promo_banner

Реклама

Читать книгу: «Charlas con Mayson»

Шрифт:

© Derechos de edición reservados.

Letrame Editorial.

www.Letrame.com

info@Letrame.com

© Mayson

Diseño de edición: Letrame Editorial.

ISBN: 978-84-18585-83-8

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

Letrame Editorial no tiene por qué estar de acuerdo con las opiniones del autor o con el texto de la publicación, recordando siempre que la obra que tiene en sus manos puede ser una novela de ficción o un ensayo en el que el autor haga valoraciones personales y subjetivas.

«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

.

El día más bello, hoy

Madre Teresa de Calcuta

.

Si estás leyendo esto, tengo que decirte una cosa muy importante, ¡gracias! Me pregunto cómo has llegado hasta aquí, me gustaría que me lo contaras porque me encantaría contarte cómo nació Charlas con Mayson.

¿Y quién es Mayson? El nombre de Mayson nació hace años, a raíz de un trabajo del que guardo maravillosos recuerdos y amigos, estábamos a finales de los 90 cuando pensábamos que en el año 2000 los coches volarían… Muchas ilusiones, pocos miedos, muchas fiestas, pocas responsabilidades. Eran buenos tiempos y cuando todo está bien, solo pueden ocurrir buenas cosas.

Estas charlas surgen a raíz de un antes y un después que cambiaría mi vida para siempre y aún sigue cada día cambiando. Dicho cambio surgió tras un acontecimiento que mi alma llevaba a gritos pidiendo, pero mi mente se resistía, perdí mi trabajo. Al final les diré algo, el alma siempre gana y cuando aceptas que lo que tiene que pasar es lo que tiene que pasar, te sientes muy aliviado.

Como les comentaba, había una voz en mi cabeza que desde hacía años susurraba lo mismo: «¿Esto es todo?, ¿esta es la vida?», al principio eran solo susurros, pero con el tiempo acabó alzando la voz porque cuanto más me emperraba en callarla, más alto gritaba. Y ahí estaba yo, con la batalla perdida, al menos es lo que pensaba durante los dos primeros meses de mi paro, donde las horas parecían días y los días meses.

Han pasado casi veinte años desde aquella época llena de ilusiones, sueños, fiestas y donde el miedo, si es que lo tenía, no era lo suficientemente grande como para achicarme ante nada. Anhelaba esa época donde me comía el mundo, ¡era la puta ama! Pero ¿dónde estaba esa persona ahora? Pues en paro y a mitad de camino de cumplir los cincuenta… ¡Planazo!

Si les tengo que ser sincera, me considero una persona afortunada, he crecido en una familia de clase media, en la que no teníamos grandes lujos, pero no nos faltaba de nada y nos podíamos permitir algún que otro capricho y les confieso que he tenido muchísimos. Se podría decir que la vida me ha puesto más de una vez en mi sitio dándome un buen tortazo, pero he acabado levantándome, quizás por esa vocecita de mi cabeza que ha hecho de mí un culo inquieto.

¿Qué hacer ahora con tanto tiempo libre? ¿Cómo se lo tomarán en mi familia? Pero, sobre todo, ¿dónde meto toda esta rabia, soberbia e impotencia que me quema por dentro? Mayson, dale al coco, búscate la vida, tienes lo que querías, ¡aprovéchalo!

Está bien, tú ganas, me pongo al lío, volveré a la escuela, pero esta vez no estudiaré para aprobar, estudiaré para ser la mejor. No jugaré para no perder, jugaré para ganar.

No es fácil, por el camino me pongo a hacer cursos, llamar a personas que podrían ofrecerme trabajo, perder el tiempo mirando el Facebook… Pero, ¿qué estoy haciendo? Es entonces cuando aparecen una serie de personajes por los que siento curiosidad y decido meterme un chute de conocimiento de ellos, que si cursos, que si vídeos, que si libros, que si podcasts, y es un no parar, porque ellos también tienen sus referentes, así que nunca terminas de encontrar gente exitosa, que vive de lo que le gusta y lo más importante, que tiene un propósito en la vida y quieren dejar un legado.

Dicho en otras palabras, lo que en mi cabeza se repetía desde hace años una y otra vez, «Yo quiero parir algo mío y dejarlo en este mundo cuando me vaya».

Entonces, no estaba loca, no era una friki, no tenía pájaros preñados en la cabeza y, lo que era más importante, había más gente de la que yo pensaba que ya lo hacía o lo había hecho, ¡y encima eran millonarios! La simbiosis perfecta. Me propuse dar el giro radical a mi vida y todos ellos, los que yo llamo ahora «mis amigos» me ayudaron, fue ahí cuando nació Charlas con Mayson.

INTRODUCCIÓN

Como ya les he adelantado, me encuentro en la situación en la que se encuentran millones de personas ahora mismo, con una edad en la que no soy ni tan joven como para que me contraten, ni tan vieja como para cobrar una pensión. Con una formación, experiencia profesional, ganas de trabajar, pero... Sin trabajo.

No sé si les ha pasado alguna vez, pero llegué a ese punto, cuando trabajaba, en el que cada día estaba más desmotivada, cada vez la pregunta «¿pero esto es todo?, ¿esto es la vida?» se repetía más a menudo en mi cabeza y ahora, a medida que voy descubriendo personajes exitosos, me he dado cuenta de que todos tienen algo en común, todos proyectan lo mismo, éxito en la vida, aunque la palabra éxito en sí está bastante distorsionada. Creemos que una persona exitosa es una persona famosa y no es así.

Si quiero saber por qué ya no estoy trabajando, simplemente tengo que remontarme a todos esos momentos de desmotivación y frustración para encontrar la respuesta. Yo he sido la única que ha llamado el fin de mi relación laboral y, tras muchas lecturas y aprendizajes, esto en un idioma más profesional se llama Coherencia.

Cuando ves, piensas, dices, haces y sientes lo mismo, entonces te encuentras en el camino correcto. ¿Alguien de ustedes se ha parado a pensar si cuando se hace estas preguntas la respuesta es la misma? En mi caso, yo no me veía trabajando donde estaba, no me gustaba lo que hacía, decía que me gustaba, pero sentía que la vida se me iba y no sabía cómo salir de ahí sin cagarla.

Ya les he dicho que he hecho nuevos amigos, pero también me he creado una gran enemiga, les presento a la desgraciada Zona de Confort, de confort tiene lo que yo de santa… Les advierto de que es una falsa, interesada y una gran mentirosa.

Cuesta mucho dar el paso a lo que yo ahora llamo «ser yo». Ser yo tiene mucho que ver con la coherencia, pero en el mundo en el que vivimos significa ir a contracorriente. Significa que cuando expresas algo del tipo «Quiero colgarme una mochila a la espalda y dar la vuelta al mundo», la gente te mira raro y no se trata tanto de dar la vuelta al mundo en el sentido literal, que también me apetecería mucho, sino de darle la vuelta al mundo.

Ahora es cuando la gente te dice que qué te has fumado, que bajes al mundo real, que pienses en cómo vas a vivir ahora sin trabajo, etc. Y eso te lo dicen los que te quieren, así que imagínate lo que te dirán los que no lo hacen y les importas una mierda.

¡Esa boca, Mayson! Vale, lo siento, una de las cosas que me he propuesto es no decir tantas palabrotas, así que cada vez que suelte un taco, tendré que poner en práctica el principio de polaridad y nivelar los polos, les prometo una charla sobre esto y decir algo bonito y positivo, así conseguiré poner la burbuja del nivel otra vez en el medio, por cierto, ¡qué día tan precioso hace hoy!

Cuando empiezo a reflexionar y a estudiar todos estos personajes de los que les hablaba, es tanta la información que me propongo dar un parón en seco y digo: ¿por dónde empiezo?

Empiezo a perder el tiempo, ahora que ya no trabajo y tengo todo el tiempo del mundo, ese que tanto anhelaba, resulta que se ha convertido en mi peor pesadilla.

Parece una paradoja, pero te pasas la mitad de tu vida pidiendo tiempo, tiempo para la familia, tiempo para tus hobbies, más tiempo de vacaciones... Y cuando por fin lo tienes, parece que por arte de magia hay alguien ahí en tu cabeza diciéndote que si tienes tiempo para hacer todo eso, es que algo has hecho mal.

No solo es tu cabeza la que te tortura, también esos que te quieren y te restriegan por la cara todo lo que ellos trabajan en vez de alegrarse por ti, quizás esto puede ser la gran oportunidad de tu vida, pues no, te hacen sentir culpable o desgraciado.

¡Vaya tela de amigos! Si es vuestro caso, les doy un consejo: ¡salgan corriendo y que les den por culo! Ups, vaya, me salió del alma, por cierto, les había dicho: ¡qué día tan precioso hace hoy!

Esa pérdida de tiempo a mí me duró unos dos meses, dos largos y lentos meses llenos de rencor, rabia, impotencia y mucho estrés, sobre todo económico, porque los números no salían.

Mi comienzo empieza con ustedes, estoy segura de que muchos están en la misma situación que yo o incluso peor, así que, tras leer, escribir, aprender y observar, me he puesto al lío: ¡acción!

En uno de tantos tutoriales y metodologías nos enseñan que perdemos muchísimo tiempo en dar el paso a realizar algo nuevo porque queremos hacerlo perfecto y estoy totalmente de acuerdo. Probablemente cometa muchos errores, pero serán bienvenidos para aprender de ellos y crecer como persona.

Por fin he encontrado mi propósito y mi propósito soy yo misma, mi vida, mi experiencia, mi crecimiento como persona, no quiero ser un libro más de autoayuda o crecimiento personal.

Ya hay muchos profesionales escribiendo y formando sobre eso, lo que yo quiero es que nos convirtamos en una comunidad donde todos aportemos, nos ayudemos, charlemos sin juicios, nos contemos los trucos que funcionan y aprendamos todos de todos. Así dejaremos de sentirnos diferentes y nos levantaremos cada día con ganas de comernos el mundo.

El primer paso lo daré yo, les presentaré a todos estos amigos que he ido leyendo, escuchando y estudiando, charlaremos, y al final, todos podremos sacar conclusiones, debatir y hacer crítica constructiva. Todas estas charlas que les iré presentando me han enseñado cosas muy importantes que aplico en mi día a día y provoca cambios positivos en mí, por eso quiero compartirlas con ustedes, entonces… ¿Charlamos?

PRIMERA CHARLA:

«ESTOY EN PARO Y NO TENGO NI UN EURO» CON STEVE PAVLINA

«Empezamos mal, amiga mía», me dijo Steve, pero tranquila, que los casi los cuatro millones que están como tú te apoyan, y no económicamente, irán a hacer una manifestación a ver si alguien lo arregla... El gobierno, una lotería... ¿No es de risa?

Seguramente en este desempleo, hay muchos que se consuelan pensando: «Bueno, somos cada vez más, no hay trabajo, algo harán...». Si eres de los que piensa así, te voy a dar un consejo: empieza a hacer los deberes, espabílate, porque nadie va a hacer nada.

Encontrarte en esta situación no es una casualidad. A unos les han despedido, ya sea por causas ajenas o propias, otros simplemente se han quedado sin trabajo porque su empresa ha desaparecido y otros, sin embargo, un simple cambio en su relación sentimental les ha llevado a perder el único medio económico que tenían para vivir y, con las ayudas, no hay quien sobreviva, pero te digo una cosa: ¡eres una afortunado! Sí, sí, no muevas la cabeza como diciendo «esta no sabe lo que dice, menuda barbaridad», es la verdad y te voy a convencer de ello.

Bueno, pues aquí tenemos a Steve Pavlina, Steve para los amigos. Este colega me contó diez razones por las que no debemos ser un empleado, que conseguir un trabajo es una de las peores cosas que alguien puede hacer para mantenerse y que hay mejores maneras de ganarse la vida que venderse y convertirse en servidumbre.

«¿Pero esto es en serio Steve?», le dije. «¿Qué mierda te has fumado?». ¡Ah! palabrota, ¡qué día tan precioso hace hoy! Pues no, no he fumado nada, solamente me he metido un chute de realidad y no veas lo bien que me ha sentado, estoy seguro de que a ti te pasará lo mismo. Al principio te dará una bajona que te cagas, pero luego te vendrás arriba, te lo aseguro.

Déjame que te cuente estas diez razones y luego me dices qué tal te han sentado, ¿vale?

La primera razón que me dio Steve se llama ingreso para tontos, si conseguimos un trabajo en el que intercambiamos tiempo por dinero, aunque puede parecer buena idea, es una idea estúpida. Ahora ponte a pensar en tu anterior empleo o en tu trayectoria laboral, muchas horas a cambio de un sueldo, que a final de mes no te llega ni a la punta de los pies, y es que tú vales mucho, pero eso es lo que menos importa, lo que importa es vender tu tiempo por una miseria, da igual que seas Bill Gates, tantas horas por tanto precio, igual a: sueldo de mierda, vaya por Dios, menuda lengua, ¡qué día tan precioso hace hoy!

Lo peor de todo esto es que nadie se para a pensar en lo que vale, las creencias, de las que hablaremos más a delante, nos dicen que hay que estudiar y luego buscar un empleo y eso es lo que hacemos.

Por ejemplo, te apasiona estudiar derecho y tras formarte, empiezas a trabajar en un despacho como becario cincuenta horas a la semana por una miseria, no pasa nada, es temporal, en unos años iré subiendo de nivel y conseguiré ganar muchísimo más, ¡mentira cochina!... ¿Esto es una palabrota?

Sí, sí, ¿pero ¿cuántos años? Bueno, eso depende, pero al principio hay que empezar desde abajo... ¿Perdón? ¿Y tú te crees que haber dedicado seis, siete, o los años que hayan sido a formarte, no son tiempo suficiente para seguir esperando no sé cuántos años más a que alguien decida pagar por tu trabajo una cantidad económica que, seguramente, nunca será lo suficientemente buena para ambas partes?

Piénsalo bien porque algo falla en todo esto.

Y lo pensé y descubrí que tenía razón, pero la cosa no había hecho más que empezar.

Entonces llegó Steve y me habló de la segunda razón, la experiencia limitada y me dijo: «Podrías pensar que es importante conseguir un trabajo para ganar experiencia, pero eso es lo mismo que decir voy a jugar al baloncesto para obtener la experiencia de jugar al baloncesto».

Un trabajo te da únicamente la experiencia de desarrollar ese trabajo en concreto, pero la experiencia se gana haciendo casi cualquier cosa.

El problema de conseguir la experiencia de un trabajo es, que, por lo general, solo tienes que repetir la experiencia limitada una y otra vez. Al principio se aprende mucho, pero luego uno se estanca porque esto nos obliga a perdernos otras experiencias que serían mucho más valiosas. Entonces mis limitadas habilidades se vuelven obsoletas y mi experiencia no valdrá de nada.

¡Ah! Ya entiendo, o sea que yo estudio algo, ese algo lo pongo en marcha a través de un trabajo donde solo hago ese algo que he estudiado, al principio parece interesante, pero con los años empieza a ser aburrido porque me he convertido en un robot humano y... Tal y como va el mundo, dentro de nada, con la tecnología, acabaré siendo sustituido por un robot que no se pondrá enfermo y al que no le paguen un sueldo. Genial, ¿no? ¿Alguna pregunta...? ¡Menudo consuelo! Pasemos a la siguiente razón porque esto empieza a ponerse interesante.

Steve, por favor, dime algo que no me hunda en la miseria, y me soltó: la domesticación de por vida. ¿Domesticación? Eso suena a circo, animales, no sé, explícame eso por favor.

Bueno, pues conseguir un trabajo es como inscribirse en un programa de domesticación humana, aprendemos a ser buenas mascotas. Mira a tu alrededor, realmente mira. ¿Qué ves? ¿Acaso estos son los alrededores de un ser humano libre? Vivimos en una jaula para inconscientes. ¿Qué tal va el entrenamiento de obediencia? ¿Tu jefe te ha premiado por el buen comportamiento o por el contrario te han sancionado porque no has obedecido a tu amo?

Simplemente dentro de ti no queda ni una mísera chispa de voluntad libre, porque te has condicionado a ser una mascota de por vida y los seres humanos, lo siento mucho, no estamos destinados a ser criados en jaulas.

No sé vosotros, pero yo, tras escuchar esto y cerrar los ojos, tuve una pasada exprés por mi mente y en mis veinticinco años de trayectoria laboral me vi, dentro de un circo con una manada de leones, sintiendo cómo me domaban, y lo peor de todo, me había acabado gustando y no me quejaba. Cuando obedecía, me daban un trozo de carne, pero cuando no lo hacía, me daban un latigazo o me dejaban castigada en la jaula. La verdad es que no tengo nada más que decir, me quedé muda.

Vale, Steve, que solo vamos por la tercera razón, ¿y dices que hay diez? Pues bueno, puestos al lío venga, dispara.

«La cuarta razón es que tienes muchas bocas que alimentar», me dijo Steve. Pero, ¿qué es eso de muchas bocas que alimentar si solo tengo un hijo?

Entonces Steve contestó: «no son esas bocas a las que me refiero». Los ingresos de los empleados son los que más carga impositiva tienen, porque casi la mitad del salario va destinado a los impuestos.

El sistema fiscal está diseñado para disimular lo mucho que nos quitan, porque muchos de estos impuestos los paga la empresa y luego la empresa te los deduce a ti de la nómina. Podemos estar seguros, que, desde la perspectiva de la empresa, todos los impuestos se consideran parte de tu nómina y también cualquier otra compensación que recibas como beneficios.

Hasta el alquiler de la oficina que utilizas se está considerando, así que tienes que generar mucho valor para cubrirlo. ¡Qué fuerte, no!

Y yo, ilusa de mí, que pensaba que la empresa nos apoyaba, pero no, soy yo la que le pago las cosas a la empresa. Ya encima si hablamos de empresas privadas como ha sido mi caso, otra parte de mis ingresos se van a los propietarios inversores y, claro, entonces fue cuando me di cuenta a qué se refería Steve con aquello de que tengo muchas bocas que alimentar. La verdad es que no es difícil de entender por qué los empleados pagamos más impuestos respecto a los ingresos, después de todo, si nos hacemos la pregunta: ¿quién tiene más control sobre el sistema tributario? La respuesta es que nosotros los empleados no.

¡Madre mía! Entonces, eso quiere decir que tan solo nos están pagando una pequeña parte del valor que generamos y, por tanto, mi salario podría ser más del triple de lo que me pagan, pero la mayor parte de ese dinero no lo veré nunca porque va directamente al bolsillo de los demás.

¡Joder, Steve, me cago en todo! Arrgg ¡qué día tan precioso hace hoy! Me quedo más tranquila, ya sé que si mañana me muero iré al cielo, porque en generosidad no hay quien me gane.

«Tranquila», me dijo Steve, «ahora te voy a preguntar algo: ¿crees que conseguir un trabajo es la forma más segura para mantenerse?». No me atreví a responder, sabía que estaría equivocada, así que le contesté: «Ahora es cuando me cuentas la quinta razón, ¿no?».

Steve sonrió y me dijo: «Menos mal que no me has contestado, ha sido muy inteligente por tu parte, porque de haberme respondido sí, te habría llamado imbécil, eso no es una palabrota, ¿o sí? Por si acaso nivelemos: ¡qué día tan precioso hace hoy! Pero ahora te voy a hacer otra pregunta a ver qué opinas: ¿ponerte en una posición en la que otra persona puede cortar todos sus ingresos con solo dos palabras, “estás despedido”, suena una situación segura para ti?». Esta vez solo me limité a dibujar una sonrisa irónica de medio lado en mi cara que lo respondía todo.

Y no contento con eso, me hizo una tercera pregunta: ¿el tener solamente una fuente de ingresos, honestamente, suena más seguro que tener diez?

«Esta sí que te la contesto», le dije, «por supuestísimo que no». Así que lo que aprendí de todo esto es que tener un trabajo no es la forma más segura de generar ingresos, de hecho, es una auténtica tontería porque sin control no hay seguridad y los empleados no tenemos absolutamente ningún control de nada.

Bueno, hemos llegado a la mitad de las razones y yo, sinceramente, ya me voy sintiendo mucho mejor de no ser una empleada, ¿qué opináis vosotros? Creo que lo que dice el amigo Steve no es nada de ciencia ficción, ¿no?

Por si todavía quedan algunos que no lo tienen claro, vamos allá con las siguientes cinco razones.

¿Alguien sabía que la palabra jefe viene de la palabra holandesa bass que históricamente significa amo? Cuando te encuentras con un idiota desde la perspectiva que perteneces al mundo empresarial, puedes darte la vuelta y girar tu cabeza hacia otro lado, pero cuando perteneces al mundo corporativo, tienes que dar la vuelta y decir: «Lo siento, jefe». Ahí lo dejo, hay una gran diferencia.

Para no perder de vista este concepto de amo, Steve me contó la séptima razón a la que llama: mendigar por dinero.

Cuando quieres aumentar tus ingresos, tienes que sentarte y pedirle a tu amo más dinero. ¡Qué bien sienta que te den una golosinita de vez en cuando! Y encima hasta mueves la colita, mamita rica, mueves la colita.

Claro que la cosa cambia cuando eres libre de decidir cuánto ganas, sin necesidad de pedir permiso salvo a ti mismo. Cuando tengo un negocio y un cliente dice «no», tan solo tengo que decir «siguiente cliente».

Esto solo puedes entenderlo desde la situación en la que nos encontramos nosotros, todos los que tienen un empleo, jamás se pararán a pensar y reflexionar todo esto, y si por casualidad este escrito cayera en sus manos, lo que te dirían es que no es su caso y su situación es diferente, sinceramente me dan pena, no saben la que se les viene encima.

Las tres últimas razones que me dio Steve fueron: una vida social innata, trabajamos como un grupo social primario y apenas socializamos.

La pérdida de libertad, y es que los seres humanos libres pensamos que las reglas y los reglamentos son una auténtica tontería porque la única política que necesitamos es decirnos a nosotros mismos: sé inteligente, sé agradable, haz lo que amas y diviértete.

Y, por último: convertirse en un cobarde. ¿Alguien ha notado que las personas empleadas tienen una capacidad casi infinita para quejarse sobre los problemas de su empresa? Lo hacen continuamente, pero son tan cobardes que se han convertido en propiedad de su amo.

Creo, Steve, que ahora sí que lo tengo claro y me considero afortunada por no ser una empleada, creo que en el mundo tiene que haber personas como tú, para que ingenuas como yo, se den cuenta de que nunca es tarde para recuperar tu valor por muchas veces que te hayan abatido.

Бесплатный фрагмент закончился.

405,43 ₽
Возрастное ограничение:
0+
Объем:
80 стр. 1 иллюстрация
ISBN:
9788418585838
Издатель:
Правообладатель:
Bookwire
Формат скачивания:
epub, fb2, fb3, ios.epub, mobi, pdf, txt, zip

С этой книгой читают