Читать книгу: «Casos y cachos llaneros»

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«Esta publicación tiene como objeto divulgar y reconocer a los depositarios de estos relatos y de sus saberes asociados a la oralidad el llano, a través la compilación de diferentes maneras narrativas, de diferentes maneras de contar y de existir a través de la palabra que representa a un pueblo a través de un puñado de participantes de los cuatro departamentos de la Orinoquia entre 2014 y 2018. Hay un dicho que sentencia: «lo que no se conoce no se puede aprender a querer»; esta es entonces una forma de conocer para aprender a querer estas prácticas culturales del pueblo.»


Título original: Casos y cachos llaneros

Dirección editorial: Jaime Fernández Molano

Coordinación: Orlando Peña Rodriguez

Diseño y diagramación: Diego Torres

Ilustración portada: Natalia Bernal, obra El piloto del corbata roja

Ilustraciones interiores: Natalia Bernal, Alejandra Forero, Camilo Gutiérrez y Felipe Muñoz

Primera edición: diciembre de 2019

© Jhon Moreno Riaño (compilador)

© Corporación Cultural Entreletras

Calle 38 No. 30A - 25 Of. 503 edificio Banco Popular

Centro, Villavicencio, Meta, Colombia S.A.

Contactos: 310 3334801 - 320 2190570 - (8) 684 9590

Correo: corpoentreletras@yahoo.com


Obra ganadora de la ‘Beca para la publicación de libros inéditos de interés regional, 2019’ otorgada por el Ministerio de Cultura, programa Leer es mi cuento, a la Corporación Cultural Entreletras.

ISBN: 978-958-52284-4-3

Hecho el depósito legal

Se autoriza la reproducción —únicamente parcial— de este libro, previa autorización del autor y del editor.

Beca para la publicación de libros inéditos de interés regional, 2019, otorgada por el Ministerio de Cultura a la Corporación Cultural Entreletras.Libro Casos y cachos llaneros

Comentarios del jurado calificador

«Es una deliciosa compilación de cuentos del llano que pertenecen a la tradición oral. Son cortos y muy bien transcritos por el compilador. La edición que ofrecen está muy bien cuidada. El libro es producto de una vasta investigación a lo largo y ancho de muchos lugares del Casanare y de todos los Llanos Orientales, quizá la región culturalmente más rica del país, y quizá la región más inexplorada culturalmente del país.

(...) Estos relatos tendrán impacto en todos y cada uno de los municipios lla- neros. Porque a los llaneros les encantan sus propios cuentos. Se los cuentan una y otra vez. Es un trabajo muy bien logrado que ojalá se distribuya en todas las bibliotecas y casas de la cultura de los queridos Llanos Orientales.»

Cristian Valencia Hurtado

«Se trata de una compilación de relatos del llano, de literatura oral, son “cuentos de camino, casos y cachos” narrados por vaqueros, trabajadores y habitantes del llano durante las horas de descanso. Tiene un tono lúdico, conversacional, conserva el lenguaje y los modismos de los labriegos y vaqueros del llano.

Es ameno, muy propio de la región. Tiene un glosario que ayuda a entender los modismos y la forma de nombrar animales y plantas, conocidas en su mayoría, pero con una denominación diferente. Rescata la literatura oral, el humor y la picardía. También la idiosincrasia de los habitantes de la región, su manera de ver el mundo y de superar y adaptarse a las dificultades y a los retos que supone un medio agreste.

Es un libro literario, de lectura apasionante, una compilación juiciosa, denota investigación, es netamente regional. Puede servir de vehículo para dar a conocer la idiosincrasia, costumbres y literatura oral del llano. Es un trabajo valioso que merece resaltarse.»

Emma Lucía Ardila

«El contenido propuesto reúne historias populares de la región en relatos cortos (...) con contenido que puede ser muy relevante para lectores jóvenes y para ser utilizado en espacios escolares.»

Pablo Luciano Guerra Paredes

A la memoria de Segundo Torres, Benito Cardozo,

Nereo Cano y Nicolás Archila;

llaneros, vaqueros, cantadores de ganado,

contadores de cachos y peones de sabana

que me acompañaron en este trabajo

con la mejor disposición y entrega,

y me enseñaron el valor y la magia de las palabras.

Hoy no están con nosotros pero nos han dejado sus relatos

para que sus legados no se olviden.

A todos los llaneros que siguen transmitiendo

sus prácticas y saberes para que sus legados no mueran.

En especial a Joaquín Rivera y Basilio Fonseca ‘Guayabo’,

en La Primavera ( Vichada);

a Víctor Espinel ‘Gallo Giro’, en las sabanas de Maní (Casanare);

a Hermes Romero, en Paz de Ariporo (Casanare);

a Pedro Nel Suárez ‘Galón’, en Villavicencio (Meta);

a Arnulfo Pinto, en Cumaral (Meta);

y a Orlando ‘Cholo’ Valderrama, en Pore (Casanare);

y a mis padres, Susana Riaño Abril e Isidro Moreno ‘Pava Loca’,

en San Luis de Palenque (Casanare),

entre muchos otros llaneros que han alimentado

este proyecto de una u otra forma.

Era un afamado trío de cachilaperos en las rutas ganaderas del Manacacías: Roberto robaba el ganado; Zacarías lo zacaba; y Cayetano cayaba.

(Microcacho sanmartinero)

Nota previa

Los casos y cachos son tradición oral de los llanos colombo-venezolanos. Son relatos anónimos que se transmiten voz a voz y son recreados y por tanto transformados en el momento de su interpretación o puesta en escena —como todo patrimonio cultural inmaterial vivo— por cada persona, de manera espontánea y en diversos lugares y momentos.

Los cachos y casos también los crean para bromear o mamarle gallo a un conocido o amigo, contándolos en escenarios sociales, echándolos a rodar de boca en boca, hasta que llegan al oído del protagonista, como es el caso del cacho titulado ‘Washington 2011’.

Los recopilados en esta publicación han sido adaptados y, por tanto, transformados para el lenguaje escrito, por el autor. No son de autoría de quién los escribe porque forman parte de los saberes y prácticas comunes que pertenecen a un pueblo, a una comunidad. Porque son su tradición oral.

Prólogo

En una película del cineasta Bela Tarr, ‘Las Armonías de Werck meister’, se narra de manera maravillosa la inquietud frente al desconcierto que produce un eclipse, la posibilidad de que no vuelva la luz se traduce en silencio profundo y absoluta inmovilidad. Pero cuando se deja ver la primera estela de luz solar, aparece consigo el calor, el sonido y el movimiento. La magia del eclipse, pero también de los días y las noches, produjo interés en todas las comunidades humanas antes de la industrialización. El remplazo de la energía solar por la energía de la maquinaria como motor del día a día, tuvo como consecuencia perder la estructura misma del tiempo, cambió la sensación de movimiento y con ello, seguramente, las formas de la imaginación. El personaje, que hace las veces de juglar de lo absur do, está en un bar donde solo hay hombres borrachos, pero aun así tiene la firme intención de representar con ellos el relato oral sobre el cosmos y la existencia del movimiento. Finalmente el dueño del bar interrumpe el performance despreciando la importancia que le otorga el narrador, y que logra despertar en el grupo de borrachos.

Hace unos años estábamos con Jhon Moreno en Maní, Casanare, amaneciendo para documentar cantos de ordeño en el espacio tradicional de una pequeña finca en las afueras del pueblo. Allí recibimos una de las enseñanzas más potentes para nuestros ejercicios de investigación en la región. Empezar el día a las 3 o 4 de la mañana cambia radicalmente la manera como se configura la experiencia cotidiana, el mundo no se define visualmente por la oscuridad, hay una aparente quietud en el ambiente, pero paulatinamente la certeza del movimiento y la próxima llegada del día propician un gran concierto donde todo empieza a tomar presencia como sonido. Los pájaros son los primeros que reclaman suyo el mundo, las voces del territorio celebran con algarabía, y con esto comprendimos una de las cosas más valiosas que nos decían los bandolistas tradicionales y cantaores de llano ese día: «La música está ahí, en el ambiente, solo hay que bajarla al instrumento, o a la voz».

La experiencia sonora en el llano es muy potente, y tal vez es más valiosa que la imagen del horizonte que ha explotado el turismo. La configuración de la experiencia sonora y la decadencia del arte de narrar la experiencia, son fundamentales para valorar este libro con justicia. No está de más señalar la relevancia de un concepto como la Acustemología propuesto por Steven Feld, para plantear la necesidad de reconocer una forma de conocer más allá de la razón instrumental, desde la relación acústica que tenemos con el sonido, con su vibración física y su poder en el inconsciente. Las voces son la certeza de la presencia de todos los seres vivos en un espacio común de existencia colectiva, y esto ha propiciado un sinfín de fantasías e imaginarios. El relato de Florentino y el diablo, donde la experiencia del llanero recorre la noche, desde la sombra que no se define completamente hasta la llegada de la luz, cantando, es otra de las referencias centrales para concentrar la atención en la relación sonoridad-experiencia-conocimiento.

La ya conocida idea de Walter Benjamin a comienzos del siglo XX, sobre la crisis en el intercambio de experiencias que vivía el mundo moderno, y cómo la decadencia en el arte de narrar refleja el problema de perder la facultad de contar historias, pero también de escucharlas, podría ayudarnos a comprender la riqueza de que aún permanezcan estos relatos orales en algunos lugares. ¿Qué mundo de la vida nos comunican estas historias? ¿Qué particular manera de configuración de la realidad y la fantasía resguardan? ¿Cuál es la configuración estructural e ideológica del campo de poder donde resisten estas formas de contar-cantar-escuchar? ¿Por qué en los llanos? ¿Cómo son los lugares donde estos relatos se transmiten, sus medios y sus mediaciones? ¿Quiénes son esos llaneros hoy? El riesgo de que estas manifestaciones estén en decadencia y olvido, es que tal vez contar historias ha sido una de las facultades más importantes para la humanidad, fundamental para compartir y guardar conocimientos prácticos y profundos para la vida, aun siendo fantásticos.

Los cachos’, relatos con gracia y exageración que tienen como materia prima la fantasía, son prácticas de la cultura oral que tiene lugar en el llano tradicional y definen integralmente la cultura llanera criolla. A través de ellos se transmite la experiencia fantástica con la narración de casos, cuentos, memorias y chistes que reproducen la épica que exige la vida y trabajo en el llano, no basta con “domar” el territorio y los seres animados en el plano material, en los llanos orientales la palabra, los rezos y los cantos, son maneras de enlazar lo imaginario, lo inmaterial, de cultivar el ingenio. En estos relatos triunfa siempre la imaginación, la picardía, lo inverosímil, en últimas esta es la tierra que abona la habilidad para crear, para encarar el porvenir y hacer productiva la trashumancia propia de las comunidades humanas en los llanos orientales; cultivar la imaginación, el ingenio y la creatividad, ha sido una solución extraordinaria a situaciones comunes en los llanos orientales; la voz, la palabra y el habla riegan este cultivo.

Los relatos orales que consignó Jhon Moreno en este libro son manifestaciones que forman parte de ese universo de prácticas narrativas que aún se conservan en el ámbito del habla, pero que se encuentran en riesgo de ser despreciadas, o por lo menos subvaloradas. Acercarnos a estos relatos como una mera expresión nostálgica del pasado, o un bello producto del pasado es en este caso una forma de despreciar la profundidad e importancia de estos relatos.

El cuidado del investigador por recoger expresiones de la oralidad en la transcripción, así como la propuesta de explorar un lenguaje transmedial con algunos cachos, le da un valor altísimo a este libro. No es entonces solo un bello ejemplar de prácticas y expresiones culturales llaneras que caen en olvido, sino un producto dinamizador de inquietudes académicas para los estudios culturales regionales. Esta es una propuesta estética que interpela la mirada de los investigadores de la cultura en la región, sacándonos del lugar cómodo que hace que los estudios de la cultura regional se limiten a la producción de libros de instrucciones sobre prácticas del pasado, a manuales nostálgicos e inmóviles del pasado regional.

Las manifestaciones de la palabra en el llano, como rezos, cantos, cachos, corridos, casos y cuentos, no deben ser vistos desde una mirada exclusivamente funcional, como resultado de procesos, que desde la razón más instrumental dependen de instituciones generalmente del orden económico-funcional. Sería de una profunda torpeza negar la relación que tiene una manifestación como el canto con la búsqueda de un objetivo instrumental en el trabajo de llano, así como desatender el hecho de que la ganadería extensiva es la base material de la matriz cultural llanera criolla, sin embargo, resulta de igual torpeza pensar los relatos y cantos como meros resultados paralelos donde lo estético resulta ser apenas un derivado.

La interpretación en la cual la racionalidad del trabajo de llano se limita a la funcionalidad frente a la necesidad de autoabastecerse, y el supuesto de que esta necesariamente es anterior al hambre del hombre por el conocer, por imaginar, por la belleza, el deseo y el sentir, es lo que ha señalado Castoriadis (1985) como una limitante al estudio de lo simbólico y lo imaginario. Aun cuando la imaginación y la estética marcan el origen de la humanidad, y están presentes en todas las relaciones sociales, se toman como adornos de las prácticas materiales reales, dejando de lado la vitalidad de la imaginación, la necesidad de la abstracción, y la belleza en lo simbólico:

«Todo lo que se presenta a nosotros, en el mundo social-histórico, está indisolublemente tejido a lo simbólico. No es que se agote en ello. Los actos reales, individuales y colectivos —el trabajo, el consumo, la guerra, el amor, el parto—, los innumerables productos materiales sin los cuales ninguna sociedad podría vivir un instante no son (ni siempre ni directamente) símbolos. Pero unos y otros son imposibles fuera de una red simbólica»(Castroriadis, 1985; p. 201)

Este filósofo griego señala la necesidad de comprender la potencia creadora del imaginario para instituir lo social en sí mismo. Esta dimensión de lo que no está pero aparece, de la palabra que exagera el significante para detonar la imagen, la imaginación y la fantasía, son campos estratégicos para pensar las manifestaciones culturales tradicionales en el llano, pensando cómo lo fantástico manifiesta también una manera particular de construcción social de la realidad. Abundantes relatos nos cuentan de un llano poblado de seres fantasmagóricos y fuerzas sobrenaturales con las cuales el llanero criollo establece una relación mágica, una relación animista que se sustenta según Freud por la creencia en la omnipotencia de las ideas y la necesidad práctica de someter el mundo. Rezos, contras, relatos de encuentros con espantos, y situaciones fantásticas nunca imaginadas, hacen parte de este sustrato de lo fantástico que configura la imaginación llanera.

Este libro es un reclamo divertido e ingenioso por valorar la profundidad de las manifestaciones culturales llaneras desde nuevos marcos académicos y creativos, que dinamicen su estudio y su reproducción, un llamado al arte y los estudios culturales en la región. Hoy es urgente no solo investigar, sino también contar cachos, reproducirlos, y poner en común la habilidad de contar experiencias, sobre todo experiencias fantásticas. Que resguarden la potencia imaginaria de futuro, en este libro, como en algunos enclaves campesinos-llaneros de la región; la imaginación popular supera cualquier límite, y esa es tal vez la única esencia profunda de la identidad llanera criolla y popular: la ausencia de límites; aquí la palabra es acción, y en su potencia todo es posible.

Juan Sebastián Fagua

Antropólogo

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107 стр. 30 иллюстраций
ISBN:
9789585228443
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