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Читать книгу: «La Muñequita», страница 4

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A la mañana siguiente supo la novedad la madre de la prima, vio el oro, se inflamó su codicia y determinó no decir a sus parientes nada de lo acontecido, aprovechándose de la excelente propiedad de la muñequita para hacerse poderosa. Con este propósito fue al mercado, compró de las mejores cosas que había de comer y atracó de lo lindo a su encantada huéspeda. Aquella noche no le dejó dormir con su hija, sino que la acostó consigo, adornando la cama con una rica colcha de damasco que ponía en el balcón los días de procesión y con sábanas finas de farfalaes bordados.

A media noche pidió la muñequita lo que había pedido la noche anterior. La mujer, que esperaba el oro con impaciencia y que para verlo había dejado el candil encendido, le contestó: «Hazlo ahí, mis amores», y no bien lo dijo, la muñequita empezó a hacerlo en gran abundancia. Pero, ¿cuál no sería la ira de aquella avarienta mujer, cuando notó, vio y olió, en vez de la materia que esperaba, otra del todo diversa y desagradable al olfato? En su furor, agarró por una pierna a la muñequita y la dio de golpes contra las paredes. Abriendo, por último, la ventana de su alcoba, la tiró por ella con violencia tan prodigiosa, que la pobre muñequita anduvo por el aire más de tres o cuatro minutos y fue al cabo a dar con su magullado cuerpo en el corral de palacio.

Llegó en esto la mañana, y el rey, que solía entregarse a los mayores excesos sin respeto a Dios ni a los hombres, se despertó harto mal de salud, y, como es natural, bajó al corral a desahogarse un poco. Se ignora si fue casualidad o providencia, pero es lo cierto que el rey se puso a hacer lo que era necesario justamente encima de la muñeca.

Allí fue ella. La muñequita, incomodada, le agarró un bocado feroz. Su majestad creyó que era algún bicho y salió corriendo y gritando, porque le dolía lo que no es decible. Vinieron todos los cirujanos de cámara y no pudieron conseguir que la muñequita soltase su presa. El rey ponía el grito en el cielo y a cada momento se sentía peor. La reina madre estaba tan desconsolada, que se la podía ahogar con un cabello. Todos empezaron a temer por la vida del rey.

Возрастное ограничение:
12+
Дата выхода на Литрес:
30 августа 2016
Объем:
7 стр. 1 иллюстрация
Правообладатель:
Public Domain

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