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Capítulo 3

«Cómo se siente»

Es muy complicado explicar cómo te sientes cuando pagas por un delito que no has cometido, cuando el cielo debe buscar un plan B para resolver la ecuación de la vida.

Cuando todos esos caminos que te llevaban a la meta se cierran a cada paso que avanzas, no entiendes nada. Solo comprendes que el universo te ha dado la espalda.

Pero siéntete dichoso, todo eso que padeces es tu forma de saldar la deuda divina de otras almas que no pudieron avanzar en el camino y te usaron para poder progresar en el suyo. Fueron llenando tu mochila con sus problemas y con sus miedos.

Todo ese sobreesfuerzo en tus hombros ya termina, todo vuelve a equilibrarse, vuelve tu energía, tu amor, tu gozo y tu plenitud. No es más que otra prueba de que el universo nunca aprieta, simplemente, te ahogas en tus propios pensamientos.

El universo solo da esa pesada carga a aquellos que pueden soportarla, y tú puedes con eso y con más. Siéntete pleno de dar todo lo que hay en ti. Toda esa carga te fue dada para ayudar al mundo, a las demás almas que amabas, pero que fueron rindiéndose sobre sus propias rodillas.

Eso eres tú, un refugio de almas rendidas que suplican por tu ayuda. Siente el placer de estar a cargo de otras almas que quisieron ver el mundo, pero que se quedaron en la puerta. Muéstrales todo tu mundo para que puedan viajar hasta el infinito de tu alma y darles cobijo.

Eres lo más valioso de este mundo, un ser espléndido. Siempre das amor sin esperar nada a cambio. Eso es ser un dios: no poner límites al infinito y liberar todas tus emociones para poder vivir tu paraíso en la tierra.

Tu dios te da las gracias por juntar tantas almas y mandarlas hacia la luz, eres un sol en la tierra, que deslumbra al ser visto por los demás.

Solo tu amor es mayor que tu empeño y superación.

Gracias por servir al mundo todo ese amor que se merece.

Vive, ama y disfruta, porque el universo ha organizado una fiesta de dichas y plenitud para acabar de llenar tu alma de luz.

Aún te queda un último esfuerzo, te sigue doliendo amar porque es lo que siempre recibiste; pero lo vas convirtiendo en luz y estás terminando de alumbrar todas esas partes en sombra que quedaban por descubrir.

No te resistas, saca ese dolor y esas lágrimas que quedaban en tu pecho. Eres un ser llamado para vivir la plenitud de la vida en la tierra.

El viaje ya termina, solo regala esa parte de amor que quedaba por expresar al mundo y dales todo lo que te quede dentro, porque ya eres un ser pleno.

Eres tu propio dios en la tierra, así es como se siente.

Capítulo 4

«Tú eres el que resulta ser»

Todos tenemos dones, potencialidades divinas únicas que despiertan la chispa de divinidad de todas las almas de nuestro entorno.

Busca en ti todo ese potencial de amor que eres, eres un creador del mundo, un inspirador para el universo.

De tu alma solo salen creaciones divinas, sácalas y muéstralas al mundo.

Deja que tu inspiración llegue hablando con tu alma.

Conéctate con tu ser superior, mira al dios sol, a la diosa luna, ánclate en la naturaleza, porque es tu madre divina. Háblale al mar, piérdete por el bosque.

Has olvidado que solo tú eres tu propio sanador.

Sana con tu pasión, que es tu manera de liberar esas emociones que aprisionan tu alma.

Cuando sanes podrás empezar a sanar las almas de tu entorno, porque podrás inspirarlas para sacar todo ese potencial escondido y metido en el fondo de su ser.

Agárrales de la mano y sácales de ese pozo de miedos; no son eso. Son divinidades aplastadas por su alma encogida. Trátalos así como son, porque son como tú, dioses en la tierra, son tu imagen reflejada en un espejo.

Todas las imperfecciones que veas reflejadas en ellos serán realmente las tuyas, porque será tu juicio y tu ego, haciendo de las suyas, volviendo a meterte en ese pozo negro de esperanzas del que nunca puedes salir.

Deja de juzgar, porque te estarás juzgando a ti mismo, formas parte de ese Dios infinito.

Toda la belleza que veas en un cuadro, en un poema, en una melodía…, todo eso resuena en tu alma y hace que refleje hacia el exterior todo lo que eres. Eres belleza, pureza y arte divino, porque eso que tienes nadie lo posee, es solo tuyo.

Eres único.

Eres un unicornio volador que vuela por el cielo infinito. Nadie puede atraparte, porque eres libre y tienes todas las posibilidades de un mundo perfecto; dentro, un universo divino. No busques la gloria en tus creaciones, solo la gloria de comprender que alguien que admire tu obra pueda hacer resonar su propio cuento de hadas, su sueño más profundo y el anhelo de su alma.

Pinta, canta, baila, haz esos pasteles que solo tú sabes hacer, devuelve al mundo todos esos sabores que has podido apreciar en otras almas. Eleva tu alma hasta el cielo para poder ser un dios completo en la tierra.

Sana tus emociones más profundas, haciendo eso que es solo tuyo. Libérate de ser quien pretenden que seas, porque no eres eso. Eres algo infinito.

Eres un vividor de experiencias, un explorador del mundo, un alquimista de emociones, un sanador de almas, sabiduría divina, un ser que desprende amor por donde pasa para compartirlo con sus semejantes.

Eres dios.

Eres tú mismo, sin juicios y sin complejos, lo más bello que sale dentro de ti porque eres bello; bella alma.

Solo tú puedes sacar ese potencial infinito que dejará sin habla al mundo, porque nunca habrán visto eso que tienes, que escondes. Libéralo, date el placer de sentirlo, de compartirlo y de hacer que sea eterno, porque habrás derramado todo tu amor sobre tu obra.

Saca ese artista que no tiene competencia, porque no compite contra nadie, solo con su alma para sacar lo más divino de su ser. No se buscan resultados, porque tú eres el que resulta ser.

Capítulo 5

«El regalo de amor que dejas en el mundo»

Siéntete dichoso por sentir amor. Es todo aquello que, de alguna manera, anhelabas, pero se te resistía.

Es tu dicha en el momento justo de tu vida. Parece que el universo te concede sus dones justo en el preciso instante en el que emprendes lo que parece ser un camino sin fin.

El universo te lo concede para que sepas que nunca estarás solo. Para aligerar el camino y dejar esa mochila que tanto te pesa en la espalda.

Es tu libertad completa sin restricciones. Es lo que saca de ti la mejor versión de ti mismo, porque era algo para lo que habías estado preparándote toda tu vida. Para amar, para ser libre y explorar el mundo, surcar los cielos y desplegar tus alas en todo un horizonte infinito.

Eso es tu amor, lo que sabes expresar a los demás y no tiene moneda de cambio, porque no lo regalas, lo compartes con el mundo, con todo el mundo.

Todo el mundo se merece el amor, porque para eso vinimos al mundo, para amar y ser amados. Es tu sello de garantía contra todos los males del mundo, nunca podrás enfermar si vives en amor. Serás un ser perfecto, porque serás pleno, pleno para amar incondicionalmente sin esperar nada a cambio.

Ese es tu don más preciado, sentir la dicha del amor, pero desde dentro de ti, y expresarlo al mundo para que se vean reflejados en él. Eso es lo que te motiva a seguir tu camino, poder compartir ese amor con todas las almas que te encuentres en él, porque será tu recompensa final.

Todo aquello que compartas en amor será lo más divino que podrás expresar al universo. El universo entenderá tu mensaje y te lo devolverá multiplicado, porque su generosidad es infinita. Su amor no tiene fronteras, solo necesita almas que lo expresen para poder expandirlo por el universo entero.

Para eso estás en la familia en la que naces, para ayudar a expresar ese amor que quizá no supieron darte, pero que se merecen porque lo hicieron de la mejor manera que supieron. Eso realmente es el amor, no buscar víctimas ni verdugos, porque nadie lo es. Cada uno solo es víctima de no darse a sí mismo todo el amor que se merece por creer que lo podrá encontrar en los demás.

Cuando comprendes que eres el dueño de tu destino, de tu camino a seguir, y el responsable de tu felicidad, no buscas culpables, porque la culpa no existe. La culpa solo es una excusa que pone tu mente para creer que algo que hiciste o dejaste de hacer es malo. Nada es malo si se hace desde la comprensión y el entendimiento; no todas las almas tienen las mismas herramientas y medios para poder evolucionar en el amor. No todos cumplimos las mismas metas ni sufrimos los mismos fracasos, somos exploradores del mundo, creando una consciencia de amor infinita.

Somos lo que vinimos a sanar de nosotros mismos, esa parte de amor que aún se nos resistía y que no éramos capaces de dar o de recibir.

Somos amor, porque el amor es certeza, es seguridad, es paz y es capaz de acabar con todos esos miedos internos que no permiten expresar quiénes somos.

El amor nos acerca a la comprensión universal de que somos dioses jugando en un tablero de ajedrez, donde no se comen piezas, solo se comparte el tiempo y el espacio. Y cada una de las piezas se va retirando del tablero según va cumpliendo sus metas.

Debes sanar toda esa ira acumulada, porque esa ira es contra Dios. Te estás haciendo daño al volcar todo ese dolor contra los demás, porque compartes el mundo con todo lo creado, que es divino. Tú eres parte de esa creación, no te hagas daño, porque dejarás de sentir ese amor que viniste a compartir.

Sana todo ese amor que quizá no supieron darte en tu niñez, cuando lo necesitabas, porque como humanos también fallamos. Debemos perdonarnos para poder sentir dentro de nosotros todo ese amor que esperamos recibir fuera. Renueva todo ese amor que vuelcas en tu trabajo, porque si no, luego será tu desdicha al no poner todo el amor que necesita. Ama tu trabajo para convertirlo en tu dicha diaria y volcar todos esos dones de amor que tienes.

Siéntete libre de poder expresar tu amor hacia cualquier ser vivo, porque podrá sentir esa energía pura e inagotable que es el amor. Puedes expresar tu amor a distancia, porque será atendido. La distancia no es un problema para el amor, solo el espacio que pongas tú mismo para recibirlo y para darlo.

El amor es la única energía que trasciende el espacio y el tiempo. Por eso, cuando ves un cuadro o escuchas una canción, tu corazón se llena de gozo, porque revive de nuevo ese amor que puso el autor en su creación y que trasciende toda realidad.

Cualquier demostración de amor será siempre un acto sublime, aunque en ese momento te parezca un error, porque el amor nunca es un error. Es energía pura que completa el universo y lo expande hasta el infinito.

Toda esa energía de amor que vuelcas en tu vida, todo eso, permanece en el tiempo y en el espacio en el momento que recuerdas esa situación.

No vuelques esa energía solo en tu entorno, vuélcala en el mundo entero y podremos elevarnos en consciencia de amor todos juntos para poder trascender en la tierra todo este mundo de dualidad, del bien y el mal, de lo bello y lo feo, de lo rico y de lo pobre.

Todos buscamos lo mismo con ansia, sin comprender que el camino tiene muchas pruebas y que hay que superarlas una a una y despacio para entender la lección del todo y no volver a repetirla.

Eleva tu alma hasta el punto máximo de expresión de amor, porque así tu ser trasciende también el espacio y el tiempo, dejando un legado imborrable sobre la tierra.

Deja que ese legado crezca y expanda tu alma, porque así serás consciente de tu amor y del regalo de amor que dejas en el mundo.

Capítulo 6

«Tú eres quien elige tu vida»

Cuando encarnaste de nuevo en la Tierra, tú mismo lo decidiste antes de bajar, quién eres y lo que ibas a hacer. Ideaste tu plan de vida con todo un grupo de almas que te ayudan en el camino de tu existencia. Puede ser desde tu vecino, tus hijos, una persona que aparece de repente y te da un mensaje, o tú mismo desde el futuro, dejando mensajes para tu yo del pasado.

El tema importante no es el mensajero, sino el mensaje que te dará. Eso que hace que se despierte tu consciencia, que hace que tu vida dé un giro o cambies de rumbo. Todas las señales que te muestra la vida te están enviando a un mismo camino que no ves claro, pero vas hacia él, lanzado. Las señales pueden ser un escaparate de una tienda, un mensaje que lees en tus redes sociales, cualquier cartel o señal que veas por la calle, esa canción que escuchas y que nunca te habías parado a observar el título, o lo que te dice su letra.

En mi caso, siempre me suceden cosas buenas cuando veo ambulancias por la calle. Eres tú mismo quien debe interpretar esa señal y verla, no todos tenemos la misma percepción, o el mismo mensaje no tiene por qué servir a una persona y a otra. Cada persona es un universo propio dentro de sí misma, por lo que las señales son percibidas de diferente manera. Estate atento a esas señales, para después poder interpretarlas y tomar decisiones acertadas. Es un poco seguir tu intuición y dejarte llevar por todo eso que no sabes hacia dónde te dirige, pero que sabes que al final es un sitio en el que debes estar. Es ese curso que haces deprisa y corriendo, porque empieza al día siguiente, que te lanzas a ello sin saber muy bien por qué, solo que debes hacerlo y que ese día debes estar ahí, aunque el curso en sí no te aporte demasiado. Sabes que algo va a pasar, que conocerás a alguien especial, o que tendrás una conversación única y sincera que te dará otro punto de vista desde el que ver tu propio mundo.

Cuando algo va mal, con tu familia o tu entorno, eso son señales que debes atender. Párate y comprueba qué está pasando en tu vida. Tienes libre albedrío y, si eliges ignorar las señales que te da el universo, quizá te estrelles.

Es algo que tú mismo eliges, igual que repetir situaciones de tu vida que no son nada agradables, pero que repites una y otra vez hasta que comprendes el sentido de la situación.

Si estás en esa paradoja, párate, coge aire, quédate en silencio, aíslate del mundo un momento, despeja tu mente y deja que las respuestas te lleguen. Razona qué está sucediendo en tu vida, intenta poner orden mental en la situación para después realizar esas acciones que están pendientes que resuelvas. Si no entiendes la situación, suelta esa preocupación o ese problema al universo para que te muestre la razón de repetir siempre el mismo error y te dé la solución o el aprendizaje que necesitas adquirir.

Quizá ya tienes algún amigo o familiar que ha pasado por esa situación y te puede ayudar. Pide ayuda a tu entorno cercano, porque ellos, a lo mejor, tienen la solución que buscas. Si no comunicas el problema, no permites que te ayuden.

Muchas veces no entiendes que tus elecciones implican responsabilidades y que, de alguna manera, intentas eludirlas. Cuando eliges tener hijos ya sabes que tu vida va a cambiar y que será responsabilidad tuya el cuidar de ellos. Debes hacerte cargo de esa situación, pero, si no te ves capaz, no asumas esa carga. Ser padres es el mayor regalo que puedes dar a otra persona, porque estás creando una vida desde cero y regalando tu tiempo y tu vida a otro ser. Por lo tanto, es el mayor acto de generosidad que se puede ofrecer a alguien. Siéntete feliz por ese acto de amor de entregar parte de tu vida a otra alma. Ahora también debes asumir que ese tiempo que compartes no será todo alegrías. Deberás tener un equilibrio perfecto para no permitir ser el esclavo o el tirano de tus hijos. Debes ir soltando y tirando de un hilo muy fino para conseguir un equilibrio imposible de sostener muchas veces.

La experiencia de ser padre o madre será uno de tus retos y de tus aprendizajes en la vida. Ese reto no es sencillo y puede sacar lo mejor y lo peor de ti. Es un aprendizaje de ti mismo que hubiera sido imposible si hubieras recorrido el camino solo, o solo con tu pareja. Tú te convertirás en el maestro de tus hijos y ellos serán tus maestros. Sabrán sacarte de quicio y localizar ese punto débil que hay en ti y que no conocías, pero que te irrita. Lo mismo harás tú con ellos.

Otra experiencia es hacerte cargo de tus mayores, aunque siempre desde el respeto y la distancia. Nunca debes ejercer el rol de padre con tus propios padres o acumularás una carga sobre ti que no es tuya, y porque entonces no dejarás que esa persona evolucione. Deja que cada persona se responsabilice de sí misma y ayúdala en su día a día si ya no puede valerse por sí sola; pero ese es el límite, no quieras vivir su vida o dirigir el rumbo de esa persona. Sé el puerto donde todas esas personas que comparten tu vida paran a descansar y a compartir experiencias de vida.

Compartir la vida con alguien es tu mayor aprendizaje, es tu evolución plena hacia una consciencia superior. Es la manera de entender que el mundo está creado para acumular experiencias de vida y seguir siendo ese amor que eres sin perder la paz, porque ya eres alguien evolucionado. Es tu razón de vivir, compartir tu mundo con aquellos a quienes amas, eso es tu vida. Da igual si tu vida gira en torno a tu mascota, si te criaste con tus abuelos, si eres huérfano, si eres un incomprendido en tu familia…, toda esa situación es tu elección y tú mismo la elegiste para evolucionar.

Esa situación que tienes es la que te hace crecer y llegar a ser la mejor versión de ti mismo, porque es única para un ser infinito como tú eres. Tu evolución y desarrollo personal dependen de ti y de tus situaciones. Por lo tanto, agradece todas esas experiencias de vida, que, aunque te resulten dolorosas, son para tu mayor bien, porque te hacen crecer de una manera que jamás sospecharías.

Es tu plan de vida, tu evolución personal y grupal, ya que, quizá, tú eres esa persona que hace crecer en consciencia a los demás, simplemente con tus elecciones y con tus actos, siendo un ejemplo con el que enseñar al mundo lo sencillo que es vivir, mostrándote tal cual eres, sin esconder nada negativo ni positivo. En definitiva, siendo tú y todas tus consecuencias. Estate atento a las señales, aunque finalmente tú decides y tú eres quien elige tu vida.

Capítulo 7

«Sé amor en tu vida y tu vida será amor»

Venérate, es lo que debes hacer todos los días de tu vida. Eres un pedacito de Dios en la tierra. Todo lo creado es divino, por lo tanto, déjate venerar, sé tu propio Dios.

Busca en ti lo que anhelas en los demás.

No podrás ayudar a nadie hasta que no hayas sanado todas tus heridas.

Te preguntarás muchas veces por qué estás solo y no encuentras a esa pareja, pero la respuesta es simple. Mírate, observa quién eres, cómo eres, qué aspecto físico tienes, cómo son tus emociones… ¿Eres triste o alegre? ¿Eres optimista o pesimista? ¿Te estás quejando todo el día de que la vida o los demás no son justos contigo y les echas la culpa? Pues saca tus propias conclusiones. Todo eso que piensas es lo que estás proyectando al exterior, al mundo. Por lo tanto, cambia la manera de pensar, deja de quejarte, deja de buscar culpables.

La culpa no existe, es una forma de ego encubierta para tapar los resultados de tus acciones o inacciones. Nada es justo o injusto, todo es perfecto.

La vida es como aprender una melodía en la que siempre desafinas en el mismo trozo de la partitura. Te tocará volver a repetir ese trozo de la melodía hasta que la interpretes perfectamente.

Revisa por qué estás solo, porque eso es el reflejo de lo que eres por dentro. Estás perdiendo el contacto con los demás de alguna manera, y eso es lo que las personas de alrededor perciben, porque es lo que estás proyectando con tus pensamientos. Lo que perciben los demás es el resultado de la proyección del inconsciente de tu mente, eres tú mismo por dentro. Cambia eso; después de observar, revisa dónde estás fallando.

Quizá tu cuerpo no es el mejor del mundo y quieres tener una pareja que no se corresponde para nada con tu forma física. No busques imposibles, soluciona tu físico para encontrar a alguien que te guste físicamente.

Soluciona tu cuerpo emocional. Si estás deprimido o triste, eso es lo que tendrás en tu vida, cámbialo. Busca dentro de ti qué es lo que hace que estés con ese ánimo y ponle remedio.

Ese niño interior que todos tenemos quizá está solo y lo has abandonado, deja que salga y alegre tu vida desde por la mañana. Tus hijos, tus sobrinos o tus nietos pueden ayudarte a sanar ese niño interior que tienes, fíjate en ellos y sé como ellos, fluye como ellos. Haz aquello que te apasiona en tu vida y que puede ser tan simple como cocinar, realizar manualidades, escribir, pintar, hacer fotografías. Haz eso que llena tu alma y te da paz, así sanarás tu cuerpo emocional.

Revisa tu cuerpo energético, porque, aunque no lo creas, somos pura energía; somos un montón de carne y huesos, pero también somos energía y electricidad. Tu sangre contiene hierro, que está siendo bombeada por tu corazón en todo momento, por lo tanto, cada uno tenemos un cuerpo electromagnético, y esa parte de nosotros también hay que cuidarla. Haz deporte, muévete, no hace falta que seas un atleta de élite, solo alguien que pueda subir una cuesta sin ahogarse, o coger peso y no romperse. Soluciona todos esos problemas de espalda que seguro que tienes, haz estiramientos, yoga o lo que necesites. Camina por la naturaleza, entra en contacto con ella, porque eso te recarga de energía. Vete a la playa, a la montaña, al bosque, al parque de tu barrio, lo que tengas en tu entorno, pero no te quedes encerrado en casa.

Cuando encuentres la solución a todos esos problemas, vivirás mucho mejor, porque tu cuerpo físico, emocional y energético estarán alineados con tus pensamientos positivos.

Los pensamientos positivos los debes cambiar tú desde dentro de ti, nadie puede meterse en tu mente y modificar eso. Tú eres un dios en la tierra y puedes crear tu reino como quieras; hazlo, es así de simple. Piensa en positivo, no busques tres pies al gato. No hay culpables y las quejas son como el culo, todo el mundo tiene uno, así que no te quejes. Todos esos pensamientos son los que hacen que sigas sin pareja, solo, haciéndote la víctima del mundo, porque el mundo es cruel contigo y la gente solo quiere hacerte daño. Sal de ahí.

No permitas que las demás personas decidan tu vida, no te estás valorando y dejas que el criterio de los demás se imponga al tuyo. Te estás haciendo daño emocional al permitir eso. Eres el responsable de tu vida, toma tus decisiones, aunque no les gusten a los demás, porque jamás podrás complacer a todas las personas de tu entorno.

Aprende a decir NO, porque si no, cada vez que das tu brazo a torcer por otra persona estás bajando tu autoestima, dañando a tu niño interior. Pon límites razonables a todas tus relaciones; si algo no te gusta o no te aporta nada, ponle límites y no lo permitas. Si se supera el límite, deja a esa persona, ya la has avisado de las reglas que pusiste y no las ha aceptado. Sé coherente contigo, porque esa persona no te respeta. Tú eres el dueño de tu vida, no permitas aquello que tú no le harías a nadie.

Te estás conformando con recoger migajas de amor debido a tu inseguridad. Empieza a amarte y a respetarte, porque eres la persona más importante del mundo para ti. De hecho, el universo no podría existir sin ti, porque tú eres parte de este universo.

Para amar, sigue las reglas básicas: conocer, compartir y amar incondicionalmente. Sigue ese orden porque, si no lo sigues, puede que solo estés recogiendo migajas.

Conoce primero a las personas, comparte tu tiempo con ellas y, por último, ámalas como si fueras tú mismo. Si en la primera cita ya os acostáis, quizá lo único que hacéis es dar rienda suelta a vuestras pasiones, pero no sabrás quién es realmente esa persona, ni qué emociones o energía tiene. Solo siguiendo los pasos anteriores podrás saber si esa persona merece tu amor incondicional. Si no lo merece, no lo regales, porque estarás perdiendo tu energía, y tú eres una mezcla de todas las energías que hay en tu vida. Cada vez que tienes una relación, absorbes parte de la energía de la otra persona. Tu cuerpo emocional también puede dañarse, porque, aunque la relación sea satisfactoria, quizá la otra persona ya está comprometida con otro/a, o te abandona al terminar la relación, y tú serás el culpable de ese dolor al permitirlo.

No te quiero decir nada de tu niño interior, porque le estás haciendo todo el daño del mundo al permitir esa situación, estás perdiendo toda la alegría que tenías y volviendo a ser esa persona solitaria que eras, porque —claro— el mundo está en contra tuya. Sabes que tú eres el responsable de tu situación. Despierta y sal de ese pozo de pensamientos, de ese agujero negro de esperanzas. Eres un ser divino, muestra todo ese amor a quien se lo merezca, compártelo con quien le aporte sentido a tu vida.

El sexo está muy bien y es necesario de alguna manera en las relaciones, pero ninguna relación puede basarse solo en el sexo. La vida es algo más, es compartir por el placer de hacerlo y ser feliz sin esperar nada a cambio. No esperes recompensas, no busques parejas, busca el amor que hay en ti para darlo a quien sea digno de tu confianza. Lo demás vendrá solo, no necesitas buscar ese amor en los demás, debes buscarlo dentro de ti.

Cuando fluyes en tu vida, dándote ese amor a ti mismo, tu inconsciente refleja eso a los demás y hará que encuentres personas que sean iguales que tú. Por eso las parejas vendrán solas, porque atraes aquello que eres. Si eres amor, atraes amor.

Sé amor en tu vida y tu vida será amor.

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