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DISCRIMINACIÓN Y PRIVILEGIOS

EN LA MIGRACIÓN CALIFICADA

Profesionistas mexicanos en Texas

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

CENTRO DE INVESTIGACIONES SOBRE AMÉRICA DEL NORTE

COORDINACIÓN DE HUMANIDADES


Primera edición, julio de 2020

D.R. © 2020 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

Ciudad Universitaria, alcaldía de Coyoacán,

C. P. 04510, Ciudad de México.

CENTRO DE INVESTIGACIONES SOBRE AMÉRICA DEL NORTE

Torre II de Humanidades, pisos 1, 7, 9 y 10

Ciudad Universitaria, 04510, Ciudad de México.

Tels.: (55) 5623 0000 al 09

http://www.cisan.unam.mx

cisan@unam.mx

ISBN EPUB 978-607-30-3242-1

Diseño de la portada: Patricia Pérez Ramírez

Ilustración de la portada: Adriana Lara Domínguez

Prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier medio conocido o por conocerse, sin el consentimiento por escrito de los legítimos titulares de los derechos.

Impreso en México / Printed in Mexico

ÍNDICE

AGRADECIMIENTOS

INTRODUCCIÓN

PRIMERA PARTE: Teoría, historia y contexto presente

LA TEORÍA: MINORÍAS DENTRO DE MINORÍAS

Las minorías

Minorías y psicología minoritaria

Derechos de las minorías

Minorías privilegiadas

Mecanismos de discriminación

Prejuicio y discriminación: el pensamiento de Gordon W. Allport

Los migrantes como minorías.

Los retos de integración de las minorías

Propuestas. La democracia mestiza

LA HISTORIA: ESTEREOTIPOS SOBRE LOS LATINOS Y MEXICANOS

Los problemas de identidad

¿Hispano, latino o mexicano?

Los mexicoamericanos

Los prejuicios a través de la historia oral y el testimonio

El mexicano, “un animal dócil”: la bella época

El mexicano, “un artículo casero”:

Luchar contra la teoría del “bajo IQ”

La suspensión de la acción afirmativa en Texas: la generación MTV

EL PRESENTE: POPULISMO Y DISCURSO MEDIÁTICO SOBRE LA MIGRACIÓN CALIFICADA EN TEXAS

Populismo y capital humano: una breve introducción

Los orígenes

Causas del populismo

Impacto del populismo de derecha en la política migratoria

Modo de acción y discursos populistas sobre la migración

El estado del arte mediático sobre la migración calificada a texas

Los temas transversales

El populismo en acción: los nuevos temas en la administración de Donald Trump

Reflexiones sobre populismo y fuga de cerebros

SEGUNDA PARTE: Los testimonios

PREJUICIOS EN EL ESPEJO: LA DIÁSPORA MEXICANA VISTA POR SÍ MISMA

Visiones negativas

La escasa capacidad de organización: entre creencia y realidad

El clasismo en el proceso de migración: “cuando migras, pierdes estatus”

El mexicano que no respeta las reglas

Visiones positivas

El mexicano trabajador y obediente

Las redes de cooperación profesional: pormenores del proceso de cooperación científica

HISTORIAS DE PRIVILEGIOS Y DISCRIMINACIÓN: LOS PROFESIONISTAS MEXICANOS EN TEXAS

Modelo analítico dual de la migración calificada: rechazos vs. privilegios

La integración por profesiones

Migración de ingenieros: hacia el mundo de oportunidades

Migración empresarial: las jerarquías de la meritocracia

Migración médica: México, “minúsculo en investigación”

Migración académica: La corrupción, un “cáncer para el país”

Migración juvenil y por estudios: “Me voy por la inseguridad”

Algunas consideraciones de género

La mujer en México

La mujer en Estados Unidos

EL GRUPO DE CONTRASTE:INTEGRACIÓN DE OTRAS MINORÍAS A TEXAS

Estructura y método del grupo de contraste

Las circunstancias diferentes

Conflicto armado, dictaduras,

La disposición asimiladora

La discriminación oficial

La degradación laboral

Las verdades y la generalización en el estudio de la migración calificada

La relevancia de la política gubernamental

Contaminación y percepción de sobrepoblación

La mujer profesionista reta el papel de cuidadora

Relaciones laborales versus personales

¿Discriminación o choque cultural?

¿Provoca permanencia el retorno reprimido?

Redes, intercambios y reflexiones acerca de la fuga de cerebros

CONCLUSIONES

EPÍLOGO. La tentación de emigrar:resultados de un experimento en méxico

ANEXOS

Anexo 1 Archivos de audio y manuscritos

Anexo 2 Artículos mediáticos sobre la migración

Anexo 3 Resumen de informantes entrevistados en Texas

Anexo 4 Testimonios para recordar: Una ingeniera mexicana y una radióloga libanesa

Anexo 5 Grupo focal sobre la migración médica (extractos)

Anexo 6 Detalles del experimento sobre la percepción de la discriminación

FUENTES

Índice de cuadros, figuras y recuadros

CUADROS

Cuadro 1. Experiencias de discriminación en adultos, según su identificación con la característica hispano/latino

Cuadro 2. Comparación de valores entre el populismo y el liberalismo cosmopolita

Cuadro 3. Las primeras diez ciudades de destino para los trabajadores con visa H1-B en Estados Unidos (2017)

Matriz 1. Vectores de salida, permanencia y retorno en la migración calificada de mexicanos

Matriz 2. Vectores de salida, permanencia y retorn en profesionistas mexicanos y de otros países

FIGURAS

Figura 1. Niveles de análisis en el discurso mediático sobre la migración de profesionistas mexicanos en Texas

Figura 2. Modelo analítico de rechazos y privilegios en la migración calificada

RECUADROS

Recuadro 1. Los latinos/mexicanos vistos por otras minorías

A la familia y los amigos que indirecta

—pero esencialmente—

ayudaron en la construcción del libro:

Bernardo, Theo, Marga, Michelle y mis padres.

AGRADECIMIENTOS

Los artículos previos pueden ayudar en mucho sentidos en la construcción de un libro. Para el texto que tiene en sus manos, ha habido una experiencia en particular que también sirvió para fortalecer el trabajo. Al escribir uno de los primeros informes que daban cuenta de mi estancia de investigación en Texas, después de hacer los cambios sugeridos por los dictaminadores, la editora del medio en cuestión me pidió que sacara ciertas afirmaciones, hipótesis y conclusiones. “Casualmente”, todas se referían a discriminación. Para ella, todas esas ideas estaban insuficientemente fundamentadas. Soy una persona que evita los conflictos con la autoridad. Atendí las recomendaciones y publiqué el artículo. Afortunadamente, pude madurar todas aquellas ideas arriesgadas en el documento que ahora presento.

Agradezco, entonces, en primer lugar a la UNAM, por proporcionar un ambiente de investigación en el que los trabajos son sujetos a dictamen académico, mas no ideológico.

De igual forma, agradezco a las dos instituciones que me abrieron las puer­tas en Texas para trabajar sobre la migración de profesionistas: el Mexico Center del Baker Institute for Public Policy (Universidad de Rice, Houston) y la Colección Latinoamericana “Nettie Lee Benson” de la Universidad de Texas en Austin. En particular, a Tony Payán, Liza Guágeta y Pamela Cruz del Mexico Center y a Zhandra Andrade de la Colección “Lilas Benson” en Austin. Vinculado a estas dos experiencias respectivamente, también al Pro­­grama de Becas de la Dirección General de Apoyo al Personal Académico (UNAM) y al Departamento de Historia de la Secretaría de Relaciones Exteriores, por haberme otorgado la confianza de dos becas sin las cuales este trabajo no hubiera sido posible.

A pesar de lo obvio, también agradezco al CISAN y a la administración a cargo en el 2016, por postularme y apoyarme en todo el proceso de mi estancia. A Silvia Núñez, Elizabeth Gutiérrez y Brenda Lameda, entre muchos otros. A los colegas que actualmente están a cargo de la dirección, Graciela Martínez-Zalce y Juan Carlos Barrón Pastor, por respaldar los resultados, además de todos los proyectos que me he atrevido a proponer en relación con la diáspora calificada. A los demás colegas de CISAN por sus valiosos comentarios al manuscrito del libro en nuestro Seminario de Investigación sobre América del Norte. Al Departamento de Ediciones del mismo centro, en especial a Diego Ignacio Bugeda Bernal y a Teresita Cortés Díaz, por asumir la responsabilidad de corregir la escritura de alguien cuya lengua ma­terna no es el español, así como a María Elena Álvarez por su ciudadoso trabajo de formación tipográfica y a Patricia Pérez Ramírez por su valioso apoyo en el diseño de la portada.

A los colegas del proyecto PAPIIT in300716, “Nuevo patrón migratorio después de la crisis: competencia global por talento”, Ana María Aragonés y Uberto Salgado Nieto, por apoyar mi estancia en Texas.

Estoy en deuda con todos aquellos funcionarios y profesionistas mexica­nos y extranjeros que se tomaron su tiempo y se desplazaron a lugares incómodos para entrevistarse conmigo, y tuvieron suficiente confianza para contarme sus vidas. A todos ellos, cuyos nombres evito mencionar por respeto a su privacidad, un profundo reconocimiento.

Igualmente, a los dictaminadores anónimos por su cuidadosa lectura y recomendaciones para mejorar la explicación metodológica, los conceptos analíticos y la formulación de conclusiones.

A todos los becarios que ayudaron en la transcripción de entrevistas, Dorian Ivvon Martínez de Lara, Benito Aranda-Comer, Danya Kachkou, Raúl DeLira, Sandra López Benito, Melissa Barrientos-Licona, y a mi siempre constante ayudante de investigación Dagoberto González, muchas gracias.

INTRODUCCIÓN

Este libro plantea que los profesionistas mexicanos en Texas son una doble minoría: por un lado, elites educativas privilegiadas y, por otro, parte de un grupo étnico históricamente considerado menos calificado o capacitado para el trabajo intelectual en Estados Unidos. Además de ser una minoría estadís­tica, los profesionistas mexicanos en Texas también son una minoría real y psicológica, ya que funcionan como chivos expiatorios para ciertos cuestionamien­tos económicos y culturales de la globalización. Sin embargo, pocos mi­grantes calificados cuestionan su permanencia en Estados Unidos, porque desean mejorar sus condiciones de vida y, sobre todo, su trayectoria profesional.

Esta obra es producto de los resultados combinados de varios proyectos de investigación que se llevaron a cabo desde mediados de 2016 hasta principios de 2019. En primer lugar, deriva de dos investigaciones relacionadas: “Trabajo calificado migrante versus endógeno en Estados Unidos: estudio de caso de profesionistas mexicanos en el estado de Texas”, que efectué durante una estancia académica en el Centro México, del Instituto Baker de Políticas Públicas, de la Universidad de Rice, en Houston, y “Los embajadores culturales: la diáspora de talentos mexicanos en Texas a través de la historia oral (1979 a 2000)”, que consistió en trabajo de archivo en la Colección Latinoamericana “Nettie Lee Benson”, de la Universidad de Texas en Austin. En segundo lugar, es parte de un proyecto institucional más amplio llevado a cabo en el Centro de Investigaciones sobre América del Norte, titulado “Zonas de contacto para la diáspora calificada en América del Norte: diplomacia pública para el codesarrollo”.

Se trata de un manuscrito original por lo menos en un sentido: sus resultados parciales han sido referidos sólo brevemente en algunos artículos de investigación, y todos los capítulos que contiene fueron escritos exclusivamente para el propósito de esta obra.

A pesar de basarse en un estudio de caso —los profesionistas mexicanos en Texas— este libro no deja de ser un estudio con pretensiones de gene­ralización sobre la migración calificada. El lente magnificado de un estudio de caso multifacético como el que se presenta a continuación nos permite comprender un microsistema susceptible de reproducirse en otros espacios y momentos.

La investigación se lleva a cabo en los años inmediatamente antes y des­pués de la llegada al poder de Donald Trump en Estados Unidos, el 8 de no­viembre de 2018. Por lo tanto, además de los antecedentes históricos importan también las condiciones particulares de xenofobia y el discurso racista durante la campaña electoral, así como las primeras medidas en materia de po­lítica migratoria. Al respecto, describo las condiciones de vulnerabilidad de ciertas poblaciones, como los latinos, los migrantes de países musulmanes y los de la India, debidas a la suspensión temporal de las visas H-1B, que general­men­te son otorgadas a trabajadores del conocimiento,1 y su subsecuente re­forma para restringir su uso sólo para trabajadores extranjeros con posgrados. De esta forma, se explica el surgimiento de un nuevo paradigma o, por lo menos, de una nueva etapa en la historia de la migración calificada, en la cual pasamos de los antiguos lamentos de la “fuga de cerebros” de los países de origen a un “rechazo de cerebros” aun en los países tradicionales de destino, como reacción cultural y económica a la globalización.

El caso de Texas

Se dice que en Texas todo es más grande, incluido el número de migrantes que ha recibido históricamente. A principios del siglo XX, el río Grande era la imagen de una frontera abierta entre México y Estados Unidos. Texas era el punto de entrada principal, de donde se redistribuía la migración hacia otros estados. Tres de cada cuatro migrantes pasaban por Texas y la mayoría, desde aquel entonces, eran hombres jóvenes mexicanos (Miller, 1980).

Hoy día, Texas pasó del primero al sexto lugar en cuanto al número de migrantes recibidos, pero es el estado con más migrantes indocumentados a nivel federal. Se estima que de un total de 4.7 millones de inmigrantes, el 38 por ciento son indocumentados (Trovall, 2019).

Según los defensores de la migración, los trabajadores extranjeros contribuyen activamente con la economía del estado, lo cual entre otras cosas propició una rápida recuperación de la crisis de 2008, así como que los suel­dos sigan incrementándose (Taboh, 2016). En particular, los hispanos representan el 20.6 por ciento del poder de compra en Texas (New American Economy y Unidosus, 2017). En 2017, se trataba de la entidad con más visas H-1B destinadas a trabajadores de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas en Estados Unidos (68 460), sólo después de California, a quienes se les ofrecían sueldos promedio de 79 940 dólares anuales.

La mayoría de los migrantes todavía son mexicanos (el 60 por ciento), segui­dos por los de Asia (sobre todo de Filipinas y Vietnam) y otras partes de Amé­rica Latina (principalmente de El Salvador). A diferencia del contexto general en Estados Unidos, el número de inmigrantes de la India y China a Texas continúa siendo relativamente pequeño, aunque aumentó al 53 por ciento en la última década (South Texas Economic Development Center, 2017). Los inmi­grantes no sólo han transformado la demografía de la región, sino también la diversidad de sus culturas e idiomas. Hoy en día, uno de cada tres texanos habla en casa un idioma que no es el inglés; entre ellos, el español y el vietnamita.

En general, los mexicanos que emigran al sur de Estados Unidos han aumentado su nivel educativo paulatinamente, ya que se calcula que el 9.4 por ciento de ellos tienen licenciatura o posgrado, a diferencia de un 6.2 por cien­to para Estados Unidos en general (South Texas Economic Development Center, 2015). En cambio, el porcentaje de mexicanos de segunda generación con ese mismo nivel de estudios es del 29.6 por ciento (Conapo y Fundación BBVA Bancomer, 2015), lo que indica una población que mejora significa­tiva­men­te su nivel educativo con los años. Aun así, cabe señalar que la de educación universitaria todavía constituye una elite minoritaria.

Según datos del Consulado de México en Houston, los migrantes mexicanos a Texas provienen principalmente de San Luis Potosí (el 14 por ciento), Guanajuato (el 13 por ciento), Nuevo León (el 11 por ciento, particularmente de la zona urbana de Monterrey), Tamaulipas (el 10 por ciento) y Ciudad de México (el 4 por ciento). Como en otros estados fronterizos, la frecuencia de la mi­gra­ción circular impide conocer con exactitud cuántos viven realmente en Estados Unidos y cuántos son mexicanos de tercera o cuarta generaciones.

Al ser un estado limítrofe que alguna vez fue parte del territorio mexicano, Texas es próximo no sólo geográficamente, sino también culturalmente. Uno de los informantes para este libro recuerda el proceso de escoger a Texas como lugar de destino, por su propiedad de estar “en el límite entre lo que está cerca y lo que está lejos”, para así encontrarse cerca de México sin vivir en el país. El mismo informante nos cuenta sobre la importancia de la cultura mexicana en la entidad del sur estadounidense, en donde los texanos comen guacamole y rompen piñatas en las fiestas. Sin embargo, también comenta sobre las diferencias en las identidades entre varios miembros de la comunidad mexicana, que serán objeto central de estudio de este libro:

Texas se parece mucho a Yucatán. Ambos obtuvieron su independencia casi al mismo tiempo.2 Tanto Texas como Yucatán estuvieron segregados del resto de México por mucho tiempo, geográficamente y por estar lejos de las principales fuentes industriales.

En cuanto a la movilidad social, es donde hay una diferencia sustantiva entre el que está legalmente aquí y el que está ilegalmente. Entonces es una cuestión de principio y eso causa conflicto [...]. El candidato republicano para el estado de Texas tiene una visión totalmente antiinmigrante que va contra la aceptación y el reconocimiento de los mexicanos o de los migrantes mexicanos aquí en el estado; no entiende que los mexicanos están regresando a México, que los inmigrantes que menciona en su discurso político ni siquiera son mexicanos [risas], o sea, quiere decir que es personal, ¿no?; que utiliza la figura del mexicano, del migrante mexicano ilegal, como una amenaza [...]; muchos conservadores en Texas no reconocen al inmigrante, no quieren darle una salida legal, su posición es dual, o sea, los ilegales tienen que salir de aquí, no hay que darles ningún reconocimiento. Tenemos estudiantes que se gradúan de Texas A & M que no tienen un estatus migratorio, se gradúan de ingenieros, pero no pueden trabajar en la misma universidad. Es un conflicto brutal [...]. Yo voy a la escuela de mis hijos y veo a muchos hijos de migrantes que están senta­dos con los míos y hablamos con ellos y convivimos con ellos en la escuela y sabemos que contribuyen activamente para la economía de la región, que pagan im­­pues­tos, pero al mismo tiempo oímos el otro discurso, ¿no?; el discurso del poder que no los quiere.3

Uno de los activistas entrevistados confirma esta misma percepción sobre el racismo en Texas y cómo crea conflictos en la comunidad de mexicanos. Lo vincula con la ideología de la supremacía blanca y la política del Destino Manifiesto, con las barreras históricas estructurales que han impedido la reforma migratoria y que regulan el acceso a los recursos y el bienestar. Para él, los migrantes pueden ser buenos aliados para defender a la de­mo­cracia en Estados Unidos: “el Sur tiene un nivel de racismo estructural y abierto mucho más descarado que el Norte [...]; el Sur todavía está en una situación de miedo, y el nivel de violencia estatal contra los afroamericanos todavía tiene un nivel de legitimidad muchísimo mayor, y sobre todo en las áreas rurales el Ku Klux Klan está vivito y coleando; entonces el racismo todavía tiene expresiones, tanto en política pública como en la vida cotidiana”.4

El racismo está, entonces, inmerso en un doble conflicto: tanto entre los migrantes mexicanos y la sociedad de acogida, como dentro de la misma comunidad de mexicanos en Texas. A través del acceso al sistema legal y las visas se crea la dicotomía entre los documentados y los indocumentados. Ge­neralmente, esta división corresponde también a la diferencia de clases sociales que se exporta desde México, ya que los indocumentados tienden a contar con una escolaridad baja, mientras que los documentados son calificados o altamente calificados.

Paradójicamente, el migrante calificado, muchas veces proveniente de las clases medias en México, pasa de ser una minoría privilegiada en su país a formar parte de un grupo social generalmente despreciado en Estados Unidos. A la hora de ser confundidos con los migrantes indocumentados, los profesionistas son vulnerabilizados como minorías migrantes, por lo que muchas veces surgen las tensiones entre los profesionistas que desprecian a los indocumentados por afectar su imagen, mientras que estos últimos acusan a los primeros por su poca colaboración y escasa hermandad. De esta forma, la diferencia de clases traspasa fronteras e impide la cohesión de la diás­pora mexicana.

La estancia en la Universidad de Rice me permitió solicitar información sobre la entrada de profesionistas mexicanos a Texas en el periodo 2006-2016, por medio de la Ley de Libertad de la Información (Freedom of Information Act, FOIA). A pesar de que se pidió información de las entradas con los diversos tipos de visado a los que pueden acceder los trabajadores mexicanos calificados, los datos obtenidos son principalmente sobre las visas B1, TN2 y L1, pero por razones de confidencialidad no se especifican aspectos esenciales, como lugar de origen en México o fecha de nacimiento. Sin embargo, pudimos constatar que los sueldos reportados están entre un máximo de 2 077 365 dólares anuales para un ejecutivo de una transnacional que estudió administración de negocios, con grado de maestría, y los 2 400 dólares al año, para alguien que estudió lo mismo pero suponemos que sólo tuvo un empleo parcial. La desigualdad de in­gresos confirma la existencia de mexicanos que provienen de ambientes y pro­fesiones muy diferentes, con posiciones sociales muy variadas fuera del país.

La migración hacia las ciudades texanas

La mayoría de la migración calificada a Texas se dirige a las grandes ciudades como Houston, Austin, Dallas, pero también a otras más pequeñas como College Station, lugares de atracción por tratarse de centros urbanos menos conservadores que en el resto del estado. Las metrópolis texanas tendrán un papel especial a lo largo del estudio empírico, ya que la mayoría de los entre­vistados residen en ellas. Cada una de estas ciudades tiene su interés especial para el estudio de la migración calificada.

La ciudad de Austin está en el séptimo lugar de Estados Unidos entre las ciudades con una mayor proporción de oferta laboral en tecnología. El 10 por ciento de los migrantes a Austin trabajan en dicha área, comparado con el 19 por ciento en San José, California, que se ubica en el primer lugar (Dutton, 2017).

La ciudad de College Station, a pesar de ser pequeña, también presenta sus peculiaridades. Treinta y dos de cada cien trabajadores extranjeros altamente calificados tienen una visa H-1B, y de éstos, el 99 por ciento trabajan en Cognizant Technology Solutions Corp., una compañía de consultoría mul­tinacional (Cao, 2018). Según datos del Pew Research Center, College Station ha sido la ciudad con más aprobaciones de visas H-1B en todo el país entre 2010 y 2016, proporcionalmente hablando. En comparación, ninguna otra área metropolitana tenía más de cinco aprobaciones H-1B por cada cien trabajadores (Sood, 2018).

Ahora bien, el núcleo de la investigación fue Houston, considerado por algunos como un oasis multicultural dentro de un estado con significativa discriminación en contra de los extranjeros. Efectivamente, Houston es una de las ciudades más diversas de Estados Unidos y del mundo, con un número de migrantes en aumento; los de origen mexicano representan el 10 por ciento de una población de 6.3 millones de habitantes (Capps, Fix y Nwosu, 2015). Los medios describen Houston como un “unicornio para la migración califica­da” (Najarro, 2017) y una de las ciudades en donde más empleadores aplican para las visas H-1B, dirigidas a trabajadores de alta tecnología.

Las estadísticas muestran que, en promedio, los mexicanos recién llegados a Houston tienden a tener un nivel de educación inferior al de la población asiática, ganan menos y se naturalizan en menor medida que otros grupos de migrantes, como los vietnamitas, los indios y los chinos. Los mexicanos estuvieron entre los primeros migrantes a la región; sin embargo, puede observarse que sus flujos se desaceleran: para el periodo 2000-2012 la población de origen mexicano sólo aumentó un 32 por ciento, comparado con un 132 por ciento en el caso de Guatemala, el 83 por ciento en el de la India y el 73 por ciento para Pakistán (Capps, Fix y Nwosu, 2015).

El cónsul de México en Houston, Óscar Solís, afirma que esta ciudad es incluso más multicultural que Nueva York, aunque la población extranjera no es tan visible por tener “poca población flotante”, es decir, la gente va a Houston directamente a vivir y no tanto a visitar. En sus palabras, “la economía de Houston es muy sólida porque no descansa en un solo pilar; no es sólo el sector energético, sino también los de la salud, la industria aeroespacial, la construcción, el comercio, los servicios”.5

Mucha de la migración de profesionistas mexicanos y asiáticos está vinculada a la existencia de casi “cinco mil empresas relacionadas con la energía, desde extracción de petróleo hasta energía renovable y de última generación”. Sin embargo, a su manera de ver, no hay ninguna organización que agrupe a estos profesionistas mexicanos.

Varios medios locales describen la importancia histórica de los migrantes en la creación de la ciudad de Houston, así como en el mantenimiento de su prosperidad. “La primera ola de migrantes fueron descendientes de escoceses e ingleses que venían de Kentucky y Misuri junto con sus esclavos africanos; la segunda ola significativa emigró de Alemania” (Leftwich, 2016). Después siguieron las migraciones en varias etapas y una de ellas, quizás la más importante para el siglo XX, fue la de mexicanos. Existen descripciones casi poéticas de la estética contemporánea de la ciudad:

Houston consta de superficies: autopistas, estacionamientos de asfalto, rascacielos de vidrio, paneles publicitarios, y millas y millas de la expansión suburbana delineada por tiendas con cajas grandes y cuadradas. Una ciudad que muchos piensan que no tiene pasado, que se elevó directamente desde el pantano, llenando las praderas circundantes con casas de cemento, ranchos y gruesas capas de césped de San Agustín. Houston probablemente habría muerto de hambre sin inmigrantes; en realidad, la ciudad no existiría sin ellos. Los primeros colonos de la ciudad eran ciudadanos estadounidenses que emigraron a México con Stephen F. Austin u otros empresarios a los que se les concedió el derecho de establecerse en el estado mexicano de Coahuila y Texas. Eran inmigrantes estadounidenses que estaban lo suficientemente intrigados por las promesas de dos desarrolladores de tierras nacidos en Nueva York, quienes hablaban de una ciudad portuaria que pronto sería próspera y de los “lujos de los pescados, aves [y] ostras” para mudarse a lo que sería brevemente la capital de la República de Texas6 (Leftwich, 2016).

Hoy día, Houston es considerada una ciudad cosmopolita y amigable con los inmigrantes en el ámbito de los negocios, con abundante oferta de empleo y crecimiento económico, pero segregada por “el racismo y el crimen”:

Los inmigrantes impulsan la economía de Houston, y los líderes empresariales casi por unanimidad están a favor de la reforma migratoria. Aun así, la ciudad está segregada por raza e ingreso. El mapa del censo parece un espejo roto, con fragmentos blancos, negros e hispanos que irradian desde el centro. Los inmigrantes enfrentan desafíos que incluyen el acceso desigual a viviendas, educación, atención médica y trabajos bien remunerados. Lo que tienen a su favor es el emprendedurismo y la ambición. Yo diría que no hay mejor lugar en América del Norte que Houston para buscar una nueva forma de vida. Mientras que las ciudades del norte, como Cleveland y Detroit, se han contraído, el área de Houston crece exponencialmente, de 4.7 millones de personas en 2000 a 6.3 millones en 2013. Gran parte de ese crecimiento proviene de inmigrantes nacidos en el extranjero, que representan el 22 por ciento de la población (entre las ciudades principales, sólo Los Ángeles y Miami tienen una participación mayor) (Berryhill, 2016).

Paradójicamente, las posturas más conservadoras plantean que los migrantes son un drenaje para la red de seguridad social, pero esta posición parece ser casi inexistente en Houston (Berryhill, 2016).

Antecedentes y planteamiento teórico

En el mercado global de competencias, la migración de profesionistas y las diásporas tienen un papel esencial en configurar las nuevas esferas de poder. La teoría de la gobernanza global ubica a los migrantes altamente calificados como actores clave de la globalización. Ellos contribuyen a la formación de las ciudades globales y configuran la nueva división mundial del trabajo; de hecho, son la nueva burguesía o la clase cosmopolita capitalista, según Counihan y Miller (2006: 261).

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