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Para apagar la esperanza como hábito de la mente y del corazón, Satanás explota tanto nuestras debilidades innatas de carácter como nuestros defectos de actitud y comportamiento adquiridos los cuales testifican de las relaciones malas y fracasadas de nuestro pasado. Así algunos de nosotros tenemos un temperamento que es naturalmente sombrío y melancólico (la palabra antigua que significaba depresivo), de tal modo que el absorberse en sí mismo y compadecerse de sí mismo, el sentirse varado y abandonado, y el esperar lo peor se nos hace natural a nosotros, como lo fue con Eeyore en la saga de Winniethe-Pooh. Algunos de nosotros estamos cargados de un sentimiento aplastante de timidez e incompetencia (torpeza, lentitud, falta de belleza, de cerebro, vigor y viveza) así que nos sentimos avergonzados e inferiores y nos corremos asustados, con miedo de caer atrapados en alguna tontería que no notamos. Algunos de nosotros llevamos las cicatrices del dolor que no podemos olvidar y el daño que no podemos reparar (de la mala crianza, el intimidamiento, el rompimiento de relaciones, el abuso sexual y de sustancias, etc.). Los recuerdos de culpabilidad mantienen vivas la vergüenza y el desprecio de uno mismo en el corazón de algunos de nosotros. El sentirse encarcelado en un cuerpo enfermo y desgastado, o en un hogar sin amor, o en una rutina que destruye el alma, nos anima a resentir de nuestra propia existencia y darla como una miseria total.

El agotamiento emocional a lo largo de cualquier período de tiempo nos deja sintiendo, como un hombre me dijo una vez, como que nuestra fe es tan frágil como papel facial, y que el esperar positivamente por cualquier cosa está simplemente más allá de nosotros. Satanás es un maestro usando estas condiciones y otras similares para apartarnos de practicar la esperanza.

Nosotros no siempre estamos en contacto tan cercano con nosotros mismos – esto es, con nuestros sentimientos, impulsos y actitudes – como lo creemos o necesitamos estar. Quizás se encuentre usted queriendo descartar lo que he estado diciendo acerca de la esperanza cristiana en Dios tomándolo como palabrería fácil. Esto puede ser porque me referí a debilidades y vulnerabilidades que usted tiene interés en negar que sean ciertas en usted. Si eso es así, le garantizo que usted conoce mucho menos del gozo de la esperanza de lo que usted cree y de lo que, francamente, quiero que usted conozca. Le ruego que en este momento se examine. ¿Cómo? Bueno, muy por encima de una reflexión honesta, le urjo a que oiga una voz del pasado. Obtenga el libro de John Bunyan, El Progreso del Peregrino (texto completo); es una alegoría pastoral clásica que ha estado contínuamente en impresión durante más de tres siglos. Cumple con el papel de guía de sabiduría puritana acerca de la vida espiritual, y en la segunda mitad de su segunda parte tiene mucho que decir acerca del Señor Desánimo y su hija Mucho Susto, que fueron rescatados de las garras de Desesperación Gigante; acerca del Señor Mente Débil y su tío el Señor Temeroso, quien hizo su peregrinaje más pesado que los demás, y acerca del Señor Listo para Parar, quien no podía avanzar sin muletas. Lea el libro entero, ambas partes, luego enfóquese en lo que se dice de estos personajes y cómo ellos fueron ministrados, y pienso que encontrará ayuda para esperar. Mientras tanto, permítame decirle algunas cosas que tuve que aprender a decirme a mí mismo en los tiempos en que me estaba convirtiendo en un cínico, sin dudar la fe bíblica pero sin gustarme mucho los himnos acerca del cielo y la manera entusiasta en que la gente los cantaba.

Primero, el corazón de la esperanza cristiana, tanto aquí como en el más allá, es la comunión amorosa del pecador salvo con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, al adorar, obedecer y usar actividades para agradar a la divina trilogía a través de su servicio. Esa es la realidad esencial y eterna de la vida espiritual; de esto es lo que fundamentalmente consiste el cielo; y si soy un cristiano de verdad, mi vida actual ya comienza a consistir en esto. Aquí en el presente, la vida espiritual produce gozo, además de un sentido de paz y cumplimiento que no viene de ninguna otra fuente, y la perspectiva es que continuará así para siempre. Esto quiere decir que cada momento en el cielo será verdad el decir, junto con Robert Browning, “lo mejor está por venir,” así como cada creyente puede decir lo mismo cada momento aquí en la tierra. Sería pecadoramente tonto ser despectivo o estar ofendido por una perspectiva tan maravillosa.

Segundo, nuestro mundo ignorante, materialista, post-cristiano en realidad está haciendo desfilar su necedad pecaminosa al burlarse de la esperanza del cielo, y sería pecaminosamente tonto para un cristiano estar de acuerdo con el mundo en estos momentos. Vale la pena mencionar algunas de las declaraciones que escribió C.S. Lewis, y que yo leí, hace más de medio siglo:

La esperanza es una de las virtudes teológicas. Esto quiere decir que la continua anticipación anhelante del mundo eterno no es (como alguna gente moderna piensa) una forma de escapismo o de pensamiento deseoso, sino una de las cosas a que el cristiano ha sido llamado a hacer.

No hay necesidad de preocuparse de gente chistosa que trata de ridiculizar la esperanza cristiana del “cielo” al decir que ellos no quieren “pasar la eternidad tocando el arpa. ” La respuesta para esta clase de gente es que si no pueden entender los libros escritos para adultos, entonces que no hablen de ellos. Todas las representaciones que usan las Escrituras (arpas, coronas, oro, etc.) son, por supuesto, un mero intento simbólico de expresar lo inexpresable. Los instrumentos musicales son mencionados debido a que para mucha gente (no toda), la música es lo que más se aproxima a la idea de éxtasis e infinito en esta vida. Las coronas son mencionadas para sugerir el hecho de que aquellos que están unidos a Dios en la eternidad comparten su esplendor, su poder y su gozo. El oro es mencionado para sugerir la eternidad del cielo (el oro no se oxida) y lo precioso que es. La gente que toma estos símbolos literalmente quizás creen que cuando Cristo dijo que debemos ser como palomas, él quiso decir que tenemos que poner huevos. (Mere Christianity [Londres: Fontana, 1955], pags. 116,119)

Tercero, nuestro Dios gentil ha puesto su reputación en lo que él nos ha dicho acerca de la vida futura, a través de Cristo, de los apóstoles y de la Biblia entera, y en las promesas acerca del futuro que él ha dado a todos los creyentes (las muletas en la alegoría de Bunyan sin las cuales el Señor Listo para Parar no podía caminar). Aquellas promesas tienen al cielo constantemente a la vista. Sería pecaminosamente tonto y ofensivo a Dios el rehusar creer en esta enseñanza y en estas promesas cuando aceptamos otras cosas que Cristo, los apóstoles y la Biblia nos enseñan como verdades divinas. ¿Podemos justificar alguna vez el no apropiarse de lo que dice la Palabra de Dios acerca de todo? ¿Podemos justificar en este mismo momento el no creer en las propias promesas de Dios acerca del futuro? No, por supuesto que no. La arrogancia de no creer lo que Dios había declarado claramente fue el pecado del huerto del Edén; tal incredulidad fue injustificable en ese entonces, y sería igualmente injustificable ahora.

Un efecto notorio de la depresión es la pérdida del poder para creer que cualquier cosa buena le espera a uno, y una de las causas de la depresión es el sentir que usted es un inadaptado o un extraño o un fracasado. La depresión espiritual ocurre cuando dichos sentimientos devoran su confianza en el vasto, incalculable, ilimitado, y libre amor de su Dios. Yo sospecho que usted sabe algo acerca de estos sentimientos; muchos cristianos del occidente, quizás incluso la mayoría, pasa la vida en un estado de depresión espiritual no diagnosticada porque estos sentimientos los dominan regularmente. Pero la respuesta final a todos los sentimientos de inferioridad es recordarse a sí mismo que su Dios ama, redime, perdona, restaura, protege, sostiene y usa a los inadaptados, extraños, y fracasados no menos que a la gente bella de la clase que cruza su camino y que usted ha deseado ser. Usted verá esto en los estudios bíblicos que siguen, los cuales Carolyn y yo le ofrecimos a Dios y a usted, orando para que Dios los use para convertir a muchos en los esperanzados felices a que todos los cristianos hemos sido llamados a ser.

1

ESPERAR CUANDO MI FORTALEZA TRAE CONSIGO DEBILIDAD
Sansón

JUECES 14 – 16

NADIE, SIN DUDA, PUEDE LEER LA HISTORIA DE SANSON SIN dejar de pensar, Esto es una tragedia. Tragedia es un desperdicio de algo bueno, un despilfarro de potencial, y Jueces 14 – 16 es una trágica historia de cómo muchas cosas buenas se desperdiciaron por la manera en que Sansón se dejó actuar como un tonto.

Sin embargo, Sansón es un héroe de la fe. Lo sabemos porque en el capítulo once de Hebreos él es nombrado específicamente: “¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas” (Heb. 11:32). El autor de Hebreos prosigue a decir que estos fueron hombres que “por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros” (vers. 33-34). “Sacaron fuerzas de debilidad” -fuerzas, esto es, para un servicio que de otra manera no hubieran podido ofrecer. Esa es parte de la historia de Sansón – así como también es parte de la historia de mucha más gente imperfecta de Dios.

Así que Sansón fue un héroe de la fe. De hecho, un tema central de la historia de Sansón es que Dios lo había elegido para servir como un salvador. Cuando el ángel del Señor anunció el nacimiento de Sansón a su madre, el ángel dijo que su hijo sería “apartado para Dios desde su nacimiento,” y que “él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos” (Jue. 13:5). Y así fue. Leemos que él dirigió y gobernó a Israel como su juez durante veinte años, y es evidente que sus obras debilitaron el control palestino sobre el pueblo de Dios.

La historia de la vida de Sansón, como lo narra el autor de Jueces, sin embargo, es muy parecida al tipo de cosas que se leen en los libros de suspenso: mujeres y peleas de principio a fin. Sansón fue sin lugar a dudas una persona al estilo Rambo, pero él no tiene toda la culpa de ello. El libro de Jueces nos cuenta que la gente que vivió en una sociedad permisiva, y una cultura permisiva conduce naturalmente a un comportamiento irresponsable y sin dirección. Hoy en día lo sabemos por experiencia propia. “La sociedad permisiva” es una descripción que se aplica directamente a la Norte América moderna. Nosotros los occidentales vivimos en días post-cristianos, y así como en la época de Sansón, las reglas viejas no se toman en cuenta. Cada uno hacía lo que bien le parecía (ver Jue. 17:6; 21:25). Toda clase de locuras que se han hecho hoy en día incluye toda clase de desperdicio de lo que es bueno. Debemos darnos cuenta que vivimos en una época y en un lugar que es un posible fondo para precisamente el tipo de tragedia que vemos en la vida de Sansón, así que tengamos cuidado.

El punto principal de la tragedia, como dije, es el desperdicio de lo que es bueno, la anulación de potencial. Y desperdicio es lo que describe la vida de Sansón, como lo estudiamos aquí. Sansón fue un tipo de héroe raro, era tan descarriado e incorregible como cualquier delincuente juvenil. El recibió una fortaleza física enorme para luchar contra los filisteos, y los combatió exitosamente. La Escritura dice que el Espíritu del Señor venía sobre él una y otra vez (Jue. 13:25; 14:6,19; 15:14). Y justo al final de su vida Sansón oró y recibió fuerzas para derrumbar el templo de Dagón. Murió con los filisteos – como él lo había pedido en oración. En ese momento el narrador comenta que los que Sansón mató al morir fueron mucho más que los que había matado durante su vida (16:30). El tema en común que atraviesa las partes oscuras de la historia de Sansón es su poder subyugante sobre los filisteos. Conjuntamente con las travesuras de Sansón, como lo notamos, se encontraba el líder reconocido de Israel durante veinte años. Nosotros sólo podemos especular lo que él hubiera logrado si sus debilidades no hubieran sido lo que fueron.

SEXUALIDAD DEFECTUOSA

Como una advertencia para nosotros, ahora debo ser específico en cuanto a los defectos que veo en el carácter de Sansón.

Primeramente, Sansón no pudo resistir a una muchacha. Cuando era un joven él le dijo a sus padres, para mucho dolor de ellos, “Hay una muchacha filistea con la que me quiero casar.” Él cortejó esta mujer pagana al comienzo de su carrera, y terminó con otra mujer pagana llamada Dalila. Entre las dos, la Escritura nos cuenta de sus visitas a una prostituta en Gaza. Ni el casarse con paganas ni el acostarse con prostitutas pueden agradar a Dios, pero claramente vemos que cuando el impulso sexual de Sansón era estimulado, nada lo podía detener. Esto tampoco se nos hace difícil de entender. Hombres de poder y éxito todavía piensan que el placer sexual físico es una recreación a la que tienen derecho por sus logros, y aún actúan como si las limitaciones y restricciones impuestas a otros no se aplican a ellos. No es necesario dar ejemplos, aunque éstos se vienen a la mente. La experiencia nos ha enseñado a todos nosotros que esto es cierto.

HUMOR DEFECTUOSO

Sansón tampoco pudo resistir las bromas. Él era, entre otras cosas, un payaso orgulloso de ser un comediante, que se ganaba la admiración y el respeto al hacer reír a la gente con su humor extraño y su ingenio. He conocido gente como esa, y espero que usted también. Como ejemplo tenemos uno de sus enigmas. Él arruinó su propio desayuno de bodas al presentarles a los jóvenes filisteos (sus invitados de bodas) el siguiente enigma:

Del devorador salió comida;

Y del fuerte salió dulzura.

“¿De qué estoy hablando?” preguntó. La respuesta era, como sabemos, que Sansón se acordó de cuando encontró abejas haciendo su panal y fabricando miel en el cadáver de un león que él había matado. Naturalmente, él no esperaba que nadie hubiera sabido esto. Los jóvenes (no estaban deseosos de ser avergonzados por este forastero, especialmente después que todos ellos apostaron un juego de vestidos a que sí podían descifrar el enigma que les había propuesto) presionaron a su novia para que él le diera la respuesta correcta. Ella hizo como se lo pidieron, luego le dió la respuesta a los jóvenes, y ellos inmediatamente le dieron la respuesta a Sansón. Al darse cuenta de lo que habían hecho, Sansón se enojó, arruinó la fiesta de bodas y se fue furioso a casa.

¿Por qué se enojó? Bueno, porque se suponía que nadie podía superar las bromas de Sansón. Le descifraron su enigma, había sido desairado por estos filisteos, y esto no le gustó. Lastimaron su vanidad de payaso, de tal manera que su euforia se convirtió en furia. Al no tener éxito con esa broma, Sansón inmediatamente continuó con un humor más destructivo involucrando animales, incendios y campos de grano. Él atrapó trescientas zorras (me pregunto, ¿cómo?), las amarró por la cola en pares, les sujetó una antorcha prendida a cada par de colas, soltó a las criaturas aterrorizadas y de esta manera quemó completamente la cosecha filistea. Me imagino que mientras que las zorras corrían, Sansón estaba al borde del campo matándose de risa. Como cualquiera lo hubiera anticipado, la secuencia de bromas aumentó con la pérdida innecesaria (y trágica) de vidas (Jue. 15: 3-17).

En otra ocasión, después de pasar un tiempo con la prostituta de Gaza y sabiendo sin lugar a dudas que abría un intento para evitar que saliera, Sansón pensó que sería espantosamente divertido levantarse a medianoche, sacar del suelo las puertas de la ciudad con sus dos pilares y su cerrojo, echárselas al hombro treinta millas, y plantar toda la estructura sobre una cumbre pulida y lisa que estaba delante del Monte de Hebrón, totalmente alejado de cualquier vivienda humana. Una vez más vemos a Sansón permitiendo que su sentido del humor lo conduzca a un comportamiento fantástico.

Al final encontramos a Sansón fastidiando a su chica Dalila con cuentos tontos acerca de lo que a él lo hacía fuerte. Ella estaba maquinando su caída mientras que él se burlaba de ella. Cuando finalmente él le dijo su secreto (que como nazareo, su cabello nunca había sido cortado), su bromear tuvo resultados fatales – esta vez para él mismo (Jue. 16:4-30).

El humor incontrolado de Sansón lo hicieron comportarse repetidamente como un payaso infantil, irracional e irresponsable, y esto fue una verdadera debilidad de carácter. El humor, como tal, es un endulzador de la vida dado por Dios y que protege nuestra sensatez, pero tenemos que controlar nuestro sentido del humor, y no dejar que nos controle a nosotros.

ENOJO DEFECTUOSO

Sansón también tuvo problemas, como lo hemos visto, para controlar su temperamento. El enojo es una incitación a golpear, lastimar y destruir, y la historia de Sansón lo presenta como un hombre que está constantemente enojado. Él no podía soportar una expresión de menosprecio. Una de sus ideas fijas, al parecer, era que él tenía que retribuir a la gente. Ojo por ojo era la regla de la vida de Sansón. Él trataría a otros de la manera como ellos lo trataron a él, sólo que peor, así él obtenía una revancha victoriosa y terminaba como el más listo. Esta actitud aparece en su última oración: “acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos” (Jue. 16:28). Sansón no vió que la vida consiste en algo más que vengarse por los males que se nos hacen. El no ser capaz de controlar su temperamento era otra debilidad en el carácter de Sansón; en lugar de ello, él permite que el enojo y el orgullo abunden una y otra vez para lastimar a otra gente. (El amor al prójimo, tal como lo enseñó Jesús y los apóstoles, hace exactamente lo opuesto: ver Mt. 5:38-48; Lc. 10:25-37; Rom. 12:17-21; 1 Jn. 3:11-24; 4:7-21.)

En vista de esto, mire nuevamente las bromas pesadas de Sansón. La gente todavía cree que al hacer reír a otros ellos están reafirmándose como miembros de la sociedad, así que si sus bromas expresan malicia y enojo, eso será perdonado y olvidado porque han hecho divertir a la gente. Sansón era evidentemente esa clase de hombre. Como vemos, sus acciones cómicas realmente tienen un lado detestable. Son bromas crueles y descorazonadas. Son bromas que expresan un deseo de estar por encima de la gente a la que se les está burlando. Tales bromas no son expresiones de benevolencia. Son graciosas, pero la gracia es una gracia fea. Las bromas son enojos disfrazados. Fue un defecto en Sansón el que su conciencia parece no haberle molestado por esto.

Critico las bromas de Sansón con cierta vacilación porque cuando comencé a predicar, yo era súper serio. El ministro principal con el que trabajaba me dijo un día: “Mira, eres demasiado serio cuando predicas como para que la gente te tome en serio. Dios te dió el sentido del humor. ¡Úsalo!” (Él era en realidad un irlandés, así que él dijo yummor [rima con tumor]. He estado introduciendo bromas en mis sermones desde ese entonces, y pienso que es una buena idea. Pero trato de evitar que sean maliciosas o degradantes. Yo veo a Sansón como a un hombre dominado por su sentido del humor, un hombre que tenía la costumbre de actuar como tonto y pensar que el propio hecho de estar haciendo algo gracioso justificaba su mal comportamiento.

LA PERSONA DE DIOS

Sin embargo Dios escogió a Sansón para que fuera su sirviente especial. De vez en cuando surge en la historia de Sansón un recordatorio del hecho que Sansón era un hombre de Dios, apartado para la obra de Dios, y que es Dios quien está controlando el curso de las acciones y experiencias de Sansón. Esta es la parte de la historia de Sansón que nos da esperanza. Nosotros también vivimos vidas tragicómicas defectuosas, vidas llenas de errores y deficiencias, vidas en las cuales lo que creemos que son nuestras cualidades alimentan nuestro ego y se convierten en nuestros verdaderos defectos. Pero Dios fue Dios para con Sansón – y es Dios para con nosotros.

En cierta forma extraña, hay cosas en la historia de Sansón que nos recuerdan al Señor Jesucristo – otra persona nacida milagrosamente para los propósitos del reino de Dios. Jesús también tenía sentido del humor. Ciertamente, era un sentido del humor bastante firme e inteligente. Seguramente nos sonreimos un poquito de la idea de un camello pasando por el ojo de una aguja, o un hombre con una viga saliéndole de su ojo tratando de quitar una paja del ojo de otra persona. Sin embargo, Jesús no estaba esclavizado a su humor. El fue un hombre de cortesía, sabiduría, benevolencia y prudencia en una manera como Sansón nunca lo fue.

En lo que respecta al dominio propio, al no perder el control, Jesús fue vituperado pero él no vituperó en respuesta. Él se encomendó al que juzga justamente. Eso es verdadera madurez humana, una madurez a la que todos los que somos de Cristo hemos sido llamados a aspirar (ver 1 Ped. 2:19-23). En este aspecto, Jesús y Sansón eran diametralmente opuestos.

ADVERTENCIA CRISTIANA

La historia de Sansón es una historia de advertencia, y es propio que los cristianos tomen la biografía de Sansón como un aviso para nosotros mismos. Sansón fue fuerte físicamente, eso es cierto. En los momentos en que el Espíritu de Dios posaba sobre él, Dios le daba una fuerza increíble. Pero esta misma fuerza trajo consigo debilidad – las debilidades específicas de egocentrismo, confianza en sí mismo, desenfreno y satisfacción de sí mismo. Todas estas cuatro áreas están claramente aquí, en el registro de la trayectoria de Sansón. Si él hubiera sido menos espectacularmente fuerte, él hubiera sido menos vulnerable a estas actitudes. Así fue que él peleó bien con los filisteos pero parece que no había progresado en la guerra contra el pecado – lo que quiere decir que durante toda su vida él era débil por dentro.

Nosotros los cristianos evangélicos también somos fuertes en por lo menos un sentido, esto es, en el numérico. Cuando los estadistas cuentan números, nos dicen que hay aproximadamente cuarenta millones de nosotros tan sólo en los Estados Unidos. Tenemos seminarios, tecnologías y el movimiento de mega-iglesias. El ministerio y el impacto de un tremendo líder sureño bautista llamado Billy Graham, capellán honorario de Norte América, ha sido incalculable, y él es, como decimos, “uno de nosotros”. Nuestro ministerio de literatura se expande y se expande. Dios le ha dado a los cristianos una fuerza impresionante, sin embargo nuestra propia fuerza nos hace vulnerables. ¿Estamos en peligro de caer víctimas de algunas de las mismas debilidades autodestructivas que vemos en Sansón? Esa, creo, es una pregunta que debemos encarar muy seriamente.

Los cristianos evangélicos viven en un enclave. Es un enclave grande, pero es un enclave como todos. No podemos escapar de nuestra relación familiar con cada uno de nosotros. Quiénes somos y qué somos individualmente nos impacta a todos nosotros. Y las cosas en nuestro enclave no son siempre como deberían de ser. Necesitamos pureza de corazón – especialmente en asuntos sexuales. Sabemos que hoy en día hay gente en nuestros círculos cristianos cuyas vidas sexuales se parecen demasiado a la de Sansón. Más allá de la pureza sexual había cierta calidad alta de carácter que Sansón nunca obtuvo, y que en círculos evangélicos no siempre obtenemos. En algunos de nuestros ministerios cristianos vemos que hay una falta de deseo de aceptar responsabilidad, hay un deseo de mandar a otros y de ser nuestros propios jefes, y así lo hacemos. Vemos actitudes emocionales – resentimiento, mal temperamento, venganza, descortesía, falta de amor – que indican la misma falta de madurez y santidad mostrada por Sansón. Los cristianos somos pleitistas. Los cristianos somos engreídos. Los cristianos somos egoístas hambrientos de poder; construimos imperios. Esto ocurre una y otra vez.

Estos defectos de carácter (de Sansón y nuestras) son verdaderas debilidades – debilidades que pueden tener un efecto trágico tanto en nuestras vidas personales como en el impacto que hace nuestra fuerza evangélica en Norte América hoy en día. Los defectos de carácter destruyen la credibilidad al instante. En mis viajes he hablado muchas veces acerca del carácter de Sansón. Cada vez que hablo de él, veo en él un espejo perturbador de lo que realmente observo alrededor mío. Así que ahora ofreceré algunas lecciones de Sansón, este hombre de carácter defectuoso, vocación divina y de fe verdadera aunque tambaleante.

ACERCA DE SER DÉBIL Y SER FUERTE

Donde nosotros nos sentimos ser fuertes, allí podemos ser fácilmente débiles. Las Escrituras dicen: ‘Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.” (1 Cor. 10:12). Todo el que ame ser independiente en Cristo reconozca el peligro de ser independiente de Cristo. Sansón era un solitario; él pensaba por su propia cuenta. Pero ese no era el camino de bendición desde cualquier punto de vista. Si él hubiera escuchado más a sus padres (note Jue. 14:2-4) y si él se hubiera sujetado a los ancianos y amigos (note 15:7-13), de seguro hubiera hecho mejor las cosas y hubiera honrado más a Dios. Así que desconfíe de su propio sentido de fortaleza y reconozca su propia necesidad de comunión y sujeción. Todos necesitamos eso para mantenernos en orden.

Además hay que reconocer que Dios en su misericordia pueda que eventualmente tenga que tratar con nosotros como trató con Sansón. El fue llevado cautivo por los filisteos por medio de la traición de Dalila. Perdió la vista; le cortaron su cabello; la fuerza que Dios le había dado parecía haberse ido para siempre; su utilidad parecía haberse ido también. Por la bondad de Dios Sansón recobró suficiente fuerza para el acto final de su vida. No podemos evitar el pensar, sin embargo, qué tanto mejor hubiera sido si Sansón nunca se hubiera involucrado con Dalila en primer lugar.

Pero aquí hay un mensaje para nosotros. Dios quizás tenga que debilitarnos y traernos abajo en las áreas donde creemos estar fuertes para que podamos llegar a ser verdaderamente fuertes en dependencia real de él mismo. El ha hecho eso antes, y quizás tenga que hacerlo de nuevo – tal vez en gran escala con los cristianos de Norte América, quizás a nivel personal con usted y conmigo. Si así lo hace, habrá misericordia en ello. Será Dios trabajando para dar sentido a nuestras vidas errantes que llegaron al punto donde parece que ya no puede salir nada bueno de ellas.

Otro pensamiento alentador que obtenemos de la historia de Sansón. Dios nos usa. Él nos usa ahora mismo a pesar de nuestros defectos. Él es un Dios gentil y usa gente defectuosa como parte de su agenda regular. No importa qué tan conscientes somos de nuestras propias limitaciones, deficiencias y pecados, nosotros podemos acudir a Dios para que nos vuelva a usar – y él lo hará en su grandísima misericordia.

Los cristianos viven por fe en Jesucristo, lo cual quiere decir que vivimos para ser perdonados. Y los cristianos (pecadores perdonados) reciben una porción en la obra de Dios de una manera que, una y otra vez, va más allá de cualquier cosa que podríamos esperar – ciertamente cualquier cosa que merecemos. La historia de Sansón no es todo ruina, oscuridad y desesperación. Muestra que servimos a un Dios de gracia que pudo usar y usó hasta a un hombre violento como Sansón. Así que a pesar de todos nuestros defectos, hay esperanza de que Dios revelará un rol positivo en los asuntos de su reino a usted y a mí.

Así que tengamos ánimo y aprendamos de la historia de Sansón las lecciones que tiene para nosotros. Debemos de buscar el tener – y mantener – nuestras vidas en una forma que vaya a glorificar a Dios. Eso no es fácil. Significa luchar con nuestros pecados, disciplinar nuestros pensamientos, cambiar nuestras actitudes y criticar nuestros deseos en una manera que Sansón no intentó. Pero confiémos en el Señor que usa material humano defectuoso para su gloria, y por fe busquemos fortaleza para servir a Dios en buenas obras y buenas actitudes que en este momento sentimos que están más allá de nosotros. Aquellos que buscan encuentran; ya que el Dios de Sansón, el cual es Dios nuestro, es un Dios de gran paciencia y de gracia inmensa. De este modo hay gran esperanza para todos nosotros. Alabado sea su nombre.

Padre Santo, tú nos conoces, tú nos has amado y redimido a través de la sangre derramada de tu Hijo, y nos has exaltado a la dignidad gloriosa de ser tus hijos y herederos. Recuérdanos de tu identidad privilegiada, y enséñanos a vivir vidas que sean como Cristo en madurez de fe y esperanza, en consistencia de aspirar el complacerte, y en su humildad en acudir a tí para la ayuda que siempre necesitamos. Haznos honestos en reconocer nuestras debilidades de carácter y conducta, y a arrepentimos de nuestros pecados. No nos dejes caer en la tentación mas líbranos del mal. Para que podamos imitar a tu siervo Sansón en luchar por el bienestar de tu gente, y por tu gracia ir más allá que él en abnegación, pureza de corazón y vida. A través de Jesucristo, nuestro Salvador y nuestro Señor. Amén.

ESTUDIE

1 Lea el relato bíblico de la vida de Sansón en Jueces 14-16.

2 ¿Qué evidencias de la bondad de Dios ve usted en esta descripción de la vida de Sansón?

3 Repase las maneras en que Sansón usó su enorme fuerza física. ¿Qué debilidades de carácter sugieren estas acciones?

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