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Música para mis oídos
Cantar a pleno pulmón, sin afinar, sin importar quién te vea. Que te haga sentir, que te haga vivir, que te haga soñar. Que lo más importante siempre sea bailar y disfrutar del proceso, no del final. Porque, al fin y al cabo, en esta vida estamos dispuestos a todo y escucharte reír siempre será música para mis oídos.
Siempre
Soy fan de sonreír, aunque todo por dentro esté destrozado.
Tus manos
Me flipan tus manos y la forma en la que coges las cosas. Tus caricias, tus masajes de inexperto, tus cogidas de mano en los paseos, incluso cuando agarras el volante mientras conduces. Me siento obsesionada con ello y no puedo evitarlo. Lo mismo que con tus besos.
Tu conversación
—Shhh, ¿qué quieres?
—Besarte.
—¿Por qué?
—Porque me encanta.
Esta siempre será mi conversación favorita.
Silencios
Los silencios otorgan miradas, viajes en el tiempo, llamadas al subconsciente que trastocan la realidad, brisas de oportunidades, sonrisas de recuerdos, olores a libertad, nuevos retos.
Sinceridad.
De repente, te encuentras tu cuerpo desnudo ante el mundo. Eres tú, pero no eres lo que muestras al mundo. Eres tú de verdad.
Sin tapujos, sin filtros, sin mentiras.
Y es entonces, ahí, cuando te das cuenta de que ni tú mismo te conoces de verdad y sabes que nunca más terminarás de conocer a alguien.
Una verdadera guerra
No sabes quién eres hasta que te toca luchar. Cuando la vida fija un punto, es el momento de armarse, de colocarse la armadura y salir a combatir. Abres el armario, coges tu pañuelo favorito y empiezas la marcha que te llevará un día no muy lejano hacia la libertad que tú misma has ansiado. Porque en esta lucha solo hay una guerrera, la cual lidera su guerra por dentro y es capaz de demostrar al mundo que todo está bien. Porque no todo dura para siempre y tras la lluvia, siempre escampa.
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