Читать книгу: «20 preguntas que Dios quiere hacerte», страница 3

Шрифт:

?

“Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis?”

Capítulo 3
Amor no en vano

“Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.

“Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso” (Luc. 6:27-36).

Chindohgu es el arte japonés de la invención no vana. Estas creaciones no son inútiles porque al principio parecen absurdas, pero tienen una forma extravagante de hacer que el trabajo se haga. Por ejemplo, está el guante dedal de látex con cerdas para cuando nos olvidamos el cepillo de dientes y necesitamos usar el dedo. Otro chindohgu muestra un pequeño ventilador que funciona a pila, que se sujeta a un par de palillos para enfriar los fideos al comer (yo casi me hiperventilé enfriando mis fideos). Otra invención, que tuvo que haber estado en la lista de los diez mejores chindohgus, es un aparato que se sujeta a un auto y que funciona como cuerda de tender ropa, para que mientras uno conduce por la ciudad pueda secar la ropa mojada.

Quizá mi creación preferida sea las pantuflas limpiadoras hechas de tela de franela, que serán usadas en las cuatro patas por un gato doméstico común. Las pantuflas gatunas quitan el polvo del piso o de cualquier lado que el gato decida cruzar. Se podría aumentar la efectividad de esa invención incluyendo algunas muestras extra de hierba de los gatos cafeinada y acelerar verdaderamente el proceso de limpieza.

Los inventos chindohgu en realidad son más una cultura del arte que un esfuerzo empresarial. Pero, lo que más me intrigaba acerca de los chindohgus tenía que ver con la forma en que una idea irracional y aparentemente inútil se había apoderado de mí. Cuanto más pensaba en cada uno de ellos, más absurdo parecía.

Algunas de las cosas que dijo Jesús impactan y dan vuelta nuestro pensamiento, y si no tenemos paciencia con lo que él dice, se desvanecen. Pero si nos detenemos y permitimos que estas ideas fuertes se “adoben” un poco en nuestra mente, tiende a surgir una verdad muy real y significativa.

Consideremos algunas frases clásicas de Jesús: “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre” (Juan 14:12). “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará” (Luc. 9:24). “Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego” (Mat. 5:22). “De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él” (Mat. 11:11).

F. F. Bruce, en The Hard Sayings of Jesus [Los dichos difíciles de Jesús], observa que las declaraciones como estas son difíciles:

“Porque para nosotros existen dos clases de dichos difíciles: hay algunos que son difíciles de entender, y hay algunos que son demasiado fáciles de entender. Cuando los dichos de Jesús que son difíciles en el primer sentido son explicados en términos dinámicamente equivalentes, entonces probablemente se vuelvan difíciles en el último sentido. Mark Twain habló en nombre de muchos cuando dijo que las cosas de la Biblia que le inquietaban no eran las que no entendía sino las que sí entendía. Esto es especialmente cierto de los dichos de Jesús. Cuanto mejor los entendemos, más difíciles son de aceptar”.4

Hay una declaración que es difícil de explicar y difícil de practicar. Esta declaración de catorce palabras encabeza la lista de los dichos difíciles de Jesús: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mat. 5:48).

Una primera lectura de esta declaración bloquea a los que la escuchan porque parece irracional e imposible. ¡Jesús tiene que estar bromeando, o debe querer decir alguna otra cosa! Es imposible que pueda pensar que nosotros podríamos alcanzar esta perfección. Así que nos vemos forzados a suponer que Jesús simplemente quiere que tratemos de ser como Dios de todos modos, y el ejercicio de intentarlo nos mantendrá humildes y “algo” morales en el proceso. Esta interpretación es absolutamente insensata cuando pensamos en ella, porque nadie va a tratar de hacer lo imposible mecánicamente y, además, nadie llegará a ser mejor persona debido a esto.

No hay manera de considerar esta frase metafóricamente; por eso es tan inquietante. Pero esta orden no está aislada; fue puesta junto a una serie de preguntas que nos pueden ayudar a que esta tenga sentido. Muchos de los dichos más difíciles de Jesús están enmarcados por una pregunta o una serie de preguntas que expanden, explican o dan lugar a una declaración abrupta.

Cuando Cristo manda a sus seguidores que sean “perfectos”, da un ejemplo para responder con cuatro preguntas secuenciales que establecen el mandato:

 Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis?

 ¿No hacen también lo mismo los publicanos?

 Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más?

 ¿No hacen también así los gentiles?Cuando examinamos cuidadosamente el significado de la palabra perfecto y su aplicación en las preguntas previas, lo que Cristo llama a hacer a los creyentes es razonable y posible. Las preguntas revelan tres cualidades del amor perfecto.Primero, el amor perfecto es maduro. Barclay analiza el significado de la palabra téleios o perfecto, notando que un hombre que alcanza una estatura totalmente desarrollada es téleios en comparación con un niño. Un alumno que se gradúa con un conocimiento maduro es téleios en contraste con un alumno que acaba de comenzar la escuela. Es vital notar que perfecto no significa “impecable” sino “totalmente desarrollado”.5Después de pasar un fin de semana en una concentración religiosa muy conmovedora, un alumno se acercó a mí con una pasión renovada por ser perfecto en cada aspecto de su vida. Era evidente que los presentadores bombardearon a este joven con suficiente temor y vergüenza para llevarlo a un punto de convicción, pero le dieron muy pocas ideas de cómo esforzarse realmente por conseguir la perfección.–Así que, ¿qué vas a hacer para comenzar con esta tarea? –le pregunté.–Bueno, dejé de mirar televisión y prendí fuego a la música que inspiraba pensamientos impuros en mi mente, y les conté a mis amigos (los que tendían a debilitarme) que ya no iba a salir más con ellos –me respondió rápidamente.Todo lo que mencionó parecía ser una buena idea, pero su respuesta no comprendía el punto de perfección. En el sentido bíblico, la perfección no se trata tanto de lo que nos abstenemos y evitamos sino más bien de lo que aceptamos. En otras palabras, el amor perfecto no se trata de lo que no hacemos sino que es algo que hacemos activamente. Lo que dice Jesús es que el amor perfecto tiene que ver con cómo nos comportamos proactivamente con las personas que nos lastiman o nos faltan el respeto. De modo que traté de explicar este principio al joven; pero era evidente que yo no estaba haciéndome entender de la manera que otros consiguieron llegar a él con respecto a la perfección. Así que le di una botella de agua.–Mira los ingredientes y dime lo que no hay en el agua –le indiqué.Inmediatamente invirtió la botella e hizo una pausa pensativamente, luego sonrió y se volvió a sentar en la silla mirando el techo y sacudiendo la cabeza.–Creo que entendí –me dijo.Cuando algo es considerado puro, en realidad significa que “tiene un solo ingrediente”. De nuevo, el llamado de Jesús al amor perfecto es un camino para algo que hacemos, no algo que no hacemos.Aunque hay sectas de cristianos que se han propuesto llevar una vida intachable, ellos también se equivocan. Pero un creyente es maduro –perfecto– cuando actúa con gentileza, da generosamente, piensa compasivamente y ora fielmente por la persona por la que es difícil orar.Una segunda cualidad revelada en las preguntas que hacía Jesús es que el amor perfecto es eficaz. Algo es téleios, o perfecto, si alcanza el propósito para el que fue planeado. Nosotros somos perfectos cuando alcanzamos el propósito para el que fuimos creados. Si tenemos un tornillo flojo (y algunos sugieren que esto es cierto en muchos sentidos), lo que se necesita es un destornillador adecuado. El mango tal vez no sea de nuestro color preferido; tal vez no se ajuste bien a la forma de nuestra mano; de hecho, la punta puede estar roma y ni siquiera ser del tamaño exacto de la cabeza del tornillo. Pero, si el destornillador efectivamente ajusta el tornillo, es téleios. Funcional. Eficaz. Útil para el propósito deseado.Al final de la vida, hay muchos que se arrepienten del curso de su vida porque sienten que tenían un propósito mayor para vivir que el que eligieron. Después, hay otros que tal vez se lamenten por algo específico, como fechorías u oportunidades perdidas, pero tienen paz porque su vida sirvió a un propósito que fue noble.Consideremos al apóstol Pablo en sus momentos finales, un hombre que no fue intachable de ningún modo pero perfecto en significado: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Tim. 4:7). Pablo tenía paz por la manera en que había cumplido un propósito significativo y eficaz en su vida. Su confianza nos recuerda la perfección a la que Cristo llama a sus seguidores: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos” (Mat. 5:44, 45). “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios” (1 Juan 3:1).Leamos el siguiente pasaje de Efesios, y notemos el glorioso propósito para el que fuimos creados y redimidos:“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.“En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria” (Efe. 1:3-14).Es importante considerar nuestro propósito a la luz de la creación y de la redención, porque nuestra redención supone que somos de todo, menos impecables. Pero la tesitura general del pasaje es un hermoso cuadro del propósito final de Dios para con nosotros.Finalmente, las preguntas que Dios hace captan cuán extraordinario es el amor perfecto. Según Jesús, el amor humano común es esperable, mientras que el amor extraordinario es distinto, y solo puede provenir de una conducta divina.“Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos... Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?” (Mat. 5:43-47).La palabra “amar” en este pasaje no implica amistad, afecto ni pasión. El amor ágape es al que se refiere William Barclay como una “bondad inconquistable” y una “buena voluntad invencible: procurar el bien supremo de los demás sin importar quiénes sean ni lo que nos hagan”.6Jesús nunca nos pide que amemos a nuestros enemigos del mismo modo que amamos a nuestros padres, amigos o compañeros. El amor ágape extiende la gracia y la buena voluntad a las personas que no las merecen y, en muchos casos, ni siquiera las piden.No conozco a ningún padre en la actualidad –creyente, interesado en la verdad o cínico– que no ame a su hijo hasta el punto de dar su vida para salvarlo. Esta es una característica básica común de las personas creadas a la imagen de Dios.Jesús declara: “Es fácil”, por lo tanto, ¿qué te diferencia del resto del mundo? ¿Cómo brilla el rostro glorioso de Dios a través de ti de manera que te caracterice como hijo del cielo?En 1995 ocurrió algo notable:Se produjo una escena en Burma, ahora llamada Myanmar, que cincuenta años antes nunca nadie podría haberse imaginado. Ocurrió en el puente sobre el río Kwai. Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército japonés había forzado a los prisioneros de guerra aliados de Gran Bretaña, Australia y los Países Bajos a construir un ferrocarril. Los soldados japoneses cometieron muchas atrocidades, y unos 16 mil aliados prisioneros de guerra murieron construyendo lo que se había dado en llamar el Ferrocarril de la Muerte. Pero, después de la guerra, un ex oficial del ejército japonés llamado Nagase Takashi emprendió una campaña personal para instar a su gobierno a admitir las atrocidades cometidas. Después de muchos años de esfuerzo, el resultado de su cruzada fue una breve ceremonia en 1995, en el puente de infausta memoria. De un lado del puente había cincuenta japoneses, incluyendo cinco veteranos de guerra, y el señor Takashi. Dieciocho maestros de escuelas del Japón llevaban doscientas cartas escritas por niños, que expresaban tristeza por lo que había ocurrido durante la guerra.Del otro lado del puente había representantes de los soldados aliados: dos soldados de Gran Bretaña que declararon por fin acabada la cuestión de hacía cincuenta años atrás; una joven de Australia que fue a pronunciar, póstumamente, el perdón de su padre; el hijo de un prisionero de guerra que fue a hacer lo mismo; y estaba el australiano David Barrett, de 73 años, que expresó que hizo el peregrinaje porque sentía que continuar odiando lo destruiría. Los dos grupos comenzaron a caminar por los tablones angostos del negro puente de hierro. Cuando se encontraron en el centro, se dieron la mano, se abrazaron y derramaron lágrimas. Yuko Ikebuchi, un maestro de escuela, les entregó las cartas de los niños japoneses a los veteranos, y llorando dio media vuelta y se fue corriendo sin decir una palabra.7Una historia así reproduce el rostro de Dios de un modo inequívoco, intrínsecamente extraordinario. Perfecto. Quizá lo que Jesús está diciendo en este pasaje es que la gente nunca será más perfecta que cuando despliegue incondicionalmente la buena voluntad y la benevolencia. Podríamos asemejarnos a Dios de muchas maneras, pero amar a nuestros enemigos expresa el rostro de Dios con vívida claridad.Cuando observo las fotos de mis hijos cuando eran bebés, no puedo distinguir a quién se parecen esos niños, pero a medida que crecen y maduran, sus rostros tienen un parecido innegable con mamá y papá. Así es con nosotros. Somos perfectos, más parecidos a nuestro Padre celestial, cuando tomamos el mismo camino en la forma de relacionarnos con nuestros enemigos. Jesús también agregaría: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:35).Así que, ¿es razonable esperar que la gente ame a sus enemigos? Stephen Olford cuenta la historia de Peter Miller, que vivía en Ephrata, Pennsylvania, y disfrutaba de la amistad de George Washington.8 En Ehprata también vivía un hombre llamado Michael Whitman, un personaje malévolo que hacía todo lo posible para oponerse al pastor y humillarlo. Un día, Michael fue arrestado por traición y sentenciado a muerte. Peter Miller viajó ciento veinte kilómetros a pie hasta Philadelphia, a suplicar por la vida del traidor.–No, Peter –le dijo el general Washington– no puedo concederte la vida de tu amigo.–¿Mi amigo? –exclamó el anciano predicador–. ¡Es el enemigo más implacable que tengo!–¿Qué? –exclamó Washington–. ¿Caminaste ciento veinte kilómetros para salvar la vida de un enemigo? Eso cambia la perspectiva del asunto. Te concedo el perdón.Y lo hizo. Peter Miller se llevó consigo a Michael Whitman a Ephrata, ya no como enemigo sino como amigo.Ningún acto intensifica más el impacto de la fe cristiana. Si esta clase de amor por los enemigos no fuese posible, la historia del Calvario habría sido olvidada hace tiempo y borrada de la historia, porque los que mantienen viva la historia de Cristo son los creyentes comunes que actuaron como Dios lo haría para con sus enemigos; lo que fomentó aún más la creencia en Dios y en el Cristo resucitado.Sí. No solo tiene sentido: las únicas personas que posiblemente podrían amar a sus enemigos son los que han bebido muy profundamente de la fuente de la gracia. Cuando consideramos cómo nos perdona Dios, nos convertimos en creyentes de primera mano en el poder de la gracia y en los únicos para quienes tiene sentido esta clase de gracia.Además, ¿es posible que los seguidores de Cristo demuestren ese amor?Sergei Kourdakov era el líder de una fuerza policial secreta de la KGB en la Unión Soviética. Esta brigada de elite aterrorizaba a los cristianos que se reunían secretamente para orar y estudiar la Biblia. Sergei creció como huérfano en los hogares para niños a cargo del Estado, y demostró ser un comunista ejemplar. Se convirtió en un líder brillante, y su devoción al comunismo hizo que lo promovieran a la brigada policial de elite. A medida que la brigada de Sergei allanaba los hogares donde se reunían los creyentes, comenzó a notar una tendencia que le fastidiaba. Le habían contado que los únicos que adherían a la tonta fe cristiana eran personas viejas e ignorantes. Pero con cada allanamiento notaba que más jóvenes profesaban su creencia en Cristo. En los momentos de calma, secretamente admiraba su devoción y, aunque estaba intrigado por el aplomo y el coraje de ellos, su confusión se convirtió en enojo.Sergei y sus hombres irrumpieron en una casa llena de jóvenes creyentes, donde golpearon y se burlaron de los creyentes mientras estos oraban a Dios. El brutal líder se quedó mirando con aprobación mientras Víctor, el hombre más grande y más fuerte de su grupo, levantó a una joven por encima de su cabeza y la arrojó contra la pared. Cuando esta se desplomó en el suelo, Segei se reía:–Apuesto a que la idea de Dios se le fue de la cabeza.Pero, pocos días después allanaron otra casa de creyentes que oraban, y encontró a la misma muchacha entre los asistentes. Sergei no lo podía creer y, en su enojo, él mismo la golpeó.Al regresar a la comisaría repasó los nombres de los cristianos y continuó luchando con los índices crecientes de jóvenes, especialmente de esta muchacha, Natasha, que estaba seguro de que había aprendido la lección. Mientras Sergei investigaba los registros de Natasha, se enteró de que ella también había sido miembro de la Liga de Jóvenes Comunistas. Seguía sin entender, ¿Qué le había ocurrido, que hizo que se convirtiera en creyente cristiana? Sergei tenía que saber más acerca de ella, así que la hizo traer para interrogarla. Ella estaba asustada, pero respondió todas las preguntas con coraje. Expresó su perdón por los opresores y trató de compartir su fe en Dios, pero Sergei la despidió, seguro de que nunca más la volvería a ver.Pero solo una semana después allanaron otra casa y hallaron a Natasha orando con otros jóvenes creyentes. Cuando el airado grupo policial de Sergei avanzó sobre los cristianos, Víctor se interpuso entre los hombres y Natasha, y agitando un garrote, dijo:–De veras, no la toquen. ¡Nadie la toque! Ella tiene algo que nosotros no tenemos.Sergei le hizo señas a Natasha para que escapara por una puerta lateral, pero la fe de ella nunca escaparía de su mente.Sergei escribió: “Como pocas veces en mi vida, me conmoví profundamente. ¡Natasha tenía algo! Había sido horriblemente golpeada. Había sido advertida y amenazada. Había pasado por un sufrimiento increíble, pero aquí estaba de nuevo. Incluso el implacable Víctor había sido tocado y lo reconoció. Ella tenía algo que nosotros no teníamos. Quise correr tras ella para preguntarle: ‘¿Qué es?’ Quería hablar con ella, pero se había ido. Esta cristiana heroica, que había sufrido tanto a manos nuestras, de algún modo me conmovió y me inquietó mucho”.La clase de amor anormal y de otro mundo que Natasha demostró obsesionó a Sergei hasta el punto que decidió saltar del barco en las gélidas aguas de la costa de Canadá, cerca del territorio soviético. Sabía que sus oportunidades de sobrevivir eran escasas, pero decidió nadar hasta un lugar donde pudiera encontrar la libertad y el amor que vio en los cristianos que perseguía. Milagrosamente, se las arregló para llegar hasta territorio canadiense e inmediatamente salió en busca de creyentes que respondieran sus preguntas. Sergei Kourdakov no solo halló a Cristo sino también habló abiertamente y testificó de su fe en Dios en todo Canadá durante la última parte de la década de 1960.Sergei escribe esto en las líneas finales de su libro:“Y, finalmente, a Natasha, a quien golpeé terriblemente y quien estuvo dispuesta a ser golpeada por tercera vez por su fe: Quiero decirte, Natasha, mayormente debido a ti mi vida ahora cambió y soy un hermano creyente en Cristo contigo. Tengo una nueva vida delante de mí. Dios me ha perdonado; espero que tú también. Gracias, Natasha, en cualquier lugar donde estés. ¡Nunca, nunca te olvidaré!”9El amor perfecto es maduro.El amor perfecto es eficaz.El amor perfecto es extraordinario.Si hay una cualidad más que añadir, es que el amor perfecto es inolvidable. De otro mundo. Es un amor que en todo el sentido de la palabra es “perfecto”. De hecho, cuando demostramos amor por nuestros enemigos y por los que son difíciles de amar, no podríamos ser más perfectos. En tu interior es razonable y está bien dentro de ti que esta semana seas como tu Padre celestial. Él puso esto en ti. Probablemente no seas impecable. Si hay alguien que es perfecto en el sentido de impecable, posiblemente no sea consciente de ello.Cuando Jesús te plantea tiernamente estas preguntas, ¿cuál es tu respuesta? Si quieres creer en esta clase de amor, da un paso al costado y escribe esa carta de cortesía, pronuncia esas palabras de perdón, eleva esa oración por alguien que sea difícil de orar, y mientras lo hagas, te asemejarás a Dios. La gente verá sus ojos, oirá su voz y percibirá su toque por medio de tu vida.Preguntas para reflexionar y estudiar1. ¿Qué crees que quiso decir Jesús realmente cuando nos ordenó “amar” a nuestros enemigos? ¿Puedes confirmar tu respuesta con ejemplos de la Biblia?2. ¿Concuerdas con la declaración de este capítulo de que la perfección tiene más que ver con lo que hacemos que con lo que no hacemos? ¿Por qué sí o por qué no?3. ¿Hay una ofensa que nunca podrías perdonar? Si es así, ¿cuál es esa ofensa, y por qué crees que está más allá del perdón?4. ¿Darías tu vida por otra persona? ¿Por quién? ¿Bajo qué circunstancias?5. ¿Cuáles son las tres acciones específicas que puedes comenzar a realizar esta semana para acercarte al objetivo de la “perfección” de Dios?

* * * * * * * * * * * * * * * * * *

4 F. F. Bruce, The Hard Sayings of Jesus [Los dichos difíciles de Jesús] (Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1983), pp. 16, 17.

5 William Barclay, The Gospel of Matthew (Philadelphia: Westminster Press, 1975), t. 1, p. 177.

6 Ibíd., p. 173.

7 Christopher Tomas, “Old Foes Cross a Bridge to Forgiveness”, Times of London, 16 de agosto de 1995, secc. 1, 1.

8 Citado en Crig Brian Larson, 750 Engaging Illustrations for Preachers, Teachers, and Writers (Grand Rapids, Mich.: Baker Books, 2002), p. 235.

9 Sergei Kourdakov, The Persecutor (Old Tappan, N.J.: Fleming H. Revell, 1973), p. 251.

399 ₽
259,91 ₽
Возрастное ограничение:
0+
Объем:
251 стр. 2 иллюстрации
ISBN:
9789875678194
Издатель:
Правообладатель:
Bookwire
Формат скачивания:

С этой книгой читают