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Del shtétl a la Ciudad de los Palacios. Trazos del imaginario ashkenazi en México.

D.R. © Investigación, textos, recopilación y traducción del ídish al español:

Natalia Gurvich Okón y Noemí Gurvich Peretzman, 2020.

Edición y coordinación: Claudia Itzkowich y Jacqueline Santos, 2020.

Revisión y cuidado editorial: Dania Beltrán, Judith Campiña, Rodrigo Fernández de Gortari, Diana Goldberg, Claudia Jones, Jacob Medina y Diana Solano, 2020.

Diseño de portada: Fernando Mercado, 2020.

“Su tema es el ídish”, DR © Enrique Krauze

D.R. © Libros del Marqués, 2020.

D.R. © Diseño de interiores y forros: Textofilia, S.C., 2020.

Libros del marqués

Limas No. 8, Int. 301

Col. Tlacoquemécatl del Valle,

Del. Benito Juárez, Ciudad de México.

C.P. 03200

Tel. (52 55) 55 75 89 64

librosdelmarques@gmail.com

www.librosdelmarques.com

www.delshtetlalaciudaddelospalacios.com

Primera edición.

ISBN edición impresa: 978-607-8713-09-7

ISBN edición digital: 978-607-8713-50-9

Se hicieron todos los esfuerzos por localizar a los dueños de los derechos del material utilizado. Agradecemos a los herederos de Itzjok Berliner, Jaim Najman Biálik y Jacobo Glantz la autorización para reproducir fragmentos de sus obras. Cualquier omisión que se nos haga ver, se corregirá en las siguientes ediciones.

Queda rigurosamente prohibido, bajo las sanciones establecidas por la ley, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento sin la autorización por escrito de los editores o el autor.

Diagramación digital: ebooks Patagonia

www.ebookspatagonia.com info@ebookspatagonia.com


Índice

Prólogo

“Su tema es el ídish”, por Enrique Krauze

El ídish en el imaginario de los judíos ashkenazis de México

Ídishkait

¿Por qué el ídish?

Habitar el ídish en México: guefilte fish a la veracruzana

Sobre la traducción (y los féigalaj en el archivo)

Acerca del título

Cuentos, narraciones y parábolas de nuestra tradición oral y escrita

Rabinos

Sabios

Sabiduría e ingenio popular

Mística

De la bobe Jaye, Clara Peretzman de Gurvich

Máximas para tener a la mano

De alturas y grandezas

De tal palo, tal astilla

La mercancía más valiosa

El gallo y el cuervo

Los clavos sabios

El bello y la bestia

El rabino enamorado

El humor ashkenazI

De mujeres

De allá y entonces

De ricos y pobres

De jutzpe

Hérshele ostropolier

De shadjónim (casamenteros)

Los de jélem

De rabinos y rebes

De ingenuidad

De doctores

De antisemitas

De aculturación

De la naturaleza judía

La ídishe mame

En boca de una ídishe mame

Algunos dichos

Canciones y poemas a la ídishe mame

A la vera del camino hay un árbol

Una ídishe mame

Mi madre, de bendita memoria

Canciones de cuna, arrullos, rimas y juegos infantiles

Pasas y almendras

Yánquele

Juego de manos

Juego de dedos

Punto, punto (rima para dibujar un muñeco)

Baila, nene (nena), baila

Lindas florecitas

Feliz cumpleaños

Seis pies marchan

Soroke barone

Dos hermanitos

Manzanita

Juego de dedos, rima infantil en ruso-ucraniano

Sólo una madre

Lo que nos legaron nuestros maestros

Méndele Móijer Sfoirim

Aventuras prodigiosas en el río Platégnivque

Shólem Aléijem

Motl, el hijo del cantor

A mí me va bien, soy un huérfano

Kasrílevke o el shtétl Imaginario

Dreyfus en kasrílevke

I. L. Péretz

Si no es que más alto aún

Abraham Reisen

La mentira

Jaim Najman Biálik

Al pájaro

Itzjok Berliner

Boleritos

Jacobo (Yánkev) Glantz

En un parque de méxico

México

Poetas de la Shoá

Himno de los partisanos

Cierra tus ojitos

Códigos lingüísticos: la manera de hablar ashkenazi

Sincretismos

Pensamos en ídish, hablamos en español

Pensamos en español, lo decimos en ídish

Judíos mexicanos: genio y figura

Los nuevos personajes judeo-mexicanos.

De Jesús María a Polanco

Yánkl fáifer

Yente tinifotzki

Señorita tinifotzki

Salvador tinifotzki

Mi esposa: la presidenta

¡Guevald (auxilio), socorro, hay crisis!

Tortillas

Mi hijo se volvió comerciante

Una boda lujosa

Los inmigrantes en la vida cotidiana

Las princesas judeo-mexicanas

Viñetas de la Prensa Israelita en México

ENSEÑANZAS, PROVERBIOS, DICHOS, REFRANES Y MALDICIONES

De sabios

Hombres y mujeres

Amor

La mesa y los alimentos

Trabajo, riqueza y pobreza

Relaciones humanas

Hablar y callar

Inteligencia, tontería y locura

Sentimientos y actitudes

Lo correcto y lo incorrecto

Suerte y destino

Sabiduría popular

Un poco de humor

Rabinos

Fortaleza

Envejecer

La apariencia

Autoridad y presunción

Préstamos

Jutzpe

Confusión

Consecuencias

Crítica

Doctores

De lo ajeno

Del shlemázl

Visitas

Flojos y flojera

Verdad y mentira

Maldiciones e injurias

Pensamiento mágico y supersticiones

Espíritus del bien y del mal

El díbuk

El guilgul (la reencarnación)

La fuerza de la palabra

El gólem

Amuletos

Mezuzes

La anécdota de las mezuzes empolvadas

Mal de ojo

Los nombres

Shlogn kapoires

Supersticiones del ciclo de la vida judía

Nacimiento

Bris

Matrimonio

Mikve

Embarazo

Muerte

Otras creencias frecuentes

Cambiar de casa o abrir un negocio

Días de buena y mala suerte

Augurios

Sueños

Numerología

Cabello y uñas

Saliva

Por no dejar

Las tres piedras

Epílogo

Glosario

Bibliografía

Entrevistas

Agradecimientos

A la memoria de nuestros queridos padres

Samuel y Clara Gurvich,

quienes con sus recuerdos, historias y añoranzas

nos transmitieron su cultura y nos enseñaron a respetar

y amar profundamente a México.

A nuestros queridos nietos,

herederos y portadores de la cultura judeo-mexicana.

A todos los migrantes del mundo.

PRÓLOGO:

Su tema es el Ídish

Enrique Krauze

¿A qué lector está dirigido el libro de Natalia y Noemí Gurvich? Su tema es el ídish, un idioma que apenas hace ochenta años se escuchaba en los pueblos y ciudades de Europa oriental y Rusia, la misma vasta zona donde se había cultivado durante largos siglos. Su tema es el ídish, el idioma que en el brevísimo espacio de un siglo creó su más extendida y rica literatura. Su tema es el ídish, el idioma que en ese mismo lapso llevó a sus lectores, traducida, buena parte de la literatura universal. Su tema es el ídish, el idioma ropavejero que compraba y vendía palabras usadas de todos los idiomas en su mismo, modesto saco. Su tema es el ídish, el idioma que hablaban los abuelos y bisabuelos. Su tema es el ídish, el idioma en que nos enseñaban historia y literatura nuestros maestros en el Colegio Israelita de México. Su tema es el ídish, el idioma de los arrullos y refranes, de las canciones de cuna y los lamentos, de las maldiciones y bendiciones, de los conjuros y los rezos. Su tema es el ídish, el idioma de las tonadas de amor y de nostalgia, de guerra y de paz, de ternura filial y devoción por los ancestros. Su tema es el ídish, el idioma que creó toda una cultura, una especie de religión humanista, hecha de conocimiento y amor al conocimiento, también de misericordia y solidaridad, llamada justamente ídishkait. Su tema es el ídish, el idioma hecho para el humor lascivo y autolesivo, inocente y mordaz, desgarrador e hilarante. Su tema es el ídish, el idioma cuyo teatro cautivó a Kafka y creó a los comediantes neoyorquinos. Su tema es el ídish, el idioma cuya espiritualidad conmovió a Joseph Roth, cuya secreta melodía –prosodia– se escucha en la prosa de Saul Bellow, Bernard Malamud y Philip Roth. Su tema es el ídish, el dulce idioma materno que suavizaba la tronante voz del padre eterno. Su tema es el ídish, el idioma sobre el cual se han compilado volúmenes de leyendas y mitos, de chistes y proverbios, de personajes y situaciones. Su tema es el ídish, el idioma de las admoniciones y supersticiones. Su tema es el ídish, el idioma que se escribe como el hebreo y con caracteres hebreos, como en tiempos bíblicos, pero que fue la lengua de la diáspora europea. Su tema es el ídish, el idioma que adoptó y adaptó el habla mexicana, creando un mestizaje verbal de colores y sabores. Su tema es el ídish, el idioma de las madres felizmente compungidas. Su tema es el ídish, el idioma en el que debatían dos personas pero tres opiniones. Su tema es el ídish, el idioma que sin saberlo nosotros moría con nosotros, en nuestra generación. Su tema es el ídish, el idioma que había muerto mucho antes, en los campos de exterminio de los nazis o en el gulag de los comunistas. Su tema es el ídish, el idioma de los sueños. Su tema es el ídish, el idioma pesaroso del chelo y el violín. Su tema es el ídish, el idioma que buscamos desesperadamente recobrar, en el crepúsculo. Su tema es el ídish, el idioma de los muertos (de millones de muertos) que como en los huesos del valle de Ezequiel, como en la profecía de Isaac Bashevis Singer, será el idioma de la Resurrección.

El lector de este libro es usted. Si es judío y si no lo es. El tema de este libro es el ídish, el idioma extremo del dolor y la alegría, el idioma de una melancólica y estoica sabiduría. El idioma de la vida.

16 de septiembre de 2019

El ídish en el imaginario de los judíos ashkenazis de México

Las palabras que he puesto en su boca no se alejarán

de ustedes, ni de sus hijos, ni de los hijos de sus hijos

de aquí en adelante y para siempre.

isaías 59:21

El intento de definir el folklor askhenazi mexicano exige abordar la diversidad étnica del pueblo judío, la profundidad histórica de su literatura –cuyas intersecciones con el folklor se dan en prácticamente todos los tiempos– y las diversas lenguas que ha hablado en distintas épocas y regiones. Estamos ante un campo de estudio increíblemente ecléctico, cuyas teorías y métodos pueden aludir a la antropología, la historia, la lingüística, la literatura y la psicología. En suma, la naturaleza interdisciplinaria del folklor judío supone un reto enorme para cualquier acercamiento académico.

Tomando esto en cuenta, en su libro Jewish Folklore Studies, el investigador Dan Ben-Amos se centra en las interrelaciones abiertas y dinámicas del folklor judío con otro tipo de manifestaciones culturales. Por ejemplo, la expresión a través del lenguaje oral o escrito.

Coincidimos con este planteamiento y, conscientes de que es casi imposible abordar en su totalidad la diversidad étnica del folklor judío, nos propusimos en este libro algo más sencillo: recuperar algunas manifestaciones del folklor ashkenazi mexicano.

Ídishkait

Las palabras tienen vida, cobran vitalidad al usarse en el devenir cotidiano del ser humano. Como conjeturan los sabios, la cultura no pudo crear el lenguaje, porque fue el lenguaje el que le dio un carácter peculiar a la cultura. De ahí que el habla de un judío ashkenazi se refiera a lo que significa su ídishkait (judaísmo), que alude específicamente a los judíos ashkenazis. Por eso, este libro se acerca con cariño a la herencia cultural ashkenazi, porque sabemos que nos pertenece a todos.

Antes de la Haskalá –el iluminismo judío del siglo xviii–, ídishkait significaba el estudio de la Toire y el Talmud para los hombres, y una vida familiar y comunal regida por la observancia de la ley judía para los hombres y las mujeres de Europa central y oriental. La mayoría de los judíos de esa región oraba en litúrgica ashkenazi, en hebreo, pero hablaba ídish en su vida secular.

Sin embargo, a raíz de la modernización de fines del siglo xix (que tuvo lugar a distintos ritmos según la geografía), el ídishkait empezó a abarcar no sólo la lengua ídish, la ortodoxia y el jasidismo, sino una amplia gama de movimientos, ideologías, prácticas y tradiciones en las que los judíos ashkenazis han participado y que, de alguna manera, mantienen un sentido de judeidad.

Aunque son pocos los judíos laicos que siguen hablando ídish, su ídishkait se transparenta en las maneras de hablar, los estilos de humor, los patrones de asociación. En términos generales, se asocian culturalmente con los judíos, apoyan las instituciones judías, leen libros y periódicos judíos, cultivan el cine y el teatro judíos, viajan a Israel, visitan las antiguas sinagogas y lugares con referencia judía a donde sea que viajen.

¿Por qué el ídish?

Durante el siglo xix y hasta principios del xx, el ídish se extendió en proporciones numéricas y geográficas muy importantes, debido a procesos históricos internos y al aumento demográfico de la población judía, que llegó a alcanzar 18 millones de personas antes de la Segunda Guerra Mundial; de ellos, 11 millones eran hablantes del ídish. El ídish traspasó las fronteras de Europa. Viajó con los inmigrantes a Australia, Sudáfrica y Palestina, y en una proporción muy significativa a América, continente en el que se asentó en varios países, entre ellos, México.

Desafortunadamente, el ídish sufrió un debilitamiento. El inicio de este paulatino desgaste puede ubicarse en la segunda mitad del siglo xx. Fuera del ámbito ultrareligioso y círculos académicos, pocos son los judíos que mantienen la lengua oral y escrita en forma viva. El idioma ancestral envejeció junto con sus hablantes y escritores. Y cuando una lengua deja de ser el medio sistemático de comunicación, pierde su voz.

En el siglo xx, el exterminio de una gran parte de sus hablantes, la destrucción de sus centros culturales en Europa, el resurgimiento del hebreo, entre otros, fueron los duros contrincantes del ídish.

Sin embargo, a fines del siglo xx e inicios del xxi puede hablarse de un resurgimiento moderado del ídish y, sobre todo, del deseo extendido de conservar viva la lengua y su valor cultural. Defensores, activistas, y quienes nos negamos a perder este riquísimo patrimonio, hemos hecho muchos esfuerzos para su preservación.

Es sencillo entender por qué algunos nos empecinamos en preservar y promover el uso de esta lengua, incluso –o sobre todo–fuera de los ámbitos religiosos. El mundo del ídish y su cultura proveyó de una satisfactoria y gratificante vida a millones de judíos. Su trayectoria comenzó en los guetos medievales, desde donde surgió hasta convertirse en uno de los grandes pilares que ayudaron a evitar la desintegración de la identidad judía. Su florecimiento ayudó a la supervivencia del judaísmo ashkenazi y fue factor de modernización.

El ídish forma parte de la historia y de la cultura judías, porque el lenguaje es el producto de la experiencia del hombre en su contacto con lo que lo rodea. Por eso mismo es el transmisor de la continuidad cultural de generación en generación. Es heredero de los valores de la cultura milenaria y de las tradiciones de una parte del pueblo judío. Entre estos valores está el aspecto religioso, su visión mesiánica, la herencia histórica, las tradiciones y sus nexos con la tierra ancestral de Israel. La lengua ídish y su literatura son la clave para la comprensión de la vida y experiencia del judío europeo, los movimientos religiosos e ideológicos del jasidismo, de la Haskalá, el nacimiento del socialismo, el sionismo, la experiencia de la emigración de Europa, y del heroísmo y el martirologio durante el Holocausto.

Este libro trata del folklor judío que trajeron los inmigrantes ashkenazis. No es una interpretación ni un estudio, es simplemente una recuperación de algunas de sus expresiones presentes en la literatura, cuentos, memoria oral, narraciones, vivencias, supersticiones, proverbios, chistes, historias familiares y caricaturas.

Habitar el ídish en México: guefilte fish a la veracruzana

La masiva migración judía procedente de Europa oriental que se inició a finales del siglo xix ha contribuido a reconfigurar a un judío que trasciende lo tradicionalmente llamado ídishkait. Cuando los ashkenazis se alejaron de Europa, sobre todo en forma de aliá (emigración a Israel), o cuando llegaron a América del Norte, a Europa occidental y América Latina, el aislamiento geográfico propició la mezcla con otras culturas.

En México, por ejemplo, surgió una nueva cultura culinaria en la que se mezclaron los alimentos ashkenazis con la gastronomía local –como es el caso del pescado molido al estilo ashkenazi, bañado en salsa veracruzana–, y lo mismo sucede en otros ámbitos de la vida cotidiana.

En este trabajo, decidimos rescatar parte de la cultura ashkenazi, la ídishkait, que los inmigrantes trajeron consigo de Europa a México, la base sobre la cual sus descendientes edificaron una nueva manera de ser judío en el país.

La comunidad judeo-mexicana contemporánea, al igual que las comunidades en otros países, es una recombinación cultural plural e incluyente que conserva elementos distintivos de la cultura ashkenazi. En el país ha surgido un judío claramente mexicano.

El acento en los aspectos folklóricos de la cultura judía implica puntualizar los elementos sentimentales, agradables y conciliadores. Las manifestaciones de ese mundo se dignifican y se les da colorido: se recuperan bellos cuentos, relatos, personajes o figuras; se destaca la justicia y la sabiduría desde la perspectiva judía.

Al recopilar el folklor ashkenazi nos proponemos abordar lo referente a los judíos provenientes de países, ciudades o pueblos de la región de Askhenaz y sus herederos llegados a México.

Nuestro trabajo incluye tanto la tradición oral como la escrita: la interdependencia entre la oralidad y la literatura es fundamental en el desarrollo de la cultura judía y su folklor debido a que su historia se remonta a los periodos bíblicos y también porque la oralidad que prevalece en los segmentos marginales e iletrados de la sociedad es, al igual que en muchas otras culturas, una fuente vital en la formación y normatividad de los valores y la literatura.

También es nuestro propósito contribuir a preservar lo que aún se conserva, para que no se pierda toda esa riqueza de giros, matices y resonancias que nos resulta tan entrañable y expresiva, y que constituye parte de nuestra más preciada herencia cultural. Es el legado de nuestros padres y abuelos, esa memoria colectiva que se renueva y crece con la propia. Nuestras formas de expresión verbal develan nuestra forma de ser, aquello que nos resulta querido o temido.

Sobre la traducción (y los féigalaj en el archivo)

El poeta, escritor y traductor Jaim Najman Biálik decía que en ocasiones no deben traducirse las líneas de manera literal, sino lo que está escrito entre ellas. La traducción representa retos y desafíos, es difícil recuperar el sentido que subyace a las simples palabras y hacer comprensible el tesoro que éstas encierran.

Traducir del ídish al español fue una ardua tarea. El mundo interior del judío de Europa oriental y de sus herederos que emigraron a México es complejo. Tratamos de ser lo más fieles posible, procurando conservar las características del original, en algunas ocasiones de forma literal y, en otras, traduciendo al español para aproximarnos más a su verdadero significado. Tómese en cuenta que algunas palabras carecen de sentido fuera del contexto del ídish: ¡quién se aventura a traducir palabras como mentsh, jutzpe, kapoire, o por ejemplo la hermosa najes! Como declaraba el teórico de la traducción, Antoine Berman: “Traducir es a la vez habitar en la lengua del otro y darle hospitalidad a éste en el corazón de la propia lengua”.

En esta edición decidimos usar transliteraciones fonéticas del ídish, no sólo porque aparecían féigalaj –pajaritos o, en español, signos extraños– a la hora de convertir los archivos de un alfabeto al otro, sino porque queremos acercar lo más posible el contenido a los lectores.

El criterio para la selección del material que compone el libro fue subjetivo, en ocasiones el impacto y la aprehensión de la belleza y riqueza de algunos materiales nos sobrepasaron y elegimos con parámetros y gustos personales. Mucho material valioso quedó fuera. Es preciso destacar que este libro nace, sin duda, de un renovado y creciente interés por preservar el folklor ashkenazi. La prueba de ello es el apoyo y el entusiasmo de tanta gente que nos ha acompañado durante la realización de esta compilación. Aquellos para quienes –como es el caso de nosotras– el folklor ashkenazi y el ídish forman una parte fundamental de la memoria, su lectura les resultará disfrutable; a aquellos que algo olvidaron, les servirá para recordar. Pero, sobre todo, este libro está dirigido a quienes están interesados en el conocimiento de este tema y lo consideran importante. Ténganlo como nuestra pequeña gran aportación.

Natalia Gurvich Okón

Noemí Gurvich Peretzman