de su producción al mercado estadounidense; 20%, al mercado mexicano, y el resto a más de 50 países de varios continentes.

En las últimas dos décadas, los principales conglomerados coreanos se han establecido en México para poder incursionar favorablemente al gran mercado norteamericano; en algunas manufacturas, la concentración ha sido muy elevada, como en la producción de pantallas planas y electrodomésticos de categoría media, por parte de Samsung y lg.

La huella de Corea también se encuentra de manera profunda en la atención de necesidades económicas locales. Un sector en particular ejemplifica este dinamismo: el energético. Varios grupos de primer nivel se encuentran presentes en nuestro país en la modernización, ampliación y diversificación de la plataforma energética del país. Participan en la construcción a cuenta de terceros (como la refinería de Dos Bocas), para el financiamiento de proyectos (Parque Eólico de La Bufa), como constructores y concesionarios de infraestructura energética (ter­minal de gas en Manzanillo), como constructores y concesionarios de plantas generadoras tradicionales (termoeléctrica de Ciclo combinado Norte II en Chihuahua) o de energías renovables (diversas plan­tas solares).

Empresas coreanas en el sector energético nacional (2010-2019)


Fuente: elaborado por la Embajada de México en Corea.

México también está presente en Corea, en una escala modesta. Para principios de 2020, las inversiones rondan los 100 mdd.4 A través de inversión directa o de la compra de empresas de otros países con intereses en Corea, algunas de las empresas mexicanas globales han puesto un pie en la península: el Grupo Bimbo a través de East Balt Korea (panadería), Envases Universales a través de Hanil G&M (producción de envases metálicos y plásticos), Grupo Promax a través de gsdk (producción de óxido de zinc) y Katcon (catalizadores para vehículos), principalmente. Kidzania y Aeroméxico destacan como proveedores de servicios.

¿Qué se vislumbra a futuro para las inversiones y el comercio bilateral? Dos factores entran en juego: por un lado, la capacidad de México de mantenerse como plataforma de producción de manufacturas para el mercado norteamericano y el global. Por el otro, la capacidad de México de abrir nuevos mercados, como el de Sudamérica (Brasil, Argentina), pues esto fortalecerá el atractivo para las empresas coreanas de seguir invirtiendo en nuestro país.

El comercio podrá dar un salto si entra en juego una liberalización comercial bilateral. Al momento, ambos países imponen al otro el régimen de Nación Más Favorecida (mfn) bajo la omc. Corea sale beneficiada por el diferencial promedio de aranceles: así, México enfrenta aranceles promedio de 37% en sus productos agropecuarios; sus exportaciones industriales pagan hasta 8% de arancel promedio, y sólo 16% reciben un gravamen de 0%. En contraste, 64% de las exportaciones coreanas a México entran con una tasa de 0% (De la Mora, 2019).

Conforme ingresen más productos agropecuarios a Corea que compiten con México con tasas que se van reduciendo a cero, de países que han suscrito acuerdos de libre comercio con dicho país, como plátano, aguacate o carne de res y cerdo, el riesgo de que desplacen a los productos mexicanos que gradualmente dejarán de ser competitivos por costosos es real. Veríamos entonces un retroceso en las exportaciones mexicanas a Corea y un incremento en el déficit comercial.

Las negociaciones comenzaron a mediados de 2019 en el marco de la Alianza del Pacífico, tras el mandato otorgado, en la XIV Cumbre de la Alianza del Pacífico (ap) en Lima (5 de julio de 2019), para definir, antes de finales del año, los términos de referencia que guiarán las negociaciones comerciales con Corea, candidato a Estado Asociado.

Convergencias políticas en un mundo convulsionado

La etapa actual de la relación política entre México y Corea nació con el establecimiento, en 2005, de la Asociación Estratégica para la Prosperidad Mutua, en reconocimiento de las múltiples similitudes entre ambos países, como el tamaño de su economía, su peso en el comercio internacional y el ser potencias medias emergentes en el ámbito de la región más dinámica del mundo, el Asia-Pacífico (Comisión México-Corea Siglo xxi, 2005). México y Corea son países de industrialización relativamente reciente y compañeros de ruta de la glo­balización (bancomext, 2019). También son países que han vivido —y padecido— bajo la sombra de grandes potencias, cuyos poderes han buscado restringir a través del derecho internacional y reglas multilaterales.

De la triada de países de Asia con los que México mantiene las relaciones más intensas —China, Japón y Corea—, ninguna es más cer­cana en términos políticos que con Corea, por las coincidencias y convergencias en la mayoría de los temas de la agenda internacional. Más válido hoy, que hace quince años, es la aspiración de ambos de buscar aumentar sus contribuciones a favor del mejoramiento de la gobernabilidad global (tanto económica como política); de la paz y la prosperidad internacional, y del desarrollo sostenible de los países en desarrollo (Comisión México-Corea Siglo xxi, 2005).

Estas convergencias se traducen en concertaciones periódicas en numerosos organismos internacionales: la onu y sus órganos subsidiarios, y el gran número de organismos que forman parte del Sistema; otras organizaciones, como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (ocde) o el Foro Económico de Asia Pacífico (apec), y mecanismos de diálogo como el G20 o el grupo mikta (México, Indonesia, Corea, Turquía y Australia). Al menos una vez al año, los cancilleres de ambos países se reúnen para intercambiar opiniones y buscar apoyos sobre una multitud de temas de interés mutuo. Viceministros (subsecretarios), representantes permanentes y embajadores lo hacen en numerosas ocasiones, tejiendo así un entramado de consensos y apoyos políticos permanentes. El nivel de coincidencias en votaciones de resoluciones en la Asamblea General (agonu) y el apoyo mutuo a candidaturas en organismos multilaterales son elevados.

Cuando México solicitó el apoyo de la comunidad internacional de donantes para el Plan de Desarrollo Integral para Guatemala, El Salvador y Honduras, a comienzos de 2019, Corea lo ofreció; incluso expresó su interés por medio de la Agencia de Cooperación Internacional de Corea (koica), su agencia de cooperación internacional, en elaborar un proyecto de cooperación con su homóloga mexicana, la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (amexcid). Las conversaciones seguían su curso a finales de 2019.

El grupo mikta (México, Indonesia, Corea, Turquía y Australia) es una expresión acabada de las afinidades políticas entre ambos. Constituido a iniciativa de México en 2013, es una agrupación plural de países de cuatro continentes (si consideramos que Turquía también es europeo), basada en el “interés común en fortalecer el multilateralismo, apoyar los esfuerzos globales dirigidos hacia la estabilidad y la prosperidad, facilitar soluciones pragmáticas y creativas para problemas regionales y globales, y hacer reformas muy necesarias en las estructuras de la gobernanza global” (sre, 2015).

Para subrayar su elevado compromiso con el mecanismo, Corea asumió la segunda coordinación anual en 2015, después de la mexicana de 2014, y ha sugerido, en varias ocasiones, que se llevará a cabo una cumbre para darle el mayor realce posible. Hasta el primer trimestre de 2020, el grupo había emitido 25 declaraciones sobre diversos temas. Las reuniones de cancilleres (una al año) permiten una “diplomacia de proximidad”, con intercambios directos de opiniones y posiciones sobre los temas de mayor relevancia para los cinco países. También contiene un componente de diplomacia parlamentaria que no debe soslayarse, al reunirse, una vez al año, los presidentes de los parlamentos respectivos en la capital de quien ostente la coordinación; éstos también comparten sus visiones y preocupaciones sobre los temas de común interés.

A pesar del entramado de encuentros y concertaciones señalado, el nivel de la relación requeriría más contactos de alto nivel, tanto en el marco de mecanismos institucionales como fuera de ellos. Asimismo, sería deseable que hubiera mayor simetría en los contactos, dado que son más frecuentes las visitas oficiales de Corea a México que viceversa. Por ejemplo, el último Jefe de Estado en viajar a Corea en visita oficial fue Vicente Fox en 2001 y en 2005, para participar en la Reunión de Líderes de apec en Busan. En tanto, la anterior presidenta de Corea, Park Geun-hye, viajó a nuestro país con una delegación de más de 45 personas, entre miembros de gabinete, altos funcionarios y empresarios, en abril de 2016.5 El último canciller mexicano en visi­tar Corea fue José Antonio Meade en 2015, fecha de la última reunión del Mecanismo de Consultas Políticas a nivel ministerial. La canciller coreana Kang Kyung-wha asistió a la toma de posesión del presidente Andrés Manuel López Obrador el 1 de diciem­bre de 2018.

En el ámbito de la cooperación, la Comisión Mixta de Cooperación Económica, Técnica y Científica sesionó por última ocasión en 2015; el Programa de Cooperación Educativa y Cultural vigente fue suscrito en 2012 y para finales de 2019 no había sido renovado. Si bien la cooperación es intensa en estos ámbitos, si existieran mecanismos de cooperación independientes de las comisiones señaladas, como el Programa de Intercambio de Conocimientos (ksp) del Ministerio de Economía y Finanzas, se ganarían nuevas oportunidades de cooperación en ámbitos como la Cuarta Revolución Industrial, inteligencia artificial, nueva movilidad o economía del hidrógeno, de reunirse las comisiones y autoridades de ambos países.

Existe una inercia diplomática con el llamado Viejo Mundo (Europa), con el cual el entramado institucional a nivel bilateral, cubriendo un amplio espectro temático, es más rico que el existente con la mayoría de países de Asia, a pesar de que la realidad de las relaciones económicas y muchos intereses políticos favorecen hoy, mucho más, a Asia como la región más dinámica del mundo. Esta situación debe corregirse.

La hora de los ciudadanos

El paisaje coreano se puebla poco a poco de mexicanos, algunos con itinerarios insólitos, como aquellos niños de 12 años que radicaron seis meses en Seúl para dominar el arte del Baduk (juego de tablero de estrategia, conocido también como Go en China). La presencia coreana es aún más visible en México, tanto en sitios turísticos como en las ciudades más importantes del país. Al margen de los gobiernos, aunque propiciados por ellos, flujos crecientes de mexicanos y de coreanos recorren los 12 500 kilómetros que separan los dos países para llevar a cabo actividades de turismo o de estudios. En el caso de los ciudadanos coreanos, la expansión de la inversión en México explica una presencia más importante de ejecutivos y trabajadores, y son cada vez más los empresarios independientes que buscan probar suerte en nuestro país. De esta forma, son más de 14 mil los coreanos residentes que registra la embajada de Corea en México. Los mexicanos en Corea no llegan a mil.

La reducción de costos de viaje, la multiplicación de rutas, la apertura del vuelo directo México-Seúl en julio de 2017, aunado al incremento en los poderes adquisitivos, explican el crecimiento del turismo entre los dos países. El poder suave y la diplomacia pública apuntan también a selecciones de destinos dictadas por atractivas construcciones narrativas culturales. A comienzos del siglo no existían muchos incentivos para motivar el turismo de México a Corea. Hoy, eficientes campañas y numerosas ofertas culturales hacen que Corea compita con sus vecinos y tenga una sólida identidad positiva propia. ¿Qué sería hoy del turismo a Corea sin el K-pop, un fenómeno musical que atrae a millones de jóvenes de todo el mundo? El propio gobierno coreano promueve con eficiencia este atractivo; por ejemplo, cuando llevó al grupo bts a la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2018. Sólo en México el número de fans del K-pop se mide en cientos de miles.

No hay mes en el que en algún lugar de Corea no abra un restaurante mexicano, o con pretensión de serlo, por el hecho de que nuestra comida se ha popularizado en un país que, hace 25 años, todavía conocía grandes restricciones en sus importaciones de alimentos extranjeros no básicos. La narrativa mexicana también se ha consolidado a lo largo de los años, con el apoyo de la penetración de música, cine, telenovelas y eficientes campañas turísticas.

Según datos de la Secretaría de Turismo (sectur), en 2018 fueron 86 mil los coreanos que realizaron actividades turísticas en México, esto es 54 mil más que sólo seis años antes (datatur, 2019). La Orga­nización de Turismo de Corea (kto) señaló que 25 mil mexicanos viajaron en sentido contrario con fines turísticos en 2018 (Korea Tourism Organization, 2019), cuando apenas fueron 10 026 en 2012 (Korea Tourism Organization, 2013). El turismo entre ambos países crece a tasas superiores a 15% anual, pronosticando un amplio espacio de expansión, sobre todo el de Corea a México, dado el nivel de ingreso de su población y la propensión para salir de su país (en 2018, se registraron 25 millones de salidas del territorio).

La internacionalización de la educación superior es otra actividad en plena expansión de la que se han beneficiado mexicanos y coreanos, en números crecientes. Este fenómeno se ha dado al margen del ámbito oficial, ya que el número de becas de gobierno no ha cambiado en los últimos años. El gobierno mexicano ofrece cinco becas anuales de posgrado a estudiantes coreanos, las cuales no se otorgan en su totalidad por falta de demanda. El gobierno coreano, a su vez, otorga 3 becas de licenciatura y 13 de posgrado, anualmente. En 2018, 52 estudiantes mexicanos se encontraban estudiando con alguna beca del gobierno coreano: 8 a nivel de licenciatura, 26 a nivel de maestría, 6 de doctorado y 12 en movilidad.

En cambio, el número de estudiantes que se benefician de becas o programas interuniversitarios, o incluso que deciden cubrir ellos mismos sus estudios, se ha disparado. Para ello, se han suscrito al menos 177 convenios interuniversitarios para facilitar los intercambios y acreditación de materias. Eran 106 estudiantes coreanos en México en 2014 para estudios de idioma, intercambio o posgrados completos; en 2018 ya eran 415. Varias universidades ofrecen estudios en México para jóvenes que serán reclutados por empresas coreanas establecidas en nuestro país. En sentido inverso, la embajada mexicana en Corea había registrado 250 estudiantes mexicanos en el país en 2014, igualmente en estudios de idioma, de intercambio o estudios universitarios completos, número que había aumentado a 375 para 2018.

En tiempos recientes, las instituciones de educación superior coreanas han enfrentado una disminución en su matrícula, a pesar de que Corea es uno de los países con el mayor número de jóvenes que realiza estudios universitarios (67.8% del total en 2018, de acuerdo con la ocde), debido a la estructura demográfica de su sociedad, en proceso de envejecimiento. La única manera de compensar esta disminución ha sido incrementar el número de estudiantes extranjeros, ofreciendo cada vez más materias y posgrados en inglés, al igual que becas completas o parciales.

De lo anterior puede deducirse que el número de estudiantes mexicanos en Corea seguirá creciendo en el futuro y quizá también el de coreanos en México si se mantiene la expansión de la inversión de ese país.

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