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LOS MEXICANOS

El capítulo de Los mexicanos incluye los testimonios de los artistas y escritores que participaron en el segundo Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura (Valencia, 1937), es decir, de Juan de la Cabada (escritor), José Chávez Morado (artista), Fernando Gamboa (museógrafo) y Octavio Paz (escritor).

Son testimonios recogidos medio siglo después de su presencia en la guerra civil española y unos meses antes de que se iniciara el Congreso Internacional de Escritores y Artistas celebrado en Valencia en 1987.

Faltan por fallecimiento, claro está, los testimonios del resto de miembros de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios de México que estuvieron asimismo en ese congreso: José Mancisidor, María Luisa Vera y Silvestre Revueltas y algunas acompañantes célebres de algunos congresistas: Elena Garro y Susana Stell.

Al músico y compositor Silvestre Revueltas (1899-1940), autor de las partituras musicales México en España y Homenaje a García Lorca, difícilmente lo hubiéramos podido entrevistar, pues falleció poco después de finalizada la guerra española. A la escritora Elena Garro (1937-1998), esposa entonces de Octavio Paz, no hubo necesidad de entrevistarla pues poco antes de morir publicó unas Memorias de España (1992), donde contaría con detalle el viaje y estancia de la delegación de escritores y artistas mexicanos al Congreso de Valencia (1937).

Para Octavio Paz (1914-98), fue el primer viaje a España y el inicio de una amistad con el pintor Ramón Gaya y los escritores Juan Gil-Albert, José Herrera Petere, Antonio Sánchez Barbudo, etc. Luego, al llegar estos escritores exiliados a México se incorporarían, a invitación suya, a la redacción de la revista Taller (1938-41).

Para Chávez Morado (1909-2002) y Fernando Gamboa (1909-90), artistas y compañeros de estudios en la Escuela de San Carlos de México, supuso organizar la primera exposición de su vida: Cien años de grabado político mexicano, que exhibirían en Valencia, Madrid y Barcelona (1937).

Para el escritor Juan de la Cabada (1901-86), fue una experiencia peculiar, pues aparte de viajar por motivos culturales por Madrid, Barcelona y Valencia como miembro fundador de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios, estuvo en diversos frentes de guerra, visitando a varios brigadistas mexicanos y en particular al pintor David Alfaro Siqueiros. Juan de la Cabada acompañó, por otra parte, a la primera expedición de artistas y escritores españoles que envió la Junta de Cultura Española desde Francia a México en la primavera de 1939. Fue uno de los pasajeros del vapor holandés Vendamm que trasladó desde Saint Nazaire a Nueva York al grupo de intelectuales que, nada más llegar a México, fundaron la primera revista del exilio: España Peregrina (1940).

A esos testimonios se suma la entrevista con José Luis Martínez (1918-2007), historiador y académico, que nos ofrece unos perfiles inéditos sobre su amigo el escritor Max Aub.

LOS ARTISTAS EUROPEOS

El capítulo Los artistas europeos incluye las entrevistas con la fotógrafa húngara Kati Horna (1912-2000) y el cineasta y fotógrafo alemán Walter Reuter (1906-2005), reporteros formados en las agencias fotográficas europeas Dephot de Berlín y Alliance Photo de París.9 Unas agencias que, en los años treinta, aglutinaron a fotógrafos como Henri Cartier Bresson, Robert Capa, Hans Namuth, Georg Reisner, David Seymour, Gerda Taro, etc.

Fotógrafos que junto a J. L. Alexander, Bill Brandt, J. Clair-Guyot, L. Deschamps, A. P. Hoffmann, Victor Horn, Roman Karmen, H. Kurth, B. Makaseev, Alexandre Merletti, Margaret Michaelis, H. Mitchell, Jean Moral, André Papillon, L. Sorrentino, Trampus, etc. por la parte europea y Jalón Ángel, José Fernández Aguayo, Lázaro Bayarri, Antoni Campañá, Catalá Pic, Agustí Centelles, Finezas, Pedro Menchón, Pascual Marín, Foto Mayo, Carlos Pérez de Rozas, Andreu Puig, Martin Santos Yubero, Francisco Segovia, Alfonso Sánchez, Vidal Corella, etc., por la parte hispana, cubrieron como reporteros gráficos y ampliamente la guerra civil española.10

Kati Horna, exiliada en México en 1939, con su marido el pintor José Horna, formó parte del núcleo de surrealistas europeos exiliados en la capital mexicana. Su casa, en la Colonia Roma, fue lugar de encuentro de artistas y escritores como Leonora Carrington, José Horna, Benjamín Péret, Alice Rahon, Wolfgang Paalen, Remedios Varo. Como profesional de la fotografía, aportó además un importante acervo de retratos de escritores y artistas, fotografías de arquitectura y algunas piezas claves del fotomontaje surrealista.11

Walter Reuter, refugiado en México en 1942, contactaría con el exilio alemán de la capital mexicana –la Liga Pro Cultura Alemana (1937) y un grupo de fotógrafos europeos como Gertrudis Duby Blom, John Gutman, Eva Sulzer, etc.–

Al trabajo sobre los indígenas en México el fotógrafo añadió una serie de documentales que dan testimonio del desarrollo industrial entonces de ese país. Su obra que fue recuperada en su día por diversos investigadores alemanes, mexicanos y españoles, conforma hoy un importante acervo fotográfico en Cuiernavaca al cuidado de su hija Helly Reuter (México).12

LOS EXILIADOS ESPAÑOLES

El capítulo Los exiliados españoles incluye una serie de entrevistas que nos permite aproximarnos a la experiencia de estos emigrados en expresiones culturales como la antropología, la arquitectura, las artes plásticas, el cine, la fotografía, la edición de libros, la enseñanza universitaria, el periodismo, la sociología, el teatro, la televisión, etc.13

En el universo del cine entrevistamos a Luis Alcoriza que fue actor, guionista y director de cine y colaborador del director Luis Buñuel. Algunas de las películas de este director como Tlacuyan (1961), Tiburoneros (1962) y Tarahumara (1964) dan testimonio del México profundo de aquella época.

En la escena artística incluimos testimonios de diversos autores como la pintora y grabadora Paloma Altolaguirre, el escultor Antonio Ballester y los pintores Manuela Ballester, Juan Renau, Antonio Rodríguez Luna y el fotomontador y ensayista José Renau. La trayectoria de todos ellos da una idea del desarrollo de las artes plásticas españolas en la emigración mexicana y la compleja integración de los artistas hispanos a la escena mexicana protagonizada, en aquellos tiempos, por el Muralismo y el Taller de Grabado Popular. Un contexto en el que destacaríamos a José Renau como uno de los pocos artistas que se integraron al medio mexicano con la práctica del muralismo, el cartelismo y el diseño gráfico.

En el sector de la radio y la televisión abordamos el periplo profesional como guionista y productor de Luis de Llano que explica bien lo que era ese medio de comunicación en México y los vínculos con la cultura televisiva de la época tan determinada por la experiencia norteamericana. Luis de Llano es un ejemplo clave del profesional televisivo que trabajó tanto para una cadena pública (Canal Trece) como para una cadena privada (Televisa).

En el medio fotográfico la vida y obra de Faustino del Castillo Cubillo (Faustino Mayo) y Julio Souza Fernández (Julio Mayo) y los testimonios que nos ofrecen, aparte de hacer memoria sobre la experiencia republicana española, sintetizan tanto la trayectoria de la agencia Foto Hermanos Mayo como la integración del reporterismo gráfico a la prensa mexicana durante medio siglo de trabajo. Hoy en día podemos decir que la historia gráfica de México desde los últimos años del gobierno del General Lázaro Cárdenas (1934-40) al último gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-94), pasa por el archivo de los Mayo que, con más de 5 millones de negativos, conforma uno de los acervos más importantes de la vida de México del siglo veinte.

En el mundo de la enseñanza con ramificaciones hacia la labor editorial, la filosofía y la sociología política, se encuentran los testimonios de los profesores universitarios Federico Álvarez Arregui, Adolfo Sánchez Vázquez y Rafael Segovia Canosa. Aunque vinculados los tres a la Universidad Nacional Autónoma de México desarrollaron actividades diversas. La biografía de Federico Álvarez se desarrolla en Cuba, España y México y a mitad de camino entre la enseñanza, el ensayismo literario y la labor editorial. La trayectoria de Adolfo Sánchez Vázquez está vinculada asimismo a España y México con especial dedicación a disciplinas como la estética, la filosofía y la enseñanza universitaria. El periplo personal de Rafael Segovia se desglosa entre la enseñanza y la sociología siendo uno de los politólogos más notables de México e investigador vinculado al prestigioso Colegio de México.

Editor, en el sentido más estricto del término, es sin lugar a dudas José Bolea, abogado de formación y periodista de vocación, que plasmó en la Editorial Leyenda uno de los proyectos más singulares de la edición del exilio español, al traducir una serie de clásicos de la literatura, ilustrados por destacados artistas del exilio como Manuela Ballester, Enrique Climent, Ramón Gaya, José Moreno Villa, Ramón Pontones, José Renau, etc.

La antropología cultural tiene a Santiago Genovés como uno de los más destacados estudiosos de la disciplina que prosiguieron otros antropólogos del exilio como Bosch Gimpera, Juan Comas, Ángel Palerm, etc. La experiencia del Acali (1973), con un grupo de hombres y mujeres atravesando en una barcaza el Atlántico y el estudio posterior del comportamiento humano, le dio un renombre internacional.

La escena dramática tuvo a Augusto Benedico, Álvaro Custodio, José Estruch y José Ricardo Morales, representantes destacados de la actuación y dirección teatral en escenarios tan diversos como los de La Habana y Ciudad de México (Álvaro Custodio) y Montevideo (José Estruch) y Santiago de Chile (José Ricardo Morales). Al director alicantino José Estruch le cupo, además, el privilegio, de trabajar con la actriz Margarita xirgu, figura universal del teatro español en el exilio. Augusto Benedico conforma una personalidad peculiar pues a su trayectoria como primer actor de la escena dramática hispano-mexicana hay que añadir su labor en algunos filmes de Luis Buñuel y en telenovelas tan populares como Los ricos también lloran.

La literatura cuenta en este libro con testimonios particulares como los de Juan Gil-Albert y Concha Méndez, lo que nos permite adentrarnos en itinerarios geográficos diversos como La Habana y Ciudad de México (Concha Méndez) y un periplo peculiar por América Latina a través de ciudades como Buenos Aires, Río de Janeiro y la Ciudad de México (Gil-Albert). Autores, en ambos casos, vinculados a la generación de Hora de España y poetas singulares del destierro.

Una historia singular es la de Ángel Gaos, abogado, político y escritor, que tras ser condenado a muerte por el gobierno de Franco, consigue escapar de España y afincarse en México en el mundo de la enciclopedia como redactor de la Unión Tipográfica Editorial Hispano Americana que compaginaría con algunos artículos de opinión en la prensa mexicana.

Otra historia particular es la del periodista Luis Suárez que se integró plenamente en el desarrollo del periodismo mexicano y en los principales medios del siglo veinte. Un periodista que practicó el reportaje, la entrevista y la corresponsalía de prensa para medios mexicanos y extranjeros, asumiendo, en un momento de su trayectoria profesional, importantes tareas en la Federación Latinoamericana de Periodistas.

Testimonio de la experiencia europea es el de José Renau que vivió primero en la Ciudad de México (1939-58) y luego en Berlín (República Democrática Alemana, 1958-82) donde realizó unos de los proyectos más ambiciosos de su carrera artística: el ciclo de fotomontajes The American Way of Life y una serie de murales al aire libre en ciudades tan diversas como Berlín, Halle y Erfurt.

En términos geográficos propiamente dichos este libro recoge, fundamentalmente, testimonios de exiliados en México y algunas experiencias en La Habana (Federico Álvarez, Concha Méndez y Álvaro Custodio), Montevideo (José Estruch), Nueva York (Luis de Llano), Santiago de Chile (José Ricardo Morales), Los Ángeles (Tonico Ballester) y Berlín oriental (José Renau).

EL ÉXODO DE POSGUERRA

Capítulo aparte es El éxodo de posguerra en el que recogemos los testimonios de un par de artistas emigrados en la posguerra española: José Guerrero y Eusebio Sempere.

El pintor José Guerrero nos cuenta su experiencia en Nueva York en los años emergentes del expresionismo abstracto norteamericano.

El pintor y escultor Eusebio Sempere da testimonio de su experiencia en París en los años emergentes del arte abstracto y cinético europeo. En la entrevista con Eusebio Sempere interviene asimismo la galerista Nieves Fernández organizadora de la primera muestra de homenaje al artista en el Banco Exterior de España.

LOS HIJOS DEL EXILIO

El carácter familiar del movimiento migratorio republicano español supuso, entre otras cosas, que jóvenes que habían nacido en España y que apenas habían hecho sus primeros estudios en Madrid, Barcelona o Valencia, completaran su formación en México y desarrollaran su actividad profesional en América Latina.

Forman parte de la llamada generación de Los hijos del exilio.

Aquí incluimos una entrevista con Ruy Renau, ingeniero, profesor y cartelista de cine que ofrece nuevos datos de sus padres José Renau y Manuela Ballester.

Ese grupo de «los hijos del exilio» representa, en cierto modo, la integración en América Latina de una generación nacida en España en tiempos republicanos que desarrollaron su actividad en el contexto del exilio español en tierras latinoamericanas integrándose plenamente en la escena cultural y académica de ese continente.

CONCLUSIONES

En cualquier caso son testimonios, la mayoría inéditos, que ayudan a comprender uno de los exilios más significativos del siglo veinte con un impacto particular sobre México que no sólo abrió las puertas a la «inteligencia española» con la creación de la Casa de España en 1938 –una iniciativa de Alfonso Reyes y Daniel Cossío Villegas propiciada por el General Lázaro Cárdenas– sino que les facilitó la integración a un país que con la nacionalización de petróleo, la reforma agraria y la política educativa, iniciaba una nueva etapa de su historia.

Una etapa que, en el terreno de la cultura, dio una oportunidad a esa emigración, cuya memoria de posguerra incluimos en este libro.

1 Manuel García: «Europa ama la barbarie. Entrevista con Susan Sontag», en Tiempo de Hoy, Año II, nº. 49, Madrid, 18-25 abril 1983, págs. 111-113.

2 Mario Benedetti: El desexilio y otras conjeturas, Ediciones El País, Madrid, 1984, pág. 11.

3 El filósofo e historiador francés Jean-Michel Palmier (1944-1998) es el autor del libro Weimar en exil, Payot, París, 1987. Especialista en las corrientes artísticas de la República de Weimar escribió, asimismo, diversos ensayos sobre filósofos como Walter Benjamin, Martin Heidegger y Ersnt Jünger.

4 John Berger: Fama y soledad de Picasso, Alfaguara, Madrid, 2013, pág. 31.

5 Julián Amo y Charmion Shelby: La obra impresa de los intelectuales españoles en América; 1936-1945, Standford University Press, Standard, 1950; Carlos Martínez: Crónica de una emigración. La de los republicanos españoles en 1939, Libro Mex Editores, México, 1959; Patricia W. Fagen: Transterrados y ciudadanos, Fondo de Cultura Económica, México, 1975; José Luis Abellán (Editor): El exilio español de 1939, Taurus, Madrid, 1976, 6 volúmenes; María Fernanda Mancebo: La España de los exilios. Un mensaje para el siglo XXI, Publicacions de la Universitat de València, Valencia, 2008.

6 Varios autores: El exilio español en México, Palacio de Velázquez, Madrid, 1983; Varios autores: Surrealistas en el exilio y los inicios de la Escuela de Nueva York, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, 2000 y Varios autores: Exilio, Palacio de Cristal, Madrid, 2002.

7 Renau, Museo Español de Arte Contemporáneo, Madrid, 1978 (Comisario: Manuel García); José Moreno Villa, 1887-1955, Ministerio de Cultura, Madrid, 1987 (Comisario: Juan Pérez de Ayala); Ramón Gaya, 1922-1988, Ministerio de Cultura, Madrid, 1989 (Comisario: Juan Manuel Bonet); Julio González. Las colecciones del IVAM, Generalitat Valenciana, Valencia, 1989; Luis Seoane. Grafista, Centro Galego de Arte Contemporanea-Ivam-Centre Julio González, Valencia, 2000 (Comisario: Josep Salvador); Manuel Altolaguirre y Concha Méndez, poetas e impresores, Residencia de Estudiantes, Madrid, 2001 (Comisario: James Valender); Josep Bartolí. Un creador a l’exili. Dibuixant, pintor, escriptor, Diputació de Barcelona, Barcelona, 2000 (Comisaria: Pilar Parcerisas); El universo de Max Aub, Museo de Bellas Artes de Valencia, Generalitat Valenciana, Valencia, 2003 (Comisario: Manuel García); Eugenio Fernández Granell, Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior, Madrid, 2003 (Comisario: Aurelio Torrente); Miguel Prieto, 1907-1956. La armonía y la furia, Toledo, 2007 (Comisarios: Juan Manuel Bonet, Jaime Brihuega y Juana María Perujo); Salvador Soria. De las integraciones a la emotividad de la razón, IVAM, Generalitat Valenciana, Valencia, 2009 (Comisarias: Consuelo Císcar y Martínez Soria).

8 Ronald Fraser: Recuérdalo tú y recuérdalo a otros. Historia oral de la guerra civil, Editorial Crítica, Barcelona, 1979.

9 Dephot. Agencia fotográfica alemana fundada por el fotógrafo húngaro Simon Guttmann en Berlín en 1930. Alliance Photo. Agencia fotográfica francesa creada por la fotógrafa alemana María Eisner en París en 1934. Para esas agencias trabajaron fotógrafos como Robert Capa, Henri Cartier Bresson, Kati Horna, André Kertesz, Gerda Taro, etc.

10 Sobre la fotografía de la guerra civil española vid.: Varios Autores: Fotografía e información de guerra. España, 1936-1939, Editorial Gustavo Pili-Colección Punto y Línea, Barcelona, 1977; Varios Autores: Fotógrafo de guerra. España, 1936-1939, Hondarribia (Guipúzcoa), 2000 (Prólogo de Mariano Asenjo) y Varios Autores: La guerre civile espagnole. Des photographes pour l’histoire, Museu Nacional d’Art de Catalunya, Barcelona, 2002 (Presentation Joan Guitart i Agell).

11 Salomón Grimberg: «México reflejado en el espejo de André Breton», en Varios Autores: Surrealistas en el exilio y los inicios de la Escuela de Nueva York, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, 1999, págs. 197-207.

12 Varios Autores: Walter Reuter. Berlín, Madrid, México, 60 años de fotografía y cine, 1930-1990, Neue Gesellschaft für Bildende Kunst e.V., Argon, Berlín, 1990 (Textos de Diethart Kerbs, Dorothea Cremer, Michael Nungesser, Lothar Schustery Ursula Tjaden); Teresa del Conde y Teresa Martínez Arana: Nuestra gente. Imágenes a través de la lemte de Walter Reuter vde 1942 a 1992, Banpais, México, 1992; Cristina Escrivá: Los ojos de Walter Reuter, l’Eixam Edicions, Tavernes Blanques, 2012.

13 Sobre el exilio particular de los valencianos vid.: Manuel García: Diccionario del exilio cultural valenciano, Col·lecció Homenatges, Generalitat Valenciana, Valencia, 1995.

LOS MEXICANOS

Juan de la Cabada, escritor, 1940, ca.

(Foto: Lola Álvarez Bravo)

JUAN DE LA CABADA, ESCRITOR

El escritor Juan de la Cabada nació en Campeche, México en 1901 y falleció en la ciudad de México en 1986.

Escritor, periodista y guionista de cine. Hizo sus primeros estudios en la Escuela del Sagrado Corazón de Campeche y en el Colegio de San Ildefonso de Mérida.1

En 1917 se trasladó a Cuba donde vivió unos años trabajando en diversos comercios en La Habana y Camagüey (1917-20).

En 1921 regresó a México viviendo en las ciudades de Progreso, Tampico, y Veracruz trabajando en algunas explotaciones de campos de petróleo mexicano.

Más tarde fijó su residencia en la Ciudad de México, donde desempeñó diversos trabajos.

En 1927 se afilia a la Liga Anti-Imperialista de las Américas donde trata a Julio Antonio Mella y Tina Modotti. Ese año publica su primer artículo en el periódico El Sol de Provincia de Campeche.

En 1928 se inscribe en el Partido Comunista Mexicano, donde conoce a los pintores Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. En ese periodo colaboró con los periódicos: Espartaco, El Libertador y El Machete.

En 1929 se inscribe en la Sindical Unitaria de México.

En 1930 ingresa en prisión a causa del atentado a Pascual Ortiz Rubio (1877-1963), presidente de la República de los Estados Unidos Mexicanos. En la Penitenciaria de Lecumberri conoce, entre otros, al escritor José Revueltas. Algunas de sus experiencias carcelarias fueron tema de sus relatos orales Estancias a la sombra que transmitió entonces en Radio Universidad.

En 1931 fundó el periódico Llamada órgano de expresión de la Liga Intelectual Proletaria junto a los artistas Leopoldo Méndez, Pablo O’Higgings y David Alfaro Siqueiros.

En 1932 ingresaría en la Unión de Estudiantes Pro Obreros y Campesinos.

En 1934 funda con Leopoldo Méndez, Macedonio Garza, Pablo O’Higgins, Luis Arenal y otros de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios de México, donde escribe en el periódico Frente a Frente. Más tarde asiste al primer Congreso de Escritores Americanos (Nueva York, 1935) y al segundo Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura (Valencia, 1937). Durante su estancia española publica un relato en la revista Hora de España.2

Finalizada la guerra civil española se trasladó a París colaborando con la Embajada de México en Francia. Desde la capital francesa regresó a México en la primavera de 1939, en el viaje organizado por la Junta de Cultura Española.3

A lo largo del periodo 1940-43 residió en Quintana Roo viviendo en poblaciones como El Carmen, Cozumel, Tulum, lo que le permitió conocer de cerca el entorno social del indígena mexicano. Desde Yucatán colaboró con los periódicos México en la Cultura, suplemento del diario El Nacional y las revistas Cuadernos Americanos, El Hijo Pródigo y Tierra Nueva.

En esos años publica los libros de cuentos Paseo de mentiras (1940) e Incidentes melódicos del mundo irracional (1944).

En 1945 se traslada a Nueva York para trabajar en el Consulado de México. Durante su estancia neoyorquina colaboró en los periódicos Liberación y Diario de Nueva York, y dio clases junto a Ermilo Abreu Gómez en el Middlebury College de Vermont. Asimismo trabajó para la ONU (Organización de Naciones Unidas) en el Diario de las Naciones Unidas.

En 1949 regresa a la Ciudad de México y a través del poeta y editor español Manuel Altolaguirre y el escritor mexicano José Revueltas, se inicia como guionista de cine, haciendo diversas adaptaciones de guiones para filmes como Sean Flynn, el aventurero; Subida al cielo (La fièvre monte à El Pao, 1952), La ilusión viaja en tranvía (1954) dirigidas por Luis Buñuel.

Hizo guiones asimismo para Julio Bracho en los filmes María la Voz (1955) basada en un cuento suyo y Canasta de cuentos mexicanos (1956) basada en el libro Raíces de Bruno Traven y para las películas Maratón de baile (1958) de René Cardona; Las señoritas de Vivanco (1959) de Mauricio de la Serna y Sonatas (1959) de Juan Antonio Bardem; Simio (1960) de Emilio Gómez Muriel; Lola de mi vida (1965) de Miguel Barbachano; Calzoncín inspector (1974) de Alfonso Arau y Llovizna (1978) de Sergio Olhovich; La tijera de oro (1960) de Benito Alazraki y La Chamuscada (1971) de Alberto Mariscal.

Tras dejar el cine hizo colaboraciones en los periódicos Bellas Artes, Mañana, Oposición. Rehilete, Revista de la Universidad de México, Voz de México, etc.

Por la adaptación del guión de Las fuerzas vivas (1975) de Luis Alcoriza obtuvo un premio al mejor guión del Festival Internacional de Cine de Cartagena de las Indias (1965).

Más tarde se vinculó a la enseñanza como profesor de la Universidad Autónoma de Guerrero (1964-68), fundando la editorial Extemporáneos donde publicó su libro Cuentos manifiestos.

Desde los setenta trabajó para la radio y la televisión mexicanas.

En 1968 grabó Incidentes melódicos del mundo irracional para la colección de discos Voz Viva de México que editaba la Universidad Nacional Autónoma de México. Por esos años fundó El Correo de las Américas.

En 1979 fue designado candidato por Campeche del Partido Comunista Mexicano. Ese mismo año le conceden el Premio de las Letras Elías Sourasky y nombran Doctor Honoris Causa (1979), por la Universidad de Sinaloa, publicando el libro Cuentos del camino.

La Universidad de Sinaloa publicó sus Obras Completas en 10 volúmenes (Sinaloa, 1981).

Pregunta: ¿Qué recuerda del viaje al Congreso de Valencia en 1937?

Respuesta: Yo en realidad cuando se inicia el Congreso de Valencia estaba viajando por Yucatán, Campeche y Quintana Roo. Íbamos por la selva rumbo a Chetumal. Al regreso y al llegar a Mérida me encontré en la calle con los amigos Octavio Novaro y Octavio Paz. Entonces éramos buenos amigos. Y ambos me dijeron:

¿Qué haces alojado en un hotel? Vente con nosotros.

Ellos estaban en una Escuela. El director era Octavio Novaro y allí daba clases Octavio Paz. Ellos estaban muy contentos con su trabajo y me propusieron que me fuera a vivir con ellos. Me ofrecían incluso alojamiento en la Escuela donde daban clases. En esos días Octavio Paz iba a recibir una carta de España con una invitación firmada por Rafael Alberti y Pablo Neruda. Esa carta me la enseñó. Y yo le dije:

“Hombre qué bueno, que bien que te vas a España”.

No pensé que después me iban a decir que fuera corriendo a México para ir con la delegación de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios.4

P.: ¿Quiénes integraban la delegación mexicana?

R.: La delegación se compuso de José Mancisidor, Octavio Paz y su mujer Elena Garro, el pintor Chávez Morado y el músico Silvestre Revueltas y yo mismo. También Fernando Gamboa y su mujer Susana Stell. Pensamos que debía ir una muchacha que empezaba a escribir entonces, María Luisa Vera. De manera que éramos un grupo de ocho personas. Un día, estando ya en Nueva York, nos dicen que iban a llegar Carlos Pellicer y José Mancisidor. Ellos vinieron en tren. Entonces nos dispusimos a recibirlos. Para entonces nosotros teníamos pasajes para ir en barco a España. Nosotros íbamos en el vapor Britanic vía Saint Nazaire. Así pues nos fuimos a la estación donde llegaron Carlos Pellicer, José Mancisidor y los cubanos Juan Marinello y Nicolás Guillén.5 Ellos se irían en barco vía Canadá. A ellos se sumaron Octavio Paz y Elena Garro. Nosotros salimos el 27 de Julio de 1937 por Québec vía Le Havre. Llegamos a Francia el 4 de Agosto de 1937.

P.: ¿Tuvo algún percance en el viaje?

R.: Al llegar a Francia perdí mi equipaje. Me quedé en Narbonne y de allí me fui a Cerbère esperando el equipaje y como no llegaba crucé solo la frontera española. Estuve en Figueras, Gerona y Barcelona y al final los alcancé en Valencia. De allí nos llevaron a Madrid y a diversos frentes de la guerra. Creo que estuvimos una docena de días en la capital española.

P.: ¿Un Madrid asediado por la guerra?

R.: Madrid era una ciudad asediada que se había librado milagrosamente de los ataques y bombardeos franquistas. Había una gran pasión por Madrid.

P.: La delegación mexicana llevó una exposición artística a España.

R.: Así fue, llevamos la muestra 100 Años de Grabado Político Mexicano6 que preparó Fernando Gamboa y mostramos en Madrid, Barcelona y Valencia. La exposición tuvo mucho éxito en Valencia. Al regreso del viaje a Madrid ya en otoño nos quedamos viviendo en la sede de la Alianza de Intelectuales en Defensa de la Cultura que estaba en la Calle Trinquete de Caballeros, 9, de Valencia. Allí residimos Octavio Paz, Elena Garro y yo. Así hasta el 3 de octubre de 1937 que salió toda la delegación mexicana para Barcelona. Todos menos yo. No por valiente ni por nada. Todos ellos eran hombres de trabajo, con obligaciones laborales y familiares, pero yo no. Yo como no tenía esas obligaciones pensé que era mejor quedarme en España. Elena Garro y Susana Gamboa se quedaron algo tristes con mi decisión. Desde París el amigo Octavio Paz me escribió una carta.

P.: ¿Qué hizo entonces?

R.: Pues me alisté en el Ejército Popular y con ese motivo fui a luchar al frente con Joaquín Pérez Salas. Era un militar de un pundonor extraordinario. Fue después fusilado por los franquistas. Era un tipazo.7

P.: En España lucharon asimismo diversos mexicanos.

R.: Así es. Por una parte David Alfaro Siqueiros que estaba en el frente de Extremadura y era conocido como el Coronelazo. Pero conmigo estaba Félix Guerrero que era de la Agrupación de Artillería. También estaba Miguel-Julio Justo que estaba en Castruera. En Pozoblanco estaba Juan Bautista Gómez. Había muchos compañeros mexicanos. Se disputaban con quien tenía que estar. De esa manera estuve en diversos frentes e hice el trabajo que pude.

P.: ¿Qué recuerdos tiene de Valencia?

R.: La delegación de la LEAR, salió para Barcelona y luego a París en un autobús que partía de la Plaza Emilio Castelar de Valencia. Me acerqué a un Café donde me encontré a Angélica Arenal, periodista y compañera de Siqueiros. Y ya me quedé una temporada en Valencia. Así hasta el 19 de octubre de 1937 que me fui con Félix Guerrero. Regresé más tarde a Valencia. Allí me encontré con el poeta José Herrera Petere y desde allí nos fuimos a Barcelona. Luego el Comité de No Intervención decidió que las Brigadas Internacionales tenían que salir de España. De esta manera salí hacia París.

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ISBN:
9788437095325
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