Читать книгу: «Cartografía cultural del Wallmapu»

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© LOM ediciones Primera edición, abril 2019 Impreso en 1500 ejemplares ISBN Impreso: 9789560011374 ISBN digital: 9789560012609 El libro ha contado con referato externo internacional. Edición, diseño y diagramación LOM ediciones. Concha y Toro 23, Santiago Teléfono: (56-2) 2860 68 00 lom@lom.cl | www.lom.cl N° registro: 503.019 Ilustraciones: Marlen Acevedo Diseño de Colección Estudio Navaja Tipografía: Karmina Impreso en los talleres de LOM Miguel de Atero 2888, Quinta Normal Impreso en Santiago de Chile Este libro ha sido financiado por el Fondo de Fomento del Libro y la Lectura, Línea de Fomento a la Industria. SUBSECRETARÍA DE LAS CULTURAS Y LAS ARTES, Región de la Araucanía

Indice

  Agradecimientos

  Prólogo «MapuChe: gente del lugar, lugar de la gente»

  Introducción

  1. El territorio desde el conocimiento propio mapuche

  2. La Tierra Arrasada: las tierras mapuches antes y después de la reducción territorial

  3. El territorio de Kurakautin

  4. Territorio y territorialidad mapuche en Kurakautin

  Voces mapuzugun en este libro

  Cómo llevamos a cabo este trabajo

  Bibliografía

  Datos

Agradecimientos

Este libro surge a partir de la disputa por el control y el significado del territorio en la zona de Kurakautin que despliegan los lof mapuche: Kolliko Folilko –actual comunidad Quilape López–, Lof Kontué –comunidad Liempi Colipi–, Lof Radalko –comunidad Pancho Curamil–, y Lof Hueñivales –comunidad Benancio Huenchupan–, sumado al apoyo de la Alianza Territorial Mapuche - PuLofMapuXawün.

El presente libro es el resultado de una aproximación desde la Investigación Acción Participativa, que propone la producción de conocimiento científico desde una perspectiva horizontal, cuyos resultados aporten a avanzar frente a los desafíos de los procesos emancipatorios por el territorio y la autonomía. Quienes suscribimos como autores en este libro, únicamente hemos sido facilitadores y compiladores de estos conocimientos que surgen a partir de la memoria territorial y de la experiencia de habitar este territorio.

Así, es claro que sin la participación comunitaria no habría sido posible elaborar este material. La motivación puesta por los jóvenes y adultos, hombres y mujeres, de los respectivos lof mapuche, tanto para el trabajo en los xawün –encuentros– como en las movilizaciones de defensa de sus propios territorios, han sido el fundamento desde el cual se sostiene este documento. A cada una de estas personas se encuentra dedicado este libro; de manera especial a los dirigentes y autoridades Alberto Curamil Millanao, Juan Ramón López, Juan Huenuhueque, Luis Araneda padre y Luis Araneda hijo. Asimismo, dedicamos este libro a quienes, luego de haber sido caras visibles de la defensa del territorio y del ixofillmogen, actualmente sufren en condición de presos políticos las consecuencias de haber participado en este proceso: Alberto Curamil Millanao, lonko del Lof Radalko y Álvaro Millalen, werkén del Lof Pewenko.

El presente trabajo ya cuenta con elementos de aplicabilidad y resultados concretos en la defensa del territorio de Kurakautin, pues al menos la instalación de las centrales hidroeléctricas Doña Alicia, Alto Cautín y Hueñivales lograron ser paralizadas por la acción de las comunidades, que han hecho uso de los informes levantados por los autores de este libro. Asimismo, hoy son parte de los argumentos que acompañan los procesos de recuperación y control territorial que los lof despliegan sobre sus territorios ancestrales.

De esta forma, los aspectos que presentamos en este libro surgieron a partir de la práctica y el discurso político mapuche, en el contexto de diversos trawün que se celebraron a orillas del río Cautín, así como también en la práctica de la reivindicación y control de los territorios ancestrales.

A través de este libro pretendemos profundizar y ampliar el conocimiento territorial y cultural del territorio de Kurakautin, y al mismo tiempo entregar herramientas para otros territorios mapuche que enfrentan procesos similares. Así el libro se encuentra orientado a la búsqueda de un modelo de construcción cartográfica para la reconstrucción territorial mapuche, con los dispositivos y la información disponible a partir de fuentes históricas y geográficas, y a partir de la oralidad que emana del conocimiento propio mapuche.

A través de esta propuesta, no solo nos enfocamos en abordar problemáticas y alternativas de solución desde lo local, sino que también intentamos promover el diálogo de saberes con perspectivas culturales y de conocimiento territorial propias del pueblo mapuche, haciendo de este trabajo un esfuerzo por la construcción de interculturalidad desde la práctica y la acción, para enfrentar la desterritorialización que promueve el proyecto de desarrollo moderno colonial y capitalista.


Prólogo «MapuChe: gente del lugar, lugar de la gente»

Carlos Walter Porto-Gonçalves1

En la mitología griega, Atlas es un titán que se juntó con otros titanes para atacar el monte Olimpo combatiendo a Zeus y sus aliados. Los titanes representan las fuerzas del Caos y del Desorden, mientras que Zeus y sus aliados representan las energías del Espíritu, del Orden y del Cosmos. En el combate entre estas fuerzas Zeus resultó vencedor y castigó a sus enemigos por ser esclavos de la Materia y de los Sentidos, es decir, enemigos del Espíritu. Zeus, entonces, condenó a Atlas a sustentar el cielo y cargar eternamente la tierra en su espalda pagando con sufrimiento su osadía, lanzándolo junto con los otros titanes al Tártaro. Tártaro es la personificación del mundo Inferior, nacido a partir del Caos en sus relaciones con Gaia, que representa la Tierra; y fue el Tártaro el que dio origen a las más terribles bestias de la mitología griega. Por conocer el camino de las tierras distantes, Atlas pasó a representar la colección de mapas de la tierra.

Cartografía cultural del wallmapu nos remite a la mitología griega, pero en el sentido más profundo del momento histórico en que vivimos, el cual diversos autores han definido como un periodo de «caos sistémico»2, o como un momento de crisis del patrón de poder/saber moderno-colonial, que se inició en 14923 con la conquista de América. A través de esta idea se trata de dar cuenta de algo más profundo que una crisis del sistema mundial capitalista, comprendido como un modo de producción, o incluso en cuanto capitalismo histórico4; se trata de dar cuenta de un mundo que necesita ser comprendido como una «heterogeneidad histórico-estructural»5 y no como una totalidad eeuurocentrada.

En medio de este «caos sistémico», otros Atlas ven la luz y no necesariamente con referencia al Norte, como nos han habituado a ver el mundo, donde «arriba» se encuentra Europa encabezando el globo, a la cabeza, tal como Zeus, representando el lugar del Espíritu, del Orden y del Cosmos. Por el contrario, aquí, en la cartografía mapuche, como el lector verificará al recorrer este libro, la referencia es al Este, el lugar donde nace el sol. Vaya paradoja: una vez que Atlas fue castigado por Zeus pasará a habitar en el país de Hespérides (en griego Eσπερίδες, entardecer), las tres ninfas del Oeste que representaban el espíritu fertilizador de la naturaleza, situado en el extremo occidental del mundo desde la perspectiva griega, donde estarían los MapuChe, y todos los otros que no somos griegos. La cartografía mapuche, al referenciarse al Este, ofrece un principio universal, pues todos en la tierra tienen el lugar donde nace el Sol como referencia, y a partir de él se orientan hacia otros puntos. Aunque para los mapuche otros mundos de arriba y abajo estén presentes, no siendo representables en el formato de una cartografía cartesiana. Por ejemplo, entre las dimensiones generales del Mapu (tierra-territorio fuente de vida), cada una de ellas encierra otros componentes, en especial el Wenu Mapu, en el que se encuentran elementos que corresponden al plano espiritual de interacción con el Che, que sólo algunas personas tienen la capacidad de conocer a través de las fuerzas espirituales como püllü, am o newen.

Este libro nos sitúa solamente en el plano del nagmapu, que es donde cada persona –Che– vive diariamente, aunque este plano sea inseparable de las demás dimensiones. Se sitúa, entonces, en los límites de la representación, apoyándose en la visión y en la escritura, y que como tales, se apartan del mundo que está allá, separado de nosotros, como si el mundo fuese algo donde en un principio no estaríamos.

Che y Mapu son inseparables y no se puede entender la formación de una persona fuera de la Mapu –tierra-territorio, fuente de vida– , pues es una condición humana estar situado en el espacio y basarse en una carga ética, de valores, de normas y de conocimiento que se deben alcanzar a lo largo de la vida, siempre en relación con un Mapu definido.

Cartografía cultural del wallmapu nos ofrece la oportunidad de ampliar el horizonte limitado que la colonialidad busca mantener, al impedir sentir otras experiencias creadas por los múltiples pueblos del mundo, que poseen modos propios de saber-comer, saber-curar, saber-habitar, saber-convivir. No se come si no se sabe recoger, cazar, criar, plantar. No se sobrevive si no se sabe curar con una medicina propia; no se habita si no se sabe proteger de las intemperies con una arquitectura propia. No se vive a no ser que sea en comunidad y si no se sabe crear reglas propias (auto+nomos = autonomía). En fin, en el comer, el curar, el habitar y el convivir hay siempre un saber. Hay siempre un saber en el hacer para estar con el mundo. En ese sentido, este libro es parte de un proceso de descolonizar el saber y el poder con/contra un saber/poder colonial que cometió epistemicidios por todos lados, y que también aportó al ecocidio al empobrecernos de otras formas de estar con el mundo saboreándolo, pues en su raíz, saber y sabor tienen el mismo origen.

Estamos, pues, delante de un saber situado, como todo saber. No existe saber atópico, como si fuera de ningún lugar. Es la soberbia colonial siendo desafiada con el sentipensamiento decolonial que pluriversaliza el mundo, mostrando que la universalidad del conocimiento es plural y no pensamiento único (uni+versal), como quiso imponerse al mundo el logocentrismo eeuurocéntrico que da soporte a la acumulación incesante de capital que hoy pone en riesgo a la humanidad con el colapso ambiental.

Este libro no sólo está situado en una geografía determinada de los MapuChe, es también fruto de un conocimiento que viene de las experiencias de lucha, sea con/contra la invasión de hidroeléctricas, sea por la recuperación de sus tierras-territorios. Así se demuestra cómo el conflicto es el locus privilegiado del punto de vista epistemológico, al indicarnos que en una determinada situación como mínimo tenemos dos visiones acerca de lo que está en cuestión. De esta forma, la presente propuesta surge del conocimiento elaborado a partir de las luchas MapuChe, reafirmando sus triunfos no tan sólo en el plano material, sino que también sus victorias epistémicas, como la contenida en este libro.

Su metodología se inspira en la oralidad de los más viejos en procesos conversacionales, a partir de los cuales se fue construyendo el mapa de los territorios ancestrales y de los lugares de significación cultural y de relación con la naturaleza, tales como gen, mawida (montaña), eltun (cementerios), wigkul (cerros), lewfü (ríos), gilawe (pasos de ríos), kuykuy (puestos naturales), lof (espacio social y cultural comunitario), rewe-gillatuwe (lugares ceremoniales). Al mismo tiempo, fueron identificados usos del territorio de carácter económico, político y social, que desde tiempos inmemoriales forman parte de su territorialidad. Asimismo, el modo de nombrar el mundo, a través de la toponimia, nos enseña que dar nombre propio a un lugar es apropiarse del mundo, es construir un mundo propio, un territorio.

Y el lenguaje es siempre construcción de sentidos en común, como se afirma en la expresión MapuChe, o sea, gente de lugar, lugar de la gente, lo cual adquiere un sentido universal, pues siempre se es de un lugar y de un modo propio. En este sentido, somos todos MapuChe, siendo diversos, por eso debemos tener un mundo donde quepan otros mundos, y para eso debemos también construir un mundo más allá del capitalismo y de la colonialidad, como vienen también promoviendo otros MapuChes, presentes en Chiapas, en el Cauca, o en la Amazonía brasilera.

Con seguridad saldremos mejor luego de la lectura de este documento. Al final, sentir el mundo a partir del puente del jardín de las Hespérides, situado en el extremo occidental del mundo occidental, no nos impide ver el sol nacer a partir de ese punto, ofreciendo otras formas de sentir-pensar-hacer. Este libro, esta suerte de Atlas mapuche, nos indica que del caos se forman Órdenes, y otros Órdenes. Es de eso que el mundo está preñado. Un mundo en busca de otras conformaciones territoriales más allá de los Estados Naciones territoriales, cuya crisis tal vez sea el principal indicador del caos sistémico en que vivimos. Si queremos fuentes de inspiración para esos mundos en que quepan muchos mundos, sabremos abrirnos a muchos otros atlas MapuChes.

1 Profesor del Posgrado en Geografía de la Universidad Federal Fluminense (Niteroi, Brasil) y coordinador del Laboratorio de Estudios de Movimientos Sociales y Territorialidades - LEMTO. Es uno de los geógrafos sociales más reconocidos del Abya Yala, por su compromiso con los movimientos sociales y sus aportes intelectuales al pensamiento crítico latinoamericano. Fue presidente de la Asociación de Geógrafos Brasileros. Premio Chico Méndez por el Ministerio de Medio Ambiente de Brasil, y premio Casa de Las Américas en Cuba por su libro La globalización de la naturaleza y la naturaleza de la globalización.

2 Giovanni Arrighi (1994) e Immanuel Wallerstein (1998).

3 Aníbal Quijano (2000).

4 Como señala Fernand Braudel.

5 Aníbal Quijano (2000).


Introducción

A fines del siglo XIX, la geo-historia del pueblo mapuche recibe un significativo impacto que generó un quiebre geográfico e histórico por la intervención militar y la práctica del colonialismo interno, ejercidos tanto por el Estado chileno como por el argentino. Ambos, unilateralmente, anexaron tierras mapuche a sus dominios y, por consiguiente, las sumaron al sistema moderno capitalista que comenzaba a generar las bases para el proceso de acumulación por desposesión de tierras que, sabemos, se ha extendido hasta el presente, y que se evidencia, tanto en Chile como en Argentina, en los grandes latifundios agrícolas y ganaderos, hoy transformados en forestales. Este quiebre implicó no sólo una reestructuración de la propiedad de la tierra, sino un profundo proceso de desterritorialización que afectó formas y pautas de relación de la sociedad mapuche con su espacio geográfico, ya desde el punto de vista político como económico, cultural, social y, en general, de sus relaciones con la naturaleza (Ad Mapu, ixofillmogen). Esta transgresión de la relación con el territorio, ciertamente implica una amenaza directa a la existencia del «ser» mapuche, pues, desde la perspectiva del mapuche kimün –del conocimiento propio mapuche–, el territorio, más que representar un simple escenario o soporte material, es, en efecto, el fundamento de la existencia.

En este sentido, cuando hablamos de «territorio» no lo hacemos para referirnos a la dimensión territorial de un Estado-Nación que ejerce soberanía trazando límites y fronteras rígidas con las que, supone, puede controlar su territorio. Tampoco intentamos referirnos al problema de acceso a la tierra por parte del pueblo-nación mapuche; más bien, intentamos utilizar este concepto como una categoría integradora que permite dar cuenta del senti-pensar mapuche y de su relación social, cultural y política con la que históricamente ha construido su territorio y definido su geografía.

Así, sobre un colonialismo interno se ha sustentado toda la estructura de poder de las élites políticas y económicas de los Estados-Nación chileno y argentino, quienes asumieron como condición fundamental la imposición de un sistema de clasificación social sustentado sobre la idea de raza, con la que se niega la existencia de los pueblos originarios y, por supuesto, de sus territorios. Este ejercicio de poder generó consecuencias materiales y simbólicas sobre la vida mapuche y de todos los pueblos indígenas de Abya-Yala, las que pueden ser enumeradas como:

1 «La colonialidad del Ser»: es decir, las consecuencias de la colonialidad sobre la experiencia vivida y sus expresiones en el transitar por el que los sujetos se constituyen como personas en relación con sus territorios.

2 «La colonialidad del saber»: que niega y reniega de los saberes y las formas de hacer que surgen desde el conocimiento propio mapuche, reemplazándolas por el supuesto discurso único del conocimiento científico; y

3 «La colonialidad del estar»: referido a las implicaciones de la colonialidad sobre el vínculo entre el ser humano y su territorio, o entre el ser humano y la naturaleza luego de ser desterritorializadas.

Estas tres expresiones de la colonialidad se han mantenido hasta la actualidad como una estructura de poder de larga duración.

Por ello, en este libro nos interesa profundizar sobre las perspectivas de la colonialidad, especialmente, en lo que se refiere a la «colonialidad del estar» y sus relaciones con la «colonialidad del ser» y «el saber». Es así como centramos nuestro estudio en la comprensión del modo en que, más allá de las significaciones del territorio construidas desde el discurso del Estado-Nación y de las instituciones de poder, es posible encontrar territorialidades que radicalmente contestan y se enfrentan desde su propio pensar el territorio a las estructuras de poder colonial.

Así, nuestro enfoque se esmera en presentar la perspectiva territorial o «mapu» del conocimiento propio mapuche, para lograr el objetivo de resignificar el territorio desde una perspectiva mapuche. Para ello se ha recogido el relato oral de algunos miembros

–especialmente personas mayores o füchakeche– de la comunidad Benancio Huenchupan, comunidad Quilape Lopez, comunidad Liempi Colipi y comunidad Pancho Curamil, todas ellas ubicadas en Kurakautin. Este documento registra una sistematización de más de tres años de acompañamiento a las luchas territoriales que estas comunidades ejercen frente al extractivismo de recursos naturales, o mediante la recuperación de tierras y de la territorialidad mapuche.

En cuanto a las comunidades mapuches del territorio de Kurakautin, estas vienen desplegando, desde el siglo XX hasta la actualidad, una lucha en la que se proponen restaurar la territorialidad implícita en su noción y ejercicio del territorio como expresión de su autonomía frente a la colonialidad. Lucha que se realiza de forma conjunta al proceso de reivindicación de sus derechos territoriales ancestrales, amenazados por la instalación de centrales hidroeléctricas, pisciculturas, despojo de tierras, privación del acceso al agua, entre otros aspectos.

En este sentido, nuestro libro tiene como objetivo aportar para una propuesta descolonizadora del ser, el saber y el estar a partir del conocimiento territorial construido desde la práctica y la reflexión del propio pueblo mapuche, lo que supone, entre otras cosas, el respeto y cuidado de sus derechos territoriales, pero también recuperar el sentido y significado que la cultura le asigna a su territorio. De allí que resulta fundamental rescatar y re-elevar la palabra de los ancianos, líderes sabios y autoridades tradicionales del pueblo mapuche, quienes a través de su memoria y expresión oral de la misma sostienen el conocimiento y la práctica del saber de la cultura.

En fin, consideramos que el territorio es, sobre todo, la fuente ontogénica de la memoria colectiva del pueblo mapuche, y es por ello que este permanentemente remarca su sentido de pertenencia e identidad colectiva a través de cada uno de los términos con que lo nombra en mapuzugun6. Así como aparece también en las historias de los ancianos, cuyo contenido en gran parte resulta del conocimiento ancestral que, al día de hoy, se ha perdido por imposición del olvido.

Por ello, para nosotros es fundamental rescatar los topónimos y sus significados como expresión de una cartografía verbal correspondiente a la memoria de nuestro territorio; esto supone también asumir la necesidad de representar los espacios que espiritualmente fundan la cosmovisión mapuche, mediante un proceso de descolonización de los mapas, despojando al mismo tiempo al Estado-Nación del dominio unilateral del mapa como herramienta para el sometimiento de las comunidades, y así, convertir a la cartografía en un ejercicio colectivo y propio de las comunidades, esto es, descolonizar el mapa, despojarlo de su función como herramienta o instrumento del proceso de territorialización de las comunidades.

Por todo lo anterior, decidimos estructurar nuestro libro en cuatro partes; a saber: una primera referida a los aspectos claves de la dimensión espacial mapuche desde la perspectiva del conocimiento propio. Una segunda parte, referida a una consigna asumida por muchos Estados-Naciones de América Latina, especialmente en el sur del continente, y que sintetizamos en la llamada: ¡Tierra arrasada! Tal consigna nos permite dar cuenta de los procesos de acumulación por desposesión territorial, que ciertamente han afectado al pueblo mapuche. La tercera parte la dedicamos a mostrar los resultados de los talleres de cartografía social desarrollados con las comunidades y en los que pudimos delimitar buena parte de los Lof ancestrales mapuches, así como la identificación de todos sus lugares de significación cultural. Por último, en la cuarta parte presentamos las posibilidades de uso del material cartográfico por parte de las comunidades indígenas, como un instrumento de lucha incuestionable en sus demandas territoriales en general y de los mapuche en particular. Además de estas secciones, el volumen se complementa con un apartado sobre los derechos territoriales que asisten a los pueblos indígenas al amparo del derecho internacional.

Con estos componentes buscamos conformar una ruta metodológica, tanto para la reconstrucción del territorio ancestral mapuche como para pensar una distribución y ordenamiento territorial que brote desde los territorios, sus formas y su gente; desde el wallmapu y con nuevos mapas.

6 Mapuzugun: lengua o idioma del pueblo mapuche.

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